2. The Skies above Eternity de Fellowship: power metal neoclásico / power pop, como Rhapsody pero sin los coros ni orquestaciones rimbombantes sino más cerca de bandas como Delain, Dragony, Serenity y Beyond The Black en su propuesta influenciada por la música clásica, aunque también es posible escuchar ganchos comerciales, entre el arena rock y otros directamente pop rock, e incluso a veces sonaba algo Disney, porque los temas pasaban de épicos a demasiado melodramáticos y suavizados.
Me gustaron pero tienen momentos muy patéticos, demasiado cursis o comerciales, cuando se alejan de la música clásica y se acercan al dance-pop, también otros brillantes y complejos, llenos de música clásica. 3,5 de 5 (pudiendo ser más en algunas canciones). En Spotify.
3. Hail Of Bullets Ep (2007): la voz penetrante y corrosiva de Martin Van Drunen siempre es un toque positivo en la música extrema, la voz eterna de Asphyx y Pestilence. El death metal que lo acompaña suena potente pero demasiado sucio, con una producción y sonido regular. Reedición en 2024.
4. Fear & Love EP de Kyros, la banda del demente musical Joey Frevola, en que mezcla rock y metal progresivo, rock alternativo y synth-pop para hacer algo tan consumible y complicado que asombra, cómo algo muy ser pegajoso y al mismo tiempo experimental, lo que uno puede sentir con Queen o Voyager. Me encanta vivir en esta época así. Le pongo un 4,5 de 5. En Spotify.
5. Puya de Puya (1995): debut de la banda puertorriqueña de jazz/salsa con rapcore y metal alternativo, una especie de Dillinger Escape Plan del Caribe, en que los tiempos complejos de lo caribeño se mezclan con los de la herencia anglosajona, lo que termina siendo sabroso, estimulante y extraordinario. Las influencias se extienden hasta el funk metal, el thrash metal, el hardcore y otros ritmos latinos, tropicales y folclóricos, así como por lo obvio, reggae y ska.
Hay muchas voces gruñidas, otras limpias del rock alternativo y claro, salsa, entonces la distorsión y contratiempos se unen a timbales y requintos, produciendo eso que brevemente se llamó Metalatino, que parecía reencontrar a bandas como Sepultura y Santana con Rubén Blades y Biohazard. 5 de 5, punto y aparte. En Spotify.
6. Wildflowers Vol 1. de Kurt Elling y Sullivan Fortnet, jazz. Desde que lo conocí, son fanático de este tipo, su scat, su voz y el jazz que hace siempre me alegran y me caen muy bien. Puedo decirte que es de Chicago, Illinois, ha ganado dos de las diez nominaciones al Grammy por Mejor Album de Jazz Vocal. Hijo del jefe del coro de una iglesia, cantó y tocó varios instrumentos durante su niñez y adolescencia, e incluso estudió historia y religión, pero se retiró de la universidad cuando le faltaba un crédito para especializarse en filosofía de la religión por ponerse a cantar en bodas y bares haciendo scat.
7. All we get is life de Jean-Christophe Groffe y Tthélème: el cantante barítono y conductor de coros, especializado en musicología, junta músicos de la Schola Cantorum Basiliensis para interpretar música antigua, enfocada en la interpretación vocal y las polifonías, aunque en este disco se puede escuchar vocoder y otros efectos contemporáneos sobre la voz, así como música electrónica acompañante, todo esto al juntar viola da gamba, saxofoní, Ondas Martenot (un instrumento electrónico de 1928) y sintetizadores modulares.
Los temas son de John Cage (compositor contemporáneo, popularmente conocido por la canción 4:33 de sólo silencio) y John Dowland, un compositor inglés, del Renacimiento (hace 400 años) que compuso canciones para voz y laúd, cuyo legado ha llegado hasta Morrisey y Pink Floyd. Hay una reversión de Shape Of My Heart de Sting junto a él mismo, quien en 2006 grabó un disco con temas de Dowland, tocando el laúd. Muy bueno, 4 de 5, aunque el barítono es sorprendente. En Spotify.
8. Abandon EP de Stratovarius: power metal tradicional.
9. Turning Electric (2017) de Spectral Haze, segundo disco de esta banda de doom psicodélico / stoner metal de Oslo, Noruega, ahora extinta, jazzincreíble, de principio a fin. Un 5 de 5 extraordinario. Recorriendo el cosmos de tu alma con bajos densos y distorsionados, toneladas de wah wah y solos alucinantes, una batería ruidosa, que acompaña en todo con repiques y mucho hit hat, junto a una voz bluesera y sideral. Un theremín ayuda a la comunicación con seres de otras galaxias y planos de conciencia, bailando alrededor de la fogata en la que revolotean los planetas. En Spotify.
10. Grinding Gears Vol 4 de Rabea Massaad. El guitarrista y productor de la maravilla post-metla / post-hardcore Vower tiene un nuevo disco en que muestra su lado de guitarrista virtuoso, con mucho metal progresivo por delante, en lo que caben riffs de varios otros géneros. No todo es guitarra, por lo que los arreglos de bajo y batería están muy a la altura de sus habilidades como shredder / compositor. Mucho hard rock y rock alternativo, incluso con algo de wah wah, rapcore y numetal incluido. Buenísimo, 4,4 de 5. En Spotify.
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