Mario Silva no se da cuenta de lo que puede obtener al cumplirse sus deseos. La Hojilla no existe sin La Entrevista sin Aló Ciudadano y mucho menos sin El "Nazi"onal, cómo le llaman delictivamente estos infames.
Como en la tragedia aérea retratada en la película Viven, cuándo se le acaben los argumentos de ataques y ensañamiento contra quienes piensan distinto, tendrán que dedicarse a criticar los supeustos cursos comunitarios de confección de uniformes militares en cooperativas para sordos en Catia que terminarán siendo un curso de armamento muy ruidoso, tendrá que criticar a los Ministros, si es que quedan Alcaldes y Gobernadores, para tener a quienes culpar de la misma ineficiencia. Quizás hasta se transforme en un programa infantil por falta de guión.
Al principio veía La Hojilla y no la entendía. Ponían trozos de La Entrevista, sin ningún comentario ni edición, y al volver salía Mario Silva riéndose y ya. Decía: ayyy Granielito. Y yo decía: ajá, es una excelente reposición de La Entrevista, ¿pero?. Al menos ahora dejaron de ser tan vagos (siguen siendo fanáticos de Miguel Ángel) y ponen unas plantillas con texto que al menos deja ver un mínimo nivel de análisis, crítica y razón -lo digo por tener que editar el video y escribir unas palabras- que la idiotez, bueno, la nada, que no se decía antes siquiera.
Antes eran prepotentes y mudos, ahora son prepotentes y gritones, a eso me refiero con su mejora. Antes era como un programa de Videos Graciosos Caseros, ponían el video y tú regresabas y tenías que estar riéndote. Ni siquiera es ofensivo ni patético es simplemente fanático. Mario Silva tiene una obsesión con Miguel Ángel, y les ofrezco una demostración: seguirá hablando de él por meses después que sea arrebata la señal de RCTV.
Pero las vacaciones de este mantenido no empiezan el 28 de mayo, porque le queda Globovisión, y finalmente quedará saber que quiere decir él con eso de transmitir desde La Campiña, cuándo las instalaciones de RCTV no han sido expropiadas. Quizás la "mejora" que yo veo en su programa sea darme cuenta que enviaron a sus productores a ciertas academias privadas y por fin saber algo de televisión, (nada de cursos de PNI gobierneros, porque ellos ya saben que es socialismo, y se leyeron a Marx). Para ellos cada día se va a volver más difícil no volverse canibal: devorarse a los propios hijos de la Revolución, al emprender una cacería de brujas típica de las matanzas comunistas ya antes presenciadas con horror por la Humanidad, donde se persiguen a los "contrarrevolucionarios", es decir: críticos de un lado u otro, opositores y críticos internos -con o sin razón
Claro que Mario se lanza algunas peroratas ceñudas contra algunos "revolucionarios chimbos" de Hummer, o quienes simplemente no cumplen su mandato popular, pero los acusa de ser de la Cuarta República, de ser adecos inflitrados, de ser derechistas disfrazados y nunca un error de la Revolución que ha agrupado a tantos vagos, sindicaleros (no sindicalistas), trasnochados y resentidos, lejos de la profesionalización, la meritocracia (esto parece dolerles demasiado a quienes no estudiaron) y la modernización.
Ya verán a Silva pidiendo paredón en los momentos más radicales, sí es que les llega hasta allá la cobija con ese palo que le dieron a la gente de olvidarse del Día del Padre, la Madres, los estrenos de Diciembre, y ya veremos que dice Aló El Demente sobre Día del Amor y los Carnavales, porque hasta se quiere devorar -por frustración, otro trauma más- al béisbol que tanto ha aplaudido. Y seguimos a la espera del aumento de la gasolina.
Como en la tragedia aérea retratada en la película Viven, cuándo se le acaben los argumentos de ataques y ensañamiento contra quienes piensan distinto, tendrán que dedicarse a criticar los supeustos cursos comunitarios de confección de uniformes militares en cooperativas para sordos en Catia que terminarán siendo un curso de armamento muy ruidoso, tendrá que criticar a los Ministros, si es que quedan Alcaldes y Gobernadores, para tener a quienes culpar de la misma ineficiencia. Quizás hasta se transforme en un programa infantil por falta de guión.
Al principio veía La Hojilla y no la entendía. Ponían trozos de La Entrevista, sin ningún comentario ni edición, y al volver salía Mario Silva riéndose y ya. Decía: ayyy Granielito. Y yo decía: ajá, es una excelente reposición de La Entrevista, ¿pero?. Al menos ahora dejaron de ser tan vagos (siguen siendo fanáticos de Miguel Ángel) y ponen unas plantillas con texto que al menos deja ver un mínimo nivel de análisis, crítica y razón -lo digo por tener que editar el video y escribir unas palabras- que la idiotez, bueno, la nada, que no se decía antes siquiera.
Antes eran prepotentes y mudos, ahora son prepotentes y gritones, a eso me refiero con su mejora. Antes era como un programa de Videos Graciosos Caseros, ponían el video y tú regresabas y tenías que estar riéndote. Ni siquiera es ofensivo ni patético es simplemente fanático. Mario Silva tiene una obsesión con Miguel Ángel, y les ofrezco una demostración: seguirá hablando de él por meses después que sea arrebata la señal de RCTV.
Pero las vacaciones de este mantenido no empiezan el 28 de mayo, porque le queda Globovisión, y finalmente quedará saber que quiere decir él con eso de transmitir desde La Campiña, cuándo las instalaciones de RCTV no han sido expropiadas. Quizás la "mejora" que yo veo en su programa sea darme cuenta que enviaron a sus productores a ciertas academias privadas y por fin saber algo de televisión, (nada de cursos de PNI gobierneros, porque ellos ya saben que es socialismo, y se leyeron a Marx). Para ellos cada día se va a volver más difícil no volverse canibal: devorarse a los propios hijos de la Revolución, al emprender una cacería de brujas típica de las matanzas comunistas ya antes presenciadas con horror por la Humanidad, donde se persiguen a los "contrarrevolucionarios", es decir: críticos de un lado u otro, opositores y críticos internos -con o sin razón
Claro que Mario se lanza algunas peroratas ceñudas contra algunos "revolucionarios chimbos" de Hummer, o quienes simplemente no cumplen su mandato popular, pero los acusa de ser de la Cuarta República, de ser adecos inflitrados, de ser derechistas disfrazados y nunca un error de la Revolución que ha agrupado a tantos vagos, sindicaleros (no sindicalistas), trasnochados y resentidos, lejos de la profesionalización, la meritocracia (esto parece dolerles demasiado a quienes no estudiaron) y la modernización.
Ya verán a Silva pidiendo paredón en los momentos más radicales, sí es que les llega hasta allá la cobija con ese palo que le dieron a la gente de olvidarse del Día del Padre, la Madres, los estrenos de Diciembre, y ya veremos que dice Aló El Demente sobre Día del Amor y los Carnavales, porque hasta se quiere devorar -por frustración, otro trauma más- al béisbol que tanto ha aplaudido. Y seguimos a la espera del aumento de la gasolina.
Silva, ¿socialismo o muerte?.
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