25 noviembre 2024

Diario musical 25N: post-metal progresivo de Islandia, black/thrash, new wave-grindcore, metalcore, deathcore, death metal progresivo, pop-punk, mathrock, black metal gospel y power metal griego

1. Utopia de Silent Winter: power metal tradicional de Grecia. He escuchado más música de ese país este par de meses que en los últimos cinco años, a pesar de Septicflesh, Naxatras y Rotting Christ, antes no había escuchado casi nada. Musicalmente súper buenos, vocalista bastante bueno, aunque me quedo esperando más progresivo, a pesar que sí tienen teclados, no hay solos virtuosos ni interludios, ni jazz ni orquestaciones o coros espectaculares. Les doy 3,8 de 5. 

2. Greif de Zeal and Ardor, el proyecto innovador que unió dos extremos: el black metal con la música negra de Estados Unidos. El suizo Manuel Gagneux es el líder de esta banda, cuyo concepto sacó de Reddit. Distinto a álbumes anteriores, en que el choque del gospel con el concepto expansivo de la música extrema era más claro, este tiene mucho más vocalizaciones limpias, más de rock alternativo y pop rock que de gospel, mientras los riffs y shrieks dejan de ser parte de la propuesta integral sino momentos más o menos industriales. Un bajón con respecto a lo evocador y polémico de los primeros discos, aunque ganan en querer encontrarse a sí mismo como artista original, añadiendo nu-metal, post-hardcore, funk y hard techno. Un 3 de 5.

3. Designed to Disappear de Dead Empires: es el tercer disco de lo que, según Sputnikmusic, es una banda es de math-rock, metalcore y metal progresivo, aunque en Encyclopeadia la definen como sludge/metal progresivo, por lo que puedes escuchar estructuras laberínticas, tiempos imposibles y combinaciones inesperadas que cambian en cada chasquido, junto a voces agresivas y guturales, algo de voces limpias melódicas, juguetonas y casi sarcásticas, muchos interludios, puentes y atmósferas con sintetizadores que permiten que decenas de ingredientes de muchos universos entren en la pócima.

Así uno podría contar, quedándose corto, con influencias que van desde el thrash y el punk hasta el black progresivo, el post-metal y el industrial, así como géneros no metaleros, que pueden ser funk, skapunk y rock and roll, en una propuesta que confunde y enamora por su dinámica y purísima originalidad, tan fiera como diversa. Su tema final, de 12 minutos, no podría ser más divertido y osado, un post-metal n roll.

Otra banda que como Imperial Triumphant, conocí por el compilado de Bandcamp de extrañas bandas de Nueva York. Lamentablemente está parada desde marzo de 2020. Insuperable este disco, un completo 5 de 5. En Spotify

4. Tempest de Driveways, banda de pop punk / post-hardcore de Boston, Massachusetts. Me gusta mucho la música, aunque un poco formulaica y repetida, tiene muy buenos momentos en las partes instrumentales, incluso usando otros géneros y arreglos de sintetizadores, agregando new wave y post-punk. Sin embargo, la voz es tan imitadora y repetida que arruina lo demás. Por eso, un 2,5 de 5 que podría ser más con otro tono vocal (o cantante). Lo peor es que en un puñado de canciones hace un gutural profundo, un growl que suena bastante bueno que apenas usa.

5. A complex of cages (2018) de Barren Earth, banda finlandesa que produce los discos más finos de death metal progresivo y melódico contemporáneo, combinando vieja y nueva escuela, un vocalista excepcionalísimo y un espeluznantemente buen uso de transiciones, pasajes e interludios, que incluyen secciones folk, mientras los riffs van combinando death progresivo, folk metal y rock progresivo setentoso. Es como escuchar Opeth y Amorphis al tiempo, que incluye entonces los sonidos heredados de Pink Floyd y Jethro Tull,  con un vocalista mucho más dramático en sus voces limpias y con un growl potente, brutal. 

Además, en los temas Further Down y Scatterpray hay algo de sonidos ibéricos en unos riffs mientras en Spire podemos escuchar algo más de doom y sludge en las cuerdas, mientras los fraseos de guturales son de death n roll. Este disco no es obvio ni repetitivo sino va explorando dentro de las posibilidades de lo progresivo extremo, uniendo cabos y creando nuevos nexos inesperados. Nunca aburre en los 61 minutos de sus 9 canciones, porque cuando crees que ya entendiste su estilo, agregan percusión, wah wah y folk.

La banda está conformada por el bajista Olli-Pekka Laine (Octoploid y Amorphis), el baterista Marko Tarvonen (Moonsorrow, October Falls, Thy Serpent, Vargrav), los guitarristas Janne Perttilä y Sami Yli-Sirniö (Kreator), el cantante Jón Aldará (Hamferd y Iotunn) y el tecladista Antti Myllynen. 4,5 de 5 sin pensarlo mucho. En Spotify.

6. Apologies Are for the Weak (Redux de 2024 del original de 2009 con un vocalista invitado en cada canción) de Miss May I, banda estadounidense que se pasea por el deathcore, el metalcore, el death melódico y el death metal en cada riffs, cambio de ritmo y tono, convirtiéndose en un puzzle generacional, porque a veces suena al emo de los noventa y en otros tiene riffs dignos del thrash o el death del Bay Area, así que en algunos momentos suenan como un Trivium endemoniado con momentos a lo Carnifex y otras veces una reencarnación gringa de Dark Tranquillity en los noventa. Me gustó bastante, a pesar de lo inconsistente del proyecto, por estar más cerca del metalcore y el death melódico, además de los contratiempos aquí y allá. 

Lamento decir que es un poco excesivo, porque la regrabación trata de meter todo lo mejor del género, con invitados incluidos, por lo que termina siendo una ráfaga excesiva de arreglos y verificaciones de sonido. Pondría un 3,9 de 5. En Spotify.

7. Múr de Mur: debut de la banda islandesa de post-metal progresivo. Empieza un poco lento, casi post-rock y meditativo, pero es realmente un discazo de post-metal extremo a lo Cult Of Luna, con mucho death metal para adornar, sonidos industriales para meter por los lados y distorsiones menos conocidas para que se pongo post-metal, aunque es más Cult-metal, si me atrevo. Los guturales son realmente buenos mientras las guitarras bailan en consonancia con la batería para darle poder a los riffs de olas extremas, con toques progresivos y atmosféricos. En Spotify. Diría 4,3 de 5.

8. Absu de Absu: uno de esos discos que siempre voy a querer, con los que me crié. Recuerdo haber visto una voto de Absu en una revista y me impactó la imagen, pero además que eran de Texas y no de Europa. Estos locos, con un concepto esotérico, de cultura antigua y magia, mezclando black con thrash más efectos que no eran sólo los típicos teclados orquestales, volvieron tras ocho años con su propuesta demoníaca y misteriosa, que incluía el uso de melotrones y sintetizadores para añadirle aires siniestros a la música. 

Es posible rastrear su legado en bandas como Yoth Iria o Watain por un lado y Beherit Tsjuder por otro, así como en otras de folk metal no occidental, como Melechesh, AlNamrood y Nile. Absu fue grabado por el power trío compuesto por el baterista/vocalista Proscriptor McGovern (tan hábil que casi toca en Slayer), Zawicizuz y Aethyris MacKay, todos músicos activos en el black/thrash y Proscriptor con su propia reversión de Absu con nuevos músicos. 4,8 de 5. En Spotify.

9. 3+5 de Melt-Banana: música muy extraña de Japón, presuntamente llamada new-wave grindcore porque tiene música extrema veloz con electrónica experimental, como un chiptune con metal aunque con voz robótica e infantilizada, que es lo que menos me gusta, mientras los temas más enfocados en el noise y el hardcore punk como Scar, Flipside o Hex, son realmente muy buenos.

Quiero escuchar más porque la lista de colaboraciones y giras incluyen los grandes nombres del grindcore y la música experimental desde Fantomas y Napalm Death hasta Merzbow y John Zorn. Diría que 3,8 de 5. En Spotify.

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