10 abril 2025

Black melódico británico, folk indie gringo, art pop / indie rock canadiense-estadounidense (con el cantante y guitarrista de Rush), big beat / post-punk londinense, art pop / power pop californiano y indie folk alternativo de Seattle, black avant-garde de Países Bajos

1. The Black Swords Of Winter (EP, 2025) de Ninkharsag: buen black melódico, furioso y perverso, con temas largos y en la escuela de los suecos, pero son de Liverpool, Reino Unido. Hay que escuchar más para ver qué hay de diferente, aunque es brutal, bien arreglado y producido, pero no basta. 3,8 de 5. 


2. Every Dawn's a Mountain (2025) de Tamino: indie folk muy bello, sin country, pero no es lo mío. 2,5 de 5. Muchas orquestaciones.

3. Stygian Waves (2025) de Envy Of None. Maravilloso disco de art rock, indie pop y rock alternativo canadiense-estadounidense. Rock suntuoso con bases electrónicas, que va del techno al funk, muchas melodías poperas presentadas con algo de distorsión en formatos de rock electrónico, pulido con elegancia, detallismo samplero y maravillosa producción. Hay guitarras densas y wall-of-sound, seductoras líneas vocales de la cantante y temas profundos, bien arreglados y complejos con psicodelia, algo de dream pop ligero y hasta downtempo, aunque jamás se van las guitarras (y no hay baterista).

La banda es Alex Lifeson (guitarra, mandolina, banjo, oud y programación - además de miembro fundador de Rush), Andy Curran (bajo, sintetizador, programación, guitarra, coros y estilófono), Alfio Annibalini (guitarra, teclados, programación, coros) y Maiah Wynne (vocales, teclados, sintetizador y programación). Las capas de voces, guitarras y sinterizadores están tejidas cuidadosamente para incorporar influencias de las más rítmicas y cadenciosas formas musicales, desde el bossa nova al RnB. Muy noventero sin sonar repetitivo ni obvio. Delicioso, de principio a fin. 4,7 de 5.

4. Hard Times Furious Dancing (2025) de Snapped Ankles: no esperaba nada y mucho menos está buena dosis de electrónica que parece resumir Faithless, The Chemical Brothers, The Prodigy y Asian Dub Foundation, leno de big beat y breakbeat pero como Red Snapper, tocado por una banda. 

En Sputnikmusic los describen como banda experimental de post-punk de Reino Unido, así como indie rock y psicodélico, pero no escucho nada ni parecido. En RYM Synth Punk y Dance-Punk Revival, pero yo no le agarro la caída, mucho menos viendo cuáles son las bandas más representativas. De todas maneras, 4,6 de 5.

La banda está conformada por Patrick "Paddy" Austin [aka Peter Ashtray] (vocales, guitarra), Giorgio Zampirolo (batería), Saul Ham [aka Sol Haim], Mike Chestnutt (teclados) y Clémentine March (bajo).

5. Los singles de Joviac son alucinantes. Es como un Voyager súper envenenado, más progresivo e increíble. También suena como un Haken con más energía de arena rock. Por momentos suena a A-Ha en progresivo.

6. Portrait Of My Heart (2025) de Spelling: la artista de Sacramento, California, llamada Chrystia Cabral, llega a su quinto disco alrededor de una combinación de guitarras, semi-acústicas y eléctricas, frecuentes arreglos orquestales y varias capas de densidades electrónicas, que RYM dice que es pop rock y rock alternativo, así como también pop progresivo, art rock, revival de post-punk y power pop, que siento que es el género más cercano de verdad, aunque las partes más art y progresivas son increíbles.

Yo lo siento como una reinterpretación, con guitarras un poco más duras que las usadas en el pop rock y muchas cuerdas, del pop de los ochenta, un poco disco y bastante vocal, incluso algo de big music, por medio de una combinación de instrumentos analógicos y electrónicos, que le dan elegancia, brillo y angularidad a lo que no es ni synth-pop ni pop alternativo pero tampoco entra al terreno del rock propiamente.

No por nada el guitarrista es Patrick McCrory, de Turnstile, entonces las guitarras por momentos suenan bastante más pesadas y en otras ornamentales, pero la línea vocal y melódica es más cercana al pop sin ser su base lo electro. 3,8 de 5. Habrá que ver si puede subir más con sucesivas escuchadas.

7. Patience, Moonbeam (2025) de Great Grandpa: otra genial sorpresa de una banda de rock, alt-country y folk indie, que raya entre la música de cámara y el post-rock. En este caso a las suaves melodías de cuerdas se le suman algunas guitarras densas del noise pop y la genialidad melódica de Radiohead, reinterpretadas de forma acústica, que además tienen una vocalización coral y con sentimiento, que no le quita protagonismo a esta rara forma de country / folk rock, en que caben las rarezas eléctricas y los arreglos progresivos. Son de Seattle, así que por momentos se puede rescatar algo de grunge y rock alternativo aquí y allá.

La banda: Al Menne (vocales principales), Pat Goodwin (guitarra, vocales), Carrie Goodwin (bajo, vocales), Dylan Hanwright [aka Slothfella] (guitarra, vocales) y Cam LaFlam (batería, vocales). 

8. Zwart Vierkant: Slotstuk [Cuadrado negro: pieza final] (2025) de Grey Aura: black metal avant-garde, algo como un black melódico con muchos arreglos de thrash progresivo, gracias a una combinación rítmica de batería hiper-detallista que va del mathcore al grind y un bajo jazzeado, además de blast beats, voces semi-gritadas entre operísticas y demenciales, en un torbellino de capas de guitarras haciendo distintas formas concéntricas. Tercer disco en 10 años de estos dementes holandeses.

Aunque hay mucho de black furioso e infernal, baterías de hardcore punk y permanentes arreglos complicados de bajo, con una batería que suena fenomenal para la rapidez y potencia que le imprimen, siempre hay esa sensación atmosférica y progresiva al mismo tiempo, que se permite interludios de jazz-rock y ambient, además de variantes que van del folk rock al grindcore en la batería, lo que enriquece la ráfaga de azufre y fuego del resto de la música.

La banda es Ruben Wijlacker en voces, guitarras acústicas y eléctricas, y sintetizador. Tjebbe Broek también en guitarras, Sylwin Cornielje en bajo y Seth van de Loo (ex-Severe Torture) en batería y percusión. Los invitados agregan tuba, trombone y cello, en el tema Nachten zonder dagen, dándole una nueva dimensión con sonidos latinos y académicos. 

Es toda una obra conceptual, llena de distintos sonidos y texturas, se nota una altísima investigación, producción y experimentación, que terminó en arreglos orquestales que apelan a la música del mundo, puede sonar folclórico balcánico, post-rock, música de cámara contemporánea, experimental, diseño de sonido y hasta pruebas con las distorsión de las guitarras para no sonar repetitivos, obvios ni predecibles. 4,8 de 5.

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