24 diciembre 2022

Afirmación viral sobre el afelio y el impacto en el clima o la salud es falsa

Un mensaje viral en redes sociales afirma que a partir del 18 de abril, la Tierra experimentará el fenómeno del afelio, lo que implicaría un clima más frío y un mayor riesgo de enfermedades respiratorias. Sin embargo, esta afirmación es falsa.


De acuerdo a una búsqueda realizada por el sitio venezolano El Diario, esta desinformación inició el 4 de enero de 2022 en Indonesia para luego traducirse y circular por el resto del mundo, como sucedía con la infodemia del coronavirus COVID-19, según lo reseñado por el sitio indonesio Okezone.

El afelio es el punto más alejado del Sol en la órbita de la Tierra, y ocurre cada año en julio, no en abril como se afirma en el mensaje viral. La distancia media entre la Tierra y el Sol a la que alude la desinformación, 90 millones de kilómetros, también es incorrecta, pues según la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) es realmente de 150 millones de kilómetros

Además, la temperatura en la Tierra no depende tanto de la distancia a la que se encuentra del Sol, sino de la inclinación de su eje de rotación, lo que produce las estaciones.

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Durante el verano, el hemisferio norte se inclina hacia el Sol, lo que significa que recibe más radiación solar y es más cálido. Durante el invierno, el hemisferio norte se inclina lejos del Sol, por lo que recibe menos radiación solar y es más frío. Por lo tanto, durante el afelio, es verano en el hemisferio norte y invierno en el hemisferio sur, y no necesariamente más frío en toda la Tierra.

Eso lo que implica es que en diciembre de cada año, hay un invierno muy caluroso en Argentina o Sudáfrica, en el extremo sur del planeta pero nevadas y bajas temperaturas en Estados, Canadá y Europa, porque hay distintas estaciones en cada hemisferio sin importar la distancia del planeta con el sol. 

Además, la afirmación de que el afelio implicaría un mayor riesgo de enfermedades respiratorias es infundada. No hay evidencia científica que respalde esta afirmación y no existe una relación directa entre el afelio y la salud humana, ni con ninguna nueva cepa del Sars-CoV-2 o ninguna nueva pandemia.

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La afirmación viral que circula en redes sociales sobre el afelio y el impacto en el clima y la salud es falsa. El afelio ocurre en julio y no tiene un impacto directo en la temperatura ni en la salud humana. La temperatura en la Tierra depende de la inclinación de su eje de rotación y no de la distancia a la que se encuentra del Sol.

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21 diciembre 2022

Desmintiendo mitos urbanos: A Disney no lo congelaron, lo incineraron (ni Guillotin murió por su propio invento)

La muerte de Walt Disney y el inventor de la guillotina, Joseph-Ignace Guillotin, son ejemplos clásicos de desinformación o "fake news" por repetición de leyendas urbanas por un fascinante trasfondo de fantasía o de aleccionamiento político o ideológico, que se ajustara a la personalidad de los aludidos, para darle más fuerza a la narrativa de los mismos, un elemento frecuente en los mitos moderno.

Los misterios alrededor de su muerte

Una de las afirmaciones más comunes sobre Disney es que fue congelado por tecnología criogénica después de su muerte, con la esperanza de que algún día pudiera ser "descongelado" y curado de su enfermedad. Sin embargo, esta afirmación es falsa. En realidad, Walt Disney fue incinerado después de su muerte, el 15 de diciembre de 1966 a la edad de 65 años. Murió por un cáncer de pulmón que le habían diagnosticado años antes, producto de conocida condición de fumador empedernido. Toda una ironía.

En diciembre de 2019 el diario español El País contó que el mito podría tener origen en la forma misteriosa que actuó su familia, tanto para ocultar el cáncer del creador de Mickey Mouse como la decisión de tener un servicio funerario íntimo, negados a recibir flores o coronas. Además, fue un producto del espíritu del momento, porque entonces estaban surgiendo varias empresas que ofrecían sumergir cuerpos en nitrógeno líquido. 

El artículo recuerda que Bob Nelson, presidente de la hoy extinta Sociedad Criogénica de California, aseguró que Disney quería ser congelado pero no logró dejarlo por escrito, asegurando que dos semanas después de su muerte, habían congelado al primer ser humano. Se lo perdió por poquito. El origen de este mito habría sido publicado primero en un artículo de Los Angeles Magazines de 2013 llamado "Walt Disney Still Not Frozen" se ratifica y que sería graficado y traducido por Pictoline, en que cuentan que Nelson difundió el rumor seis años después en una entrevista con el diario Los Angeles Times.


Ayuda de la ficción

La idea de que las personas pueden ser congeladas y revividas en el futuro fue una idea popularizada por la ciencia ficción, como las películas "El hombre congelado", (título original en francés: "Hibernatus"), una cinta de ciencia ficción francesa dirigida por Édouard Molinaro, que cuenta la historia de un astronauta que es congelado durante una misión espacial y después es despertado 200 años más tarde en un futuro distópico. 

La película fue producida por la compañía francesa Francés Films Marceau y fue estrenada en Francia en 1969, tres años después de la muerte de Disney. En español también se le llamó "El abuelo congelado" (porque España llama La Torre de Cristal a Duro de Matar, por ejemplo).

La idea de la hibernación o congelación para despertar posteriormente fue tocada luego en "Demolition Man" ("El Demoledor" en español, con Sylvester Stallone y Wesley Snipes (1993), Vanilla Sky (2001) o Los Expedientes Secretos X, y luego rescatada por la serie animada Futurama (del mismo creador de Los Simpson) y Altered Carbon (2018-2020 de Netflix).

Congelamiento pendiente

Vamos por pasos. La criogenia se ocupa del estudio del congelamiento y la conservación de tejidos y organismos vivos a temperaturas extremadamente bajas. Aunque se han realizado algunos avances en tejidos y órganos humanos, todavía no se ha demostrado que sea una técnica viable para la conservación a largo plazo de seres humanos. De hecho, de los nueve cuerpos congelados por Nelson, todos menos uno tuvieron un resultado desastroso. El primer humano congelado todavía lo está. Al menos hasta 2021.

Actualmente, tiene una aplicación en trasplantes, así como para el almacenamiento a largo plazo de células y tejidos para investigación. Sin embargo, todavía hay muchos desafíos técnicos y éticos que deben abordarse antes de que pueda convertirse en una opción viable para la conservación a largo plazo de personas.

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No decapitado y también incinerado

Otra afirmación comúnmente difundida es que Joseph-Ignace Guillotin fue un médico y político francés, conocido por haber propuesto la guillotina como un método de ejecución más humanitario durante la Revolución Francesa, en sustitución de la la horca, la pira y el garrote vil, murió "por su propio invento".

Pero es que Guillotin no sólo no murió decapitado, como se ha afirmado muchas veces de forma errónea, sino que ni siquiera inventó el aparato, sino que como diputado en la Asamblea Constituyente en París, propuso en 1789 que todos los condenados a muerte lo fueron por la guillotina, un mecanismo que ya existía y que había sido utilizado por primera vez en Francia en 1782 con la llegada de la Revolución Francesa. La idea del doctor era que, aún oponiéndose a la pena de muerte, esta fuese más rápida e indolora, como estaba siendo hasta entonces. Tardó tres años en lograr su cometido. 

Además, Guillotin murió el 26 de marzo de 1814 de carbunco en el hombro izquierdo. Tenía 76 años. Esta es una infección causada por la bacteria Bacillus anthracis y que se manifiesta como una inflamación en la piel y los tejidos subcutáneos. Suele tratarse con antibióticos, que tardarían más de un siglo en ser sintetizados por otro francés, Louis Pasteur, en 1920, cuando inventó la penicilina. No era criogenia lo que necesitábamos sino viaje en el tiempo (que según Bob Nelson también le hubiese servido a Disney).

Ahora, según recoge el diario El Español, este francés pudo haber sido guillotinado, pues fue detenido cuando se le encontró en una casa suya en la casa del Conde de Mere, que sí fue decapitado. "Fue interrogado acerca de la localización de la mujer y los hijos del conde, pero al no tener tal información –o negarse a darla- acabó preso y quizá en la guillotina de no haber sido por la caída de Robespierre" apuntan en el artículo "Dr. Guillotine: el opositor a la pena de muerte que dio nombre a la guillotina".

Sobre cómo el mecanismo fue mejorado de varias máquinas que ya existían en otros países e incluso desde hace varios siglos, no hay claridad sobre quienes intervinieron, aunque hay consistencia en declarar que fue encargada al médico cirujano Antoine Louise, las fuentes se contradicen en señalar a quien lo ayudó: desde un fabricantes de clavicordios o un conocido verdugo, ambos franceses, hasta un mecánico alemán.

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¿Y quién sí inventó el mito?

Irónicamente, todas las fuentes citadas insisten en que otro médico con el mismo apellido, pero de Lyon, sí fue decapitado con la guillotina, lo que podría ser el origen de esta leyenda urbana. Ni Desmontando Mitos, ni El Español ni Wikipedia tienen evidencia de esto. Y esto se sigue repitiendo una y otra vez en varias otras fuentes y medios, en distintos idiomas. Lo que sería una "inception" de mitos.

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22 octubre 2022

¿Por qué no usar el término "Fake News" aunque sea tan irresistible?

Decir "fake news" es sabroso, nos encanta. En el grupo de Whatsapp de la familia, en las reuniones con los amigos y cuando fruncimos el ceño para hablar de política para dar conclusiones de nuestros análisis personales, pero el término aunque es sexy, delicioso y casi irresistible, es inadecuado para definir el fenómeno que realmente es la desinformación.

Hablemos de definiciones y popularidad.

En 2016 y 2017 el diccionario Collins de la Universidad Oxford eligió "posverdad" (post-truth) y "noticias falsas" (fake news) como palabras del año lo que en sí mismo fueron noticias populares. 

Estos fueron los años de la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos (quien usó el término extensamente en Twitter), del triunfo del NO en el plebiscito del Brexit (después conocido por el uso de datos de Facebook por medio de Cambridge Analytica para la campaña electoral) y el triunfo del NO por menos de 1% en el plebiscito de paz en Colombia (donde también se conoció el escándalo del uso de la mentira y el engaño en redes sociales para promover la opción de rechazo al acuerdo de La Habana) llenaron las búsquedas en Internet y titulares en medios de comunicación de estos términos.

En el mundo hispanohablante el Diccionario de la Real Academia Española eligió en 2017 la palabra "aporofobia" (aversión a los pobres, a diferencia de xenofobia o racismo, rechazo a migrantes por ser pobres en lugar de extranjeros o de otra raza). Sin embargo, "noticia falsa" (venida del inglés) fue la candidata número seis de las doce candidatas de ese año. Así mismo, recomiendan el sinónimo (más popular en España) de noticia falseada pues "sugiere un matiz de adulteración o corrupción premeditadas." o bulo (‘noticia falsa propalada con algún fin’). En 2016, la RAE seleccionó populismo pero entre las dos candidatas estuvo posverdad, la palabra inglesa elegida por Oxford para ese año.

¿Y qué son entonces las "fake news"?

Pues según el diccionario de Oxford: "false, often sensational, information disseminated under the guise of news reporting" que se puede traducir como "información falsa, usualmente sensacionalista, difundida bajo la apariencia de reportaje noticioso".

Mientras la RAE, en referencia a bulo, dice: Noticia falsa propalada con algún fin.

Pero parece insuficiente el concepto, porque a veces las publicaciones en redes sociales no intentan parecerse al formato de noticias, no siempre tenemos claro el emisor original o la intención y está la complicación de calificar algo de falso o verdadero cuando parece que se mezcla opinión y hechos, especialmente después de acuñar "posverdad" o los "hechos alternativos" y las teorías de conspiración. Ya la verdad no es un consenso como antes y ahora hay grupos que aseguran que la Tierra es plana, pero se oculta como parte de un complot.

En el estudio "Desinformación en tiempos de pandemia: tipología de los bulos sobre la Covid-19" liderado por el profesor de la Universidad de Navarra, Ramón Salaverría, se toma el concepto de "bulo" de la siguiente forma: "todo contenido intencionadamente falso y de apariencia verdadera, concebido con el fin de engañar a la ciudadanía, y difundido públicamente por cualquier plataforma o medio de comunicación social”. Por su parte, Claire Wardle propone una clasificación de siete tipos, desde la sátira hasta el contenido completamente inventado.

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Tres razones para no usar el término

1. Su uso politizado:

Las usa y usó Maduro, Trump, Petro, Bolsonaro, el régimen castrista en Cuba, Evo los neonazis griegos, Morales, Uribe y Pedro Castillo en Perú con la intención de desacreditar cobertura periodística, críticas de adversarios políticos y denuncias ciudadanas. Y sí, los medios se equivocan, han sido cooptados por empresarios a través de la compra de espacios publicitarios o la compra indirecta y los periodistas hemos tomado partidos siendo activistas, pero eso no valida el uso interesado, partidista e ideológico del término por parte de populistas.

En 2017 ya la PhD Claire Wardle y Hossein Derakhshan habían publicado el estudio "INFORMATION DISORDER: Toward an interdisciplinary framework for research and policy making" (para el Consejo de Europa) en el que hablaban de los "desórdenes informativos" para describir el ecosistema y el glosario alrededor del fenómeno que popularmente se llamaba "fake news", que era insuficiente e inapropiado.

Y ellos definieron tres términos, según la intención de dañar y la falsedad del contenido, que el profesor Rafael Díaz Arias traduce y explica así:

Información errónea (misinformation). Está a la izquierda, en gris: con más falsedad pero menos intención de dañar: "Información creada sin intención maliciosa, pero que incurre en errores, por descuido en el caso del público, o malas prácticas en el caso del periodismo profesional, y la información satírica que es tomada por verdad y compartida por el público". Es decir, error involuntario de medios y/o periodistas, así como el contenido que creemos real y por tanto lo compartimos.
Información manipulada (malinformation). Está de rojo, a la derecha: más bien verdadera pero con toda la intención de causar daño: Información basada en la realidad, pero que se deforma o encuadra maliciosamente. Esto puede ser información real sobre empresas, fotos íntimas de personajes públicos, filtraciones de secretos industriales. Uno podría debatir si Wikileaks entra acá o no (lo que es distinto al tratamiento periodístico posterior bajo técnicas de investigación e interés público sin ángulos geopolíticos).
Información falsa (disinformation). Es la información intencionalmente falsa creada con una intención maliciosa, para ganar dinero, lograr ventaja e influencia política o promover alguna forma de desorden. Está en el medio y es lo que comúnmente llamamos "fake news" de forma equívoca. Acá hay mezcla de verdad y mentira en distintos grados y siempre tiene la intención de dañar.

Así que podemos definir la desinformación como el contenido creado con la intención de engañar, confundir y enrarecer la opinión público con el fin de obtener réditos comerciales, políticos o propagandísticos para imponer una narrativa del poder. 

Importante diferenciar la desinformación (disinformation) que viene del emisor, de su creador y la red de apoyo intencional, de la misinformation (información errónea) que es cuando nosotros, nuestros amigos, familiares o conocidos, las audiencias, compartimos en redes sociales o aplicaciones de mensajería, contenidos que creemos reales, bien sea por sesgos, emociones o prejuicios, pero no somos los creadores del engaño.

Un estudio del profesor Miguel del Fresno titulado "Desórdenes informativos: sobreexpuestos e infrainformados en la era de la posverdad" entre los que cuenta los términos desinformación, fake news, hechos alternativos, posverdad y deepfakes (definidos pro Wardle y Hossein, como veremos más adelante) hizo un mapeo de las razones que permitieron su prevalencia en la sociedad, y entre las cinco incluye "la crisis de los medios de comunicación nacionales y locales post Internet" pero también "un cambio significativo en la forma de entender y ejercer el poder en el siglo XXI, como la capacidad de establecer las relaciones de definición".

Lo que documenta Del Fresno es que ciertamente los medios de comunicación perdieron su credibilidad al usar el usar la objetividad como sesgo, "presentando ante la opinión pública como interlocutores legítimos, como equivalentes y equipotentes, a científicos e ideólogos. Así, se acabó haciendo equivalente lo que no lo era y eliminando en la agenda pública la frontera entre verdades fácticas y desórdenes informativos". Es decir, que colocaron a defensores de las industrias del tabaco, el alcohol o los transgénicos, a los negadores del Cambio Climático y quienes atacaron en España a los medicamentos genéricos.

Pero también apunta, junto a la crisis de los expertos, el avance de la psicología y la facilidad para crear y distribuir contenidos en Internet, la "voluntad de supremacía ideológica" que lleva a líderes políticos a crear una realidad basada en las creencias, en los deseos y no en las evidencias para crear guerras culturales en que lo importante no es lo verdadero o lo falso sino lo que queremos que sea verdad, aunque incluya teorías de conspiración o "hechos alternativos", lo que va más allá de la propaganda o de la versión oficial sino de imponer una narrativa como verdad desde el poder.

Tanto Wardle, creadora también de First Draft, una iniciativa que investiga la desinformación, como el profesor Díaz Arias (crítico con las definiciones de Wardle y Hossein), señalan que al haber varios tipos de desórdenes informativos, que van desde la sátira incomprendida o usada de forma malintencionada al contenido engañoso compartido por los usuarios creyendo que es verdadero hasta el contenido completamente inventado que va desde la teoría de conspiración hasta los videos de Tik Tok o cadenas de Whatsapp con narrativas pseudocientíficas o con denuncias sin sustento histórico, científico o descontextualizaciones, también piden señalan lo problemático o errático de usar el término "fake news".

2. Semántica y significado

¿Puede ser noticia si se trata de un hecho no verificable o comprobable, de un hecho no fáctico?

Ya vimos que los medios pueden errar, pueden difundir propaganda o información errónea, incluso ser creadores de desinformación, pero que incluso en esos casos, no son "fake news" sino algún tipo de desorden informativo.

Así que una noticia, sí lo es ciertamente, no puede ser desinformación. Así mismo, la desinformación puede parecer noticia e incluso ser difundida en medios, pero no son equivalentes.

Esto aunque, como dice Del Fresno, la desinformación termina siendo también información, pero no todo lo que se difunde en los medios de comunicación es periodismo, a veces es sólo información, opinión o entretenimiento. 

Hay una gran diferencia entre los reportajes de investigación o la cobertura de hechos noticiosos como los Panama Papers, las denuncias de corrupción o los detalles de eventos deportivos o desastres naturales, de los contenidos que circulan en medio de comunicación y redes sociales, que van desde telenovelas, series, películas, noticias, documentales, publicidad, comunicación corporativa y un largo etcétera.

Artículos de académicos y expertos como el profesor Raúl l Magallón Rosa, Universidad Carlos III de Madrid, Maldito Bulo (verificadores españoles que recomiendan también bulo o paparrucha) y Facultad de Comunicación e Información de la Universidad FASTA de Argentina recomiendan no usar el término "fake news" por su uso como arma política y propagandístico de narrativas de posverdad.

3. No alcanza para arropar el fenómeno

Explica también Del Fresno y Wardle que con la facilidad de abrir un wiki o un blog primero, con el paso de la Web 1.0 (donde había un webmaster) a la Web 2.0, donde todos los usuarios podemos ser prosumidores (consumidores + productores) para apropiarnos, remezclar, crear o modificar los contenidos, ahora la información (y también el periodismo) no está hecho por periodistas, medios de comunicación o algunos creadores certificados, sino también por partidos y grupos políticos, ONGs, iglesias, empresas, instituciones públicas, firmas de relaciones públicas, activistas, individuos, pero también bots y trolls, influencers, blogueros y youtubers.

Y además, que el contenido ahora no tiene un formato específico, sino que pueden ser videos, audios, memes, fotografías, infografías, gráficos, visualizaciones, capturas de pantalla o combinación de éstos que pueden o no asemejarse al formato noticioso sino que se adaptan al formato de Tik Tok, Tumblr, Twitter, Medium o Whatsapp para mediante etiquetas, formatos, trends, retos, íconos, emojis u otras comunicar a nichos, microaudiencias o grupos sociodemográficos específicos, para hacerse viral en uno o más de estos.

En conclusión

Usar el término "fake news" puede estar bien para hablar en públicos no especializados, como conversaciones familiares, para que se entienda que un contenido es engañoso, pero es inadecuado e insuficiente, porque tiene una agenda política detrás, puede ayudar a descalificar al periodismo y la libertad de información necesarias para la democracia y no permite descubrir los contenidos engañosos que creemos fidedignos porque cumplen con nuestros deseos, prejuicios e ideas así como los que están escondidos en formatos digitales que nos agradan o no identificamos como informativos o noticiosos.

Así que usemos desinformación para hablar del fenómenos de desórdenes informativos que aunque estén o no en medios, parezcan o no contenidos informativos o noticiosos como memes, videos o audios en Whatsapp o Telegram o publicaciones en grupos de Facebook, tweets, reels de Instagram o videos de Youtube o Tik Tok, tienen la intención de engañar, mentir o confundir, pero también de parecer contenido auténtico.

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Efecto Dunning-Kruger: porqué es tan fácil opinar sobre lo que no sabemos nada (pero creemos saber)

20 septiembre 2022

"Currents" de In Vain, del oscuro metal brutal a la psicodelia setentosa (con violines de apoyo)

La carrera de la banda noruega In Vain es sorprendente. Desarrollando un estilo de black/death progresivo han sabido combinar magistralmente los riffs del sonido melódico nórdico, las voces líricas y los pasajes de guitarras acústicas con lo caústico de los gritos guturales y la brutal rapidez del metal más oscuro. En placa "Currents" (2018) que edita Indie Recordings, sorprenden a ambos mundos con un disco conciso, sin aspavientos, directo, brutal y al mismo tiempo, psicodélico y orquestal.

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Fuente

El disco cuenta con el baterista Baard Kolstad (Leprous, ICS Vortex, Bornagar, Ihsahn, Solefald) y el cantante Matt Heafy (de Trivium e invitado por Insahn y Sigh para romper la barrera de géneros) de invitados, provocando que el disco pueda moverse cómodamente por distintos géneros. Su primer tema te puede recordar a un Machine Head con esteroides pero manteniendo lo melódico mientras el disco gira desde la mezcla de rock progresivo y death metal como el "Blackwater Park" de Opeth hasta los experimentos más extraños de Solefald pero con la potencia malvada de la vieja escuela del sonido de Gruesome o Grave.

Para lograr estas mezclas tienen invitados que interpretan con viola, violín, un teclado Hammond, un saxofón o un cello para darle atmósferas académicas pero, y aquí la diferencia, sin elevarse a temas larguísimos ni momentos grandilocuentes como Haggard o las bandas sinfónicas holandesas, sino cada quien en su puesto para que el disco muestre todo su repertorio, en que se la psicodelia da espacio al black/death feroz (y viceversa) mientras su cantante Sindre Nedland hace gala, junto a sus invitados, en las voces ásperas y limpias.

La mejor de hacerse una idea es con uno de sus temas, Blood We Shed, de los más representativos. En sus seis minutos, se inicia como un disco de metal europeo old-school que recurre a sus influencias de Unleashed, para entonces empezar a jugar con un fraseo de metalcore y guitarras alternativas, teclados a lo Pink Floyd de fondo y entonces un coro épico de voces líricas que sigue hasta canto a capella con cuerdas al fondo. ¿Cómo pasó esto? Pues desde el minuto 4:30 empieza a hacer el recorrido contrario, oscureciéndose hasta terminal en un profundo abismo de oscuridad con desgarradores gritos sin fondo musical.

19 septiembre 2022

"Unsung Prophets & Dead Messiahs" de Orphaned Land: oriental metal, rock progresivo orquestal israelí

El año 2018 inició con el impresionante "Unsung Prophets & Dead Messiahs" de Orphaned Land, los israelíes que desde 1991 son grandes exponentes del folk metal mezclando el death melódico, los violines, la percusión árabe y los cánticos folclóricos de Medio Oriente con el rock progresivo.

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Fuente

Después de cinco placas en que demostraron su versatilidad, virtuosismo, dinamismo y originalidad, se tomaron un lustro para un disco conceptual, en el cual usan distintas referencias al engaño en el que podemos ser sometidos los seres humanos para vivir en un mundo de desvarío. Por eso las letras giran en temas que van de la caverna de Platón a una cita del libro 1984 de George Orwell e incluso del chileno Víctor Jara (con un coro en español el último tema del disco, "The Manifest"), aunque mi favorito es "In Propaganda", en los cuales se suman coros épicos (ejecutados por Hell Score) a la mezcla.

Orphaned Land alcanza este punto tan alto tras haber perdido a su principal guitarrista, Yossi Sassi, pero el tiempo que se tomaron para componer unos temas majestuosos, que van desde el post-rock atmosférico de Porcupine Tree y el folk metal que toma elementos musicales de las bodas griegas y los festejos judíos, además de las voces femeninas orquestales y los arreglos orquestales, mientras también apelan a las melodías extremas con mucho mayor uso de la voz gutural que antes, que permiten soñar con giras conjuntas con Therion y Septicflesh.

Orphaned-Land.jpgFuente

Los invitados le suman a esta nueva banda que se presenta como progresiva-oriental-extrema-orquestal. Steve Hackett (Genesis), Steven Wilson (Porcupine Tree), Tomas Lindberg (At The Gates) y Hansi Kürsch (Blind Guardian). Esto afianza a una agrupación que además de atreverse a retar paradigmas religiosos, musicales y políticos, también da un salto cuántico en la calidad de sus discos, apelando a su historia como banda para mostrarse como una perla brillante y oscura.

16 septiembre 2022

El sueño de Kiribati

Siempre he preferido los vuelos con muchas escalas. Me emociona esto de conocer diversos aeropuertos, detenerme en países intermedios y volar, volar mucho más, que además implica pagar menos. Lo que para otros es molestia, para mí es delicia, pasar más tiempo en el aire, en tránsito, demorarme en llegar, tomarme el recorrido como destino.

Así que para llegar a South Tarawa viajaría desde Bogotá a Ciudad de México, de allí Miami, San Francisco y Honolulú, cruzaría el Pacífico hasta Nadi, en Fiji y finalmente a la capital de Kiribati. Por lo menos, quizás es posible pararse más veces.

Kiribati es uno de esos lugares paradisíacos con chozas de techo de palma unidas por un delgado pero largo muelle de madera. Una de esas postales casi oníricas del turismo de lujo que simula ser sencillo, donde esos turistas digitales están vestidos de blanco con columpios dentro del agua y langostas que modelan para la cámara rodeado de piñas, cocos y mariscos exquisitos. Indiscutiblemente todas las telas son blancas, fulgurantes y límpidas como conchas de mar.

El reto era apremiante, aunque me tomaría todo mi tiempo para llegar, cada día que no voy es urgente. El aumento del mar se está devorando los 33 atolones a mordisquitos diarios como si lo hiciera un bebé Cthulhu patrocinado por petroleras y billonarios rellenos de fake news.

Pero no vine a hablar de ciencia, política, periodismo o mitología, aunque me encantaría escuchar de oceanografía, de demografía con sus 15 lenguas de 13 grupos étnicos y claro, de gastronomía, de ese país inmenso pero apenas terrestre.

Un día -debería decir una noche- que terminé mis lecciones de un curso de periodismo y Cambio Climático nos sugirieron leer un artículo de 2013 que hablaba del presidente de Kiribati luchando contra la subida del nivel del mar sobre su país, desconocido, lejano y curioso por varias razones, como ser el único en estar en los cuatro hemisferios, tener tres husos horarios y ser el primer lugar de la Tierra -aunque todos veamos a Australia en la televisión- en que llega el 1 de enero.

Sin embargo, algo más sencillo, universal, catódico, ardiente, sudoroso y sensual me atrae también de este lugar. Fútbol.

Kiribati no es parte de la FIFA, jamás ha ganado un juego oficial desde su nacimiento como país y equipo, en 1979. Tampoco su equipo femenino. Su estadio nacional no tiene grama, sino arena, por lo que jamás han podido jugar como locales.

Y se está hundiendo. Cuando cumplían dos décadas de existencia independiente como nación soberana, dos de sus islas, afortunadamente deshabitadas, quedaron bajo las aguas. Y su estadio nacional está apenas a 10 metros sobre el nivel del mar.

Eso no ha impedido que continúen con sus aspiraciones. El sueño futbolístico de Kiribati pasa por terminar de reconstruir su estadio para que sea aprobado por la FIFA para finalmente jugar de locales de forma internacional. Desde 2019 están en obras.

En Kiribati tienen un campeonato nacional con más de 20 equipos, y a pesar de ser eternamente perdedores siempre organizan o son parte de copas regionales en las que pequeñas naciones oceánicas y micronesias compiten entre sí, a pesar de lo elusivo del gol y la persecución del mar sobre todas ellas.

Kiribati apenas ha puesto el balón en arco ajeno siete veces en su historia internacional, y es también conocido por ser el primer país que podría desaparecer por los efectos de las emisiones de gases contaminantes. Y aunque soñé que era parte de un esquema de engaño a los pueblos indígenas para construir un estadio que salvara de la ruina a una quebrada empresa turística, no fue una visión apocalíptica ni acertada.

En ese país hay dos aeropuertos internacionales. No me importaría llegar a cualquiera de los dos pero estar allí, y ser parte de sus sueños de ganar el partido más importante, el de la supervivencia existencial, para seguir jugando fútbol.

13 septiembre 2022

Música imaginaria del futuro: Pre-posthumous demo — Klingon Former Painter

El año 2042 empieza muy bien. El viernes 7 de enero se publicó el primer demo de la banda Klingon Former Baby, de origen geográfico no especificado, junto al NFT de la instalación muralista 3D correspondiente al lanzamiento, que sirve como complemento de Realidad Virtual Profunda de la música. Durante 35 minutos es posible escuchar elaborados riffs de metal progresivo acompañados de sección rítmica de big band jazz, pero sobre un lienzo de varias sutiles capas de mashups de folk japonés y celta. El resultado es evocador y cerebral, un baile elucubrador entre la precisión física y la sensualidad del ruido.

Eso permite dos lecturas, como las de la obra plástica adherida, una principal que incluye rabiosas formas de d-beat, black metal psicodélico, blues tradicional y new wave bajo la premisa del rock/metal, más atmósferas que cubren espacios que antes llenaban orquestas, sintetizadores y teclados, en que la pinacoteca de historia del arte completa con las curiosidades de un DJ con maestría en investigación forense de viejos formatos de registro sónico, como discos viniles, cassettes y cintas magnéticas.

Así que el “Pre-posthumous demo” muestras las obsesiones de un colectivo artístico-musical amante de grabaciones de viejas canciones tradicionales de Asia y Europa con recuerdos vintage de diversas épocas: desde las guitarras de los primeros afroamericanos precursores del rock and roll, pasando por la decadencia de los 1980 hasta terminar por el elaborado metal de los 2020, que se llenó de experimentación, técnicas y osadías impensables por los creadores del género.