30 abril 2025

Lo nuevo de Landmvrks (nü-metal / metalcore), Viagra Boys (dance-punk / garage rock) y Eluveitie (folk metal celta / melodeath), Venom Inc (speed/heavy/trash), post-black progresivo francés, nuevo de Painkiller (free jazz / metal avantgarde), indie rock / grunge, musique concrète, folk pop rock de uruguayas

1. Avé (2017) de Venom Inc. Proyecto alterno de Tony "Demolition Man" Dolan y Mantas, y por unos segundos también Abbadon, para reunir a parte de la formación  de Venom de 1989 a 1992 (sin Cronos, quien tuvo también su proyecto aparte). En 2015 formaron esta banda, en 2018 salió Abbadon. El disco es una especie de heavy metal pesado, alimentado de speed y thrash/groove con momentos industriales y batería programada. Un dato interesante es que Chuck Billy de Testament era su manager.

2. Kadash (2025) de The Great Old Ones: post-black metal progresivo francés con shoegaze, sludge atmosférico y post-hardcore dentro de una envoltura perversa y metálica dedicada a la literatura de horror, que reseñé acá.

3. The Great God Pan (2025) de Painkiller: tercer disco de los pioneros del jazz/metal/avantgarde/ambient inspirado en la novela gótica de Arthur Machen del mismo nombre. Es el final de la trilogía compuesta por The Equinox (2025, más electrónico) y Samsara (2025, más avantgarde jazz). En este caso el jazz (Dark, Free) va por los lados del ambiente (Dark, Ritual Ambient).

La banda, por supuesto, es John Zorn (saxofón alto, voz), Bill Laswell (bajo, sampler) y Mick Harris (batería, voz, electrónica, efectos). Es el menor en calidad, me parece. 3,5 de 5.

4. Crave (2025, EP) de Kills Birds. Poderoso puñado de canciones con voz femenina, guitarras inmensas : estridentes, gruesas y potentes, que rememoran la explosividad del grunge, pasando de la calma susurrada al intenso ardor abrasivo, aunque con un sonido mucho más pesado. Según RYM es indie rock y rock alternativo (cuando no hay distorsión) pero también Post-Hardcore, Noise Rock y Shoegaze, este último menos presente. Los 90 viven en ellos de forma novedosa, porque son ruidosos y densos, aunque no hay pizca de dream pop o alt-pop, aunque sí hay melodías vocales, tiernas y seductoras, que parecen venir del folk o world music, sobra es la actitud del género nacido en Seattle con camisas de leñador y desprecio por las corrientes más establecidas del rock y el metal. Me gustan, 4,2 de 5.

Son de Los Angeles, California, conformada por Nina Ljeti (voz), Jacob Loeb (guitarra), Fielder Thomas (bajo) y Griffin Kisner (batería).

5. Ear World (2025) de Dorothy Carlos: música rara que he escuchado y esto. La cellista hace un disco que es descrito como de Glitch y Musique concrète, además de Sound Collage, Avant-Folk y Sound Poetry. Esto significa que la artista usó sonidos grabados, de voz humana, naturaleza, aparatos electrónicos, su instrumento musical y narraciones para alterarlas digitalmente en forma de collage, jugando con distintas formas de edición y grabación. Ella usa multi-canales y un cello eléctrico, entre otras, y se mueve entre Chicago y Nueva York, según su página web. No es Autechre ni Nicolás Jaar, así que 3 de 5.

6. The Darkest Place I've Ever Been (2025) de Landmvrks: este disco muestra una fusión del metalcore / post-hardcore / rock alternativo cultivado ahora con nü-metal y mucho hip hop francés. Permanecen las voces gritadas, incluso los growls ultra profundos, las guitarras duras y expansivas, los fondos ambientales e incluso algunos breakdowns, aunque ahora hay más cercanía a lo alternativo, el rock electrónico y la fusión de los años 2000.

7. Viagr Aboys (2025) de Viagra Boys: los reyes del punk blues / dance-punk / art punk / post-punk y otros derivados, llegan a su cuarto disco con mucho más que sintetizadores con cresta e imperdibles, pues se presentan con mucho sonido de revival pero también duras guitarras sucias, algo de garage rock e incluso psicodelia setentosa, además de un saxofón demente en el tema Best in Show pt. IV, sin duda el mejor de todo el disco. 3,8 de 5. 

8. Ànv (2025) de Eluveitie: hablando de cambios, la banda suiza de melodeath / metal celta, a veces muy celta rock y menos metal, presenta un discazo furioso en que incorpora algo que parecía obvio pero no lo fue hasta ahora, fusión de death melódico, veloz y explosivo, con metal sinfónico y folk metal, para que ya no sea un choque de sonidos sino una amalgamiento metalero que da mucha más sonoridad y profundidad. 

Es quizás el disco más pesado y oscuro, pero también melódico y progresivo, a pesar que conserva el sabor celta, ahora hay un sonido más orquestal y al mismo tiempo, atmosférico y extremo.  Además, los growls son poderosísimos, y hay flautas, gaitas, violín y hurdy gurdy, entre muchos otros instrumentos folclóricos, para darle la tónica celta y sinfónica. Brutalísimo, 4,6 de 5. 

9. Omegaphilia (2017) de Merrimack: black metal anti-cristiano francés, de lo mejor del género. Disonante, furioso, con un shriek que hace arder iglesias e invocaciones impurísimas. Es un disco apotéosico, con una estética y textura de grandiosidad orquestal, entre el war metal y el black melódico, oscilando también entre el death doom y el black sinfónico más rudo, lleno de blast beats y riffs asincopados en forma de ráfaga bestial. Me encanta, es un disco con temas súper extensos, que claramente bebe de la sangre de Marduk y Mayhem. 4,5 de 5. 

10. The End Will Show Us How (2025) de Tremonti. Lo escuché en enero, y me gustó muchísimo. 4,4 le puse en ese momento. Sexto disco de este proyecto de thrash / hard rock / metal progresivo de Mark Thomas Tremonti, guitarrista líder de Alter Bridge y Creed. También un vocalista genial, con una suave pero muy hábil voz para el rock alternativo, las canciones están llenas de un amplísimo repertorio de guitarras acústicas y riffs rockeros muy creativos y melódicos, que van desde el country-rock al post-rock, pasando por el metal alternativo, el hard rock y claro, el post-grunge. El disco además tiene brillantes momentos de arreglos progresivos que sorprenden aquí y allá, y un relajante ambiente y sonido cuidadosísimo que me ha atrapado.

11. Dulces Pecadoras (2025) de La Dulce, banda de Samantha Navarro (vocales, guitarra), Ana Claudia de León (vocales, batería, percusión), Andrea Viera (vocales, saxo), Mariana Vázquez (vocales, charango) y Eduardo Yaguno (bajo) junto a Ana Prada. Un proyecto de mujeres uruguayas para dejar sus carreras solistas y hacer rock, pop y folclor, desde el humor y la puesta en escena en vivo. Maravilloso. Suena a murga. 4,5 de 5.

12. Rompe (2025, EP) de Ximena Sariñana: Increíble EP de la mexicana, lleno de rock y desenfado. Algunos temas con guitarras pesadas, otras con algo de fusión latina y electrónica, pero una excelente colección de temas, quizás lo que más me ha gustado de ella. 

13. Singles de Bury Tomorrow para su disco 2025, realmente buenos. Metalcore melódico con un grito súper punzante, entre growl y screamo, así como una buena voz limpia. Viene bueno.

Kadath (2025) de The Great Old Ones: post-black metal sinfónico, atmosférico y progresivo francés, pero que rompe esquemas al incorporar shoegaze y post-hardcore

Kadath (2025) de The Great Old Ones, un disco publicado en enero de 2025 alrededor del post-black metal sinfónico, atmosférico y progresivo francés, con un sonido engrasado de sludge y embellecimientos melódicos. 

Son de Burdeos, y según su Bandcamp, hay post-hardcore y shoegaze en su receta musical, lo que implica un álbum lleno de capas de sonidos, incluyendo atmósferas no metaleras, que incluyen muchos momentos meditativos de varias guitarras haciendo riffs asincopados y polifónicos, que pueden pasar de momentos lúcidos llenos de calma contenida y hermosa, casi barroca, a un wall-of-sound de distorsión expansiva y potente. Todo construido lentamente, con canciones extensas y pacientes.

Puede sonar al black atmosférico y opresivo de otros congéneres de estilo, con sus muchas capas de sonidos expansivos, que parecen agujas caóticas que se disparan a todos lados y son atraídas de nuevo a un núcleo duro riffs confusos y laberínticos, aunque el sonido oscuro está lleno de fango, hay muchísimo de progresivo en la composición y death técnico en el performance, conformando un combo de claroscuros estilísticos y sónicos. Se escucha lo que quieren hacer, aunque no de forma transparente y sin llegar a la obscura forma de Deathspell Omega. 

Conceptualmente el disco se basa en la búsqueda en sueños de la desconocida Kadath, una novela corta del escritor estadounidense H. P. Lovecraft, la última de su ciclo onírico y publicada póstumamente, seis años después de su fallecimiento, y a quien cuya obra literaria la banda le ha dedicado sus cinco producciones.

Es ciertamente un disco que parece un sueño, están allí todos los objetos y cosas que podemos recordar pero se van cubriendo de una bruma con cada momento de la vigilia. La música es así, hiper-enfocada y puntillista, con decenas de escenas y momentos que se van entrelazando, entre gritos y luminosas guitarras que se escapan de la vorágine del sludge, hacen arpegios y arrojan esa belleza caótica e irreverente del shoegaze, con un bajo magnífico acompañando los imposibles y estimulantes ritmos de tiempos infinitesimales, con un sonido realmente transparente que sin perder intensidad ni perversidad, lo que permite reconocer los instrumentos en sus cambios y volteretas, incluyendo arreglos de bajo que desde el fondo van definiendo melodías y florituras. 

La banda está conformada por Benjamin Guerry (Guitarra, Voz), Aurélien Edouard (Guitarra) (2016-presente), Julian Deana (Batería) (2021-presente), Gregory Vouillat (Bajo) (2024-presente) y Hugo Bernart (Guitarra) (2025-presente). Francis Caste fue el productor, ingeniero, mezclador y masterizador, quien también hizo voces adicionales. 4,7 de 5. En Spotify. Como dato curioso, esta banda ha publicado dos covers: Bachelorette de Björk (2013) y Second Rendez-Vous del compositor francés de música electrónica, Jean Michel Jarre (2025), lo que revela su interés por la música no metalera como influencia e inspiración.

29 abril 2025

Post-metal / alternativo, death metal turco, progresivo/djent/avantgarde italiano, death metal gringo, black/punk británico, rap-metal/djent inglés (Hacktivist), doom psicodélico, powerviolence y funeral doom danés, el debut de Lux Terminus (progresivo sinfónico)

1. Scorched Earth (2025) de Harakiri For The Sky: definitivamente uno de los mejores discos del año, con canciones que pueden ser las mejores de la década. El post-black ha pasado ya del shoegaze y de lo puramente extremo para entrar a combinarse magistralmente con el metal y el rock alternativo, incluyendo su versión de Radiohead. Es una banda que hubiese amado escuchar en 1995. Es ahora post-metal con momentos blackgaze y de metal alternativo, como una especie de Jesu o Isis haciendo black metal, con shrieks angustiosos. 4,8 de 5 de oro. Desde Austria con depresión.

2. Murderous Revelations (2025) de Diabolizer: rabioso death metal turco, combinando momentos progresivos, algunos death doom vieja escuela y un sonido cavernoso. Monstruosos representantes del género, aunque quizás mucho menos innovadores, el tema Bloodsteam Bonegrinder tiene riffs disonantes, arreglos técnicos y ferocidad, mientras que el tema Deathmarch of the Murderous Tyrant se enfrenta con el death/black más veloz y perverso, herederos de Deicide y Morbid Angel. 4,2 de 5.

Mustafa Gürcalioğlu, su guitarrista,  también está en Engulfed e Hyperdontia. Su bajista, Malik Çamlıca, también en Hyperdontia. Su segundo guitarrista, Can Yakay Darbaz, también en Engulfed.

3. From Nothing (2025) de Benthos: segundo disco de esta extraordinaria banda de Milán, Italia. Es una banda de metal progresivo contemporáneo, con djent, mathcore y post-hardcore, así que me recuerda a Leprous, Haken y BTBAM, pero también a Twelve Foot Ninja, Cynic y a Dillinger Escape Plan. Tiene canciones épicas, hermosas y expansivas, con loquísimos arreglos electrónicos, con ritmos violentamente enrevesados y guitarras que lo prueban todo, desde lo ambiental hasta los arpegios imposibles, pasando por el metalcore, así que a veces también suenan a Thank You Scientist. La voz, de gran calidad, sí es un poco derivativa. Hay jazz, ambient y post-rock en medio de todo. 4,8 de 5.

Gabriele Landillo (voz), Gabriele Papagni (guitarra), Enrico Tripodi (guitarra), Alessandro Tagliani (batería), Alberto Fiorani (bajo). Muchos temas rozan con lo experimental y lo avant-garde, probando ritmos, tonos y cambios extraños, ni siquiera inscritos en el metal. 

4. Otherworldly Agency (2025, EP) de Goetia: death metal furiosísimo y muy veloz, con geniales riffs de death doom vintage y sonido cavernario pero melódico, buenos solos y un shriek ardiente muy bueno. 4,5 de 5. Antes le puse lo mismo. Son de Washington, D.C. y la voz es como un Mille Petrozza bañado en sangre de vikingos.

5. Under the eternal shadow (2025) de Final Dose: black metal / punk malvado, furioso y old-school pero con un sonido y producción que permite escuchar el d-beat, el hardcore punk y las suciedades de forma identificables. Con dark ambient en algunos interludios. Aunque el disco lo grabó sólo Bruno Fusco, también hay músicos de Brasil, Finlandia y Reino Unido. 4,2 de 5. 

6. Outside of the box (2016) de Hacktivist: Banda de rap metal / nü-metal / djent / metalcore de Milton Keynes, Buckinghamshire, Inglaterra. Suena a veces como Eminem / Dr. Dre con guitarras pesadas y beats industriales. Divertida, sin duda, 3,6 de 5. 

7. Between You, God, the Devil and the Dead (2025) de Avatarium, probablemente mi disco favorito de este año.

8. Adapting // Crawling (2025) de Iron Lung. Powerviolence (hardcore punk con noise rock) de Seattle, Washington. Es un dúo. Muy bueno, especialmente los temas largos. 3,8 de 5.

9. Dødssang (2025) de Nortt: funeral doom con dark ambient, música gótica y algo de noise rock de Dinamarca. Una obra artesanal, sin drone ni ediciones digitales, elaborado con paciencia y elucubración gótica. Buen disco, 3,8 de 5.

10. Superheaven (2025) de Superheaven: dicen los viejos en Venezuela, hi hüele ni yede. Es decir, este disco se pasea por Post-Grunge, Alternative Rock, Shoegaze, Grunge, Emo y Post-Hardcore. Tocan bien, buenos momentos y demasiadas generalidades, muchas obviedades y a pesar de la buena producción, nada relevante, aunque se considera su calidad intepretativa. 2,5 de 5.

11. Cinder (2025) de Lux Terminus: el single con Ross Jennings y Jorgen Munkeby asomaban una maravillosa entrega de metal progresivo sinfónico: con grandes teclados y pianos dramáticos, arreglos asincopados a lo Haken, mucho space rock e influencias del rock progresivo de lo 80. El recorrido implica desarrollar ese delicado balance de usar riffs expansivos y muy pesados de djent con atmósferas orquestales y electrónicas, más un baterista que sea igualmente preciso como potente, en que las influencias del jazz, el metal y la música académica se une. Son Cleveland, Ohio, con Vikram Shankar (Redemption) como líder musical y tecladista. Brian Craft se encarga de los bajos (no hay guitarras) y Matthew Kerschner en la batería.

En los primeros temas hay unas voces femeninas de Lynsey Ward, del trío Espera, que también están en el Rise Radiant de Caligula´s Horse y son conocidas como las coristas de Sleep Token en vivo. 4,7 de 5.

12. Singles de Grinn, la nueva banda progresiva de Liverpool, conformada por Cameron Warren (vocales, guitarra), Federico Spera (guitarra), Tim Dale (batería). Los temas son igualmente dramáticos, metalcoreros y pulidos, hundidos en el rock y el metal alternativo, hasta que se transforman completamente, entonces hay djent, electrónica, tiempos rarísimos y experimentos avant-garde.

12. Fragile Winds (2025) de Cave Sermon. Después del extraordinario Divine Laughter, una vaina rara de post-metal con mucha influencia del black sinfónico y el death metal old-school, la banda cambia completamente para con el mismo marco referencial del post-metal progresivo, atmosférico y fangoso, eliminar el death cavernario y los arreglos sinfónicos para llenar el espacio de trémolos pickings agudísimos, más propios del black atmosférico y el blackgaze, e incluso explorar momentos de emorock, post-rock y noise rock, con muchísimas guitarras melódicas, arpegiadas y enrevesadas, con algunas influencias orientalistas, románticas y hasta country.

Al mismo tiempo, ahora es mucho más progresivo con complejos arreglos rítmicos del sludge. Otro discazo sorprendente que combina mundos disímiles, como growls profundos, guitarras que podrían ser de bandas como Squid. Ahora lo hace todo el australiano Charlie Park. 4,8 de 5. Genial.

28 abril 2025

Separación de Zapato 3 (post-punk venezolano), metalcore / holy terror brutal, remezcla de Carnal de Nothing More (post-hardcore / rock alternativo), indie folk/rock, death doom progresivo, thrash alemán, neo-dark folk noruego, misterioso black atmosférico, post-metal atmosférico de Kansas y rock electrónico de Cumaná

1. Separación (1993) de Zapato 3: Clásico inmediato del post-punk y rock alternativo de Venezuela, lleno de teclados góticos, guitarras psicodélicas y canciones inspiradas en el hard rock. Tiene mi canción favorita de ellos: Obstinado, además de El amor es sangre. 4,8 de 5.

2. Earth Crisis / Integrity (2025, Split): tres temas arrolladores de Metalcore / Holy Terror de Earth Crisis, impresionante, brutalísimos e intensos. 4,5 de 5. Tiene death, thrash y algo de grind (y hacen una versión de Integrity). De Syracuse, Nueva York. Los dos temas de Integrity, Cease To Exist y Firestorm, son versiones extendidas que hacen de Earth Crisis del disco Forever True. La primera empieza como un violento metalcore que luego se transforma en un raro rock psicodélico y stoner, mientras que la segunda es una repetitiva rendición de un riff percusivo. Maravilloso.

3. Carnal (2024, versión 2025 Deluxe) de Nothing More. Emotivo, pesado y diverso disco de metal/rock alternativo de San Antonio, Texas. Con unas vocales post-hardcore de esas que recuerdan a una versión metalera de Michael Jackson, aunque también hay influencias del rock alternativo / grunge de los 90, especialmente a Brian Molko de Placebo, sobre todo en temas como Freefall aunque no exclusivamente sino está en casi todos los temas. Muchos arreglos electrónicos bien producidos, un bajo denso y guitarras altamente bien hechas, presentan una especie de revival del rock alternativo con texturas contemporáneas, que incluyen invitar a los cantantes de I Prevail y Disturbed a hacer una y otra cosa. Buen puente entre ambas generaciones y con coros pegadizos, increíblemente atractivos. No me gustó, me encantó. 4,3 de 5. 

4. Spring Grove (2025) de The Ophelias: Desde Cincinnati, Ohio, un cuarteto de chicas que hacen una mezcla increíble de indie folk e indie rock, por momentos chamber pop y en otros bastante punk, digna heredadera del folk rock alternativo de los 90. Lo mejor, las orquestaciones reales y los coros de indie pop. 4,3 de 5. 

La banda es Spencer Peppet (vocales, guitarra), Mic Adams (batería), Andrea Gutmann Fuentes (violín) y Jo Shaffer (bajo). Según ellas mismas se trata de Mermaid Rock y Marxist Rock. Se recordaron a boygenius pero con mucho más folk y guitarras ruidosas. Un bálsamo de disco.

5. Ego Dissolution (2025) de Ancient Death: refrescante disco de death metal, que toma de los clásicos del death doom y del death progresivo como Gorguts, Death y Pestilence, con una voz en rangos similares y algunos otros ingredientes extras que van desde arreglos e interludios de thrash técnico, algo de psicodelia y de rock progresivo, para crear temas mid-tempo de sonidos cavernarios y decantes, resaltando el sonido acústico de la batería pero junto a sintetizadores, solos de guitarra magníficos y arreglos progresivos, se presentan con un performance exquisito, sin dejar de ser extremos y oscuros.

Son de Walpole, Massachusetts. 4,8 de 5. Su guitarrista, Jerry Witunsky, está con Atheist desde 2023. 

6. Extreme Aggression (1989) de Kreator. Mi disco favorito de estos alemanes, absolutamente responsables de la génesis y desarrollo del metal extremo, desde el más brutal y directo hasta el más progresivo, técnico o de avanzada que viene después. 

Desde la voz, aguda y aserrada, rúbrica de esta banda y absolutamente definitoria de lo que serían los shriek hasta las guitarras, afiladas y con cambios de tiempo, hasta los arreglos de bajo y la combinación de feroces formas instrumentales con melodía, además con una producción impecable que permitía distinguir cada instrumento sin perder poderío, permite encontrar sus influencias hasta el thrash, black/thrash, black y death melódico y hasta en el actual groove/metalcore tipo Lamb Of God. En el tema final, Fatal Energy, encontramos unos riffs épicos y agudos que pueden llegar incluso hasta el metal avantgarde más contemporáneo.

5 de 5.

7. Birna (2025) de Wardruna. Una hermosura oscura de dark folk noruego, de los mismos que hicieron parte de la música de Vikings de Netflix.

8. I I (2025) de Blood Abscission, proyecto de black atmosférico anónimo y misterioso, sin revelar miembros ni país de origen. Según su Bandcamp son "black metal impresionista". Suena bastante sucio, aunque no me queda claro si es un error de producción o una intencionalidad, porque la guitarra principal suena transparente y con lo que parecen teclados de apoyo, que a veces suenan bastante al frente, mientras que la voz en shriek suena al fondo, de forma similar a la poderosa batería. Es un buen disco, sobre todo con el tema II - I I I, en la que las texturas y la hermosura brutal están más claros, con tonos más melódicos y expansivos. En el tema II - I V, se notan influencias del dark ambient, post-metal e incluso sonidos de estática y espaciales, un poco a lo Blood Incantation. El tema final, con voces femeninas y un súper blast beats también es extraordinario. Grandioso este disco que comienza un poco genérico y mejora increíblemente. Le pongo 4,3 de 5 pero puede ser más posteriormente.

9. Life Is Violence (2025) de Idle Heirs. Post-metal de lenta cocción, guitarras de concreto y un grito/shriek desesperado y estertóreo. de Kansas City, Missouri, me hizo recordar a Cult Of Luna y a Russian Circles, aunque entre los minuciosos y frenéticos minimalismos de una guitarra que se entremezcla entre ruidos de estática y delicados trémolo picking, espaciosos y cósmicos, también hay espacio para algo entre el metal sinfónico, el screamo y hasta el rock alternativo. 

El tejido se logra gracias a un sexteto que incluye cuatro músicos agregando guitarras y dos de ellos también sintetizadores (o al revés), conformado por Josh Barber (guitarra eléctrica, sintetizador, compositor, productor), Brandon Yangmi (guitarra eléctrica, ingeniero de grabación, coproductor), Sean Ingram (voz principal, compositor), Ben Turkovic (batería), Chris Gochis (guitarra eléctrica) y Brad Trinkl (sintetizador, guitarra eléctrica). 

Eso implica momentos de amplia wall-of-sound pero en lugar de ser un sonido que abarca todo, llena de armónicos y estridencias, se privilegia la voz y el sonido del sludge atmosférico, con mucha batería y arreglos percusivos, al mejor estilo de The Ocean Collective, del cual Ingram fue su cantante por dos discos. Tres de los músicos vienen de la banda progresiva Existem y otro de la escena de rock indie, lo que le da esa combinación distinta para el post-metal, con un sonido mucho más limpio, de baja ganancia y transparente, menos corrosivo y abrumador. Me gusta, 4,4 de 5.

10. Origami (2014) de Ohmio, segundo disco de la banda de rock electrónico de Cumaná, estado Sucre, que ganó el Festival 100% Rock Venezolano y luego se metió en el Festival Nuevas Bandas. Sin los singles más exitosos como Plástico y Electrocardiograma. Buenísimo este disco, apenas escuchado y producido por Jean De Oliveira (Candy 66). Buenísimas las guitarras y la fusión con electrónica, temas emotivos y bien construidos, no hay excesos ni nada de pop, sino un buen álbum de rock, incluyendo la balada cuasi-folk Luz y cierra con un tema que llega al metal alternativo, Umbral, de verdad una joya de canción. 4,4 de 5, fácil.

27 abril 2025

Lo nuevo de Lik (death melódico sueco) y Svnth (blackgaze / post-metal italiano con raga rock), black metal británico, black/sludge progresivo internacional (Ven-Col-Hol), hard rock finlandés, el debut de Ice Nine Kills remezclado, slam metal y versiones "samurai" de Children Of Bodom, garage punk psicodélico gallego, straight edge hardcore y garage punk gótico

1. Disintegration XI (2025) de Inconsessus Lux Lucis: sucio black metal británico como debe ser, incorporando melodías e inspiraciones del punk, doom y orígenes del género con un sonido intencionadamente diabólico, asqueroso y perverso. Me recordó de alguna forma a Celtic Frost y a Emperor, por la incorporación de rarezas electrónicas, riffs circulares inspirados en la música clásica y una estructura progresiva en las canciones, así como una batería entre D-beat y ritualista, como la de Satyricon. Sin embargo, a pesar de las claras raíces y sonidos derivativos, tiene un riqueza amplia e inventiva propia, especialmente en voces, aunque también en la combinación instrumental. 4,2 de 5.
2. Símbolos (2025) de Aníbal Ojeda: el multi-instrumentista venezolano residencia en Utrecht, Países Bajos, presenta su primer álbum, después de dos EPs, alrededor del varios géneros del metal, que pueden ser sludge psicodélico en algunos temas y black/thrash progresivo con arreglos sinfónicos en otros, siempre con un bajo muy técnico, sintetizadores en armonía con las guitarras y buenos guturales entre industriales y black. Músicos de Países Bajos, Curazao, Colombia y Estados Unidos lo acompañan en bajo, teclados y voz. Cierra de forma hermosa, con un jazz metal liderado por un riff de trompeta melancólica. 4,2 de 5.

3. Pink Noise Youth (2025) de Svnth: blackgaze / post-metal con una riquísima instrumentación, que combina shrieks con voces limpias más gótica y aunque los dos primeros temas son una mala introducción vocal, luego el disco va paseando por post-black con música del sudeste asiático y Raga Rock (como a lo Kula Shaker), doomgaze/post-rock de lenta cocción y profundidad, mid-tempo para desarrollar ideas peculiares y hermosas de blackgaze, así como potente post-black melódico.

La banda: Rodolfo Ciuffo en bajo, voz (principal), guitarras (acústicas y eléctricas), citara y teclados, orquestaciones y bajo sin trastes. Valerio Primo: platillos, pandereta y timbales, voz, shaker (huevitos de percusión). Alessandro Canzoneri: batería. Alessandro De Falco: guitarras (eléctricas), voz (acompañamiento), vibraslap, guitarras (clásicas y acústicas de 12 cuerdas). Un disco redondo y para contemplar, 4,6 de 5.

4. Falling Throught Stars (2025) de Laurenne / Louhimo: excelente disco de  hard rock, heavy y algo de power metal sinfónico, entre las cantantes finlandesas Noora Louhimo (Battle Beast) y Netta Laurenne (Aortha, Black Sun). 4,3.

5. Necro (2025) de Lik. Death melódico sueco con mucha rabia, guitarras con algo de fry y algunos sonidos fangosos de sludge, así como algunos riffs de death n roll, black metal e incluso hardcore. Me recuerda a Grave por momentos. Banda de Niklas Sandin, también bajista de Katatonia. Están invitados como vocalistas Nick Holmes (Paradise Lost) y Linnea Landstedt (Tyrannex, speed/thrash). Es bestial y denso, casi cavernario aunque está más en el camino medio entre el death vieja escuela y el melódico inicial, con algo de punk/black en las voces y distorsión. 4,2 de 5. El tema Morgue Rat es increíble.

6. Last Chance to Make Amends (2006, remix 2025) de Ice Nine Kills: antes de ser la banda de metalcore melódico sinfónico, horror punk y conceptualizada en películas de terror, eran una casi ingenua banda de pop punk / emo, con momenticos de screamo y metalcore melódico. Es una niñería de álbum, perfecto para la época de MP3. Súper revival de los 90. La banda de Boston, liderada desde entonces y fundamentalmente por Spencer Charnas.

7. Volumes of Dismal Manifestations Book I (2025) de Short Bus Pile Up: me encanta cuando uno consigue bandas de brutal death y/o slam metal que no son típicas. Esta me gusta, lenta, extrema y con un pig squeal combinado con growl. Gore y mezclado con cultura y momentos de rap/hip hop. Son de  Fredericksburg, Virginia. Es puro humor negro. 3,5 de 5. 

8. Children Of Bushido (2025) de Ryoji Shinomoto: Versiones de Children Of Bodom en "samurai metal" al combinar melodeath con música folclórica japonesa por medio de guitarra, voz, shamisen, erhu, koto y taiko. Ryoji está detrás de la extraordinaria Ryujin (ex-Gize). 3,8 de 5 aunque un par de versiones son increíbles y muchos de los arreglos folk japoneses son brillantes.

9. White Fire (2025) de Samesugas: suena como un garage punk psicodélico, con post-grunge de Santiago de Compostela, Galicia, España. Es realmente bueno, bastante único. Se notan las influencias de The Ramones pero las guitarras chirriantes los hacen bien particulares.

10. Weapon X Demo 2 (2025) de XweaponX: hardcore metálico / metalcore / beatdown hardcore. Proyecto alterno de Isaac Hale y Bryan Garris, guitarrista y vocalista de Knocked Loose. Súper divertido y pesado, 4,2 de 5.

11. Devil Ultrasonic Dream (2025) de Teen Mortgage: Después del EP Life/Death más o menos maloso, el disco viene con esa forma oscura, casi gótica, de surf garage punk, con muchísimo reverb, un sonido como cavernoso y ochentoso. Mucho mejor, extraño y disfrutable. 3,9 de 5. Según su Bandcamp, los de Washington D.C. también hacen post-punk, desert rock y stoner, lo que explicaría las segundas guitarras tan afiladas y el bajo totalmente fangoso.

12. Tooth and Nail (2025) de Dormant Ordeal: extraordinario death disonante, furioso y técnico de Polonia. Un discazo lleno de opresión musical, guitarras en polifonía perversa y un growl impresionante. 4,6 de 5. 

26 abril 2025

Lo nuevo de Ghost (AOR / hard rock), Karg (blackgaze), bagatelles de Jhon Zorn en Midi y black/doom gótico internacional

 0. Gané doble medalla de bronce en kata y kumite individual, con posibilidad de más, con menos nervios y más preparación, me sentí realmente genial, fue lo máximo. Lo mejor fue estrenarme en el circuito de combate libre, fue precavido y conservador y aún así, el novato logró meterse en el podio y hacerlo con mucha elegancia. 

1. Skeletá (2025) de Ghost. En su propio género, esta banda sueca de hard rock gótico la vuelve a hacer en grande, con guitarras increíbles, influencias arena rock y el metal sinfónico para hacer power ballads increíbles, una delicada forma de AOR sinfónico. En RYM hablan también de glam metal, pop rock y heavy metal. Sí, se hecha en falta los momentos occult y claro, el rock progresivo, pero creo que es un disco realmente bueno, que será mejor apreciado con el tiempo. 4 de 5. 

Ahora Tobías Forge, en la forma de Papa V Perpetua, se encargó de guitarra, bajo y voces, mientras las guitarras contaron también con Fredrik Åkesson (Opeth) y los teclados de Salem Al Fakir. Los últimos temas son geniales, con muchísimas guitarras, solos alucinantes y arreglos que juguetean entre géneros para crear la fórmula Ghost, accesible musicalmente aunque sin dejar de ser rock puro y duro, letras sacrílegas y una imaginería y puesta en escena única, además de arreglos rítmicos excelentes.


2. Marodeur (2025) de Karg. Blackgaze austríaco, que me gusta mucho, con mucho de black atmosférico, con un shriek desesperado y depresivo (V. Wahntraum, también en Harakiri For The Sky), y canciones que se construyendo poco a poco, basadas en capas de guitarras haciendo polifonías, con trémolos gélidos por un lado y otras haciendo algo similar a metal gótico, lo que se acompaña con una batería densa. Lo mejor es que se incorpora música gótica, doom y black atmosférico a una mezcla que es al mismo tiempo muy directa y punzante, no tan shoegaze ni brumosa en la producción. 4,2 de 5.

El tema Annapurna, uno de los singles, tiene un violín que acompaña las formas de la guitarra para darle una nueva capa de romance fúnebre. 

3. Bagatelles Vol. 4 de John Zorn, interpretadas ahora por Ikue Mori. Ya tuvimos versión orquestal, otra de jazz y rock progresivo e incluso otra de noise/brutal prog, ahora suena como electrónica minimalista y al mismo tiempo como música oceánica. Esta me la voy a ahorrar (según RYM es Midi Music). 2 de 5.

4. Life Illusion (2025) de Billowing Fog: Trío de metal gótico, aunque Metallum dice que black/doom, los tiempos son mid-tempo y superiores, basados en riffs de trémolo acompañados de cello y voz femenina de la ecuatoriana Carolina Padrón (quien conocí en el Steve Klatt Project, pero con una canción poco afortunada). Los otros dos músicos son de Polonia y Ucrania.

En su Bandcamp hablan de dark metal y black avant-garde y tiene más sentido. Porque es casi experimental, de parte del trío, que sin amarrarse a ningún género en particular, va creando canciones con la paciencia de un artesano, con riffs con alta ganancia, algo disonantes y con tiempos raros, que se combinan con una voz que a veces narra, la mayoría de las veces canta y una batería que no sigue el ritmo sino va intercambiando ritmos, tonos y formas, sin nada predestinado ni un fin muy rígido. 

Esto incluye, en el tema Life Illusion, el uso de shrieks. El tema final, casi blackgaze y más melódico, de más de 10 minutos, tuvo momentos incluso de hardcore y post-metal. Magnífico, 4,4 de 5. 

25 abril 2025

Lo nuevo de Teramaze (progresivo alternativo), Mayday Paradise (emo-pop / rock alternativo), Beirut (indie folk / chamber pop), progresivo sinfónico / groove / thrash técnico con Hannes Grossmann

1. Sweet (2025) de Mayday Paradise: emo-pop / pop punk / rock alternativo. Las guitarras son divertidas aunque a veces la producción está demasiado pulida y plastificada para ser rock, se destacan los instrumentos y nunca hay nada demasiado trap, RnB o electropop, así que están bastante pasables. 2,8 de 5. Son de Tallahassee, Florida, Estados Unidos.

2. Detachment From Reality (2025) de Empyream Sanctum: el primer tema, de 9 minutos, ya me conquistó. Suena a la voz de Dave Mustaine sobre una combinación de progresivo sinfónico, thrash técnico y groove metal. Mega banda conformada por el bajista Alex Weber (WAIT; Revocation, Evilyn, Exist y claro, ex-Obscura), Hannes Grossmann en batería (Alkaloid, Aortha, Howling Sycamore). Increíble que también tenga arreglos electrónicos ambientales extensos cortesía de Justin Kellerman (guitarras, orquestación y programación).

3. Thunderball (2025) de Melvins. Los pioneros del sludge, hacen un disco más experimental y ruidoso que el Tarantula Heart, que me gustó tanto, al que voy a apreciar mucho menos. Para mí este disco es apenas un 3 de 5. 

4. Get to Heaven (The B-Sides, 2025) de Everything, Everything. Interesante art pop, indietronica (aunque el tema Magnetophone tiene una guitarras ruidosas y afiladas, casi noise rock, súper geniales). Según RYM es también post-punk, post-minimalism y electrónica progresiva, que noto que cambia según la canción. 3 de 5. Son temas originalmente del disco de 2015. 

5. ASH (2025) de Flying Lotus. Un soundtrack con Horror Synth, IDM, Dark Ambient, Electro-Industrial, Cinematic Classical, Glitch y Drone. Sí, oscuro y misterioso, pero no para escuchar fuera de la producción audiovisual. 

6. A Study Of Losses (2025) de Beirut. Amo esta banda, profundamente, pero debo confesar que aunque está su esencia allí, combinando folk de distintas partes del mundo de una forma única y divertida, este disco es más una versión orquestal y más suave, pero no tan entusiasta aunque sí emotiva. Es más Chamber Folk y Art pop y menos indie folk. Daré un 3,5 de 5.

7. The Harmony Machine (2025) de Teramaze: aunque me hicieron dudar un poquito los singles y hasta un EP adelantado, así como sus versiones acústicas, el disco me encantó de principio a fin con su combinación de metal alternativo, especialmente en el sonido de las guitarras y la voz, y progresivo con riffs complejos, polifonías con los sintetizadores, solos extravagantes y líneas de bajo, más arreglos de batería que eran tan técnicos como apreciables. Esa mixtura también abarcó una producción que permitía escuchar distintas capas de sonidos, unos más duros y otros más ambientales, para generar esa dualidad entre progresivo y alternativo. Es un camino medio entre Riverside y Evergrey. 

Para mí es 4,3 de 5 pero quiero escuchar mucho más, a ver qué tal, pero hay temas en que la combinación alcanza clímax extraordinarios de técnica más feeling. Los australianos se metieron bien en una escena cada vez más competitiva y ya por ser parecidos a Dream Theater. 

24 abril 2025

Pop barroco / soft rock londinense, soul psicodélico, groove/death técnico progresivo y alternativo de Boston y mucho brutal death metal

1. Anchor Chains, Plane Motors & Train Whistles (Ep, 2025) de Skydaddy. un lindo puñado de canciones, suaves, calmadas y elegantes, alrededor del pop barroco y el soft rock, con algo de revival de psicodelia. Se trata del artista Rachid Fakhre, residenciado en Londres. Es su tercer EP y aún no tiene un álbum debut. 3,7 de 5.

2. Dreams Of Doom: un disco de death/doom de un baterista portugués, pero muy malo, lo quité / Sable, fAble de Bon Iver (pop soul / art pop pero no es para mí). Buenos singles de Durand Jones & The Indications: smooth soul y psicodélico (de Bloomington, Indiana, EEUU, su disco sale a mediados de junio).

3. Erasure Of Color (2025) de Aversed: increíble este disco que me hace pensar en una versión extrema de Jinjer, pues combina muy complejos riffs de progresivo y death técnico con otros de djent, más solos de guitarra espectaculares que explotan en virtuosismo, acompañadas de una segunda guitarra en contratiempo para arreglos rítmicos que son una cátedra de hermosura laberíntica, así como de tecnicismo formidable. 

Y en otros suena a black/death melódico, en que las guitarras en trémolo y el blast beat feroz son intervenidas por una voz femenina entre alternativa y operática, que se intercala a veces con un shriek industrial y punzante. 

Su elemento diferenciador es el uso de polifonías con riffs arpegiados que pueden transformarse o alimentarse de otras guitarras más shoegaze y sí, llegar al metal alternativo menos extremo o sumergirse en un groove progresivo, en que los shrieks son más presentes, intercalados siempre con una voz más propia del metal alternativo. 

Y aunque algunas guitarras son más metalcore que death melódico, las voces guturales (que también agrega el guitarrista principal en forma de growl y la vocalista en gritos screamo) a veces se apoderan de la narrativa, en otros es el poderosísimo sonido del bajo el que toma el comando melódico.

Son de Boston, Massachusetts. Comparten baterista con Allegeon, que tiene un disco increíble este 2025. Y tienen un sorpresa en el tema que da título al disco, con un arreglo sinfónico a lo Septicflesh en el medio de la canción. 

4. Sheol (Split, 2025) de Insalubrity / Excrescence / Anal Stabwound / Theurgy. La primera es una banda de brutal death de Ecuador. Con un buen baterista y un pig squeal típico. 2,5 de 5. La segunda viene de Tacoma, Washington. Con un baterista igual o quizás más veloz aún, pero un sonido terrible y un vocalista menos capaz. Malazo, 2. La tercera tiene mejor música, aunque esta vocalización y la monotonía del género me parece hasta estúpida. 3 de 5. Es un artista solitario con banda en vivo de Darien, Connecticut. Y la última repite este músico en voz,  bajo y batería, más un guitarrista y un segundo cantante de Italia y Filipinas respectivamente.

23 abril 2025

Lo nuevo de Aterciopelados y The Birthday Massacre (rock gótico / synthpop), death noventero, doom en su momento de gloria (Pentagram) y lo nuevo de Cytotoxin (brutal death técnico) y Flummox (rock psicodélico / dark cabaret /death metal avant-garde), metalcore melódico, neocrust mexicano

1. Stillborn (1993) de Malevolent Creation: clásico del death metal, bastante primigenio, con influencias del hardcore punk y básico, las raíces de género. Desde Buffalo, NY, Estados Unidos. No es su mejor disco, pero siempre es genial volver a él. 3,8 de 5.

2. Lightning in a Bottle (2025) de Pentagram: disco del momento de los de Arlington, Virginia, y estandarte del doom / hard rock / stoner. Le psue 4,7 en la primera escuchada, sorprendido gratamente, pero sinceramente el disco no es tan bueno aunque sí bastante. Lo bajo a 4,2 después de la sorpresa inicial.

3. Biographyte (2025) de Cytotoxin: brutal death metal técnico alemán, veloz, hiper-sónico y conceptual, que ellos llama "Chernobyl death metal". Sin embargo, es un disco poco innovador aunque bien tocado, especialmente con calidad en el bajo. 3,7 de 5.
4. Southern Progress (2025) de Flummox: quinta placa de los locos del metal avant-garde de Tennessee, que con críticas ideas políticas y sociales, transexualidad y rock psicodélico progresivo con doom/stoner/avant-garde metal presentan el disco más osado del año. Los temas pueden pasar del hard rock / heavy blues tipo GnR con blast beats, coros setentosos y riffs progresivos, a black sinfónico melódico con voces de ópera, shrieks demenciales y luego dark cabaret, para más tarde convertirse en riffs de djent y death melódico. 

Es como una mezcla de Sigh y Orgone, pasando por Mr Bungle, Devin Townsend y Paracrona (con su black metal furioso y look de banda de pop rock gótico), en que decenas de géneros del rock y el metal se entremezclan de forma digital y analógica con ritmos, tonos y formas melódicas diversas, que se entretejen e intercambian. Son alt-country y death metal progresivo, pero también son funk metal, son como combinar Primus y Zappa con Marduk, resultando en un humor negrísimo y satírico que va perfectamente con laptops y habilidades técnicas impresionantes. Aunque el sonido es algo brumoso, para la cantidad de instrumentos.

Liderados por Alyson Blake Dellinger, cantante principal, bajista, guitarra, percusión, theremín, campana, diseño de sonido y producción, se completa con Chase McCutcheon, quien se encarga de guitarras, voces de apoyo, programación MIDI, diseño de sonido, ingeniería de sonido, producción, edición y mezcla. Max Mobarry, guitarras, vocales, bajo sin trastes, teclados, programación MIDI; percusión, trompeta, diseño de sonido, preparación de partituras, producción y edición; Jesse Peck en teclados, programación MIDI; vocales, diseño de sonido, percusión, edición y producción, y finalmente, Alan Pfeifer en batería, percusión, arreglos de batería y programación MIDI.

Invitados, Jo Cleary en violín,  Melody Ryan en flauta, Braxton Nicholas en saxofón tenor, Eric McMyermick en acordión, Angela Lese en flauta, Jason Marsden en actuación de voz, Drew Jones en voces de apoyo, guitarra y percusión, Parker Lampley, en voces de apoyo, percusión y theremín, y Jody Lester en voces de apoyo y percusión. Le voy a dar un 4,6 de 5 porque me gusta muchísimo el estilo, pero ciertamente el sonido y la producción no son los mejores, ni llegan a la calidad interpretativa ni conceptual de colegas como Finntroll, Nekrogoblikon o Troldhaugen, aunque le concedo las ideas más estadounidenses y los temas calmados, en que no todo es death metal.

5. Rain City Sessions +1 (Ep, en vivo, 2015) de Comeback Kid. Buenísima presentación de la banda de hardcore punk melódico de Winnipeg, Manitoba, Canadá. 4 de 5.

6. Antifragile (2025) de All That Remains. Un disco chévere, muy bien tocado y con algunos riffs increíbles, más una batería alucinante, con momentos más metalcore con voces limpias de metal alternativo, pianos y arreglos electrónicos, además de unos buenos gritos, y otros más melodeath con blast beats y arreglos percusivos rápidos y detallsitas, pero me parece demasiado a Lamb Of God. Está bueno, pero es más bien regular, algo genérico. Le puse 4,1 y voy a bajarlo a 3,9.

7. Mil orquídeas en medio del desierto (2025) de Habak, banda de neo-crust (según RYM) de Tijuana, México, aunque en sus perfiles de Bandcamp e Instagram se describen como DIY punk y crust melódico. El neocrust sería básicamente unir Sludge Metal, Post-Metal, Black Metal y Screamo, aunque en este caso escucho un bajo fangoso e interludios post-rock, la mayoría de las canciones están basadas en riffs melódicos alrededor del emo, hardcore y shoegaze, quizás post-black y unos gritos bastante hardcore aunque también modificados, en momentos acercándose al noise o el grindcore. 

Es una banda de contrastes melódicos, con melodías dulces, casi dream pop, en las guitarras en trémolo y una voz cadavérica y distorsionada, aunque creo que con muy poco aporte. Me pareció monótono y repetitivo, algo muy visto antes. 2,8 de 5.

8. Genes Rebeldes (2025) de Aterciopelados: lo nuevo de mis colombianos favoritos, este disco es una apelación a sus raíces y su esencia, aunque ya no suenen como sus primeros discos sino con una renovación de su mejor pasado en una nueva clave de producción. 

Así como recurren al blues y al hard rock, a la vals y a la cumbia, al folk andino y la fusión experimental, entre la electrónica y el rock latino, me suenan mucho más conceptuales y menos punk, como si fuese una especie de ópera rock latina.

Y aunque conservan esa actitud combinada de ser rebelde y contemporáneo, rescatando sonoridades y empujando a probar lo más innovador, con letras que apelan a la poesía urbana, filosofía social de protesta y reflexión personal para las letras, como también al latinoamericanismo y al femenismo desenfadado, e incluso un poco a la mirada nostálgica del artista que insiste y persiste aunque "no logre likes", a veces también pueden sonar auto-referenciales y repetitivos en temas como Ruana versus Bikini y Mi Nicho. Aunque de eso se refiere tener "genes rebeldes", señalar que nacieron para ser así. Quizás para ponerse en contraste con el anterior Tropiplop, en que rescatando también ese amor-odio con el tropipop colombiano, quisieron añadirle la reflexión actual.

El tema Agradecida (producida por Gustavo Santaolalla) me encanta, de lo mejor de lo más nuevo. Perú es realmente divina también. Creo que lo mejor es que Andrea usa mucho más la voz de vallenato para sus temas de resistencia, crítica y humor, mientras que Héctor hace cumbia psicodélica en Rompan Todo. La verdad es que está muy bueno, y en vivo seguramente serán clásicos para cantar y suenan como canciones que puedan romperla en la radio, si es que eso aún existe o importa. MOR, con guitarras pesadas y casi industriales, es probablemente la mejor del disco. Mamíferas es una joya total, puro punk latino con bambuco, mientras que Primero estaba el mar suena a Pacífico y afrocolombianidad. Y cierra con Eterno, dedicada a Gustavo Cerati, a quien llama amor platónico, primer amor y héroe musical. 4,7 de 5. 

9. Pathways (2025) de The Birthday Massacre: rock electrónico, alternativo, gótico y algo industrial de Ontario, Canadá, con mayoría de las canciones basadas en guitarras y sintetizadores atmosféricos, una batería muy presente pero programada y melodías bastante digeribles, y la voz delicada de Sara 'Chibi' Taylor, aunque hay momentos con arreglos más complejos y profundos, e incluso el tema inicial Sleep Tonight tiene guitarras más pesadas y un toque de nümetal, e incluso algo de shriek femenino en el tema Whisper, que era más darkwave. Según RYM es synthpop y darkwave. A veces parece una banda muy oscura para ser pop, sin llegar al post-punk o demasiado comercial para ser power pop o incluso rock gótico. Es un híbrido que hace canciones penumbrosas sin ser fúnebre ni depresiva, sin ser demasiado electrónicas ni comerciales, con un gran balance. Me encantará volver a escucharlos. 3,8 de 5.

10. Singles de Liv Kristine: poderosos temas entre el metal sinfónico y el poo gótico atmosférico, con temas épicos, sentidos y profundos. Muy buenos.

22 abril 2025

Death n roll sueco, groove progresivo / djent ucraniano (Jinjer) y rock sureño del guitarrista de Lamb Of God, pop neo-psicodélico / slacker rock, rock experimental (Buckethead) y drone metal tribal y psicodélico de Bélgica

1. Back To The Front (2014) de Entombed A.D. Debut obligatorio de la banda de death n roll (con riffs sonando como los primeros discos de Entombed) de ex-miembros de la mítica banda de death metal sueco, porque una pelea por el nombre y salida de miembros hizo imposible que saliera como un disco de Entombed, que desde entonces no publicada nada nuevo. Es simpático y bien tocado, le doy un 3,9 de 5.

2. Duél (2025) de Jinjer: su groove progresivo / metalcore / jazz / djent es siempre genial, la voz de Tatyana está en forma en ambas formas, las guitarras suenan potente y la combinación rítmica sigue siendo alucinante. Las influencias del ska, dub y jazz incorporadas con guitarras disonantes, enrevesadas y arpegiadas son la firma genial de estos ucranianos. Le puse 4,3 pero es un disco que va a escucharse muchísimo. Tumbleweed es un temazo.

3. Without the Pain (2025) es Mark Morton, es un extraordinario disco de rock sureño (southern rock) con country rock , blues rock y hard rock con guitarras brillantes, duras y con mucho sabor. No es tan folclórico ni tan tradicional, y las partes rockeras son brillantes. Me encantó, 4,4 de 5. Algo que no suelo apreciar igual en Lamb Of God. Tiene invitados en todos los temas, se destaca Troy Sanders (ex-Mastodon) en Nocturnal Sun y a la maravillosa Grace Bowers. 
4. Chaos Practitioner (2025) de fantasy of a broken heart. Bizarro dúo de Brooklyn, conformado por Al Nardo y Bailey Wollowitz haciendo algo que va desde el pop psicodélico al noise pop, pasando por el dream pop, endureciéndose a veces con slacker rock pero con una estética de ternura y anime, así como una neo-psicodelia que toma los coros más espaciales y setentosos para renovarlos digitalmente. 

Para eso usan instrumentos de reciente invención como la cónsola Fairlight, el clavicordio eléctrico Clavinet, un sintetizador de bajo, piano eléctrico Wurlitzer y Mellotron, además de bajo, guitarra, batería y piano. Es un producción realmente brillante e interesante. 4,2 de 5. 

5. Castello Dwellers (EP, 2024) de Buckethead. Creo que produce demasiado y escuché el 500 Alchemical Experiments y me pareció cualquier improvisación sin sentido, pero este EP mucho más producido y realmente bueno. Pendiente del EP de ellos de 2025. 3 de 5. 

6. Le sacre du soleil invaincu (2025) de Neptunian Maximalism. Tercer disco de esta agrupación belga, sí, como Amenra, que según Rate Your Music hace drone metal y metal de vanguardia, en la que también hay raga rock, ambiente tribal y rock psicodélico. Es un álbum extenso, de una hora y 38 minutos, con canciones que van de los 5 a los 17 minutos, en que podemos escuchar atmósferas opresivas pero no asfixiantes, expansivas pero no espaciales ni stoner, sino casi íntimas y bastante oscuras aunque sin llegar al doom. Es como un dark jazz con guitarras potentes y altamente analógico. Las trompetas del tema At Dusk: Raag Mara: Unisson Composition se unen a solos de wah wah que se adentran en el alma en conexión con el cosmos, en un bar hindú en el medio de una capital europea. 4,3 de 5. 

La banda: Guillaume Cazalet (guitarra, bajo, sitar, flauta, arpa de arco, voz), Jean-Jacques Duerinckx (saxofón), Sébastien Schmit (batería, percusión, gong, voz), Pierre Arese (batería, percusión), Reshma Goolamy (bajo, 2019-present), Romain Martini (guitarra), Didié Nietzsche (efectos de sonido), Joaquín Bermúdez (saz eléctrico, setar), Alice Thiel (guitarra, sintetizador), Lukas Bouchenot (batería, percusión), Stéphane Fedèle (batería, percusión). Me recuerda a GOAT pero más oscuro y meditativo, nada festivo. 
La segunda mitad del disco está más cerca del post-metal psicodélico, drone y progresivo, tipo Amenra, y me gustó muchísimo más. Los primeros son más drone, tribales, jazz fusión y folk orientalista, que son demasiado experimentales por momentos. Esta segunda mitad, aunque más revisada, es mucho mejor.

21 abril 2025

Black punketo finlandés, death progresivo alemán, thrash/groove brasileño feminista, indie rock californiano, black/punk noruego y black melódico francés, deathcore industrial

1. Suomi Finland Perkele (1994) & Motörpenis (1996) de Impaled Nazarene: procaz, vulgar, políticamente incorrectísimo, sacrílego e iconoclasta brutal black metal finlandés. Influencias del hardcore punk y el speed metal son clarísimas. Las guitarras suenan como avispas tratando de penetrar tu cerebro con malas palabras y desenfado anticristiano. 4,2 de 5. El EP Motorpenis tiene tres versiones de oscuras canciones de hardcore punk y thrash de principios de los 80, de bandas de Finlandia y Estados Unidos. Más black n roll y punk.
2. A Sonication (2025) de Obscura. Segunda oportunidad para el disco del plagio/controversia. Yo sigo escuchándolo muy bien, aunque la crítica lo sigue destruyendo, y no lo escucho tan simplificado y con mala producción como señalan. Por ahora, mantengo el 4,2. 

3. Blasfémea (2025) de Eskröta: groove metal, bastante tribal y brasileño, aunque con un shriek de black metal y guitarras de hardcore punk / crossover thrash. Un rabioso testimonio de los temas políticos y sociales de Brasil, con una nota potente de feminismo. Ya había escuchado LBR (Latina, Brasileira, Revolucionária), un temazo con gran coro. Me gustó, a veces se parece a Nervosa pero mucho más punk. 4,1 de 5.

4. Welcome To My Blue Sky (2025) de Momma. Banda de Calabasas, California, reubicado en Brooklyn, NY. Un buen disco, aunque no demasiado original, de rock indie y alternativo, con guitarras pesadas y ruidosas, una voz femenina y melodías dulces en contraste con la "suciedad" de los riffs. Por supuesto, power pop, shoegaze y dream pop. La banda es Allegra Weingarten (guitarra, voces), Etta Friedman [aka Etta] (guitarra, voces), Aron Kobayashi Ritch (bajo) y Preston Fulks (batería). 3 de 5. Muy inferior a colegas como Wishy y Great Grandpa.

5. Abra Fakkadabra (2025) de Häxer: debut de esta misteriosa banda de blackened punk noruego, aunque con espacio para usar saxofón, agregar algo de doom, post-metal, riffs arpegiados, black n roll y hasta hard rock en el tema Club Doom. Luego escuchamos también thrash y speed metal, así como un riff de Paranoid de Black Sabbath. Finaliza con unos temas más largos, en que hay música más elaborada, maduro y potente, lo que hace crecer la intriga. 

La banda está conformada por Benjamins Eidtang Gustavsen, Tobias Bjerkøen, Adrian Baann Sørensen y Karl Adam Kihlberg, de quienes no conseguí casi ninguna referencia musical clara.
6. Sadistic Sex Daemon (2003) de Misanthrope: un rudo y potente disco de death melódico francés con mucha influencia black metal y complejos arreglos progresivos. El sonido es realmente sucio pero la producción permite escuchar cada instrumento, incluyendo los raros cambios con combinaciones técnicas de bajo, guitarra y batería, que van desde el death técnico al black melódico. Es un gran trabajo de composición y furiosa interpretación, que quizás no es tan valorado como debería. 4,3 de 5. 

7. Dethmask, Pt. 3 de Darko US (Ep, 2025): deathcore, djent e industrial para variar, un proyecto con gente de Emmure y Chelsea Grin. Entretenido sin demasiadas aspiraciones (con scratches y drum n bass), que es más divertido que pretenciosamente extremo sin agregar nada de RnB, trap o electronicore. Le puso 3,8 antes y lo dejo así. 

8. Swallowing the World (2025) de Imperishable. Death metal melódico desde Suecia. Los primeros dos singles me encantaron aunque ahora noto un sonido un poco encajonado, que quizás por intentar sonar vintage deja que algunos temas suenen a menor volumen, y esto a pesar que Andy LaRocque (King Diamond) estuvo involucrado en mezcla y producción. Se escuchan claramente los instrumentos, pero a bajo volumen y un poco hueco el sonido. El tema Riding Demons es buenísimo, profundo y elaboradísimo mientras que Cenotaph Of Dreams se sumerge en un rápido y furioso death metal, con visos melódicos en los riffs. 4,2 de 5.

9. Famine (2025) de Soliloquium: este disco de death doom es realmente fascinante, por su increíble versatilidad empujada por el contraste entre sus momentos fúnebres y con una voz limpia rara, casi narrada, su shriek agudo y un gutural sepulcral, que también se combina con riffs disonantes, expansivos y gélidos, pero que gracias a una brillante batería tan dinámica, permite pasar de lo gótico y penumbroso a un death furioso y con muchísimos cambios de ritmo, gracias a una batería muy diversa y técnica, casi progresiva. Es un dúo sueco con ocho invitados, incluyendo el baterista portugués Xënis (Awaiting the Vultures). 4,3 de 5 pero con momentos mucho más altos en composición.


20 abril 2025

Lo nuevo de Storm Orchestra (rock alternativo francés), éxitos revisitados de Hombres G (pop rock / new wave español), remezclas de Moon Safari de Air, epic heavy doom de NY, epic folk power metal australiano, alt-pop brasileño, thrash/speed alemán, black francés

1. Get Better (2025) de Storm Orchestra: rock alternativo francés, bastante divertido y bien producido, con algunos temas excepcionalmente buenos, gracias a buenos riffs rockeros y voces totalmente apetecibles, así como algunos arreglos de electrónica y gran performance instrumental. 3,8 de 5, aunque tiene temas maravillosos que son 4,5, geniales. Es su segundo disco.

2. ¿Por qué no ser amigos? (2025) de Hombres G, una reimaginación de sus grandes clásicos con invitados españoles y latinoamericanos, de música pop y rock indie muy diverso, como Morat, Carín León y Reik, entre otros que no reconozco. Te quiero, Marta tiene un marcapasos, El ataque de las chicas cocodrilo, Devuélveme a mi chica, Me siento bien, Venezia (en versión pop ópera) y Voy a pasármela bien casi me hacen llorar. 4,5 de 5. Me pareció fascinante, incluso con las versiones tipo música regional mexicana de Si no te tengo a ti.

3. Bunky Becky Birthday Boy (2025) de Sleigh Bells: desde Brooklyn viene este dúo de power pop, rock industrial y noise pop, que combina duras guitarras sintéticas, una batería con doble bombos y mucho electropop para hacer algo que suena como Bumblegum Pop tocado por un Attack Attack! o Enter Shikari. Las voces me recuerdan a Shampoo y a Cibo Matto, y esa ternura acompaña guitarras hard rock con distorsión industrial, estructuras pop rock y arreglos de groove metal, más sonidos electronicore y de anime en una muy confusa mezcla, indudablemente divertida. 3,8 de 5. 


4. Blue Moon Safari (2025) de AIR & Vegyn: remezclas de una joya de la electrónica francesa por el artista londinese de IDM, Glitch y Hip Hop experimental, entre otras. Un disco que sigue siendo Downtempo, Neo-Psychedelia, Trip Hop y Ambient Pop aunque reinterpretado. Me gustó, aunque no me mata, no lo cambio por el original. 4,2 de 5.

5. Let There Be Dark (2025) de Tower: maravilloso heavy / epic doom de Nueva York, con voz femenina lisérgica, temblorosa y vibrante a lo Smoulder e incluso algo a lo Lucifer, con una aproximación muy psicodélica y ocultista del género heavy, con algunos solos geniales de hard rock y otros más virtuosos, arpegiados y hasta algo de folk en las melodías. 4,3 pero de verdad entre mis favoritos inmediatos.

6. Beyond The Stars (2025) de Valhalore: epic folk metal australiano que incluye varios instrumentos de viento (como flautas y clarinetes, a cargo de Sophie Christensen, quien lo hizo también como invitada en el Charcoal´s Grace de Caligula´s Horse), mandolina y cello entre los instrumentos que enriquecen su propuesta, basada en riffs progresivos y arreglos de melodeaath, vocales que van del shriek a los coros académicos, así como una voz limpia de power metal aunque no operística. Es su segundo disco, tras el debut de 2017, más cercano al metal céltico. Bastante bueno, 4,3 de 5, con Anna Murphy invitada en un tema. 

7. Coisas Naturais (2025) de Marina Sena. Saliéndonos un poco bastante del algoritmo, con este disco de pop latino alternativo de la artista brasileña, que claro que incorpora música popular de su país (MBP) , RnB y funk brasileño, además de otros distintos géneros como la bachata en el tema Numa ilha (En una isla), el noise pop guitarrero de Anjo o el pop reggae, parecido a Manu Chau, de Combo da sorte. Divina la cumbia pop de Doçura con el colombo-venezolano má flamenco Cantamarta. De verdad que es una gran abanico, con gran voz y producción musical dedicada y amplísima. 3,9 de 5 pero quiero más. Tercer disco de la cantante que en 2020 dejó la banda A Outra Banda de Lua, alrededor de pop rock psicodélico con MPB. 

8. With The Old Breed (2025) de Warfield: afiladísimo speed/thrash/black metal alemán con claras influencias de Kreator y Sodom, con un shriek un poco más inclinado al black, con una instrumentación potente, bien aceitada y producida con brutalidad, para que suena de forma clara sin perder fuerza ni detalles de los arreglos de batería, bajo y guitarras. El cantante me recuerda a veces a Alex Laiho. Magnífico el penúltimo tema, de más de 7 minutos, con un bajo increíblemente técnico, interludios a mid-tempo, riffs de melodeath y mucha actitud de oscuridad de thrash/black, lo que además incluye complejos riffs arpegiados combinados en formas extrañas como en el thrash técnico o progresivo. Monstruosamente entretenido, 4,3 de 5. 

9. Par-delà les cimes (2025 - Más allá de los picos) de Aldaaron: magnífico black metal, monstruoso, melódico y épico, con ritmos y sonidos que parecen provenir de distintas esferas de la música no extrema, a veces parece barroco, otras folk, además de interludios increíbles y una atmósfera monumental. Aún así, con un sonido brillante en los trémolos y abrasivo en el shriek, hacen una combinación que es igualmente gélida y dinámica.

Es el trabajo casi solitario del músico francés Ioldar (Ordalie). El primero de los cuatro temas es el más rico y logrado. Los demás son geniales, con buenos arreglos corales, atmosféricos y una batería gloriosa, perversa. El sonido de las guitarras es un poco nebuloso y agudo pero el tema final, con sus voces operísticas y vikingas, sus guitarras acústicas y sus grandes riffs de black infernal, llenos de arreglos orquestales de violines, cornos y oboes, elevan el nivel de la canción, de más de 10 minutos. Total: 4,3 de 5. 

10. Mortuorum (EP, 2025) de Parthian, es una extraordinaria banda de death progresivo / técnico, de Wichita, Kansas, que cierra su producción con una presunta versión de Bohemian Rhapsody, llamada Blasphemian Rhapsody en que dan cuenta de sus altísimas capacidades instrumentales, compositivas y experimentales, así como al formato osado de combinar ópera, música extrema y progresiva, como lo haría Queen si tocara este género, sino también art pop y neo-soul (según ellos mismos en Bandcamp). El cantante me suena como al de Avenged Sevenfold con un mejor growl, por supuesto.

Su primer tema es como un melodeath progresivo, con mucho sonido a Iron Maiden y un shriek destructivo, en la que se escucha una sección rítmica realmente intrincada más riffs en la que parecen querer amalgamar death técnico, metal avant-garde y deathcore. En el segundo tema escuchamos la voz limpia, que creo que es buenísima, quizás mejor que ese invento de growl de melodeath que parece más humorístico. Y creo que aunque es divertido como agregan country y distintos ritmos, creo que les falta cocinar su proyecto, porque no suenan como Finntroll ni como BTBAM ni mucho menos como Flummox, sino algo menos concreto, aunque definitivamente hay que seguirles la pista 

19 abril 2025

Lo nuevo de Within Destruction (nü-metal / metalcore eslovaco), Psykup (avant-garde humorístico francés), Red Snapper (nu-jazz/indietronica), Elvenking (poewr folk italitano), progresivo/shred colaborativo, noise/gothic rock con post-punk de EEUU, concierto para flautas de Gisle Kverndokk, thrash británico (Gama Bomb), cuenca indie pop (Gepe), shoegaze / indie / alt-country gringo

1. Dark Matter (2024) de The Steve Klatt Project, inconsistente proyecto solista de shred/progresivo que en sus mejores temas tiene arreglos muy técnicos, frecuentes e inesperados, con geniales cambios de tono, forma y tiempo, a veces cortándose en medio de un compás, en los que mediante polirrítmos constantes y superpuestos, combina las elegantes armonías vocales, con voz masculina y femenina, con las hábiles combinaciones intercambiables del bajo, guitarra, batería y sintetizadores, gracias a rotar en cada tema con músicos distintos de todas partes del mundo.

Me recordó a Steve Hackett y a Genesis, con un formato de virtuosismo majestuoso.

Sin embargo, en los otros temas del guitarrista canadiense los vocalistas son muy malos, los riffs son demasiado básicos o las canciones apenas muestran alguna forma interesante, entonces bajan entre 1,5 a 2,5.

Pasa algo similar con las colaboraciones, como Forward con alguien llamado Harro, con terrible voz y música demasiado simple, una porquería, 1,5. También el otro tema, quizás vendido o por encargo, a Joe Booe, un poco mejor en la voz y un poco más compleja la música, pero no al nivel del disco, 2,5.

2. Birthmarks (2025) de Bambara. De Athens, Georgia, reubicados en Brooklyn, Nueva York, es una banda de post-punk, con los tropos más ochenteros, como golpes de orquesta sintetizados, voces góticas y guitarras hiper-atmosféricas, pero también con una cantidad saludable de rock gótico y noise rock para darle un cariz contemporáneo por un lado y menos punk por otro, que lo hace más que potable, siendo realmente interesante, ya que no es sólo bailar en la oscuridad escuchando The Cure sino también hay momentos de puro disfrute guitarrero. Tiene un par de temas extras, de dark jazz, con saxofón, dream pop y downtempo, que le añadan un nuevo enfoque y luces tenues distintas. 3,8 de 5. 

3. A Summer Evening (2025) de Gisle Kverndokk, interpretado por Arild Andersen (contrabajo), Gisle Kverndokk y Gudrun Klakegg: concierto para flautas del compositor noruego. Perfección musical, suave, relajante y al mismo tiempo, dinámica y alegre.
4. Necronomicon Automaton (2025, EP) de Gama Bomb: crossover thrash / speed con voces agudas, buena producción y un sonido pulido, con una batería impresionante, cortesía de James Steward (Berzerker Legion, Obscura, Sermon). 3,8 de 5 y muchísimo mejor que Bats, que me pareció terrible.

5. Undesastre Deluxe: CeroDrama (2024) de Gepe: qué genial descubrimiento, me estaba perdiendo de este cantautor chileno, basado en el folk chileno (Cueca) y la fusión latinoamericana, con algo de rock, indie y electrónica. 4,3 de 5. Una cantidad inmensa de invitados, desde Mon Laferte, Monsieur Periné y Rubén Albarrán, pasando por otros que no conozco como Christian Heyne, Movimiento Original, Torito Alfaro y Gabriela Arcos & Juan Wauters.

6. Animetal (2025) de Within Destruction: el trío de Eslovenia se pasea por el electronicore, metalcore, nu-metal y djent para su metal alternativo, aunque en este nuevo disco en que conserva momentos de deathcore, incluyendo growls y breakdowns, apela a más coros de voz limpia y mucha electrónica, así como a interludios sin guitarra y a lo que podría parecer trap metal, industrial o hasta deathcore downtempo, más o menos mediado por una propuesto más melódica. No me parece malo, al contrario 3,7 de 5.

7. The Joke Of Tomorrow (2025) de Psykup: dementes franceses haciendo avant-garde metal, en la que se combinan distintos géneros, desde el jazz hasta la electrónica, la ironía y el metal extremo, con la música cabaret, circense, nü-metal, death metal, metalcore y mucho más para hacer una ensalada brutal de influencias y humor, con habilidad técnica increíble. 4,3 de 5.

8. Killing the Flowers Will Not Delay Spring (Ep, 2025) de Teardrinker: quinteto de Rotterdam, Países Bajos, que asegura bombinar black metal, screamo y post-hardcore, aunque lo que escucho es una especie de shoegaze diluido, gritos más o menos punzantes que no son shrieks y una estructura más bien de rock alternativo, con algo de noise rock a fuego lento e incluso algo de lo-fi y bedroom pop. Regular a malo, 2,8 de 5.

9. Cruel And Unusual (2025) de High Council: heavy/thrash de Philadelphia, lo que ya diría que es buena señal por la escena musical de esa ciudad. Algunos visos de folk metal y rock progresivo, así como un bajo denso casi sludge, incorporan elementos novedosos a este heavy metal, que es realmente entretenido, potente y original. Me agrada, 4,3 de 5. Plaguebringer 2025 es especialmente buena, una épica viking/folk con bellas armonías vocales y guitarras de heavy / thrash. Cierra con el tema más power, para darnos un poco de todo. Genial.

10. Eventualities (2025, Ep) de Ostraca: Después del excelente Disaster, el trío de  Richmond vuelve a combinar sus disonancias seductoras, su angustiosa rabia y sus habilidades de combinar expansivas formas de post-rock y post-metal con formas también vanguardistas del punk como el screamo y la emoviolence. Gritos desgarradores, cantados al fondo, se sobreponen a lentos arpegios que pueden evolucionar en ráfagas de arpegios con una batería que van del blast beat a los repiques del math rock. 3,9 de 5.

11. If You Only Knew (Ep, 2025) de Blackwater Holylight: cuarteto femenino de doom psicodélico según Metallum, pero hay montones de otros sonidos y sutilezas, porque aunque hay un bajo fangoso y guitarras expansivas, casi cósmicas, hay también polifonías que permiten escuchar delicadas líneas vocales y de sintetizadores, bastante dream pop, sobre el wall-of-sound shoegazero de las guitarras. Según Rate Your Music hay stoner rock y stoner metal, pero difiero porque no siento ni doom ni blues rock, sino algo mucho más existencial y ambivalente, bastante noventero. 4,6 de 5.

12. Split X3 (2025) con turn blinks. (shoegaze de Los Angeles), Tombstone Poetry (de Nashville, con un discazo este año de alt-country / shoegaze) y Hiding Places (indie folk / indie rock de Asheville, North Carolina). Regular todo, 2,5 de 5.

13. Barb and Feather (2025) de Red Snapper: lo mejor de recuperar los discos que en 2016/2017 puse de favoritos en Deezer es reencontrarme con nuevas producciones de las mismas bandas y eso me ha pasado seguido. En este caso, esta maravillosa banda de Acid Jazz, Nu Jazz e Indietronica, que tiene de maravilloso que es una banda completa y no un DJ de laptop. A saber: David Ayers (guitarra), Ali Friend (contrabajo), Richard Thair (batería) y Tom Challenger (saxo y clarinete). Es como un St Germain pero analógico.

14. Reader of the Runes - Luna (2025) de Elvenking: qué extraordinario despliegue de folk/power sinfónico, con momentos de melodeath, de los italianos. Sin ser tan grandilocuentes ni hiper orquestales, creo que logran un extraordinario y bien logrado balance entre buenas voces épicas, shrieks combativos, arreglos corales, momentos más progresivos y power, con otros folk y extremos, que hacen un conjunto realmente óptimo. Es bueno, quiero escucharlos de nuevo prontísimo, en vivo deben ser geniales. 4,3 de 5. Gran tema final, extenso, épico, con su momento de black melódico furioso y buenísimos riffs y solos de guitarra, entre heavy/power y melodeath, con gran producción vocal.

18 abril 2025

Cristo y Rey: una pareja irresistible en el exquisito y tóxico hedonismo del espectáculo en ena época del "destape español"

Mis papás pasaron su luna de miel en los 70 recorriendo Europa. Una de las historias más repetidas por mi papá era que España cambió muchísimo con la caída del dictador Francisco Franco. Tras la llegada de la democracia, atestiguaron como ahora la ciudad tenía casinos, cines con películas para adultos y todo tipo de espectáculos nocturnos antes prohibidos. 



En Cristo y Rey (Netflix) vemos mucha de esa explosión de sensualidad y desinhibición, basada en la historia real del artista circense y empresario Ángel Cristo y la actriz y vedette Barbara Rey. Las intrigas palaciegas, en la relación extramatrimonial de Rey con el monarca español, el uso y abuso de las drogas en medio del éxito explosivo de llevar el circo a la televisión, las vigiladas vidas íntimas de los famosos que tanta fama ha dado a la "prensa rosa" ibérica y la muy tóxica combinación de violencia doméstica, machismo, infidelidad y problemas de salud mental, así como la esclavitud y la problemática de las adicciones y la corrupción, son parte de los argumentos de la serie, llena de glamour, excesos y placeres prohibidos.



La serie me permitió conocer el "cine del destape" con la escena lésbica mítica de la película "Me siento extraña", inta de culto LGBTIQ+, en que la cantante Rocío Durcal y la vedette Barbara Rey hacen una escena sexual juntas. La película original, de 1977, se puede ver en Prime Video y RTVE Play, siempre fue renegada por la cantante, quien ni siquiera fue al estreno.

De esta forma la serie, aunque repasa historias más o menos verídicas de una época histórica, también pone la lupa sobre distintas reflexiones en una sociedad que se estaba abriendo en la superficie pero que mantenía ciertas condenas morales en el fondo: así se examinan las diferencias entre la amistad masculina y la femenina, la inteligencia emocional, las expectativas sexistas sobre el comportamiento social y profesional de las mujeres, así como aspectos de salud mental como el suicidio, la depresión y la herencia familiar
(que mantienen los hombres y traiciona n las mujeres), e incluso la lucha por los prejuicios sobre ser gitano, no ser de Madrid e incluso no ser rubia natural.

Esto bajo la magia, el glamour y la ilusión propia de tradicionales antiguas y contemporáneas como el circo, el cine y la televisión, en escenas espectaculares. 

Protagonistas de alto calibre
Jaime Llorente y Belén Cuestas (La Casa de Papel juntos como "Denver" y su prima trans "Manila") y ella también reconocida por las hilarantes Ocho apellidos catalanes y Paquita Salas son los protagonistas, que por momentos son antagonistas también. 

Y alrededor hay una serie de personajes, que van del amor al odio, de la amistad a la amor platónico, que conforman una maraña de tensiones emocionales y sexuales. Destaca Adriana Torrebejano (más tarde en Machos Alfa) como Chelo García-Cortés, periodista de la prensa rosa y mejor amiga/enamorada de Bárbara Rey, que es presentada como una pelirroja impactante, con un altísimo sentido de la moda, más el séquito y amigos cercanos de Ángel Cristo, incluyendo el rompecorazones adicto Blasco, el demasiado noble "Payasito" y el sabio tradicional de Ricardi.







Thrash/groove noruego, sludge/drone/doom gringo, stoner rock/metal de Ohio, mathrock emo, progresivo y djent gringo, post-hardcore progresivo

 1. Chaos (2025) de Chain Home: thrash / groove / hardcore aderezado de arreglos de heavy metal progresivo noruego, aunque sí tiene momentos un poco más complejos, lo primero predomina, con solos individuales de instrumentos. Es incluso por momentos más metal alternativo. Es divertido pero la voz es terrible, así que 3,5 pero los temas instrumentales son 4,2, en que demuestran sus capacidades técnicas aunque es un desorden conceptual.

2. Alluvion (2025) de Mizmor (מזמור) y Hell. Colaboración de dos artistas estadounidenses de sludge/drone/doom metal, bastante orgánico e instrumental, con un shriek perverso y sin intervenciones electrónicas, mucho mejor que el usual dúo de drones, demasiado repetitivo y manipulado. Un poco funeral metal y un poquito más post-rock. El tercer tema, Pandemonium´s Throat es fascinante: 3,7 de 5.

3. Get Well Soon (2025) de Lo-Pan. Delicioso disco de stoner rock y stoner metal con sabor grunge realmente encantador, de Columbus, Ohio. Guitarras psicodélicas y muy hábiles, un bajo bastante sludge y la voz setentosa adecuadas, además de muchas melodías del género nacido en Seattle. Genial, 4,2 de 5.

4. I know hoy you will die (2025) de Snooze: empezó con un bellísimo track orquestal, de verdad impresionante, luego un tema más indie folk bastante elegante y se convirtió en una demencial ráfaga de mathrock, noise rock y blackgaze, aunque algunos temas son más progresivos y hay guitarras djent, con una atmósfera general ee acordes y tiempos creados en intrincadas fórmulas aritméticas, y en otros son más claras las influencias del screamo, el mid-west emo y el post-black metal, en voces y guitarras.

Los temas son esencialmente ruidosos y complicados, aunque recurren con frecuencia a ríos de shoegaze y arreglos de tiempos impresionantes, que incluyen un bajista con dotes increíbles para reflotar notas en medio de la densidad de su distorsión y un baterista excepcional. Y esa canción inicial no es un detalle mínimo, porque invitaron a decenas de músicos para hacer eso y algo de country/americana al final de otro. 

En el tema que da título al disco se escuchan las distintas corrientes de influencia, en lo que parece una Deftones en djent o math pop con metalcore, aunque las guitarras en trémolo y los shrieks te hacen pensar que hay algo de Deafheaven aquí y allá. Son esencialmente math rock, con riffs atravesados y repetitivos, pero hay una sensación de eclecticismo en sus arreglos extraños, como los de Wondered, con guitarras acústicas y guiños folk, que asombran de verdad.

Los créditos se incluyen a Márton Havlik (saxo alto y furulya, una flauta húngara tradicional), Autumn McCurry (banjo), Ava Kerst y Jaime Martinez (cello), Dan Janis (clarinete), Ray Tozzi (eufonio o bombardino, una especie de trombón), Nick Powell (oboe), Rebecca Young (piccolo y flauta), Tyler Norasingh (trombón), Jacob Erdman (trompeta) y Laurel Scott (violín). Además del baterista Anup Sastry Intervals, Monuments, Skyharbor) en composiciones extras para la batería.

5. Singles de Marilyn Manson (el industrial rock bueno, el más gótico, aburrido). The Kooks, me gusta, es vintage, unos son reggae, otros rock and roll, pendiente. Askara (un goth progresivo regular, la voz femenina es irregular pero los ritmos son raros, alternativos). Rivers Of Nihil (el menos impresionante de los tres singles recientes pero vuelven a ser geniales). Hold On de Tash Sultana, a pesar de su base electrónica tiene buenas melodías y un saxofón sexy, aprobadísimo. Suicidal Tendencies (progresivo, funk y rockero). Lana del Rey (canciones pop tipo country, con orquestación -countrypolitan- que no vibran conmigo aunque mejor Henry, Come On, más elegante). Jolene de la jazzista Nicol Zuraitis. Dos temas de la banda de black sinfónico gringa Belnejoum, aunque su disco salió el 4 de abril no está en Deezer.

6. Lost Within The Leaves (Ep, 2025) de You Win Again Gravity, post-hardcore progresivo, que tiene geniales momentos melódicos, riffs complejos, influenciadas diversas del metalcore progresivo y del metal alternativo, para cuatro temas que te vuelan la cabeza con sus arpegios imposibles, su sonido accesible y su bajo denso, que juguetea con guitarras en distorsión media y una batería dinámica. Es como un BTBAM más alternativo. 

7. Dark Tales Of Zarathustra (2025) de Belnejoum: Súper grupo de black sinfónico, que combina furiosos temas de black orquestal, gótico y con riffs de black/death, melodías e instrumentos de Medio Oriente con interludios puramente clásicos, incluyendo unos con shrieks y voces de soprano, junto a un baterista más que impresionante, cuyo dinamismo y técnica se adapta de lo extremo a lo progresivo.

Los músicos son el muy productivo bajista británico Rich Gray, el baterista griego George Kollias (Contrarian, Nile) los italianos  Fabio Bartoletti (guitarras) y Francesco Ferrini (orquestrationes) de Fleshgod Apocalypse, el guitarrita saudí Ehab Sami, la cantante estadounidense Tamara Jokić  y el pianista y cantante también de Estados Unidos, Qaswad. Impresionante, 4,9 de 5. Invitados académicos, desde cellistas y violinistas de Francia y Egipto hasta un tenor colombiano.

17 abril 2025

Lo nuevo de Pigs Pigs Pigs Pigs (sludge/stoner), melodeath vampírico sueco, melodeath alemán y black sinfónico griego

1. Death Hilarious (2025) de Pigs Pigs Pigs Pigs Pigs Pigs Pigs: esta banda de Newcastle que cultiva la mezcla de stoner, sludge, psicodelia pesada y noise rock sigue sin terminar de enamorarme, porque la encuentro demasiado estéril y neutra. Lo mejor está cuando se acercan al post-punk de su tierra. Lo encuentro un poco mejor que su disco anterior, le daré un 3 de 5.

2. Death Becomes Her (2025) de Frantic Amber: blackened melodeath gótico, sinfónico y ocultista, con guturales vampíricos de la cantante danesa Elizabeth Andrews, un permanente uso de arreglos y atmósferas cinemáticas de terror y misteriosa música de cámara, que van desde solos de violín y sintetizadores, fantasmales arreglos corales, solos de sopranos y frecuentes sonidos sinfónicos sincopados con las guitarras, en lo que suena como una versión death metal, entre old-school y melódico, del Cradle Of Filth de los primeros años, algo quizás cruzado con algo de bandas de melodeath como Arch Enemy y algo de power metal.

La banda es/fue: el baterista colombiano Marcus Juan Carlos Dalmanner (ahora sustituida por la también colombiana Laura Hernández), la guitarrista japonesa Mio Jäger y la bajista sueca Madeleine Gullberg Husberg, así que es una banda exclusivamente femenina. Me pareció interesante aunque un concepto aún no completamente madurado pero que puede tener mucho futuro. Por ejemplo está el tema Jolly Jane, lleno de death doom y brutal death, sin vampirismo, ni arreglos orquestales sino vintage o el siguiente, Gore Candy, de 50 segundos de brutal death. Eso suena interesante y casi experimental, pero también como inestable. 3,5 de 5.

Las orquestaciones son de Anders Wollbeck (colaborador de Tarja).

3. Singles de The Hellp (new rave, tan nostálgico). The Devil Wears Prada y We Came As Roman, bastante regulares. Vildhjarta (más interesante). Feuerschwanz (incluyendo una versión de Gangnam Style). Ladrones (Nadie Ve, genial el djent/metalcore con tumbado corrido). Dianne van Giersbergen (altamente orquestal, gran voz, me encanta).

4. At the End of Our Reign (2025, Ep) de Deserted Fear: melodeath alemán, en adelanto a su disco de 2025. Bastante bueno, feroz, rápido y dinámico. Esperemos por más, porque por ahora a pesar de eso, 3,8 de 5.

5. Titan (2014) de Septicflesh: maravilloso black sinfónico, riquísimo, muy bien producido y hermanando la brutalidad del black melódico, la brutalidad del progresivo extremo y las vocales guturales con la visión elaborada del metal sinfónico. Un disco increíble de principio a fin, casi inmejorable. Son extraordinarios tantos los arreglos orquestales, gracias a la Orquestal Filarmónica de Pragra y su coro infantil, así como a los momentos llenos de metal progresivo extremo, black melódico y melodeath. 4,9 de 5.