2. Más singles de los 90 + temas del nuevo disco de H.E.A.T, hard rock /AOR sueco, que suenan potentísimo.
3. Fatal Cerebral Lesions (2025, EP) de Rottenness: brutal death / deathgrind de Cancún, México. Potente, malvado y gore. Decentemente bueno, 3,8 de 5. Incluye una versión de Castigo del Brujo, del clásico Matando Güeros de Brujería.
4. Nyron Higor (2025) de Nyron Higor: debut de este cantautor brasileño, alrededor de Música Popular Brasiléira (MPB), Bedroom Pop, Sophisti-Pop y música folclórica brasileña. Sí, es chill, tiene samba y algo de jazz. Suavecito, sabroso, relajante, aunque poco emocionante. 3,3 de 5.
5. XX (2025) de 54: misteriosa banda noruega, con números en los nombres de los integrantes, que se presenta como progresivo extremo, con shrieks de black, guitarras de metal alternativo y ritmos cadenciosos de groove, medios pseudo-industriales. Esto no es progresivo nada, esto es cualquier invento sin mucho sentido. 1,5 de 5. Next.
6. El Ocaso (2025) de Trino. Speed/groove/thrash en español desde Argentina. Suena duro, denso y peligroso. Los riffs de guitarra son realmente buenos, la batería es avasallante y el bajo hace bien su trabajo. Acá hay algo de thrash de la Bahía de los 80, algo de hardcore punk y mucho de groove. Esto es Testament con ANIMAL y Anthrax. 3,7 de 5, aunque las guitarras merecen mucho más.
7. Otherwordly Agency (2025, EP) de Goetia. Banda durísima de death/thrash de Washington. Me gustó, muchísimo, potente, pesadísima y feroz. 4,5 de 5.
8. Nuevos singles de Tetrach, que sonaron como una versión metalcore de Korn, lo que no me agradó, aunque suenen industriales, pesados y bien estructurados.
9. 無題 (Mudai) [8] de downy: disco 2025 de esta banda japonesa de math rock, post-rock y rock electrónico experimental. Una batería con ritmos de cálculos demenciales, un bajo denso a lo sludge y una voz cuasi fantasmal acompañan a raros riffs de guitarra, que incluso pueden desaparecer para hacer pequeños aportes a las canciones y luego apoderarse de todo con brillantes y afiladas ráfagas de ruido, estridencia y atmósfera. Me gustó muchísimo, aunque no es extraordinario, tiene momentos de genialidad, especialmente al combinar patrones bizarros de teclado, bajo y batería, como un Daft Punk estrambótico y tocado por Soni Youth. 4,3 de 5. Las melodías están bajo la bruma de capas de guitarras diversas, que incluyen además pequeños retazos semi-acústicos de rock and roll, ska o funk.
De lo mejor es el tema depletion, en que el post-hardcore, las voces a lo Radiohead y una batería haciendo una rara versión del beat de drum n bass terminan siendo hipnóticos. También es genial spectrum, con lo que parece flamenco, noise rock, piano rock y un bajo jazzeado junto a sintetizadores de bossa nova y una batería frenética que hace distintos cortes repetitivos y repentinos. Es como una versión hiper-saturada de Exótica con garage rock. Cierra el disco con temas más atrevidos, más cercanos al nu jazz, al jazz avantgarde e incluso a la experimentación sónica, aunque también al post-rock. Mucho Radiohead han pasado por sus oídos.
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