02 mayo 2025

Lo nuevo de Kardashev (blackgaze progresivo), Cadaver (death progresivo / black nostálgico de Noruega), Employed To Serve (metalcore / alt-metal / djent), Liv Kristine (Metal gótico electrónico), ROME (Neofolk europeo) y Panzerballett (jazz fusión / djent progresivo), electroclash/new rave, brutal death noventero, black / death de NY

1. LL revisited (Ep, 2025) de The Hellp: Cuatro temas extras del LL de 2024. Electropop, Electroclash, New Rave, Indietronica y Dance-Pop en un Dj con una cresta punk altísima con ganas de partir la pista de baile. Maravilloso, 4,3 de 5. Temas menos pop y techno. Son de Los Angeles, California.

2. Hatredangeranddisgust (1995) y Liturgy of Impurity (1991) de Pyrexia. Esta banda de brutal death / death progresivo lleva varios demos e EPS viejos republicados en lo que parece anunciar como un segundo disco de regrabaciones. Estos dos demuestran una habilidad técnica y compositiva en el slam/brutal mucho más alta y técnica que sus congéneres de la misma época. Geniales dementes de Nueva York. 

3. True Believers (Original Score) de Matthew K. Heafy. Banda sonora para un videojuego slasher pero es cualquier vaina fuera de esta plataforma.

4. Hymns of Misanthropy (2025) de Cadaver: mucho más estimulante y emocionante es este disco de death metal noruego, que a diferencia de anteriores entregas está alimentando de black y progresivo, en lugar de thrash o death melódico, así que su sonido crudo, humor negro, gore y viscosidad iniciales se presenta ahora con arreglos elevados por una batería técnica impresionante, que recuerdan un poco a los primeros Darkthrone.

Esto hace un disco perverso, como los conocemos, con actitud old-school pero presentado con intención de sorprender con sus habilidades instrumentales, sin perder un ápice de maldad y suciedad.

genial escuchar algo tan asqueroso y oscuro con arreglos en contratiempo y cambios inesperados, sin que sea lo principal, sino que lo cavernoso, lo originario, el black melódico y el death progresivo de finales de los 80 y principios de los 90, sean las fuentes de esta obra decadente. Para esto Neddo (Anders Odden), fundador, guitarrista y cantante, se juntó con su ex-baterista Ole Bjerkebakke (1988-1992) en lugar del baterista hiper-productivo Dirk Verbeuren, y el ex-bajista Eilert Solstad (1992).

Una joya llena de bilis. 4,7 de 5.

5. Fallen Star (2025) de Empoyed To Serve: Según RYM es metalcore alimentado con vitaminas de metal alternativo, djent y deathcore, aunque me parece que es un poco más pesado y creativo, llegando a tener momentos progresivos e incluso algunos buenos arreglos sinfónicos, pero también de groove metal tradicional, tipo Pantera. 

Me gustó mucho aunque la crítica parece destruirlo, quizás por las voces limpias, o que entienden mucho más la movida del metalcore, pero Justine Sian Jones abre la tierra en dos con sus shrieks. Desde Londres con terror, hay toneladas de riffs poderosos, gritos desgarrados y arreglos complejos para divertirse. Muy buena Familiar Pain, que parece unir post-punk, hardcore punk y metalcore melódico con brutalidad y melodía. 

Entre los invitados están los vocalistas de  Killswitch Engage, Svalbard y Lorna Shore pero para agregar sus voces limpias, lo que fue refrescante. Para mí, un sólido 4,2 de 5. Me pareció más metalero y entretenido que el de Machine Head. Me gustaron especialmente las influencias más pesadas y las que hicieron las canciones más intrincadas y raras. 

6. Amor Vincit Omnia (2025) de Liv Kristine. Me gustaron mucho los primeros singles, con metal gótico / doom y electrónica oscura, así que el disco inicia con los mismos, lo que me pareció distinto, un justo equilibrio entre la música sinfónica, los growls extremos (por su esposo Michael Espenæs) y la música electrónica más depresiva, combinando sin ser industrial ni pop. 4,2 de 5. Además, las voces operísticas de la cantante noruega son realmente buenas. Las guitarras son de Sascha Dannenberger, quien compuso junto a Liv y Michael, pero también grabó el disco en su estudio. El bajo fue de Tobias Glier, los teclados de Roland Bliesener y la batería de Björn Etzel.

7. Civitas Solis (2025) de ROME: Neofolk y música marcial europea presentada de forma gótica, bien producida y de alguna forma, en forma épica, por supuesto. Me gustó, es refrescante sin ser demasiada apesadrumbrada e incluso con un toque como de alt-country. 4 de 5. Básicamente el trabajo de Jérôme Reuter, de Luxemburgo.

8. Übercode Œuvre (2025) de Panzerballett: de una vez debo decir, mi tipo de música loca, jazz-fusión, metal extremo progresivo, con un toque vanguardista y experimental, que incluyen algunas guitarras enrevesadas. Desde Munich, Alemania es un discazo impresionante de jazz-metal, que incluye varios invitados como Marco Minnemann (The Aristocrats, Steven Wilson, ex-Ephel Duath) para una versión del Verano de Vivaldi. Ya había escuchado algunos temas como Alien Hip Hop, que combinan rock progresivo de los 70, con complicadísimas formas rítmicas y un sonido industralioso, así como parte del jazz-metal a lo Cynic, cósmico y espiritual. Otros temas como Pick Up The Pieces suena como a Thank You Scientist con death metal progresivo. 4,7 de 5. Una locura la versión de la Oda a la Alegría con Andromeda Anarchia (Folterkammer), combinando voces operísticas dramáticas y shrieks agudísimos. 

9. Wreathed in Dead Angels (2025, EP) de Profanatica: mítica banda de black / death de Nueva York, pero con un sonido underground y con más influencia del stenchcore y el death cavernícola que del black. A pesar del sonido horripilante, hay una intención de empujar los tropos de un género ya legendario. 3,2 de 5.

10. Alunea (2025) de Kardashev: Con este nuevo disco la banda de Tempe, Florida, se acercó mucho más al metal progresivo y al blackgaze, con el que había coqueteado apenas apenas cuando eran aún una banda de deathcore / post-metal que agregaba shoegaze y algo de progresivo. Ahora esas guitarras que son tan expansivas y nostálgicas, también hacer circulares riffs en contratiempos y prueban diversos tonos, pasando del fry al sonido potente del deathcore, combinándose con un bajo jazzeado y una batería habilísima, permitiendo pasar de la monstruosidad a la calma recitada. Es una combinación inusual, como Mental Cruelty con Alcest, quizás por eso ellos lo llaman deathgaze.

Por cierto, Alunea es un idioma inventado que suelen usar. Eso sí, los shrieks me suenan más a deathcore que black metal, pero en el tema Reunion tenemos algo que coquetea con el shoegaze, con voces épicas, baterías de sludge y coros angelicales colectivos muy del post-black francés. Sin embargo, es muy diferente porque acá no hay dream pop, sino una especie de voz épica entre vikinga, progresiva y shoegaze, siempre acompañada de growls monstruosos. 

Entonces se notan una cantidad de influencias que no se quedan en bandas alternativas y experimentales de los 90, sino mucho rock progresivo, sonidos oníricos pero al mismo tiempo folk, elaborados y siempre la dureza del metal extremo, en esa combinación exquisita de brutalidad y melodía, que siento tiene la sensibilidad del power metal con guitarras que jamás abandonan el campo de batalla. Es poesía onírica de sangre, fuego y azufre como en el tema Edge Of Forever, en que las líneas vocales épicas son cantadas como un dúo de shriek muy black vampírico y un growl mega brutal de deathcore. 4,9 de 9.

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