Se
llama Yoama Belinda Paredes Doménico y me dio clases de química en
noveno grado. La recuerdo como una mujer hippie, con ropa ancha que
permitía ver que no se rasuraba las axilas y sumamente dócil para los
demoníacos espíritus adolescentes que habitábamos el salón de clases de
9no sección B del colegio San José de los Hermanos Maristas en Maracay
durante el año escolar 1991-92.
Ante nuestro mal comportamiento, usual para la edad, ella repetía que no ponía negativos ni notas disciplinarias en la carpeta. Decía en cambio que "creía en el ser humano". Ella quería decir que nos tenía fe que tomaríamos las mejores decisiones. Mi compañero y colega Luis Ugueto no sólo recordaba que era "acuariana" (por la Gran Fraternindad Universal de El Limón, no el signo zodiacal), sino que incluso la rastreó como exviceministra de Educación de Maduro.
Pude encontrar mucho más. Por la resolución No. 230 del 25 de marzo de 2002 nuestra profe Yoama, que advertía que no tomáramos refresco con agua porque se creaba un ácido que carcomía las paredes del estómago, fue nombrada Directora de Currículum del Ministerio de Educación. Lo firmaba Hugo Chávez.
Siguió su carrera en la burocracia educativa. El 28 de diciembre de 2004 pasó a ser la Directora de Programas Educativos del Consejo Directivo de la Fundación Misión Ribas hasta el 6 de julio de 2010 cuando fue nombrada Directora Encargada de la Zona Educativa del estado Aragua.
Y partir del 2 febrero de 2016 se convirtió en la Viceministra de Educación, donde mi colega la encontró. Ya tenía dos años como jubilada del Ministerio de Educación, lo que me causó curiosidad porque era de las profesoras más jóvenes que nos tocaron aunque se ve mucho mayor ahora. Pude rastrear a dos hermanos, Ulises Maracay y Héctor Eduardo, pero de ella no pude conseguir su fecha de nacimiento ni datos del Seguro Social.
En diciembre de 2016 le dijo a Maripili Hernández en su programa de Unión Radio: “Queremos generar una cultura escolar distinta a la que nosotros heredamos de las viejas lógicas, en la que currículo es todo lo que tiene nota y sale en un programa”.
Es decir, que nos tenían que enseñar temas que no se evaluaran pero además que no estuvieran estipulados en ningún lado. Una especie de cátedra libre universitaria con disertación filosófica que no fuese para el examen. Los griegos, pues, pero con profesores mal pagados. Aunque ella ahonda en un concepto válido, lo que se aprende no es sólo dentro del salón de clases. Ella fue entrevistada ante la polémica de la eliminación de materias en el liceo, algunas importantes como biología y química, materias que ella dio en nuestro colegio San José en los 90.
"Quisimos ser consecuentes con lo que es la concepción integrada e integral todas las áreas de formación comunes", dijo al respecto. Y tenía sus buenas razones nuestra estimada profe, que no le importaba que entregáramos las tareas igualitas, copiadas, y era buenísima en Química. “La nota jamás refleja aprendizajes; hay personas de 20 puntos que fracasan en la universidad, y personas de 10 puntos que hacen proyectos. La evaluación debe estar centrada en procesos y resultados, menos tarea en la casa y más tiempo en su área de formación y en los grupos estables”.
Los Grupos Estables son, a la práctica, algo que fastidia muchísimo a los chamos ahora y que tratan de evitar con una carta que les permita seguir yendo a sus clases de fútbol, kárate o música en la tarde. Sin embargo, para quienes sus padres no tienen dedicación, tiempo, energía o dinero, está bien aunque es tiempo extra en la tarde. A veces después de mediodía.
Ella abogaba en la radio además por una "educación más humana" con menos competetividad y menos horas de clases para los profesores sino más para acompañamiento, el seguimiento y la comunicación con la familia. Conceptualmente interesante, una escuela como las de Finlandia, pero difícil de trasladar a cualquier otro país que no tenga sus mismas características, exigencias académicas y recompensas económicas para los docentes. En realidad, los profesores y los pedagógicos universitarios en Venezuela son los mismos de antes, por lo que usted ha visto que en los liceos no hay cambios sustanciales.
Yoama nos reniega. En su LinkedIn sólo dice que ha trabajado en el liceo de Guasimal, una urbanización de Misión Vivienda en Maracay. Y en su cuenta de Twitter @redbolivmujeres sólo da RT salvo algunos mensajes feministas contra la violencia de género. Soñadora y humanista, la recordamos, pero ahora, se describe como "Maestra Ambulante en la Refundación de la República Bolivariana, Socialista y Chavista de Venezuela". Una revolución que nunca terminó de arrancar, de cambiar las cosas de verdad, de empezar rebeliones que nunca cuajaron.
Los compañeros la recuerdan como una de las mejores profesoras, muy conocedora de su materia y una gran persona. Que realmente decía que no nos preocupáramos por la nota sino por aprender y hacer las cosas bien. En eso ha sido consecuente, pero en sus discursos y arengas que se consiguen por Youtube, se escucha alguien muy distinta, con toda la retórica horrible del madurismo.
A ella la sacaron del coroto en el 2018 después que fue candidata a la Asamblea Constituyente por el sector trabajadores en 2017. No fue electa.
Ante nuestro mal comportamiento, usual para la edad, ella repetía que no ponía negativos ni notas disciplinarias en la carpeta. Decía en cambio que "creía en el ser humano". Ella quería decir que nos tenía fe que tomaríamos las mejores decisiones. Mi compañero y colega Luis Ugueto no sólo recordaba que era "acuariana" (por la Gran Fraternindad Universal de El Limón, no el signo zodiacal), sino que incluso la rastreó como exviceministra de Educación de Maduro.
Pude encontrar mucho más. Por la resolución No. 230 del 25 de marzo de 2002 nuestra profe Yoama, que advertía que no tomáramos refresco con agua porque se creaba un ácido que carcomía las paredes del estómago, fue nombrada Directora de Currículum del Ministerio de Educación. Lo firmaba Hugo Chávez.
Siguió su carrera en la burocracia educativa. El 28 de diciembre de 2004 pasó a ser la Directora de Programas Educativos del Consejo Directivo de la Fundación Misión Ribas hasta el 6 de julio de 2010 cuando fue nombrada Directora Encargada de la Zona Educativa del estado Aragua.
Y partir del 2 febrero de 2016 se convirtió en la Viceministra de Educación, donde mi colega la encontró. Ya tenía dos años como jubilada del Ministerio de Educación, lo que me causó curiosidad porque era de las profesoras más jóvenes que nos tocaron aunque se ve mucho mayor ahora. Pude rastrear a dos hermanos, Ulises Maracay y Héctor Eduardo, pero de ella no pude conseguir su fecha de nacimiento ni datos del Seguro Social.
En diciembre de 2016 le dijo a Maripili Hernández en su programa de Unión Radio: “Queremos generar una cultura escolar distinta a la que nosotros heredamos de las viejas lógicas, en la que currículo es todo lo que tiene nota y sale en un programa”.
Es decir, que nos tenían que enseñar temas que no se evaluaran pero además que no estuvieran estipulados en ningún lado. Una especie de cátedra libre universitaria con disertación filosófica que no fuese para el examen. Los griegos, pues, pero con profesores mal pagados. Aunque ella ahonda en un concepto válido, lo que se aprende no es sólo dentro del salón de clases. Ella fue entrevistada ante la polémica de la eliminación de materias en el liceo, algunas importantes como biología y química, materias que ella dio en nuestro colegio San José en los 90.
"Quisimos ser consecuentes con lo que es la concepción integrada e integral todas las áreas de formación comunes", dijo al respecto. Y tenía sus buenas razones nuestra estimada profe, que no le importaba que entregáramos las tareas igualitas, copiadas, y era buenísima en Química. “La nota jamás refleja aprendizajes; hay personas de 20 puntos que fracasan en la universidad, y personas de 10 puntos que hacen proyectos. La evaluación debe estar centrada en procesos y resultados, menos tarea en la casa y más tiempo en su área de formación y en los grupos estables”.
Los Grupos Estables son, a la práctica, algo que fastidia muchísimo a los chamos ahora y que tratan de evitar con una carta que les permita seguir yendo a sus clases de fútbol, kárate o música en la tarde. Sin embargo, para quienes sus padres no tienen dedicación, tiempo, energía o dinero, está bien aunque es tiempo extra en la tarde. A veces después de mediodía.
Ella abogaba en la radio además por una "educación más humana" con menos competetividad y menos horas de clases para los profesores sino más para acompañamiento, el seguimiento y la comunicación con la familia. Conceptualmente interesante, una escuela como las de Finlandia, pero difícil de trasladar a cualquier otro país que no tenga sus mismas características, exigencias académicas y recompensas económicas para los docentes. En realidad, los profesores y los pedagógicos universitarios en Venezuela son los mismos de antes, por lo que usted ha visto que en los liceos no hay cambios sustanciales.
Yoama nos reniega. En su LinkedIn sólo dice que ha trabajado en el liceo de Guasimal, una urbanización de Misión Vivienda en Maracay. Y en su cuenta de Twitter @redbolivmujeres sólo da RT salvo algunos mensajes feministas contra la violencia de género. Soñadora y humanista, la recordamos, pero ahora, se describe como "Maestra Ambulante en la Refundación de la República Bolivariana, Socialista y Chavista de Venezuela". Una revolución que nunca terminó de arrancar, de cambiar las cosas de verdad, de empezar rebeliones que nunca cuajaron.
Los compañeros la recuerdan como una de las mejores profesoras, muy conocedora de su materia y una gran persona. Que realmente decía que no nos preocupáramos por la nota sino por aprender y hacer las cosas bien. En eso ha sido consecuente, pero en sus discursos y arengas que se consiguen por Youtube, se escucha alguien muy distinta, con toda la retórica horrible del madurismo.
A ella la sacaron del coroto en el 2018 después que fue candidata a la Asamblea Constituyente por el sector trabajadores en 2017. No fue electa.
Es patética.
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