Publicado el 6 de septiembre de 2017, Vagabond es un viaje plácido a tierras exóticas. Esta agrupación israelí toma elementos conocidos, pero dispares, como el metal progresivo, la música de Medio Oriente o la psicodelia de los 70, para trasladarnos en un vuelo rasante por su propuesta única, sin fórmulas ni repeticiones, ni sobreexponerse.
Distinto a lo que hacen bandas como Orphaned Land -compartían baterista hasta este disco- o Mayan, aquí probaremos avant-garde con el rock progresivo como pivote, con muchas cuerdas y arreglos de vientos, algunos de ellos instrumentos étnicos. Girando entre muchas vocales limpias y algunas guturales, producto de tener dos cantantes, Kjetil Nordhus (Green Carnation) -ahora fuera del grupo- y Eliran Waitzman, emergen del fondo algunos trozos de música judía y gitana o coros hindúes, por lo que podrían estar más emparentados con Thank You Scientist que con otros exponentes del folk metal. Ni brutal ni atronador, aunque con death y doom en su recorrido, el disco es un trago sustancioso pero ligero, a veces cinemático y jazz, con picante momentáneo.
Esta vez me costó mucho elegir un solo tema, porque todos coinciden en regalarte esta fiesta multicultural, donde las guitarras rockeras son acompañadas por saxofón, violín y acordeón. Las canciones no son repetitivas, aunque suaves y cadenciosas, algunas tienen más jazz, más metal y más trompetas. Hay que comérselo completo. Delicioso.
Como premio a recorrer el mundo desde su óptica de rock progresivo de metales y percusión oriental, el disco finaliza con una versión libre de Space Oddity de David Bowie.
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