0. Gané doble medalla de bronce en kata y kumite individual, con posibilidad de más, con menos nervios y más preparación, me sentí realmente genial, fue lo máximo. Lo mejor fue estrenarme en el circuito de combate libre, fue precavido y conservador y aún así, el novato logró meterse en el podio y hacerlo con mucha elegancia.
1. Skeletá (2025) de Ghost. En su propio género, esta banda sueca de hard rock gótico la vuelve a hacer en grande, con guitarras increíbles, influencias arena rock y el metal sinfónico para hacer power ballads increíbles, una delicada forma de AOR sinfónico. En RYM hablan también de glam metal, pop rock y heavy metal. Sí, se hecha en falta los momentos occult y claro, el rock progresivo, pero creo que es un disco realmente bueno, que será mejor apreciado con el tiempo. 4 de 5.
Ahora Tobías Forge, en la forma de Papa V Perpetua, se encargó de guitarra, bajo y voces, mientras las guitarras contaron también con Fredrik Åkesson (Opeth) y los teclados de Salem Al Fakir. Los últimos temas son geniales, con muchísimas guitarras, solos alucinantes y arreglos que juguetean entre géneros para crear la fórmula Ghost, accesible musicalmente aunque sin dejar de ser rock puro y duro, letras sacrílegas y una imaginería y puesta en escena única, además de arreglos rítmicos excelentes.
2. Marodeur (2025) de Karg. Blackgaze austríaco, que me gusta mucho, con mucho de black atmosférico, con un shriek desesperado y depresivo (V. Wahntraum, también en Harakiri For The Sky), y canciones que se construyendo poco a poco, basadas en capas de guitarras haciendo polifonías, con trémolos gélidos por un lado y otras haciendo algo similar a metal gótico, lo que se acompaña con una batería densa. Lo mejor es que se incorpora música gótica, doom y black atmosférico a una mezcla que es al mismo tiempo muy directa y punzante, no tan shoegaze ni brumosa en la producción. 4,2 de 5.
El tema Annapurna, uno de los singles, tiene un violín que acompaña las formas de la guitarra para darle una nueva capa de romance fúnebre.
3. Bagatelles Vol. 4 de John Zorn, interpretadas ahora por Ikue Mori. Ya tuvimos versión orquestal, otra de jazz y rock progresivo e incluso otra de noise/brutal prog, ahora suena como electrónica minimalista y al mismo tiempo como música oceánica. Esta me la voy a ahorrar (según RYM es Midi Music). 2 de 5.
4. Life Illusion (2025) de Billowing Fog: Trío de metal gótico, aunque Metallum dice que black/doom, los tiempos son mid-tempo y superiores, basados en riffs de trémolo acompañados de cello y voz femenina de la ecuatoriana Carolina Padrón (quien conocí en el Steve Klatt Project, pero con una canción poco afortunada). Los otros dos músicos son de Polonia y Ucrania.
En su Bandcamp hablan de dark metal y black avant-garde y tiene más sentido. Porque es casi experimental, de parte del trío, que sin amarrarse a ningún género en particular, va creando canciones con la paciencia de un artesano, con riffs con alta ganancia, algo disonantes y con tiempos raros, que se combinan con una voz que a veces narra, la mayoría de las veces canta y una batería que no sigue el ritmo sino va intercambiando ritmos, tonos y formas, sin nada predestinado ni un fin muy rígido.
Esto incluye, en el tema Life Illusion, el uso de shrieks. El tema final, casi blackgaze y más melódico, de más de 10 minutos, tuvo momentos incluso de hardcore y post-metal. Magnífico, 4,4 de 5.
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