29 abril 2025

Post-metal / alternativo, death metal turco, progresivo/djent/avantgarde italiano, death metal gringo, black/punk británico, rap-metal/djent inglés (Hacktivist), doom psicodélico, powerviolence y funeral doom danés, el debut de Lux Terminus (progresivo sinfónico)

1. Scorched Earth (2025) de Harakiri For The Sky: definitivamente uno de los mejores discos del año, con canciones que pueden ser las mejores de la década. El post-black ha pasado ya del shoegaze y de lo puramente extremo para entrar a combinarse magistralmente con el metal y el rock alternativo, incluyendo su versión de Radiohead. Es una banda que hubiese amado escuchar en 1995. Es ahora post-metal con momentos blackgaze y de metal alternativo, como una especie de Jesu o Isis haciendo black metal, con shrieks angustiosos. 4,8 de 5 de oro. Desde Austria con depresión.

2. Murderous Revelations (2025) de Diabolizer: rabioso death metal turco, combinando momentos progresivos, algunos death doom vieja escuela y un sonido cavernoso. Monstruosos representantes del género, aunque quizás mucho menos innovadores, el tema Bloodsteam Bonegrinder tiene riffs disonantes, arreglos técnicos y ferocidad, mientras que el tema Deathmarch of the Murderous Tyrant se enfrenta con el death/black más veloz y perverso, herederos de Deicide y Morbid Angel. 4,2 de 5.

Mustafa Gürcalioğlu, su guitarrista,  también está en Engulfed e Hyperdontia. Su bajista, Malik Çamlıca, también en Hyperdontia. Su segundo guitarrista, Can Yakay Darbaz, también en Engulfed.

3. From Nothing (2025) de Benthos: segundo disco de esta extraordinaria banda de Milán, Italia. Es una banda de metal progresivo contemporáneo, con djent, mathcore y post-hardcore, así que me recuerda a Leprous, Haken y BTBAM, pero también a Twelve Foot Ninja, Cynic y a Dillinger Escape Plan. Tiene canciones épicas, hermosas y expansivas, con loquísimos arreglos electrónicos, con ritmos violentamente enrevesados y guitarras que lo prueban todo, desde lo ambiental hasta los arpegios imposibles, pasando por el metalcore, así que a veces también suenan a Thank You Scientist. La voz, de gran calidad, sí es un poco derivativa. Hay jazz, ambient y post-rock en medio de todo. 4,8 de 5.

Gabriele Landillo (voz), Gabriele Papagni (guitarra), Enrico Tripodi (guitarra), Alessandro Tagliani (batería), Alberto Fiorani (bajo). Muchos temas rozan con lo experimental y lo avant-garde, probando ritmos, tonos y cambios extraños, ni siquiera inscritos en el metal. 

4. Otherworldly Agency (2025, EP) de Goetia: death metal furiosísimo y muy veloz, con geniales riffs de death doom vintage y sonido cavernario pero melódico, buenos solos y un shriek ardiente muy bueno. 4,5 de 5. Antes le puse lo mismo. Son de Washington, D.C. y la voz es como un Mille Petrozza bañado en sangre de vikingos.

5. Under the eternal shadow (2025) de Final Dose: black metal / punk malvado, furioso y old-school pero con un sonido y producción que permite escuchar el d-beat, el hardcore punk y las suciedades de forma identificables. Con dark ambient en algunos interludios. Aunque el disco lo grabó sólo Bruno Fusco, también hay músicos de Brasil, Finlandia y Reino Unido. 4,2 de 5. 

6. Outside of the box (2016) de Hacktivist: Banda de rap metal / nü-metal / djent / metalcore de Milton Keynes, Buckinghamshire, Inglaterra. Suena a veces como Eminem / Dr. Dre con guitarras pesadas y beats industriales. Divertida, sin duda, 3,6 de 5. 

7. Between You, God, the Devil and the Dead (2025) de Avatarium, probablemente mi disco favorito de este año.

8. Adapting // Crawling (2025) de Iron Lung. Powerviolence (hardcore punk con noise rock) de Seattle, Washington. Es un dúo. Muy bueno, especialmente los temas largos. 3,8 de 5.

9. Dødssang (2025) de Nortt: funeral doom con dark ambient, música gótica y algo de noise rock de Dinamarca. Una obra artesanal, sin drone ni ediciones digitales, elaborado con paciencia y elucubración gótica. Buen disco, 3,8 de 5.

10. Superheaven (2025) de Superheaven: dicen los viejos en Venezuela, hi hüele ni yede. Es decir, este disco se pasea por Post-Grunge, Alternative Rock, Shoegaze, Grunge, Emo y Post-Hardcore. Tocan bien, buenos momentos y demasiadas generalidades, muchas obviedades y a pesar de la buena producción, nada relevante, aunque se considera su calidad intepretativa. 2,5 de 5.

11. Cinder (2025) de Lux Terminus: el single con Ross Jennings y Jorgen Munkeby asomaban una maravillosa entrega de metal progresivo sinfónico: con grandes teclados y pianos dramáticos, arreglos asincopados a lo Haken, mucho space rock e influencias del rock progresivo de lo 80. El recorrido implica desarrollar ese delicado balance de usar riffs expansivos y muy pesados de djent con atmósferas orquestales y electrónicas, más un baterista que sea igualmente preciso como potente, en que las influencias del jazz, el metal y la música académica se une. Son Cleveland, Ohio, con Vikram Shankar (Redemption) como líder musical y tecladista. Brian Craft se encarga de los bajos (no hay guitarras) y Matthew Kerschner en la batería.

En los primeros temas hay unas voces femeninas de Lynsey Ward, del trío Espera, que también están en el Rise Radiant de Caligula´s Horse y son conocidas como las coristas de Sleep Token en vivo. 4,7 de 5.

12. Singles de Grinn, la nueva banda progresiva de Liverpool, conformada por Cameron Warren (vocales, guitarra), Federico Spera (guitarra), Tim Dale (batería). Los temas son igualmente dramáticos, metalcoreros y pulidos, hundidos en el rock y el metal alternativo, hasta que se transforman completamente, entonces hay djent, electrónica, tiempos rarísimos y experimentos avant-garde.

12. Fragile Winds (2025) de Cave Sermon. Después del extraordinario Divine Laughter, una vaina rara de post-metal con mucha influencia del black sinfónico y el death metal old-school, la banda cambia completamente para con el mismo marco referencial del post-metal progresivo, atmosférico y fangoso, eliminar el death cavernario y los arreglos sinfónicos para llenar el espacio de trémolos pickings agudísimos, más propios del black atmosférico y el blackgaze, e incluso explorar momentos de emorock, post-rock y noise rock, con muchísimas guitarras melódicas, arpegiadas y enrevesadas, con algunas influencias orientalistas, románticas y hasta country.

Al mismo tiempo, ahora es mucho más progresivo con complejos arreglos rítmicos del sludge. Otro discazo sorprendente que combina mundos disímiles, como growls profundos, guitarras que podrían ser de bandas como Squid. Ahora lo hace todo el australiano Charlie Park. 4,8 de 5. Genial.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Habla, sé serio y organízate.