Sólo
ocho días de clases tuvieron los niños de Venezuela durante marzo. Al
menos en los colegios públicos, entre apagones y órdenes ministeriales.
Al cierre de la única semana completa de clases, el sábado 23 de marzo,
llevamos a ocho médicos a la UE Padre Juan José Zugarramurdi II de El
Viñedo para una evaluación médica completa de nuestros 300 niños de
"Invítalo a comer", a quienes llevamos almuerzos desde septiembre de
2017.
Gracias al trabajo coordinado de Médicos Unidos, Alimenta La Solidaridad y José Ramón Arias, no sólo atendimos a los niños de la escuela sino también a sus hermanitos pequeños en una mañana en que mi admiración por los médicos se hizo aún más grande. Siempre consideré esta profesión como una especie de extraordinaria unión de conocimiento técnico-científico y humanismo, pero verlos trabajar durante toda la mañana y el mediodía, sin parar para ir al baño o comer, fue realmente una experiencia.
Así que se hicieron historias médicas de cada bebé y niño, se pesaron, midieron y examinaron, para establecer una base de datos específica que permita establecer no sólo grados de desnutrición, subnutrición y malnutrición, retraso de crecimiento y otras dolencias asociadas, sino también patologías que podrían ser consultadas luego en clínicas de forma gratuita.
Ese mismo día se dieron recetas y diagnósticos que habían sido de otra forma inaccesible para muchas de las familias en extrema pobreza que habitan en la comunidad Juana La Avanzadora, al final de San Vicente y donde se ubica la "escuela más bonita del mundo".
Cada niño además se llevaba su merienda, gracias al envío de Karla Alzuro, el apoyo de Good Vibes Venezuela por Rosa Paroczi y de tantos donantes por todo el mundo. Además, el voluntariado impecable, alegre y dispuestos de Carlos Contreras, Andrés Mogollón, Gómez y Gómez, bajo el liderazgo de Aruska Hernández. Además de todo el equipo de Invítalo a comer, completado por Diomar, Enrique García y Luis Cataño.
¿Y cuál es el objetivo final? Diseñar un menú de dos comidas diarias, su presupuesto y presentarlo a posibles donantes bajo la filosofía de Alimenta La Solidaridad: rotación de madres colaboradora, ingesta de proteína diaria para desarrollo cerebral e integral, mínimo de 500 calorias por cada niño y diseño de menú semanal.
Nos interrumpieron pero ya estamos listos para volver, empezar nuestros almuerzos semanales y seguir esta metodología para establecer un comedor diario. ¡Es posible!
Puedes ver varias fotos aquí: https://www.instagram.com/p/BvX0711HeZ_/
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