06 mayo 2025

Lo "nuevo" de Ministry: regrabación de sus temas synth-pop, nü-metal/deathcore suizo, sass/mathcore californiano, black portugués opresivo y disonante, death canadiense, hardcore punk melódico sueco, deathcore lituano, trap metal gringo, post-metal chileno, black/death crust austríaco

1. Cursed de Paleface Swiss: aunque por momentos suena demasiado derivativo, porque el cantante en demasiados momentos emula (o imita) a Jonathan Davis y Corey Taylor en sus fraseos de desesperación, también hay mejores momentos de rap metal, con música que varía entre nü-metal / deathcore y downtempo / hip hop. Diría que está bueno, a pesar de la imitación desalentadora, 3,9 de 5. Son, obviamente, de Suiza.

Es como un nü-rap-metalcore, que tiene momentos propios como en el tema Don´t You Ever Stop, en que el pasado de slam/brutal death/deathcore aparece, incluso con un rap grunt bastante apreciable. El disco varía luego con temas más o menos logrados, derivativos y otros como de relleno, para terminar con una canción con voz gritada, medio post-grunge que no sé si es ahora imitando a Chat Pile o definitivamente asumiendo el costoso riesgo de una banda que presenta un disco totalmente divorciado de su historial, con un tema como grunge y depresivo.

2. Pain Olympics (2025) de Heavy Heavy Low Low: Para mí es como un sludge / noise, violento, caótico y con canciones cortísimas como de grindcore, pero RYM dice que es Sass y Mathcore, con momentos de Noise Rock, Post-Hardcore, Metalcore y Pigfuck. Son de San José, California. Es realmente demencial, un choque instrumental con sonidos entrelazos y gritos desesperados. Un poco a lo Chat Pile pero sin el post-punk ni lo conceptual. Bien, 3,9 de 5.
3. Desert Palms (2025) de Serpentes: black metal portugués ocultista, obra única de Gonçalo Borges (aka Ainvar Ara) con varios músicos islandeses. Es furioso, con velocidad variable y pensado en lo más oscuro y gélido del black disonante y progresivo. Aunque cumple con sus cometidos, de riffs aserrados y una batería bélica, gritos cavernosos y mucha opresión, no creo que sea demasiado excitante. 3,3 de 5. 

4. Nuevos singles de Gaupa, un doom psicodélico sueco en que la cantante emula a Björk. Buenísimo por momentos. Dos nuevos de Gruesome: Death revive en esta banda, ligado con Sodom quizás. 

5. Nullified (2025) de Brain Stem. Extraordinario debut de esta banda de death metal de Canadá que me vuelve a alegrar porque es otro buen disco reciente del género, aunque la crítica diga lo contrario, a mí me parece bastante bueno su aproximación técnica, oscura y con tintes black. 

6. A Life's Refrain (2025) de Speedway: divertidísimo hardcore punk melódico de Suecia. 3,5 de 5. Algunos temas son mucho más que sólo locuras de batería y gritos repetidos. Bien.

7. We Belong in the Grave (2025) de Crypts of Despair: los metaleros a veces son muy necios, este disco de deathcore / death / djent / brutal death de Lituana no me parece que merece el desprecio recibido. Creo que es extremo, con momentos muy lúcidos de arreglos ambientales y un bajista más que capaz, buenos guturales y guitarras que hacen piruetas interesantes. En la segunda mitad del disco se pone aún mejor, no tan aventurero sino con composiciones más sólidas en estructura e innovación, con guitarras entre noise y post-metal, con el downtempo deathcore llevado a nuevas formas más oscuras y meditativas. 3,8 de 5.

8. Lone Wolf (2025, EP) de 22 Wolf y Sinizter: el trap metal nunca me ha conquistado, pero estos temas de 22 Wolf, un artista de phonk, scream rap y trap de Georgia, Atlanta, me recuerda al mejor hardcore hip hip, tiene beats menos obvios y hasta música metal de verdad. Bien. 3,6 de 5.

9. The Squirrely Years Revisited (2025) de Ministry: antes de ser la banda insigne del metal industrial, Ministry fue un proyecto de synth-pop y new wave parte del movimiento New Romantic mientras que Al Jourgensen imitaba un acento británico. Ahora regraban temas de esa época con un giro de rock industrial que lo hace interesantísimo. Esta es una banda que nunca aprecié y ahora adoro. 4,2 de 5. Además la banda tiene un line-up celestial, con Roy Mayorga, Paul D´Amour y Charlie Clouser, ex-Soulfly, ex-Tool y ex-NIN, ex- Prong y ex-White Zombie en los teclados, respectivamente. Además, Monte Pittman de Prong. 

10. Arovmia (2025) de Sunvher: blackgaze progresivo de Chile, que me da una gratísima sorpresa, porque es realmente bello, con arreglos instrumentales increíbles y pasa de la meditación post-metalera y la expansividad del shoegaze a momentos más calmados, percusivos y tiernos, con un sonido de clavicordio, guitarras semi-acústicas y ambiente, que recuerda a influencias metaleras más atmosféricas pero urgentes, necesarias. Ni hablar de la calidad de los enredos de bajo, arpegios y batería para darle ese vuelco progresivo. Hay por tanto, distintas vertientes, originalidad y personalidad. 

Algo que puede certificar su calidad es tener a Harakiri For The Sky de invitado en un tema titulado Digital Madness. Le pongo 4,6 de 5, sin duda. Es el trabajo solitario de Jorge Cisternas M., también invitado al disco Scorched Earth de los austríacos. 

11. Ruass (2025) de Nekrodeus: black/death punketo y bestial de Austria, es veloz, sucio y subterráneo, con varios invitados infames que revelan la calidad y la perversión de esta propuesta además de compartir a Paul Färber, como baterista, también en Karg. Entre los invitados está Lukas Gosch, cantante de Ellende y V. Wahntraum, cantante de Karg y Harakiri For The Sky, un tipo muy ocupado y con una voz única. 4,3 de 5. 

Además en el tema Körperstrafe hay más de una decena de amigos invitados para hacer coros. 

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