2. Make 'Em Laugh, Make 'Em Cry, Make 'Em Wait (2025) de Stereophonics. La banda de Cwmaman, Rhondda Cynon Taf, Reino Unido presenta un disco de pop rock luminoso y alegre, algunos más orquestales y otros con influencias folk, chévere y bien hecho, con temas más rockeros y siempre con arreglos de cuerdas. 3,7 de 5.
Ellos son Kelly Jones (voz principal, guitarra principal, teclados, piano), Richard Jones (bajo, piano, armónica, coros), Adam Zindani (guitarra rítmica, coros), Jamie Morrison (batería, percusión).
3. Serenata con Gurrufío (2001). Disco en conjunto de Serenata Guayanesa y Ensamble Gurrufío. Me encantó la versión de El Norte Es Una Quimera. 5 de 5.
4. Mend (2025) de Eidola: banda de swancore (esa mezcla post-hardcore, rock/metal progresivo y math rock con voces limpias y arreglos de instrumentos orquestales) que, quizás de forma similar a Sleep Token, pasó de un sonido mucho más progresivo a incorporar con mucha gracia y habilidad nuevas sensibilidades pop, siendo aún pesados, interesantes y creativos.
Le voy a llevar la contraria a la crítica rockera, porque además de tener aún buenos gritos, también enrevesados arreglos tipo Polyphia, guitarras djent y una sección rítmica laberíntica, además de breakdowns y potentes momentos de guitarras metaleras con shrieks de screamo, así que aunque sí puede asombrar momentos de guitarras de acid jazz. y por momentos parecen estar más cercano al easycore de Bilmuri, también tienen doble bombos y brutalidad hermosa.
Ni hablar de la belleza del tema, A Pearl In The Dead Sun con sonidos techno y beats de drum n bass. Además, hay otros con RnB alternativo e incluso algo de funk que pasan a momentos tipo Voyager, divertidos, con sonidos ochenteros y en la misma canción, como en The Faustin Spirit, screamos, guitarras pesadísimas y mathcore alocadísimo con solos de guitarras en contrapunto con una batería complicadísima.
Son de Salt Lake City, Utah, Estados Unidos. La banda es Andrew Michael Wells en voz, guitarra, bajo, piano y letras; Sergio Medina en guitarra, bajo y sintetizador; Matthew Dommer en voz, guitarra y letras; y Matthew Hansen en batería. Les doy, fácil un 4,5 de 5. En Spotify.
5. Between Mars And Venus (EP, 2025 Deluxe): Un extraordinario proyecto de rock progresivo / rock experimental del ruso Fedor Kivokurtsev, ubicado en la ciudad de Tula, Federación Rusa, apoyado por el baterista Alexander Kulkov. En Su Bandcamp hay más detalles, pero tiene la sensibilidad del swancore y del post-hardcore más lo intrincado del progresivo pero siempre pensado en canciones suaves, hermosas, seductoras y expansivas. Es realmente una hoya, 4,8 de 5.
6. Mal de amores (2025) de Tuscoma: extrañísima banda neozelandesa de post-black metal / shoegaze / post-hardcore, cuyas guitarras a veces parecen emular un sonido texano o western, con guitarras luminosas pero un sonido misterioso y oscuro, envuelto en shrieks distorsionados, una atmósfera de rock alternativo y cambios contrastantes que pueden llevar a una explosión de blast beats de black melódico súper furioso e infernal. Ellos dicen que hacen algo como un blacknened hardcore, aunque suenan realmente a una forma extraña de post-metal avantgarde y experimental, en que abandonan toda estructura de metal extremo, usan más formas de mathcore o hardcore para hacer algo entre angular y bizarro.
En el tema Love Turns Into Tragedy, parecía escuchar a At The Drive-In haciendo black metal. El tema final parece también una versión gélida y guitarrera del dream pop, porque en vez de irse hacia lo onírico y poético, se inclinan más al punk refinado por las guitarras del noise y el garage, junto a un bajo intrépido que hace melodías, arpegios y distintas formas increíbles, que llenan el álbum de odaliscas en medio de una guerra de cuchillos. Fascinante, pendiente de más. 4,2 de 5.
7. Harrow (2025) de Hevel: hablando de cosas raras, una banda de progresivo de Ontario, Canadá, con un disco que tiene una portada gore de esqueletos encadenados en blanco y negro. Los temas suenan a una combinación de thrash, groove y progresivo. Bastante buenos, con muchas formas originales de combinar riffs arpegiados, influencias extremas y melodías enrevesadas. 4,3 de 5. La banda tiene momentos extremos, sobre todo gracias a la batería, y según su IG decidieron desintegrarse a días de salido este disco el 25 de abril de 2025. Dato curioso, los nombres de los temas corresponden a distintos métodos de tortura o castigos históricos como Ling Chi, Strappado (Garrucha) o Poenia Cullei.
8. Revelation (2017) de Oceano. Deathcore con slam y downtempo, algo de djent. Aunque no fue la mejor época para el género, y tiene muchas canciones en que hay un excesivo protagonismo vocal, quizás con exageraciones innecesarias, hay buenos temas en que los riffs son creativos y tratan de escapar del tedio, logrando una buena combinación de melodía, cambios inesperados y brutalidad. Lo menos afortunado es la versión hiper-densificada de djent o cuando hay más atmósfera que música que disfrutar. No todo está perdido en este disco, pero son pocas estrellas en la noche horrible, aunque brillan. 3,3 de 5.
9. March of the Unheard (2022) de The Halo Effect: segundo disco tras tres años de espera de esta banda sueca de melodeath de Mikael Stanne y varios ex-In Flames que se habían encontrado aquí y allá. Los guturales son los característicos del pelirrojo, que además tiene para sus cuatro bandas en que usar su tiempo, con voz limpia y gutural, en este caso sólo con mayoría no exclusiva de growls.
En la segunda escuchada me gustaron mucho más las melodías y los ritmos cadenciosos, así como cierta postura como gótica y enfocada en pulir la producción para hacerla con un sonido más cohesionado. A pesar de sonar más accesible, hay detalles del sonido de Goteburgo que permanecen, como las doble armonías de guitarras a lo Maiden y la combinación con arreglos percusivos más complejos e incluso algunas polifonías. Le puse 3,7 y lo subo un poquito a 3,8 pero no llega a más porque es una especie de espinita que se sacan pero que no se presenta novedoso ni sorprendente, ni siquiera un trabajo de todos estrellas.
10. Era of Darkness (2025) de Echoes of the Extinct: banda finlandesa de melodeath progresivo / metalcore según Metallum. La voz es característica del metal extremo de este país, aunque el sonido es brumoso y denso, con guitarras gruesas más propias del groove/metalcore que del death melódico o del metal progresivo. Según su Instagram se definen como una banda de metal moderno, que corresponde más lo que oigo. Claro, hay influencias de todo lo demás nombrado y un filón más melódico y progresivo, aunque la producción es regular, hay muchísima calidad compositiva.
El tema Virus es el más exploratorio, con un shrieks profundos como de deathcore y música con mayor cantidad de variaciones, entre el black melódico y un death sinfónico que se entremezclan de forma extraña con riffs más progresivos. Quisiera escuchar más de ellos, pero con un mejor sonido, quizás remezclado, porque hay ideas complejas y brutales, aunque el sonido no ayuda nada. El tema final tiene unas manipulaciones digitales, cuasi-industriales y de metal electrónico melódico demasiado interesantes. Son sorprendentes, 4,3 de 5.
11. Changeling (2025) de Changeling: death progresivo, melódico y sinfónico, que también es furioso, veloz e intrincado, desde Berlín, Alemania, con muchas influencias del thrash técnico, con guturales profundas y unos gritos embrujados, como un coro de sirenas infernales, que me recordó a las voces agudas de Cattle Decapitation, Ne Obliviscaris, Cynic e In Vain, gracias a algunas buenas voces limpias barítonas y en coro. El tema "World? What World?" es el epítome del metal extremo progresivo, con arreglos orquestales, jazzistas y ambientales.
El bajista es Arran McSporran (Vipassi, Virvum), el gutiarrista Tom Geldschläger (ex-Obscura y muchas otras bandas de death progresivo, death técnico y deathcore técnico, fundador y principal compositor, que además usa una poco usual guitarra sin trastes, más común en jazz y música oriental por sus microtonos), el baterista Mike Heller (Malignancy y Black Hole Deity) y el vocalista Morean (Alkaloid, ex-Dark Fortress) que se sale de su zona de confort, haciendo guturales profundos y formas variadas de narradas con técnicas de garganta, modulaciones, shrieks y growls diversos, tocando distintos ángulos de la vocalización gutural, a veces en dúo con las locuras del bajo.
Es una compendio de formas progresivas extremas diversas. 4,7 de 5. El disco termina con dos temas muy extensos, uno de 9 y otros de 16 minutos, suites altamente exploratorias, donde hay desde rapidísimos riffs arpegiados que se complementan con acrobacias rítmicas y despliegues shreds hasta momentos más operáticos, jazz-metal cósmicos y variaciones melódicas progresivas cada vez más raras.
En esta ópera jazz/death progresivo sobran los destacadísimos invitados como Jason Gobel (Cynic) y Andy LaRocque (Death, Mercyful Fate) y músicos académicos de todo el mundo que tocaron con Orphaned Land, Ne Obliviscaris, The Ocean y Alkaloid.
12. Tales from the Burnt (2025) de Mano de Piedra: segundo disco de esta banda gallega (Vigo, España) de stoner / sludge, que hace una maravillosa combinación de sludge, stoner y groove melódico con voces realmente buenas: limpias angelicales unas y medio gruñidas del desierto otras. Los solos psicodélicos se combinan perfectamente con las encantadoras melodías vocales. Con pianos, influencias del hardcore y hasta del crust, con buenos shrieks, hay mucho qué disfrutar en este disco realmente poderoso. 4,3 de 5. Su tema Soul Dancing me hace pensar en Zatrokev.
13. Imminent Sonic Destruction (2025) de Floodgate: desde Detroit, una extraordinaria combinación de rock alternativo y metal progresivo. Me suena como a Faith No More con stoner metal y rock progresivo. En el increíble tema The Game parece que suena Génesis, Black Sabbath y Radiohead al mismo tiempo. Es un disco muy bello, e interesante, que claramente también s inspira en clásicos como Yes y Dream Theater.
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