Premios MTV Latinoamerica 2008: emo wayuu, Nóbel para Juanes and speak in spanish, please

A pesar de celebrar los 15 años de existencia de MTV LatinAmerica, sin acento y en inglés, los premios de este año fueron simplemente detestables. En resumen: el entierro definitivo de los factores de la identidad latinoamericana en un canal de televisión que alguna vez en su vida fue bueno.

La musical rendida ante las uñas arregladas de rosado y negro del e(ho)mo/pop de Kudai, Moderato y Tokio Hotel. Entre tantas bandas y artistas internacionales se presentaron pocos actos nuestros: Café Tacuba con Calle 13 y Zoé con Ximena Sariñana, perfectos para el público latino californiano unos y gótico/dark sureño los segundos. Y al final, Moving On, los ganadores de La Zona de Combate, casi un premio de consolación para unos tipos demasiado nuevos.
La cultural entregada con todos los gringos vestidos de charros desde Flavor Flav hasta el guitarrista de Kate Perry, creyendo que hacían una gracia al usar esta ropa, algo más idiota que cuando Korn tocó música española creyendo que era latina. Una multitud de personalidades internacionales. Nada de actores, escritores o cineastas latinoamericanos. Ninguna realidad política, ningún dedo metido en el ojo, ni siquiera algo divertido. Era mejor traer a JuanGa y vestirlo de charro de cuero blanco junto a Don Francisco en los videos que presentan los premios. Dantesco pero nuestro.

Y la idiomática cuando durante la gran parte del show sólo se habló en inglés, siendo la primera persona que habló Tila Tequila y dejándonos a todos con ganas de saber cómo es que el anunciado presentador de la noche, Andrés López, apenas si apareció una vez. Aunque su nervioso y poco divertido momento quizás justificó que lo eliminasen. Estoy seguro que pronto habrá una versión con subtítulos que hará que millones de televidentes quieran verlo de nuevo y decir: ¡ahhh!

Como diría mi presidente: pusieron una plasta.

Sólo Julieta Venegas abriendo el show con una versión excelente de auténtico sabor méxicano, entre el conjunto norteño y el mariachi, le impuso un sello indistingible que la hace una de las artistas más sinceras y creíbles de nuestro continente. Su presentación me recordó lo hecho por Björk en los 90 cuando uso tres orquestas para su tema Bachelorette y usó un vestido rosado con pantalón de bluejean debajo. ¡Julieta, eres grande!

Preguntas obligadas: ¿de qué iba este show? ¿dónde quedaron los 15 años? ¿por qué fue tan plano y aburrido como una extensión pseudolatina de los MTV Awards? Parece que los hubiese organizado uno de esos latinos de mentira estilo Mariah Carey.

Del lado venezolano, seguimos con la sequía musical en ese canal. Ni un presentador -salvo Eglantina, tan criolla como Mickey Mouse-, ni una nominación ni una banda invitada. Atrás quedó el furor por llevar a Caramelos de Cianuro o lograr que Pixel ganara como Mejor Artista Centro. Estamos borrados del mapa latinoamericano musical. Sugerencia: Desorden Público para el 2009.

Lo único que obtuvimos fue la nominación y premio del Club de Fans de Tokio Hotel, en la que habló una adolescente venezolana con pinta de aborigen wayuu transculturizada. Pensé que los emos mexicanos de estirpe azteca eran los que se veían más desubicados, pero veo que nuestras adolescentes mestizas también están atrapadas por el rimel y las rayas rosadas en fondo negro, queriendo ser rubias y blancas. Hugo, no has despertado la conciencia de los pueblos un carajo.

Sin embargo, a pesar de tanta homosexualización musical, tanta negación de nuestra raza y hasta la infeliz aparición del ex Vj Gonzalo hablando en inglés al anunciar el premio que ganó nuestro país y la posterior entrevista al cantante de Tokio Hotel -¿quién es esta tipa gringa? dije al verlos tocar- que ni supo qué había sucedido y dijo que adoraban a los fans especialmente a los de México, WTF!? en la cara, hubo una luz al final del camino: Juanes.
Este tipo no sólo es una versión más sincera y honesta del músico pacifista que utiliza su fama para un mensaje positivo. Supera también a Bono en su intención artística. Juanes no va a África con sus lentes de espejos rojos para abrazarse con carajitos que no comen y decir: perdónenles la deuda a sus gobiernos. Este colombiano, en cambio, hace canciones para la paz, como la que tocó esta noche. Aunque fue aguada, vale decirlo.

Juanes también hizo un festival en la frontera para evitar una guerra entre Venezuela y Colombia. Pero no lo hace a nivel corporativo, ni gubernamental. Juanes va a la gente. Y en serio va por el Nóbel de la Paz, pero sabe que el camino es largo. Él hace todo con sus intenciones, y para eso necesita vender más discos y ser más famoso. ¿Y qué mejor logro que un colombiano se lo gane tras años de esfuerzo? O es él o es Ingrid.

Ya MTV se cansó de Shakira y ahora la agarró con Juanes para proyectarse, y él sabe sacarle provecho.

Al final del show, aunque Metallica hizo de las suyas con ese revival del hardrock que antes fue thrash del más poderoso, me sonó más a despedida y añoranza que al anuncio de un retorno de buenos videos y buena música a lo que ahora no es más que RealityMTV, con algunos torpes intentos de hacer programas musicales nuestros como La Zona de Combate, con tres bandas que no despertaban la emoción ni de sus familiares.

Lo mejor de esta noche: las nalgas de Kate Perry llenas de torta y creama pastelera, las piernas de la cantante de Belanova aunque es más fea que bailar lambada con la mamá de uno y la actuación de Calle 13 con Café Tacuba: de expoltación, miegmano. Y el Premio Leyenda a Los Fabullos Cadillas con video histórico incluído, de lo mejor. Del resto, diría Don Francisco: a los leones.Más blogs en Blogalaxia sobre Música Televisión MTV