2. The Suns Of Perdition - Chapter IV: To Shadow Zion de Panzerfaust: black metal progresivo y experimental canadiense. Su primer tema combina las complejidades de los tiempos asincopados y los riffs arpegiados, con batería en contratiempo, creando un caos controlado, compacto y opresivo a mid-tempo, que deja aire para escuchar los pequeños arreglos minimalistas, que acompaña a montones de growls, grunts y shrieks entrando y saliendo en distintas capas.
Luego el disco evoluciona a black atmosférico y expansivo, algo litúrgico por momentos, sin tremolo picking sino combinando técnicas de post-metal y sludge, con mucho acento en formas innovadoras de agregar guitarras y arreglos de cuerdas con un baglamá, también conocido como saz, es un instrumento musical de cuerda -similar a un laúd- que se toca en Turquía, Irán, Irak, Siria y los Balcanes, cortesía del músico turco Ahmet Ihvani, aunque siempre dándole énfasis a la producción vocal así como al uso jazzístico y progresivo de la instrumentación. Este disco es la cuarta y última parte de una tetralogía que inició en 2019.
Una muy lograda producción, fascinante, un paso más arriba en la evolución del black metal como compendio de las más finas artes y espacio para la vanguardia, un sólido 4,5 de 5. En Spotify.
3. The Last Will & Testament de Opeth. Después del genial In Causa Venenum, los suecos vuelven al death metal progresivo como base de sus temas con muchos growls, adornado de diversos ingredientes conocidos y apreciados, la influencia del post-rock y el rock setentoso y progresivo folk y sinfónico a lo Jethro Tull (con el propio Ian Anderson en flauta y voces en varios temas), Kansas y Yes ahora no son dominantes, aunque presentes, sino escuchamos más el black sinfónico y el doom/death por las venas de este disco, pero también por momentos algo de hard rock / AOR, como revela que hayan invitado al baterista de Europe a un tema como corista y tener al guitarrista Fredrik Åkesson (Talisman) como integrante desde hace unos años.
Esto logra sumergirnos en este concepto de oscuridad diseñada al detalle, de progresivo inter-generacional y metal extremo enriquecido con vitaminas y minerales de géneros más añejos y no al revés, por lo que siguen siendo progresivos aunque ahora desde lo extremo, pudiendo recurrir a agregar coros a lo Queen como adorno y no como base melódico. Suena a lo más duro del Black Waterpark con los interludios de discos posteriores. Las voces limpias de Mikael Åkerfeldt ahora parecen venir del epic doom, dándole una atmósfera más oscura.
Aunque Paragraph 1 y 3 fueron los adelantos, en los 5 y 6 nos vuelven a recordar la grandeza de este quinteto, que recupera la diversidad de colores y pinceles al agregar más death sin despojarse de las influencias que cultivaron en la última década, creando una amalgama de habilidades técnicas en que pueden combinar de forma creativa y diferenciadas las paletas sónicas, hay que insistir, de nuevo partiendo desde raíces extremas que se llenan de ramas preciosistas del rock progresivo más originario.
Vale decir que es el primer disco de Opeth para el baterista filandés Waltteri Väyrynen, quien estuvo de 2017 a 2022 en Paradise Lost, tocando también con Bodom After Midnight y Vallenfyre, entre otras bandas de black y death/doom, tomando el testigo dejado por los dos Martin. Y hace un trabajo excepcional. En Spotify.
4. Agradecida EP de Aterciopelados, adelanto de su próximo disco, con “Agradecida” (escrita por Andrea Echeverri) con Gustavo Santaolalla, “Primero estaba el mar” y “No estamos solos” (por Héctor Buitrago). Una delicia. En Spotify.
5. Nuevos singles de Bury Tomorrow, banda de metalcore / death melódico que agrega algo de emo y rock alternativo a la producción vocal, adelantado dos temazos que dejan queriendo más.
6. Ecce Lex (2002) de Nostromo: power trío radicado en Suiza de metalcore/grind, que combina las estructuras del metalcore y la furia del mathcore con el groove del hardcore y la suciedad del grind, que non influencia sino que gobierna, resultando en una propuesta pesada, musicalmente retadora y perfecta para un pogo demencial, con vocales de pitch elevado, entre el grind y el screamo mientras las guitarras tienen una distorsión sucia, salvaje, casi lo-fi e industrial que invaden la mente como una mancha negra voraz, llegando incluso a la máxima estridencia del nouse. Hay momentos incluso para unos toques innovadores y canciones que pueden durar segundos o extenderse hasta más allá de los 4. Lo grabaron el vocalista español Javier Varela, el baterista suizo Maik Gudehus (ahora fuera de la banda) y el guitarrista suizo Jérôme "Jeje" Pellegrini. Un híbrido entre Napalm Death, Messhugah, Nasum y Sepultura. Un clásico total, 4,5 de 5. En Spotify.
7. Apricity de Vower: se acabó Black Peaks, con su post-hardcore progresivo pero llegó Vower, con su post-rock progresivo / post-hardcore, más atmosférico, expansivo y experimental. Un EP de cuatro canciones en que las voces a lo Chino Moreno también incluyen unos shrieks modernos, y algo del emo noventero, algo de electrónica en las guitarras y reveb brutal para sentirnos flotar en el éter del post-lo-que-sea. El baterista Liam Kearley, el vocalista Josh Mckeown y el guitarrista Joe Gosney de Black Peaks conforman esta nueva banda. En Spotify.
8. Odd Love de Coilguns, cuarto disco de la banda suiza de noise / hardcore / post-hardcore, con una percusión destacable que forma parte de la propuesta conceptual y no sólo un acompañante potente, sino que es parte de la artillería principal. Lo melódico está recubierto de un abrasivo uso de las guitarras, junto a arreglos mathcorianos de piano, guitarras y electrónica, que recuerdan al grind a lo John Zorn. Unos blastbeats, otros arreglos percusivos más metaleros y unas guitarras nu-metal revelan que la banda ha decidido expandirse artísticamente, sin defender ninguna bandera. Lo bello del post-hardcore.
Un resultado increíble, muchas sensaciones y no sólo explosivas ni ardientes, tampoco nostálgicas sino de suave arder que se extiende muy largamente, de forma atávica. Hay que considerar que Nido y Hess tienen experiencia usando orquestaciones, samples, ruidos y efectos, así como guitarras procesadas y en varias capas, usando distintas técnicas, como parte de densificar la oscuridad de la música, como fundadores de The Ocean (junto a Louis Jucker) y por el proyecto Trounce.
9. Dead Cross EP. Es difícil pedirle más a esta banda en la que están dos de mis músicos favoritos de la vida, Mike Patton y Dave Lombardo. Digamos que es thrash metal, hardcore punk, crossover y cualquier cosa que pueda entrar en lo experimental entre el punk, el metal y la electrónica más corrosiva. El cuarteto está completado por Justin Pearson (guitarras) de The Locust y las otras locuras de Lombardo como Satanic Planet. Un clásico moderno. 5 de 5. En Spotify.
10. Exhalo de Juana Molina, la argentina En Spotify. La argentina presenta un EP con 4 canciones extras de su último álbum, Halo, rodeada de folktrónica, ambient e indie pop pero de forma más importante, presentándolo de forma fascinante. Después de 7 años, la artista habla (en un post de su IG) de estos temas que no encajaron en su disco, que no sólo compone y graba, sino que debe ordenar para darle un sentido, una narrativa, que es la que conocemos quienes nos criamos con vinilos, cassettes y CDs, la conexión entre el final de una canción y el comienzo de la siguiente, el viaje del orden de los temas, y que se ha perdido entre streamings, algoritmos y la tendencia a presentar temas sueltos incesantemente. Juana cuenta que Vagos Lagos tuvo suerte en Japón pero los otros dos no entraban en ninguna parte, así que los presenta ahora para que disfrutemos su art pop, su folk electrónico, su ambiente lleno de musicalidad detallista y su indie latino que parece homenajear a otras cantantes de cada país en Hope. Amo este EP, 5 de 5, hermoso. En Spotify.
11. Every Limb of the Flood de Dreamless Veil, debut de este súper grupo de death/black metal progresivo de Richmond, Virginia. Batería demencialmente rápida y hábil, shrieks en el fondo y llenos de reverb mientras las guitarras nos guían a medio camino entre el tremolo picking y lo puramente atmosférico, añadiendo disonancias y arpegios en segundo plano para no perder el efecto ambiental. Para mi gran sorpresa, está compuesta por integrantes de Inter Arma, Artificial Brain y Psycroptic, aunque luego de saberlo se entiende cómo lograron combinar la velocidad de los doble bombos con riffs indescifrables con tan buena producción.
David Haley (baterista de Psycroptic), Dan Gargiulo (vocalista/guitarrista de Artificial Brain pero acá también bajista y tecladista) y Mike Paparo (vocalista de Artificial Brain e Inter Arma) conforman el tridente maligno experimental. Les doy un 4,3 por 5. En Spotify.
12. One (2011) de Tesseract: debut de la banda británica de mathrock / metal progresivo. Daniel Tompskins combina voces limpias con gritos, la batería suena súper precisa, procesada y potente, mientras la guitarra suenaentre lo progresivo, el djent y lo extremo. Entonces la influencia de Messhugah era muy patente. Grande, 4,3 de 5. En Spotify.
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