16 mayo 2025

Lo nuevo de Novelists [FR], EP de vianova (metalcore progresivo con funk, RnB y future pop) de Alemania, ASHEN (metalcore/djent/nü-metal), breakcore francés

1. Whatever Alright (Ep, 2025) de vianova: la impresionante banda alemana publica su cuarto single, en que su metalcore progresivo, con djent  se combina con post-metal y metal alternativo, pero aún más impresionante es que también, según el tema, con funk metal, future pop o trap, resultando en una riquísima variedad rítmica y visión contemporánea de metal pesado y de vanguardia con sonidos presuntamente irreconciliables. 

2. Cover Me Red (2025, EP) de ASHEN: desde París, Francia, con caleidoscopio de metal moderno: alternativo, djent, metalcore, nü-metal e industrial. Los cuatro temas son geniales de verdad, con voces emocionales, gritadas y limpias, sobre guitarras increíbles y enredadas en tiempos complejos con un sonido entre ambiental y electrónico. 


3. CODA (2025) de Novelists (Francia): la banda de metalcore electrónico, ahora con Camille Contreras en las voces, tiene nuevo disco, con el tema La Maldación de la Bruja en español, con algo de trap metal. 

La banda de metalcore / metal alternativo / djent / industrial / progresivo, es decir, que tiene ritmos complejos, riffs intrincados, sonido atmosférico, combinación de melodía y potencia, con momentos calmados, explosiones, breakdowns y mucha modernidad electrónica, presenta un disco realmente bello, poderoso y excitante, con drum n bass, ambient y riffs increíblemente conquistadores, con armónicos y bajos densos, que se abre espacio entre Spiritbox, Tesseract y similares, con su propia propuestas. Las voces de Camille son realmente buenas, pero el trabajo de producción de las guitarras y el sonido en general son brillante.s Grandes solos, riffs gordos y un gran trabajo de batería y bajo. 4,4 de 5. 

4. Hydrograd (2017) de Stoner Sour: Para mí es un discazo de post-grunge y metal alternativo. El tema Taipei Person/Allah Tea me parece una joya total. Para el disco: 4,3 de 5. Las guitarras rockeras, la voz de Slipknot intercalada con otras formas de gritos y limpias, en que se nota la influencia de White Zombie, los arpegios en las guitarras, el sonido hard rock y tantas formas de thrash, groove y metal alternativo es realmente un logro genial y un merecido puesto en mi colección. De nuevo, que se pudra la crítica. Lo mejor, pocos momentos de baladas. Infinitamente mejor que el trabajo solista de Corey Taylor, que apenas decente.

La batería es de Roy Mayorga y las guitarras de James Root (#4 de Slipknot). 

5. Rémi (EP, 2022) de Ruby My Dear: aparecía en mi colección como de Whourkr (porque uno de los temas, Gastro équestre, es original de esta banda) y es del mismo estilo, breakcore combinado con música académica. Súper brutal, para bailar con inteligencia y locura. 4,3 de 5. 

15 mayo 2025

Rock noventero, death/thrash hispano-alemán, indie rock / power pop de Chicago, indie folk/pop/rock de Portland

1. Alright/Time (1995 / 2025, EP) de Supergrass. Pasa en el cine, pasa en TNT, pasa en la música: remezclar, reeditar y sacarle el máximo jugo a los temas que te hicieron famoso. Acá volvemos a escuchar el mega hiper single de esta banda británica. Siempre es bueno refrescar y revisistar, además, me encanta esta banda y la música de los 90.

2. Helljjin Combat (2025) de Sijjin: banda de death/thrash internacional, con baterista (Iván Hernández) y guitarrista de España, Ekaitz Garmendia, y un bajista y cantante alemán Malte Gericke (invitado al Absolute Elsewhere de Blood Incantation de 2024). Sin embargo, me parece bastante básico e incluso inocuo. No me dice nada esta banda. 3 de 5. En desacuerdo con calificarlos como thrash técnico como hicieron algunos en RYM.

3. Tunnel Vision (2025) de Beach Bunny: banda de indie rock, power pop y emo-pop de Chicago, Illinois, liderados por Lili Trifilio (vocales, guitarra) y completados por Jonathan Alvarado (batería), y Anthony Vaccaro (bajo). Una banda que rescate el sonido guitarrero del rock indie, con melodías pop y mucha nostalgia noventera, pero acá no hay noise rock ni dream pop, ni tampoco referencias a décadas anteriores, sino fuzz medio en la distorsión, líneas vocales, ganchos hechos con arreglos de batería y sonido directo, sin ser demasiado crudo ni tan pop ni nada shoegaze. Encantador y rockero porque es mucho más crudo que el pop punk y bastante sensible sin tocar las sensibilidades del alt-pop, justa medida pero con vitaminas y minerales. 4,3 de 5. 


4. I Heard That Noise (2025) de quickly, quickly: delicioso y refrescante disco de indie folk e indie pop, que combina distintas atmósferas y capas de sonido, que pueden ser desde la folkotrónica (a lo Beck pero lo-fi), noise pop y post-rock, que permite escuchar guitarras expansivas y ruidosas pero en un estilo bedroom pop y psicodélico de nueva era. El disco entonces es un viaje intimista, lleno de reverberancias y atmósferas electroacústicas, como una forma doméstica de la rebeldía juvenil de los 90 y una suave caricia de acordes complejos y mucho trabajo de post-producción, y un feeling de sonido en vivo. Es el cuarto trabajo de Graham Jonson, de Portland, Oregon. 

Lo acompañan Elliot Cleverdon: guitarra, violín; Julia Logue: voz; Nancy Teskey: trompeta; Banda de 5.º grado de la Escuela Secundaria de Oregón: trompetas; Dana McWayne: saxofón; Ryan Bridenstine: piano, órgano, Zachary Schleiker: guitarra, bajo y Myles Martin batería.

5. Crown of Mortis (2025) de Wrath of Logarius: de San Francisco, California, viene un black/death melódico hiper furioso, malvado, destructivo, corrosivo, brutal y en ráfaga, aunque también tiene momentos calmos, disonancias magníficas, alegros elegantes y belleza monstruosa. Es tan gélido como si fuese escandinavo, tan bestial como si fuese alemán, tan feroz y ácido como si fuese de Europa del Este. Nada de Hollywood.

Los blast beats nucleares son cortesía de Marco Pitruzzella (Six Feet Under) y los demás son músicos under que viene de la banda Martyr Logarius. La banda (gemelos rusos que se visten de árboles) Grima está invitada en un tema.

14 mayo 2025

Lo nuevo de Sleep Token (alt-pop/reggeatón/metal alternativo), Wu-Tang Clan & Mathematics (boom bap hip hop), black/folk metal lo-fi medieval, emoviolence canadiense, deathcore/brutal death belga, ópera rock indie folk sorprendente, blackgaze gringo indefinido, maravilloso black/death progresivo, técnico y sinfónico de Australia/Noruega, metal gótico progresivo finés

1. Georgie and the Dragon (2025) de Curta'n Wall: difícil empezar este día de forma más extraña, ruda, ridícula y genial. Un disco del black metal con peor sonido del mundo, a propósito, porque también es creativamente bueno: es una aventura fantástica, bélica, épica, vikinga y con voces geniales, limpias y shrieks, narradas y góticas, con un bajista realmente hábiles, grabadas con un sonido tan patético, de mazmorra y humedad que da risa e inspiración al mismo tiempo.

Así que aunque suena intencionadamente horrible, es una propuesta que podríamos llamar "kitsch", porque aunque sí tienen intención de ser ridículos también por otro lado, se toman muy serio en la producción vocal y la atmósfera medieval, mediante el folk, el black y el war metal. Aunque hay que decirlo, la propuesta es súper interesante pero la mezcla tan lo-fi no permite darle un buen puntaje. 3,8de 5.

Según RYM la banda es del género Sequencer & Tracker, es decir, que usó consolas de videojuegos de los 80 y 90 para programar los temas, lo que explica la aún más baja calidad de la batería. Son de California. 


2. All you are is we (2025) de Emma Goldman. Por la portada y el nombre de la banda pensé que era algo folk o indie, y no está lluvia ácida de mathcore, black metal, nü-metal y girl rrrriot que me cayó encima. Según RYM es emoviolence y metalcore aunque las voces gritadas van del screamo al shriek, de los alaridos nü-metal tipo Slipknot a gritos punketos. Gritan desde Vancouver, Canadá. 

Lo que más me gusta es que los temas no son tan cortos, de 2:30 a 4 minutos, con guitarras sucias y momentos explosivos, narraciones y gritos, que resumen mucho del noise, el grind, el grunge, pero también hay momentos calmados, como de emo, post-rock o shoegaze, y las canciones son en sí mismas simples pero bien producidas. Entonces hay para pogear, reflexionar y calmarse, con una gran riqueza rítmica. Incluyendo inesperadamente canciones exclusivamente dedicadas al hardcore techno y de drum n bass. 

Es lo que obtienes si le pones el nombre de una anarquista rusa a tu banda. Según su Bandcamp son emo-hardcore o sasscore. 

Les doy un sóilido 4,3 de 5.

La bandaGuitar, Vocals – Felix Ruiz de la Orden
Mixed By – Jesse Cramer (pistas: A5)
Mixed By, Drums – Pavel Ganapolsky (pistas: A1, A5, B2, B5)
Mixed By, Mastered By – Will Killingsworth
Recorded By – Mariessa McLeod
Vocals – Victoria Brindise

3. Big Trouble (2025) de Coffin Feeder: debut de esta banda de deathcore / brutal death (+grind) belga, un poco ridículo como sería el grindcore de humor negro y el thrash satírico, y al mismo tiempo brutal, hiper-veloz y radicalmente extremo. Liderados por Sven de Caluwé, cantante de Aborted, tienen sus letras y concepto en base a las películas de acción de Hollywood de los 80 y los 90. Ridículos pero violentos, con un sonido bastante atmosférico, basado en guitarras inmensas y expansivas, teclados de deathcore, una batería bestial y la voz más corrosiva que imagines sin hacer pig squeals sino shrieks y growls de death metal furioso. Es original esto.

4,3 de 5. Hay canciones que suenan algo nü-metal (el cantante de Chimaira está invitado) y otra algo groove o metalcore, aunque predomina lo más extremo y perverso, hay también diversidad rítmica dentro de esta vorágine de armas, patadas y explosiones gigantescas.

4. Your Neighborhood (2025) de The Toxhards: otro debut extraño, una banda de Los Ángeles, California, que hacen una combinación entre Weezer, Wilco y Mr Bungle, entonces es rock indie, power pop, pop progresivo, art rock y claro, geek rock, que puede tomar el indie folk, el rock alternativo, el pop rock o el rock country para llevarlo a capas y formas avant-garde y experimentales, para hacer una larguísima colección de canciones divertidas, extrañas y pulidísimas, con mínimas estridencias. Se destacan canciones como la que da título al disco, un pop barroco en que satirizan un poco el uso de lo orquestal, sin dejar de hacer una genialidad hermosísima. 

En 2020 sacaron sus primeros singles. Este disco conceptual, que es casi una ópera rock, tiene clarísimas influencias de Queen y The Who para su conceptualización, Ziggy Stardust, por supuesto, pero con la idea de algo aterrizado y contemporáneo a sus influencias estadounidenses más recientes. 4,3 de 5. Hay que escucharlo de nuevo porque hay más, desde ska punk hasta garage rock, glam y art punk.

5. Even In Arcadia (2025) de Sleep Token: la banda polarizante del momento después de Ghost. Confieso que me gustaron muchísimo más sus dos primeros discos, más djent y cuando el alt-pop y alt-RnB se asomaba como complemento, este disco tiene un sonido increíble, combinando muy bien el sonido de las guitarras djent con las voces que van más hacia los géneros más electrónicos/comerciales. 

Según RYM el disco es de básicamente una banda que es al mismo tiempo, de metal alternativo y de pop alternativo, estamos de acuerdo, sin embargo, para lograr eso hay afrobeats y reggeatón, pero también blackgaze y djent (como en el tema Caramel, mi favorita del disco), así mismo RnB alternativo, trap y pop rock. Sin embargo, el disco es muy irregular. Con temazos como Gethsemane, Infinite Baths y Emergence, también tiene otros muy irregulares o que son más alt-pop que lo esperado, con pocos arreglos innovadores o retadores, y para eso escucho otro tipo de artistas. Diría que 3,2 de 5.

6. Rose Thorn Necklace (2025) de Ghost Bath: desde Dakota del Norte, blackgaze depresivo, atmosférico y post-metalero, aunque lo siento como un disco que en lugar de ser muy serio, está indefinido entre hacer metal extremo influenciado por el shoegaze y sonidos contemporáneos pero también algo que pareciera lo-fi, atmosférico y al mismo tiempo sumamente básico. No me terminó de enterar si la idea es sonar sucio y de baja calidad, si es una idea atmosférica con algo de sátira o si es una banda de juguete que pretende hacer música extrema sin ser parte de la escena. Son sólo torpes.

El tema Dandelion Tea es realmente confuso, por no decir malo, porque usa unas guitarras básicas, que parecen un jam session de una banda de thrash/death de principiantes, una batería densa y electrónica, más growls profundos. Luego las guitarras se hacen profesionales, expansivas y en polifonía, lo que da una extraña sensación de insensatez. Lo mismo pasa con Vodka Butterfly, su uso de drum n bass lo-fi, sus gritos vampíricos, sus guitarras melódicas y sus voces femeninas, no te enteras del concepto: ¿es fusión, es ironía, es una burla, es un homenaje muy mal hecho? Difícil de entender, porque sí hay temas buenos, serios, que parecen tener claro la intención, pero se pierde en un mar de incertidumbre conceptual. 2,5 de 5.

Trabajo en solitario de Dennis Mikula, quien combina sintetizadores, teclados, guitarras, bajo y voz. Vale decir que tiene otros proyectos, desde una disquera a otras bandas, más ligadas a la electrónica tipo vaporwave. Lo acompaña el extraordinario baterista Mike Heller (Black Hole Deity, Raven). 

7. Otherlike Darkness (2025) de Felgrave. En las antípodas está este proyecto, de tres extensísimas canciones, de death progresivo intercalado con shrieks, complejísimas estructuras de bajo jazzeado, batería extremísima, voces femeninas fantasmales, riffs arpegiados de matemáticas absurdas y capas varias de solos, arreglos asincopados, polirrítmicos, atmósferas siniestras y muchos más arpegios de bajo, que se envuelven, giran en torno en sentido contrario y se transforman de nuevo en maquiavélicos cambios de velocidad, tono y forma para generar confusas, deliciosas y extraordinarias formas de black opresivo, death disonante y progresivo extremo sinfónico. ¿Puedo decir de nuevo que tiene arreglos de bajo alucinantes y permanentes?

En este caso el solitario australiano M. L. Jupe, aunque está en Noruega, acompañado de otro baterista súper ocupado y productivo, Robin Stone, es responsable de esta majestuosa bestia gótica, oscura, serpenteando, confusa, poliédrica y asesina. Es básicamente una combinación de black y death metal en forma progresiva, técnica y avant-garde. 4,8 de 5.

8. Godtopsy (Ep, 2025) de Defigurement: dos temas de grindcore técnico hiper furioso con el cantante de Rottenness y músicos invitados de Gridlink y Cephalic Carnage. Una delicatessen del grindcore.

9. Night Verses (2025) de The Man-Eating Tree: cuarto disco de esta banda finlandesa de metal gótico / death doom que me hace recordar a In The Woods... combinando sensibilidades y estructuras del metal sinfónico y gótico con aproximaciones progresivas, con arreglos variados que van de lo orquestal, lo vikingo, lo electrónico y lo avant-garde para hacer algo que es tan operático como brutal, tan melódico como emocional, sin ser fúnebre ni patético sino más bien con un espíritu épico, excitante y existencial pero también luminoso, dentro de lo que cabe en el doom, y enfocado en presentar una fusión tan bien producida como intrincada. 

Eso incluye hacer algo de goth metal progresivo y vking/folk combinado con metal alternativo como hace ahora Katatonia. Fascinante, 4,8 de 5. Me enganché con la voz de Manne Ikonen (ex-Ghost Brigade). 

10. Black Samson, the Bastard Swordsman: From the Wu-Tang, the Saga Continues Collection (2025) de Wu-Tang Clan & Mathematics. Lo he dicho, es de lo que menos sé, pero este disco de verdad me gustó, resuena conmigo. El boom bap tiene ese poder aún en inglés. Según RYM es Boom Bap, Hardcore Hip Hop, Conscious Hip Hop y Neo-Soul, parte del movimiento de la Costa Este (es decir, Nueva York). Para mí es un 4,3 tirando a más, quiero escuchar de nuevo pronto. 

13 mayo 2025

Lo nuevo de Natalia Lafourcade (Cancionera), Raúl Monsalve y Los Forajidos (jazz/funk/afrobeat venezolano), metalcore bestial danés, jazz rap argentino, progresivo liderado por Max Portnoy, progresivo sueco (Opeth)

1. Within The Viscera (2024) de Neckbreakker (antes Nakkeknaekker): haciendo honor a su nombre con death / metalcore / groove, salido de una ciudad conocida por su fábrica de acero, lleno de azufre y fuego, muy rítmico, perfecto para el pogo sin descuidar la calidad compositiva. Este grupo danés hecha mano de todas las herramientas de tortura disponibles para hacer para colarse con los clásicos con un sonido pulido y un performance destacado en su producción debut. Es raro, lo he escuchado tres veces desde que estoy haciendo esta lista. 4,3 de 5.

2. Valle Chakal Ki (2025) de Alkoy. Un inesperado disco de rap latino, con jazz y guitarras eléctricas de Argentina. Según RYM es Latin Rap, Drumless y Abstract Hip Hop, además de rap rock, jazz rap y música indígena andina. Es una intersección entre el rap/folk consciente, pistas analógicas de jazz y rap rock, y samples que enriquecen la propuesta para hacerla glocal, así sea 100% en español. De Salta, Argentina. 

3. Cancionera (2025) de Natalia Lafourcade. Si con Musas me encantó, con este disco Natalia se eleva a figura de leyenda viva, como una de las cultoras y compositoras latinoamericanas más importantes. Rescata sonidos folclóricos, hace nuevas canciones con estas sonoridades y se presenta tan académica como romántica, tan seductora como inteligente, tan majestuosa como accesible, toda nuestra-americana.

Según RYM es una combinación de música de cantautora, música folclórica mexicana, incluyendo bolero y son jarocho, tocados en clave de folk y jazz de cámara, lo que incluye la participación de El David Aguilar, Israel Fernández, Los Hermanos Gutiérrez y Diego del Morao.

Hay también rumba cubana, cumbia y canción melódica. Tengo que volver a escucharlo, para enamorarme aún más, pero por ahora no siento que alcance el nivel de Musas. 4,3 de 5.

3. SOL (2025) de Monsalve y Los Forajidos. En una nota parecida, llega el cuarto disco de esta banda franco-venezolana de afrobeat, jazz-funk y fusión de rock latinoamericano. Fundados en Caracas y reubicados en París, Francia. Acá tocó Augusto Brancho, el "cancionista" que ahora es director musical de Natalia Lafourcade. En este disco las canciones están basadas en ritmos percusivos venezolanos con una mezcla de funk psicodélico, jazz futurista y electrónica experimental, según la descripción de su Bandcamp.

Acá hay calipso venezolano, sintetizadores, mucho jazz fusión, afro-venezolanidad y hasta rock latino fusión, además de varias canciones que exploran las distintas formas de celebrar las distintas expresiones alrededor de San Juan Bautista, desde cánticos afro-venezolanos para cantar en rituales en ríos, pero también sabor afro-caribeño con tambores de la costa venezolana, para bailar y gozar. 
5. A Light In The Dark (2015) de Next To None. El debut de la banda de Max Portnoy, hijo de Mike, me gusta mucho, a excepción de la voz, pero eso parece una mal compartido con sus "progenitores" de Dream Theater. En este caso los más jóvenes le meten metalcore melódico y groove a la mezcla, en que claramente brilla la batería pero también hay buenos momentos de bajo y sintetizadores. 

Sin embargo, hay que decir que a esta banda le fue horrible en la crítica, y Max no la ha pegado con demasiado, pues lo más reciente de Code Orange es patético. Bien por Tallah. 

4 de 5, aunque tienen momentos mucho más altos (y Max tenía 17 años cuando grabó esto), así como temas patéticos como Deafening, que le hace honor a su nombre. Además, Thomas Cuce, el tecladista y cantante, es el ingeniero de sonido de los discos de Sons Of Apollo y otros trabajos de papá Mike por allí. 

Ahora, los vieron crecer y los acompañaron: Neal Morse y Bumblefoot están de invitados en un par de temas.

6. The Last Will and Testament (Nov, 2024) de Opeth: mi banda preferida de death/rock progresivo, aunque este disco no es Blackwater Park es realmente genial y poderoso.

Lo que escribí cuando lo escuché: "volvieron los guturales, las canciones son oscuras, complejas y progresivas, con la superposición de rock setentoso y metal extremo propia de estos suecos, que incorporan psicodelia, riffs arpegiados, arreglos jazzísticos y atmosféricos, en un concepto que une el cine de suspenso, las tonadas góticas y el space rock junto a las raras ideas del death progresivo.

Es sin duda su mejor trabajo desde el aclamado Blackwater Park, irónicamente no sólo por el regreso del amado growl de Michael Akerfeldt sino por el extensivo uso de orquestaciones y sintetizadores para producir mucho rock progresivo de los 70 que podemos identificar, incluyendo invitar a Ian Anderson de Jethro Tull y Joey Tempest de Europe, y en combinación con lo que ya es una firma del estilo de la banda como la combinación de bajo y batería para adornar las estructuras progresivas creadas con riffs de guitarra y batería enrevesada. 

Mi preferido, totalmente, es el tema 4, donde está Anderson y la arpista clásica Mia Westlund. Para este disco, Opeth reclutó al joven baterista (30) Waltteri Väyrynen, ex-Vallenfyre, ex-Paradise Lost, ex-I Am The Night y ex-Bodom After Midnight, después de la salida de Martin Axenrot (Bloodbath)".

Al escuchar de nuevo, sí, §4 es definitivamente mi favorito.

12 mayo 2025

Indie folk/rock de Nashville, metalcore alternativo gringo, black metal litúrgico polaco, new age neoclásico japonés, reggeatón / black espantoso, black sinfónico italo-polaco, power progresivo brasileño, nü-metal/electronicore inglés, groove progresivo griego, súper grupo de rap metal (Prophets Of Rage)

1. Bloodless (2025) de Samia. Un inesperado y sensible disco de indie folk, que por momentos en country alternativo y en otros indie rock con guitarras duras, en otros es pop de habitación (bedroom pop) que le da un toque casero y distintivo. Me encantó la verdad, así que le doy un 4,4 de 5. Ella es oriunda de Nashville, y su nombre completo es Samia Najimy Finnerty. 

2. XVIII (2017) de Eighteen Visions. Metalcore industrialoso, rozando el metal alternativo, con claras influencias de White Zombie y Pantera. Son Huntington Beach, California. No es un disco extraordinario ni brillante, pero cumple su deber de divertir y entretener. 3,8 de 5. 

3. Prophet Ilja [Пророк Иліаde] de Patriarkh: La publicación del Litourgiya de Batushka en 2015 lo cambió todo con respecto al black metal litúrgico, con estética proveniente de la tradición del cristianismo ortodoxo y muchos simbolismo religioso presentado de forma ocultista.

Después de allí vinieron las peleas, separaciones, varias bandas alternativas (una de las cuales vi en 2023 en el Rock Al Parque) e incluso una versión rusa que asegura ser de verdaderos sacerdotes ortodoxos con decenas de discos, así como continuaciones distintas en Grecia, Rusia y Polonia.

Ahora, Patriarkh (Патриархь), al que le fue muy mal con su disco debut y que cambió el nombre después que en 2024 perdió el caso judicial por los derechos intelectuales de la banda, rehace su legado con una buena reedición de la fórmula de black metal, post-black, cánticos bizantinos y música litúrgica de la iglesia ortodoxa rusa, con unos vídeos realmente increíbles, de calidad de cine, con una simbología y semiótica alucinantes, terroríficas y evocadoras. Tres guitarristas lograr crear una atmósfera rica en sonidos, experimentos y atmósfera.

Los coros polifónicos con blast beats y la cantante femenina invitada, Eliza Sacharczuk (porque la banda tiene tres cantantes: uno gutural y dos líricos) son un toque increíble, junto a los trémolos y shrieks que crean un sonido expansivo de doom, black atmosférico y hasta algo de música clásica contemporánea. Incluso en el tema Wierszalin VII hace unos experimentos vocales y sónicos distintivos, que lo separa brevemente del estilo del que fueron pioneros, sin separarse de los barítonos deslumbrantes sino haciendo algo avantgarde y alocado, más furioso y extremo, que refresca. 

El baterista es Paweł Jaroszewicz (Antigama, Blindead23, ex-Vader). Le puse antes 4,4 y lo mantengo a pesar del rechazo de la crítica. Creo que es un disco formidable, con coros espléndidos y una atmósfera perversa, que sabe combinar el metal extremo con música litúrgica con creatividad y osadía, más allá de la historia de la banda o si esto es o no algo que encaja en la historia de la banda o del metal en general. 


4. Marginalia VII (2025) de 高木正勝 [Masakatsu Takagi]: un compilado de canciones de piano, y manipulación digital, de música new age neoclásica. Bellísimos temas, 4 de 5. Es un compositor de Kioto, Japón. 

5. Pythagoras (2025) de Pyramids: ¿qué carajos le pasó a esta banda? Después de varias producciones de blackgaze y post-metal más o menos decentes, se toman 9 años para hacer un disco de reggeaton... creo que no entienden el concepto, porque suena que parece como si Rosalía cantara en una de esas bandas de black atmosférico / dungeon synth. Para eso la banda se unió con la argentina Emy Smith para hacer esto que RYM llama "neoperreo". Para mí es lo peor de dos mundos, porque lo latino es obvio y repetido, mientras el metal es simplón y básico. 0,5 de 5. Irónicamente, este disco no tiene tan malas puntuaciones porque para algunos es 4 de 5, incluyendo algunas críticas positivas en que creen que esto es experimental, fusionar nuevos ritmos de formas innovadoras y osadía. Para mí es terriblemente mal hecho, más para todo el tiempo que se tomaron.

6. Shir Hashirim (2025) de Amalekim: me recupero con este disco de black melódico y sinfónico de músicos polacos e italianos. Es consistente con sus disco anterior, de 2023. Ocultismo, balance entre melodía y brutalidad, temas orquestales y shriek casi vampírico. 4,2 de 5. Bien tocado, aunque sin nada esencialmente sorprendente, cumplen por encima del estándar.

7. Espresso della vita: Lunare (2025) de Maestrick: gigantesco power metal progresivo brasileño, lleno de guitarras de sonido denso y grueso, orquestaciones grandilocuentes y mucha atmósfera, e incluso algunos trucos de producción interesantes, aunque por momentos la mezcla hace que algunos instrumentos suenen muy duro, otros brumosos, en volúmenes extraños y me confunde, porque no sé si es un intento de agregar trucos progresivos a la producción, porque aunque es clara la capacidad técnica y compositiva, confluyendo sonoridades e influencias, no se entiende claramente el concepto por estas variaciones.

Hay muy buenos momentos y otros que tienen potencial, pero se quedan en el camino, como el tema Ghost Casino que parece ser una especie de dark cabaret fusión (aunque no sé cómo entra en este álbum) o el extenso The Root que también combina edición digital con arriesgadas formas de metal sinfónico, progresivo y electrónico. 

Sin embargo, a pesar de las complejas estructuras, exhibición técnica y diversos cambios, no me convence el sonido ni la propuesta general: no sé si escucho power metal o progresivo y definitivamente no es una combinación de eso, sino que en algunos momentos parece ser progresivo hiper-complejo, con momentos thrash/groove y djent, pero luego es rock progresivo con teclados fascinantes y un bajo industrial, más tarde es shrek y hasta se escuchan growls, e incluso gira hacia algo muy sinfónico, que parece un collage de ideas sin decidir una estructura.

Le pondré un 3,5 porque no entiendo bien, creo que no salió bien ese sonido atmosférico tan raro, además que hay momentos en que parece que tratan de emular la visión teatral y casi cómica de Avenged Sevenfold, Diablo Swing Orchestra y Mr Bungle pero desde el power metal, así que aunque las ideas y esfuerzos son geniales,  no el desempeño. Creo que también desaprovecharon los invitados Tom S. Englund y Jim Grey de Evergrey y Caligula´s Horse.

8. Chaos & Bliss (2017) de The One Hundred: Esto es fast food, efímero y poco saludable, pero con montones de calorías y un sabor penetrante. Nü-metal, rap metal y electronicore inglés, esto es pura gozadera con guitarras electrónicas, gritos agudos y ritmos facilones pero adictivos. Reúnen influencias que van desde Slipknot y Linkin Park hasta The Prodigy. 3,8 de 5. 

En 2020 publicaron un EP en vivo y más nada desde entonces. Hay que decir que me parece realmente divertido, además no tiene pop punk ni nada de RnB alternativo, sino que le meten grime (con un tema exclusivo para el género pero también en otros temas), metalcore y metal alternativo, con coros pegadizos, guitarras circulares y muchos buenos beats de los 90. Es buenísimo aunque no perdure. 

9. Renovate (Dic, 2024) de Until I Wake: banda de metalcore/deathcore/post-hardcore de Buffalo, New York. Combina djent, momentos de RnB/pop y algo de metalcore progresivo, muy contemporáneo. Incluso tiene momentos de power ballad / pop punk a lo Blink-182. Tengo debilidad por bandas así. Tiene muy buenos momentos, me pareció interesante, tipo Darkest Hour. 4,1 de 5. 

10. Crossing the Illusion (2025) de Herta: banda de groove progresivo o de metal progresivo / djent / groove de Atenas, Grecia, que inevitablemente invoca las influencias locales de black / death sinfónico y los maestros del death progresivo, así como toneladas de sonidos contemporáneos. 

Tiene unos riffs increíbles que varían entre los arpegios veloces e imposibles a los enredados polirrítmos del djent más la densidad potente del groove. Lo que menos me gusta es la voz, cuando es más groove que metal, pero es increíble cuando es como de black atmosférico, angustiosa y agria. Esto le da un sentido de black/death sinfónico enriquecido con guitarras laberínticas con voz en growl, semi-gritos y groove, que le da un ángulo único a esta banda. Es un Septicflesh del groove.

Vale destacara que tienen buenos invitados como Sakis Tolis de Rotting Christ y George Prokopiou de Mother of Millions. Los arreglos son diversos, entre folk, sinfónico e industrial, con diversos cambios de estructuras y tiempos, muy progresivo. Es una forma refrescante de hacerlo, en que gana lo progresivo y lo alternativo es complementario y no al revés.  4,3 de 5. 

11. Ananke (2025) de Khora: Por años esperé la continuación de esta banda de black melódico sinfónico, originalmente nacida en Alemania y reubicada en Dublín, Irlanda, que es igualmente melódico como brutal, progresivo por momentos, con un sonido de batería que va entre lo ritualista del género originario de los 90 y un sonido potente, casi deathgrind y al mismo tiempo, pulido como una hojilla dispuesta para matar con afiladas espadas de doble filo.

Hay una variedad vocal interesantísima, con diversos shrieks y growls, que acompañan a riffs que construyen una colección de disonancias, ráfagas de war metal y algo de death progresivo atronador, que termina siendo entre post-metal progresivo y lo puramente avant-garde, en que el jazz del bajo y las capas de guitarras, en formas raras y tiempos osadas, terminando combinándose de formas inesperadas e intrincadas, así como reveladoras y emocionantes, como si camináramos juntos por un cueva gigantesca saliendo a un bosque fantástico, en medio de la noche gélida y sabiendo que hay seres inimaginables afuera, que enfrentaremos con láseres y espadas. Me gusta muchísimo, 4,8 de 5. 

Por momento me recuerda a un Bal-Sagoth como más bestial e industrialoso, menos orquestal e incluso cercano al cyber metal, o a un Arcturus más sinfónico, quizás incluso Vulture Industries aunque con algo de black/death disonante para equilibrar lo orquestal y las voces circenses. Entra de una vez, con sus múltiples referencias del black progresivo, el death sinfónico y la diversificación de la música extrema, entre mis favoritos del año. Increíblemente bueno y destructivo, operístico y disonante, nuclear y al mismo tiempo, hermoso. 

12. Prophets of Rage (2017) de Prophets Of Rage, la banda de rap/funk metal de Tom Morello, Brad Wilk y Tim Commerford de RATM / Audiosleave, B-Real de Cypress Hill y Chuck D y DJ Lord de Public Enemy. Canciones diversas, no creo que quieran parecerse a Rage Against, sino tener su propia forma, aunque el proyecto fracasó. 3,8 de 5. 

11 mayo 2025

Metalcore/beatdown hardcore brasileño, blackened crust alemán, art rock / progresivo londinense, nuevo súper grupo de metalcore/grind, black industrial sinfónico alemán, black medieval finés, black danés

0. ¡Feliz Día de la Madre! Pudimos enviarles 30 dólares a las viejitas en nuestra recuperación económica.

1. Monopoly of Violence (2025) de Desalmado: metalcore / beatdown hardcore brasileño, con un sonido potente, guitarras gigantescas y ruidosas, más una batería hábil que pasa de los repiques violentos al blast beats por segundos. Eran una banda de deathgrind que fue cambiando de género, incluso antes cantaban en español, según los títulos de las canciones. El growl es también agrio e industrialoso. Me gustó, sin nada típico. De Sao Paulo. Los momentos de thrash y melodeath son geniales de verdad. Temazos. 4,3 de 5. 

2. Dominion (2025) de Ancst:  metalcore melódico / black / crust furioso, por momentos entre grindcore y otros entre black melódico veloz. Son de Alemania. Es como una versión más nórdica y más hardcore punk del sonido de Goteburgo, es decir, que aunque es muy melódica, abre el compás para ser más salvaje y corrosivo por un lado y más hardcore punk por otro. 


3. Show Me Heaven (2025, EP) de Archive. Covers de Patreon de la banda de art rock / trip hop / rock progresivo londinense. Su bajista, Jonathan Noyce, tocó en Jethro Tull. Tres versiones que desconozco totalmente. 4,3 de 5, especialmente para el tercer tema.

4. Demo 2025 de Stolen Gun. Súper grupo de metalcore, grindcore y beatdown hardcore con Vincent Bennett, cantante de The Acacia Strain, con músicos de No Cure, Thus Spoke Zarathustra y Pure Bliss. 4,3 de 5. 

5. Oracle By Severed Head es el nuevo single de Kayo Dot, que vuelve a ser raro, jazzero, progresivo y rockero, así como también post-rock y con música académica. Buenísimas noticias. 

6. Black Star (2025, EP) de Candlemass. Estoy en mi momento doom, así que amé el tema inicial, además de las versiones de Sabbath Bloody Sabbath (que tanto heredó Iron Maiden) y Pentagram. Creo que después del éxito de esta última, hay un súper resurgimiento. 

7. Art Supplies and Pain (2025) de Joey Frevola: Extraordinario disco de art rock, progresivo y orquestal, que sólo está completico en Bandcamp. Es una obra maestra que junta las complejidades musicales del progresivo, los coros barrocos y las arias de ópera con la belleza del post-hardcore y el power pop más pulido, así como la sátira musical, una especie de Frank Zappa del metal contemporáneo. 

Joey Frevola: Guitarras, bajo, teclados, instrumentos varios y voces. Robin Johnson: Batería, Percusión 

Sección de cuerdas: Connor Vance, corno francés: Grace Hayhurst, trompeta: Emmanuel Echem, instrumentos de viento-madera: Dustin Texás, Contrabajo y cítara: Charlie Cawood, cuarteto de cuerdas: Patrick Riley, violines: John Sinclaire, teclado: Zach Kamins. Órgano y sintetizador: Ryo Okumoto. Cantantes: Jesse Peck, Hayley Boggs, Christian Correa, Andy Robison, Bryan Segraves, Erika Amarela y Max Mobarry.

8. The Profane Era (2025) de Aeonyzhar: en principio se podría hablar de black sinfónico, pero hay algo muy distinto en su growl profundo de death industrial, guitarras más parecidas a las del thrash e incluso del groove metal, y una combinación bizarra entre orquestaciones y un denso sonido atmosférico. La segunda parte del disco es más sinfónico, con coros femeninos y muchos más violínes, aunque persiste la atmósfera entre industrial y death metal. 4,3 de 5.

9. Routaa ja rautaa (2025) de Kaikkavaltias. Un caótico black metal melódico, medieval y folk de Finlandia, en la nota del nuevo black medieval, que a veces suena demasiado ritualista o originario, algo salvaje, en otros momentos algo cerca del crust/hardcore y muy claramente de las raíces del black. 3,6 de 5. El tema final, una larga suite de dungeon synth, con unas guitarras estridentes, es realmente bueno, quizás mejor que su música metalera.

10. Hvor Lys Ej Når (2025) de martre: black metal danés, experimental, bastante noise aunque no tanto como el insoportable harsh noise y con muchos trémolos, como el black más crudo, pero en la que suenan dos tipos de percusiones, primero con una batería furioso y potente en blast beat mientras en la otra capa rítmica hay platillos brillantes en polirrítmos, dejando una rara sensación de combinar herencias electrónicas, hardcore punk, disonantes y un sonido subterráneo originario, que varía en calidad en cada canción. Siguiente parte de la escuela danesa, hay también trazas de black atmosférico, grindcore y algo de d-beat. 3,7 de 5.

11. The Age Of Ephemerality (2025) de BRUIT ≤, otro disco exclusivamente en Bandcamp, de post-rock, experimental y música académica contemporánea de Toulouse, Francia. Los temas, extensos y profundos, se construyen en varias capas de sonidos electrónicos y analógicos, usando cintas de cassetes, instrumentos académicos melancólicos y módulos electrónicos, guitarras y bajos con afinaciones alternas que explotan en el universo, que permiten trascender e intercalar sonoridades para un post-rock que puede ser basado en música de cámara, guitarras ruidosas y emocionales y raras interpretaciones digitales de sonidos de ambiente.

Según RYM, hay también drone y noise rock.

Theophile Antolinos: Guitarras, banjo, paisaje sonoro de cinta. Julien Aoufi: Batería. Luc Blanchot: Violonchelo, programación, sintetizador. Clément Libes: Bajo, guitarras barítonas, bajo VI, violín, viola, órgano, piano, sintetizador modular, programación. 

Además, trompeta de Guillaume Horgue, corno francés de Benoit Hui, Trombón de Igor Ławrynowicz y Trombón bajo de Erwan Maureau.

Un detalle es que revelan que el "ensamble de guitarras eléctricas" fue grabado en directo en el espacio resonante de la Iglesia del Gesu por nuestros amigos Jean Fossat, Rémi Fossat, Simon Chaubard, Olivier Lolmède, Florian Soulier y Mathieu Félix. Coro masculino interpretado por la banda con los amables refuerzos de Léo Faubert y Patrice Libes. 4,7 de 5.

10 mayo 2025

Lo nuevo de Propagandhi (hardcore/thrash melódico progresivo), Hate (black/death melódico), Car Seat Headrest (ópera rock indie), Suzanne Vega (pop rock / folk rock), Pup (indie rock / post-hardcore / noise pop)

1. At Peace (2025) de Propagandhi: Siento que me perdí demasiado de esta banda de Winnipeg, Canadá, pero nunca es tarde. Sus canciones basadas en rápidos y constantes arpegios, su voz como grungera y su combinación de hardcore melódico, crossover thrash y metal progresivo me han encantado absolutamente, tanto o más como la impecable batería, que es técnica, veloz y creativa. 

Es como unir el espíritu de los 90 con sonidos de los ochenta, en thrash y progresivo, y lo más contemporáneo de la música compleja. 4,8 de 5. El tema Stargazing puede recordar tanto a Genesis como a Haken, aunque también se nota la influencia del grunge y de Minutemen. 

2.  Bellum regiis (2025) de Hate: el invento escandinavo es llevado a una nueva fuerza motriz de salvajismo, brutalidad y ocultismo en Polonia. Esta nueva entrega de black/death, con momentos sinfónicos y melódicos, basados en samplers, voces femeninas orientalistas y muchas disonancias, growls inmensos y arpegios gélidos es una muestra de su escuela de frialdad perversa que también tiene ese toque de misterio y misticismo. 

3. The Scholars (2025) de Car Seat Headrest: la banda residenciada en Seattle, estandarte del indie rock, presenta una ópera rock basada en power pop, glam rock, art rock, heartland rock y rock progresivo. Más allá de categorías, me sorprendió la variedad rítmica, la cantidad de cambios y la conciliación entre el sonido alternativo, casi universitario, y el de una profundidad mayor, pensando en una obra más intelectual y reposada. Ambas cosas se reúnen en esta producción.

La primera parte la conforman canciones indie, más largas que de costumbre, pero entre cuatro a ocho minutos, salvo la inicial que da bienvenida a esta producción tan teatral como rockera, que tiene momentos épicos, luminosos y a medio camino entre el indie folk y el slacker rock, alimentado de sonidos originarios (heartland) siempre con ángulos progresivos, espectaculares y guitarreros, que definen un híbrido colosal.

Luego vienen los temas más largos, como Gethsemane, que escuché antes, de casi 11 minutos y la primera de esta segunda parte, que te hacen pensar tanto en el rock and roll vintage, la grandiosidad de Broadway y la psicodelia del primer progresivo. Es raro, pero suena como una máquina del tiempo que fusiona los genes y átomos de los 50/60 con sonidos de los 90, con la intención de presentar algo con la magia de lo que lo hacia Queen: accesible y operístico, majestuoso pero cercano, rockero pero abierto a más audiencias.

4. Flying With Angels (2025) de Suzanne Vega: La californiana es una leyenda viviente del rock alternativo y el folk rock, aunque no la conozco tanto como desearía, este disco se me hace realmente una gran forma de hacerlo. Es un disco de pop rock, pero con electrónica, guitarras rockeras vintage y mucha diversidad rítmica. Es realmente un gran resumen de influencias de varias décadas combinadas. Me gustó mucho, 4,3 de 5. 

5. Who Will Look After the Dogs? (2025) de Pup: De mis bandas alternativas recientes favoritas, por ruidosos, extraños y experimentales con un toque de pop. Entonces hay canciones con melodías alegres presentadas con gritos y guitarras ruidosas, además de ritmos que invitan a moverse con energía, patinar y salir a correr por la playa aunque también hay momentos más emotivos y poderosos. 

Este disco es indie rock, pop rock, pop punk y post-hardcore, pero también power pop, noise pop, emo-pop y slacker rock, lo que resume de muchas formas lo que dije. Son de Toronto, Canadá. El mejor tema del disco es Get Dumber con Jeff Rosenstock. Sin emabrgo, hay una coherencia estílistica genial. Son menos extraños y experimentales, pero hay mucha más claridad en el estilo de pop rock estridente y brillante. 

09 mayo 2025

Lo nuevo de Veztalone (hip hop venezolano), Acres (alt-metal / post-hardcore), Crematory (industrial gótico), progresivo/stoner húngaro, death progresivo checo, blackened sludge/stoner finlandés, jazz de Chicago y rock and roll argentino, wonky/post-dubstep

0. Estuve llenísmo estos días con los eventos de Probox y las clases en la universidad, haciendo amigos de otros países y trabajando mucho.

1. Fagy- és vadkár (2025, EP) de Peronospora: metal progresivo stoner/sludge de Budapest, Hungría. Por momentos suenan muy influencias por el hard rock, pero el tema final, el mejor de todos, lleno de wah wah y locuras piscodélicas. Es un trío y es instrumental. 3,8 de 5. 
2. Human Sewer (2025) de Demiurg. No sé si esto existe, pero es una banda de death metal progresivo "tradicional" que devino de una banda de covers de Death a material propio. No es totalmente derivativo/homenaje como Gruesome pero hay muchos arreglos vocales con bajo que son casi lo mismo. Sin embargo, el sonido vintage me hace pensar en Sodom. Son de República Checa.

3. Zup3r Y0 (2025) de Veztalone. Tercer disco de este rapero de Puerto La Cruz, parte de Los Motherflowers. Rap lo-fi, hip hop, chill. Me ha gustado mucho como él apela la música folclórica latinoamericana, desde el joropo y el bolero, hasta la samba y la milonga, además de suaves texturas orquestales, para sus canciones. Es venezolanísimo y romántico, poético y sabroso. 4,3 de 5. El tema Carpaccio, con guitarras rockeras, es un punto alto. 

4. Heat of a Dead Sun (2025) de Mr. Crabman & the Seaweeds: Una vaina muy rara es esta banda finlandesa de stoner/slugde con genes de black metal, especialmente en las voces pero también en los riffs ruidosos y sucios, con notas menores gélidas y arpegios oscuros.

5. Children of Eve (2025) de Nightfall: es una banda de black helénico que combina metal sinfónico, metal gótico, black metal melódico, thrash y melodeath, con toques operísticos y ambientales, para hacer una especie de ópera metal extremo fascinante. Otra apreciación a contra corriente de la opinión crítica musical. 4,5 de 5. Liderados por Fotis Benardo, ex-baterista de Septicflesh. 

6. Guilty Pleasures Vol. 2 (2025, EP) de Kurt Elling con Charlie Hunter. Fascinantes reversiones de jazz. 4,5 de 5. 

7. Canciones y libertad (EP, 2025) de Potrero. Una banda de buenos aires de rock and roll interesantona, que encontré pensando que era la bogotana extraordinaria de post-rock, jazz, noise y experimental. 

8. The Host (2025) de Acres, un poco corto pero genial este disco de la banda de Portsmouth, Hampshire, Reino Unido, combinando metalcore, metal alternativo y post-hardcore, con melodías emotivas y hasta de pop punk presentadas con guitarras que a veces suenan djent, siempre expansivas, duras y con mucho sabor de synthpop y otras sensibilidades de alt-pop y alt-RnB que los hacen geniales, porque domina el alt-metal. 4,2 de 5. 

9. We Live in a Society (Ep, 2025) de Flume y JPEGMafia. Una vaina loquísima que según RYM es algo llamado Wonky pero que también es future bass y hip hop experimental, así como R&B alternativo y post-dubstep. Rarísimo pero apreciable. 3,5 de 5. 

10. Destination (2025) de Crematory. En esta misma nota de rarezas, esta banda alemana de metal industrial, con tendencias góticas y sinfónicas, shrieks de death/thrash o voces rasposas y arreglos de Neue Deutsche Harte. El sonido es altamente ambiental y electrónico, con unas guitarras más bien como de rock industrial pero estilizado o suavizado aunque tiene sus momenticos de mayor dureza. Hay voces también narradas, aunque algo rasposa. Creo que por momentos no es metal e incluso por momentos abandonan el rock por la primacía de lo industrial y lo gótico. Por suerte, y buen equilibrio, hay otros temas que se adentran en el metal gótico y hasta el thrash.  Le daré un 3,2 de 5.

06 mayo 2025

Lo "nuevo" de Ministry: regrabación de sus temas synth-pop, nü-metal/deathcore suizo, sass/mathcore californiano, black portugués opresivo y disonante, death canadiense, hardcore punk melódico sueco, deathcore lituano, trap metal gringo, post-metal chileno, black/death crust austríaco

1. Cursed de Paleface Swiss: aunque por momentos suena demasiado derivativo, porque el cantante en demasiados momentos emula (o imita) a Jonathan Davis y Corey Taylor en sus fraseos de desesperación, también hay mejores momentos de rap metal, con música que varía entre nü-metal / deathcore y downtempo / hip hop. Diría que está bueno, a pesar de la imitación desalentadora, 3,9 de 5. Son, obviamente, de Suiza.

Es como un nü-rap-metalcore, que tiene momentos propios como en el tema Don´t You Ever Stop, en que el pasado de slam/brutal death/deathcore aparece, incluso con un rap grunt bastante apreciable. El disco varía luego con temas más o menos logrados, derivativos y otros como de relleno, para terminar con una canción con voz gritada, medio post-grunge que no sé si es ahora imitando a Chat Pile o definitivamente asumiendo el costoso riesgo de una banda que presenta un disco totalmente divorciado de su historial, con un tema como grunge y depresivo.

2. Pain Olympics (2025) de Heavy Heavy Low Low: Para mí es como un sludge / noise, violento, caótico y con canciones cortísimas como de grindcore, pero RYM dice que es Sass y Mathcore, con momentos de Noise Rock, Post-Hardcore, Metalcore y Pigfuck. Son de San José, California. Es realmente demencial, un choque instrumental con sonidos entrelazos y gritos desesperados. Un poco a lo Chat Pile pero sin el post-punk ni lo conceptual. Bien, 3,9 de 5.
3. Desert Palms (2025) de Serpentes: black metal portugués ocultista, obra única de Gonçalo Borges (aka Ainvar Ara) con varios músicos islandeses. Es furioso, con velocidad variable y pensado en lo más oscuro y gélido del black disonante y progresivo. Aunque cumple con sus cometidos, de riffs aserrados y una batería bélica, gritos cavernosos y mucha opresión, no creo que sea demasiado excitante. 3,3 de 5. 

4. Nuevos singles de Gaupa, un doom psicodélico sueco en que la cantante emula a Björk. Buenísimo por momentos. Dos nuevos de Gruesome: Death revive en esta banda, ligado con Sodom quizás. 

5. Nullified (2025) de Brain Stem. Extraordinario debut de esta banda de death metal de Canadá que me vuelve a alegrar porque es otro buen disco reciente del género, aunque la crítica diga lo contrario, a mí me parece bastante bueno su aproximación técnica, oscura y con tintes black. 

6. A Life's Refrain (2025) de Speedway: divertidísimo hardcore punk melódico de Suecia. 3,5 de 5. Algunos temas son mucho más que sólo locuras de batería y gritos repetidos. Bien.

7. We Belong in the Grave (2025) de Crypts of Despair: los metaleros a veces son muy necios, este disco de deathcore / death / djent / brutal death de Lituana no me parece que merece el desprecio recibido. Creo que es extremo, con momentos muy lúcidos de arreglos ambientales y un bajista más que capaz, buenos guturales y guitarras que hacen piruetas interesantes. En la segunda mitad del disco se pone aún mejor, no tan aventurero sino con composiciones más sólidas en estructura e innovación, con guitarras entre noise y post-metal, con el downtempo deathcore llevado a nuevas formas más oscuras y meditativas. 3,8 de 5.

8. Lone Wolf (2025, EP) de 22 Wolf y Sinizter: el trap metal nunca me ha conquistado, pero estos temas de 22 Wolf, un artista de phonk, scream rap y trap de Georgia, Atlanta, me recuerda al mejor hardcore hip hip, tiene beats menos obvios y hasta música metal de verdad. Bien. 3,6 de 5.

9. The Squirrely Years Revisited (2025) de Ministry: antes de ser la banda insigne del metal industrial, Ministry fue un proyecto de synth-pop y new wave parte del movimiento New Romantic mientras que Al Jourgensen imitaba un acento británico. Ahora regraban temas de esa época con un giro de rock industrial que lo hace interesantísimo. Esta es una banda que nunca aprecié y ahora adoro. 4,2 de 5. Además la banda tiene un line-up celestial, con Roy Mayorga, Paul D´Amour y Charlie Clouser, ex-Soulfly, ex-Tool y ex-NIN, ex- Prong y ex-White Zombie en los teclados, respectivamente. Además, Monte Pittman de Prong. 

10. Arovmia (2025) de Sunvher: blackgaze progresivo de Chile, que me da una gratísima sorpresa, porque es realmente bello, con arreglos instrumentales increíbles y pasa de la meditación post-metalera y la expansividad del shoegaze a momentos más calmados, percusivos y tiernos, con un sonido de clavicordio, guitarras semi-acústicas y ambiente, que recuerda a influencias metaleras más atmosféricas pero urgentes, necesarias. Ni hablar de la calidad de los enredos de bajo, arpegios y batería para darle ese vuelco progresivo. Hay por tanto, distintas vertientes, originalidad y personalidad. 

Algo que puede certificar su calidad es tener a Harakiri For The Sky de invitado en un tema titulado Digital Madness. Le pongo 4,6 de 5, sin duda. Es el trabajo solitario de Jorge Cisternas M., también invitado al disco Scorched Earth de los austríacos. 

11. Ruass (2025) de Nekrodeus: black/death punketo y bestial de Austria, es veloz, sucio y subterráneo, con varios invitados infames que revelan la calidad y la perversión de esta propuesta además de compartir a Paul Färber, como baterista, también en Karg. Entre los invitados está Lukas Gosch, cantante de Ellende y V. Wahntraum, cantante de Karg y Harakiri For The Sky, un tipo muy ocupado y con una voz única. 4,3 de 5. 

Además en el tema Körperstrafe hay más de una decena de amigos invitados para hacer coros. 
 

05 mayo 2025

Lo nuevo de Model/Actriz (rock industrial / dance-punk), brutal death gringo, soul/funk/gospel maravilloso, thall / djent / mathcore con música académica manipulada, brutal death metal, doom gótico canadiense, metalcore / noise rock danés, metalcore / nü-metal, post-rock británico

1. I Can Feel Myself Rot (2025) - Gaffed: tenía tiempo sin disfrutar de un buen disco de brutal death vieja escuela, a lo Cannibal y Deicide. Riffs de death cavernoso con influencias del grindcore, llenos de paradas, armónicos y tonos mayores, gutural profundo, letras gore y una batería que es tan veloz como potente, especialmente en los doble bombos e invocar a los demonios del género, pero sin caer en slam ni en deathcore, una hermosura perversa. 4,3 de 5. Son de Nueva Jersey. 

2. Can’t Lose My (Soul) de Annie & The Caldwells: en las antípodas de lo anterior está este sorprendente y genial disco de soul progresivo, gospel y funk, con temas largos y sentidos, llenos de tonalidades jamaiquinas, jazzeras, reggae y dub, incluso disco, con alabanzas a Dios y mucho sabor pero también algo de blues y rock con guitarras que hacen solos con distorsiones, y que son armonizadas de forma deliciosa y extensa, con canciones que van de 2:30 a 10 minutos. Una obra maestra, sin dudas, 4,9 de 5. 

Es el debut de la banda de West Point, Mississippi, compuesta por Annie Brown Caldwell en la voz, Deborah Caldwell Moore, Anjessica Caldwell, Hikemia Moore y Toni Rivers en los coros, Willie Caldwell, Sr. en la guitarra, Willie Caldwell, Jr. en el bajo, Abel Aquirius Caldwell en la batería, Parker James en las congas, Gerald Jenkins en el órgano y Hammond. Entonces sí, es la familia tocando junta: son los hermanos de Annie en la banda y las hermanas en las voces.

3. Ascension (2025) de Mirar: debut de la banda francesa de djent, thall, mathmetal y/o progresivo extremo pero según RYM esta banda también es de minatory, música electrónica basada en el deathstep, el dark ambient y por tanto, derivado de hacer chocar al noise y al metalcore.

Suena como a hard techno y hardcore digital pero hecho a base de guitarras djent muy ruidosas y procesadas en wall-of-sound, súper técnicas, pesadas y hábiles, con algo de power electronics por allí, pero también incluye samples y momentos de música barroca, lo cual los mete entonces con esta mezcla de electrónica, riffs extremos y música clásica en el metal de vanguardia. Interesantísimos, porque como Atari Teenage Riot, uno baila y cabecea al mismo tiempo. Le puse antes 4,4 de 5 y se lo dejo. Dato curioso, es el primer disco del 2025, salió el 1° de enero.

4. ...Of the Dark Light (2017) de Suffocation: el disco más maltratado por el público, ciertamente hace todo lo esperas de esta banda aunque con un sonido y una producción inferior. Es todo lo que esperas de la banda pero de forma más genérica y segura, con incluso la voz tan característica siendo hundida en la mezcla, sin embargo, allí están los poderes mágicos de una banda que además está estrenando músicos y regraba algunos temas viejos. Es bueno sin ser excelente y regular sin ser malo. 3,8 de 5. 

Uno de los mejores temas es Your Last Breaths and un buen tema, en despliegue vocal, el que da título al disco, aunque en la segunda mitad del disco se empieza a notar una especie de visión fomulaica, aunque en composición y no en interpretación, donde la batería y los cambios en los riffs son audaces, veloces y con intenciones de destruir. Es genial cómo el bajo acompaña las melodías de guitarra como una tercera guitarra en un tono distinto, eso me pareció realmente atractivo, especialmente patente en el tema Some Things Should Be Left Alone. 

5. In Penitence and Ruin (2025) de Tribunal: otra confirmación de la buena salud del doom en la escena metalera global, es este segundo disco del quinteto canadiense, con voces femeninas con tonadas lúgubres y ocultistas, entre el epic doom y lo siniestro que comparten escenario con shrieks y growls ardorosos y metal gótico liderado por las melodías dibujadas por un violín, apoyado por más cuerdas y cortinas de guitarras en la penumbra. 

Soren Mourne es la responsable del bajo, voces y cello, lo que la hace la gran sacerdotisa de esta banda de gtoh/doom con cuatro integrantes mujeres y un guitarrista. Este es un gran disco, con riffs versátiles, producción transparente, excelentes armonías de guitarra y un gran trabajo vocal, se destaca. 4,6 de 5.

6. Joyride The Pale Horse (2025) de Heart Attack Man: emo/pop punk fortalecido con geniales formas de rock alternativo y post-grunge, por lo que le quitan ingenuidad y simplismo para darle fuerza, carácter y originalidad, especialmente con guitarras mucho más distorsionadas que llevan a temas musculosos y con muchísima personalidad, e ideales para cantar a todo pulmón en casa, el concierto y la vida. 

Tiene una producción brillante que hace que todo suene clarito, durísimo y además sin la acostumbrada sonoridad de imitar a Blink-182 o a Green Day, sino más como una banda de metal alternativo haciendo emo. La voz, rasgada y rebelde, aunque hace lo necesario para el estilo, también tiene sus tonos particulares, que le añaden muchísimo. Son outsiders. 4,4 de 5. Cuarto disco de esta banda de Cleveland, Ohio.

7. Spinner (2025) de Eyes: desde Copenhague con noise rock y hardcore metálico, según ellos mismos. El disco empieza y está intervenido con unos raros interludios en japonés, que parecen publicidades o extractos televisivos totalmente inofensivos, contrastando con la demencial propuesta guitarrera, llena de ruido y gritos metalcoreros. Este disco es más rudo y pesado que el anterior, Congratulations, también genial.

Se acaba el post-hardcore y se sumergen en las versiones más duras del metalcore y el noise rock, pero a pesar de las influencias del hardcore punk, son más caóticos y estridentes, en algunos momentos son incluso más bien una rara combinación de momentos sludge, mathcore y noise, un poco más como Fronterier o Genghis Tron, es decir, lo caótico dentro de lo explosivo. 4,3 de 5. 

8. Cold (2017) de Gideon. Un muy buen disco de metalcore con nü-metal (incluyendo rapeos con gritos y coros emocionantes de post-hardcore aunque también con voz distorsionada), hardcore punk y hardcore metálico, que me emociona, sin pesar demasiado. Buenos gritos, guitarras con gancho y batería potente, punto. Palante, 4,3 de 5. Son de Tuscaloosa, Alabama y su disco 2023 también está bueno. Es una versión más ruda del nü-metal, agresiva y punketa, aunque con sus breakdowns correspondientes. No hay demasiada melodía aquí, sino brutalidad y distorsión alocada. 

9. Nuevo single de Full Of Hell, mucho más metalero y casi nada electrónico. Es como grindcore / black melódico. Mejor que el anterior, demasiado corto y básico. El tema de Health con Chelsea Wolfe no le encontré gracia a la primera escuchada.

10. The Foel Tower (2025) de Quade: banda de post-rock / noise con violín, sintetizadores y guitarras que pasan de la calma a la explosión como en el grunge, pero más inclinados en la exploración musical, son básicamente una banda que produce canciones lentas y meditativas, nostálgicas (Slowcore) con arreglos orquestales y ambientes espaciales. RYM habla también de art rock.

Son de Bath, Somerset, Inglaterra pero reubicados en Bristol, Reino Unido. Conformado por Barney Matthews (bajo, voces), Leo Fini (batería), Matt Griffiths (sintetizador) y Tom Connolly [aka Fohn] (violín y sintetizador). Esto lleva a que la banda pueda combinar lo digital y lo analógico, pasando del folk post-rock a la disertación ruidosa de las guitarras más noise, sin jamás perder la calma ni el hil conductual que es sobrellevado por los arreglos electrónicos más atmosféricos. 4,2 de 5. 

11. Pirouette (2025) de Model/Actriz: segunda placa de esta banda neoyorquina de nombre genial. Este álbum me gustó mucho más que el debut, y eso que este es más electrónico y post-punk, menos noise rock, que básicamente casi desaparece. Continúa esa combinación rara de rock industrial y dance-punk, junto a EBM que lo hace tan bailable como post-apocalíptico, y siendo tan electrónico no es excesivamente digital, sino puedes imaginar una banda entre neón y cadenas. Según RYM escuchamos también art punk y rock experimental. La voz es lo que menos me agrada, entre medio cantada sin calidad y el susurro gótico/punk menos agresivo. 4,1 de 5. A veces suena a breakbeat y otras a rock industrial, lo que los hace intrigantes. Me hace pensar tanto en temas noventeros conocidos, que me embruja. 

04 mayo 2025

Lo nuevo de Cancer (death metal) y Sumac (post-metal /drone / poesía rap / sludge), sludge/groove progresivo griego, metal alternativo cristiano, melodeath alemán, power sinfónico italiano, drumless de Bahamas

1. Inverted World (2025) de Cancer. Mito viviente del death metal, hacen un nuevo disco refrescante, con un buen sonido y producción, que incluye unas guitarras aserradas y algo agudas, que construyen canciones en mid-tempo, que se enfocan en hacer atmósferas frías y oscuras por medio de guitarras disonantes que se entrelazan con mucha técnica con la batería, que es densa y con muchos repiques, por momentos ritualista y en muchos otros un acompañante versátil y poderoso, marcando ritmos mientras añade fills estimulantes. 

La voz, perversa y afilada, no tiene gritos largos ni un despliegue asombroso sino que narra cadavéricamente las historias de destrucción, muerte y satanismo, apelando al death doom sin exageraciones. Lo que mandan son los riffs con forma de brutal death, tocados a ritmo y sonido de doom y apelando a la vieja escuela para sus armónicos y estructuras. En lugar de deslumbrar con velocidad o cambios raros, lo hacen con un sólido disco de buenas canciones e instrumentación minuciosa y un sonido fúnebre. Se tomaron muy bien los últimos 7 años desde el disco anterior. 

Es importante señalar que esta banda está residenciada ahora en Madrid, España, donde John Walker con su esposa Raquel fundaron la banda Liquid Graveyard (con su disco más reciente en 2016). Desde 2023 su baterista es Gabriel Valcázar (Wormed) y Robert Navajas es su segundo guitarrista. 4,2 de 5. 

2. This Future Wants Us Dead (2025) de ORIA: groove/sludge progresivo de Grecia, con mucha influencias de Meshuggah en ritmos y tiempos cortantes, asincopados y atravesados, así como un sonido similar al metalcore aunque con más baterías atronadoras de sludge, riffs melódicos que puedan tener cadencia del groove y más, gritos potentes y arreglos que permitan escuchar sonidos stoner y slugde serpenteando en el desierto con una fortaleza de concreto y mármol. 4,3 de 5. 

En el tema Terragenics se muestran las influencias que vienen de Borknagar, con black metal furioso, que más tarde se escuchan en épicos coros de voces vikingas, lo que es sorprendente en combinación con su trípode hecho de Mastodon, Messhugah y Lamb Of God, aunque con muchas mejores voces limpias, guitarras más claras, alimentadas de influencias de desert rock.

Obra majestuosa de Leónidas Plataniotis en voz y guitarra; Thanasis Kostopoulos en guitarra; Stefanos Papadopoulos en el bajo y Jordania Tsantsanoglou en la batería.
3. Singles de Kutless, banda de rock alternativo cristiano de Portland, muy buenas, usando post-grunge, industrial y metal alternativo, hasta algunos riffs entre groove y djent. Me gustan, quiero más.

4. Veins Of Fire (2025) de Deserted Fear: Desde Alemania llega esta interesantísima propuesta en la que el melodeath es presentando en una divina paradoja en que lo ambiental y lo luminoso de su parte melódica se junta con la bestialidad de una voz que aprende de los suecos y agrega algo más duro, entre el brutal death y el death doom, sin perder gracia, mientras las guitarras hacen un claroscuro en que lo melódico y brillante, con un sonido entre el gótico y el groove, hacen riffs de lo que puede ser una especie de death doom / metalcore melódico, entonces suena como un Pantera bastante lento versionando a Entombed o al revés, Katatonia haciendo lo que haría Killswitch Engage, o mejor, como si In Flames hubiese hecho mejor su incursión en el metal alternativo. 

Me gusta esta tendencia de hacer música más alternativa dejando las voces guturales iguales, que bandas de death se atrevan con el metalcore melódico e incluso que incorporen otras formas de rock y metal. Este disco es encantador y al mismo tiempo brutal, todo lo que debe ser este género. 4,3 de 5. 

5. Violence Dimension (2025) de Conan: Sludge / stoner / doom, bastante agresivo en su distorsión y shrieks, con guitarras ruidosas, llenas de feedbacks y con un sonido portentoso, como un martillo hidráulico abriendo el suelo rocoso. Gritos agudos, ferocidad, dureza, que van hasta el d-beat y el neocrust, en que lo psicodélico da paso a lo extremo y lo punketo, hasta un tema extra, Vortexxion, lleno de feedbacks y sonidos drone, son formas diversas de la locura especial existencialista. Un discazo, 4,4 de 5.

6. The Film (2025) de Sumac y Moor Mother: genial disco de drone / atmosferic sludge / metal avantgarde, pero también rap metal por la colaboración con el artista de hip hop experimental Moor Mother, residenciado en Filadelfia. El resultado es un disco tan experimental, lleno de ruido, densidades y potentes momentos de metal extremo con mucha manipulación de guitarras, bajos y samplers que dan paso a diversas narraciones poéticas, voces femeninas y rapeos, lo que crea una atmósfera tan opresiva, demencial y llena de estridencias, como artística y avant-garde. 

El metal a veces es una base de potencia industrial, noise y poco variable, bastante drone pero en otras tiene arreglos cuasi-progresivos y llenos de baterías sludge, que van de lo psicodélico al mero noise, pero siempre de forma analógica, especialmente gracias a una batería muy creativa. Por momentos es como un Rage Agains The Machine combinado con Isis e incluso con Intronaut, gracias a momentos de máxima inventiva instrumental.

Un trío imposible formado por Brian Cook (Russian Circles, Botch), Nick Yacyshyn (Genghis Tron) y Aaron Turner (Old Man Gloom). Las voces femeninas: Kyle Kidd, Sovie y Candice Hoyes. 4,7 de 5. Altísima originalidad y me alegra que lleven su durísima y difícil propuesta a lugares inimaginables.

7. Artifex (2025) de Ancient Bards: power metal italiano progresivo y sinfónico, con grandes coros protagonistas y un sonido gigantesco, tanto en arreglos orquestales como en guitarras, que se pasean por densas tonalidades al hacer progresivo y también por reverberados solos, así como una voz femenina principal que no es tan épica ni operística sino más bien narrativa y casi alternativa, aunque hace muy bien el trabajo de guiar la grandilocuencia compositiva. 

El bajista es Martino Garattoni (Ne Obliviscaris) y Sara Squadrani en las voces (invitada en Ayreon, Trick Or Treat).

The Vessel, Soulbound Symphony o Ministers Of Light, que combina la casual vocalización de Sara con grandes coros, e incluso voces guturales, incluyendo a Mark Jansen de Épica y After Forever, más excelentes orquestaciones, con vientos y cuerdas, de Daniele Mazza en los intros o interludios, que a veces me recuerda a los cánticos olímpicos o de grandes competencias deportivas, junto a unos riffs circulares que a veces pasan al trash o al groove, hacen una combinación diferente al rock/metal gótico por un lado y al death sinfónico por otro. El hard rock sigue siendo más importante que lo extremo, así que terminan siendo una especie de metal sinfónico épico sin apelar a lo bélico ni a lo fantástico sino a un punto medio entre el metal que puede ser accesible y radial, así como las complejas estructuras de música académica y progresiva, a veces demasiado agresivas. Me gusta, 4,7 de 5. 

8. Memento Mori (2025) de Stential. Post-hardcore / screamo que es apenas decente. 2 de 5.

9. New Blood (2025) de Obijuan: el rapero de Bahamas hace un disco Drumless y hip hop abstracto, hardcore y consciente, añadiendo momentos de música caribeña como Junkanoo (folclórica de Bahamas) y Dancehall, con un sentido subterráneo, callejero y migrante, bastante oscuro y airado. Sin embargo, no es mi favorito. Pondré un 2,9 de 5.

03 mayo 2025

Lo nuevo de Stereophonics (pop rock británico), singles de Daughtry (rock alternativo / hardrock gringo), folclor venezolano, swancore progresivo (Eidola), rock progresivo ruso, post-black / post-hardcore neozelandés, metal progresivo de Canadá, deathcore / slam, melodeath moderno sueco y finlandés, death progresivo orquestal alemán, stoner/sludge español

1. The Day I Die (Ep, 2025) de Daughtry, buenísimos temas, dramáticos y potentes de rock/metal alternativo. Viene disco y parece que habrá post-grunge y hard rock para el alma.

2. Make 'Em Laugh, Make 'Em Cry, Make 'Em Wait (2025) de Stereophonics. La banda de Cwmaman, Rhondda Cynon Taf, Reino Unido presenta un disco de pop rock luminoso y alegre, algunos más orquestales y otros con influencias folk, chévere y bien hecho, con temas más rockeros y siempre con arreglos de cuerdas.  3,7 de 5.

Ellos son Kelly Jones (voz principal, guitarra principal, teclados, piano), Richard Jones (bajo, piano, armónica, coros), Adam Zindani (guitarra rítmica, coros), Jamie Morrison (batería, percusión).

3. Serenata con Gurrufío (2001). Disco en conjunto de Serenata Guayanesa y Ensamble Gurrufío. Me encantó la versión de El Norte Es Una Quimera. 5 de 5. 

4. Mend (2025) de Eidola: banda de swancore (esa mezcla post-hardcore,  rock/metal progresivo y math rock con voces limpias y arreglos de instrumentos orquestales) que, quizás de forma similar a Sleep Token, pasó de un sonido mucho más progresivo a incorporar con mucha gracia y habilidad nuevas sensibilidades pop, siendo aún pesados, interesantes y creativos.

Le voy a llevar la contraria a la crítica rockera, porque además de tener aún buenos gritos, también enrevesados arreglos tipo Polyphia, guitarras djent y una sección rítmica laberíntica, además de breakdowns y potentes momentos de guitarras metaleras con shrieks de screamo, así que aunque sí puede asombrar momentos de guitarras de acid jazz. y por momentos parecen estar más cercano al easycore de Bilmuri, también tienen doble bombos y brutalidad hermosa. 

Ni hablar de la belleza del tema, A Pearl In The Dead Sun con sonidos techno y beats de drum n bass. Además, hay otros con RnB alternativo e incluso algo de funk que pasan a momentos tipo Voyager, divertidos, con sonidos ochenteros y en la misma canción, como en The Faustin Spirit, screamos, guitarras pesadísimas y mathcore alocadísimo con solos de guitarras en contrapunto con una batería complicadísima.

Son de Salt Lake City, Utah, Estados Unidos. La banda es Andrew Michael Wells en voz, guitarra, bajo, piano y letras; Sergio Medina en guitarra, bajo y sintetizador; Matthew Dommer en voz, guitarra y letras; y Matthew Hansen en batería. Les doy, fácil un 4,5 de 5. En Spotify


5. Between Mars And Venus (EP, 2025 Deluxe): Un extraordinario proyecto de rock progresivo / rock experimental del ruso Fedor Kivokurtsev, ubicado en la ciudad de Tula, Federación Rusa, apoyado por el baterista Alexander Kulkov. En Su Bandcamp hay más detalles, pero tiene la sensibilidad del swancore y del post-hardcore más lo intrincado del progresivo pero siempre pensado en canciones suaves, hermosas, seductoras y expansivas. Es realmente una hoya, 4,8 de 5. 

6. Mal de amores (2025) de Tuscoma: extrañísima banda neozelandesa de post-black metal / shoegaze / post-hardcore, cuyas guitarras a veces parecen emular un sonido texano o western, con guitarras luminosas pero un sonido misterioso y oscuro, envuelto en shrieks distorsionados, una atmósfera de rock alternativo y cambios contrastantes que pueden llevar a una explosión de blast beats de black melódico súper furioso e infernal. Ellos dicen que hacen algo como un blacknened hardcore, aunque suenan realmente a una forma extraña de post-metal avantgarde y experimental, en que abandonan toda estructura de metal extremo, usan más formas de mathcore o hardcore para hacer algo entre angular y bizarro. 

En el tema Love Turns Into Tragedy, parecía escuchar a At The Drive-In haciendo black metal. El tema final parece también una versión gélida y guitarrera del dream pop, porque en vez de irse hacia lo onírico y poético, se inclinan más al punk refinado por las guitarras del noise y el garage, junto a un bajo intrépido que hace melodías, arpegios y distintas formas increíbles, que llenan el álbum de odaliscas en medio de una guerra de cuchillos. Fascinante, pendiente de más. 4,2 de 5. 

7. Harrow (2025) de Hevel: hablando de cosas raras, una banda de progresivo de Ontario, Canadá, con un disco que tiene una portada gore de esqueletos encadenados en blanco y negro. Los temas suenan a una combinación de thrash, groove y progresivo. Bastante buenos, con muchas formas originales de combinar riffs arpegiados, influencias extremas y melodías enrevesadas. 4,3 de 5. La banda tiene momentos extremos, sobre todo gracias a la batería, y según su IG decidieron desintegrarse a días de salido este disco el 25 de abril de 2025. Dato curioso, los nombres de los temas corresponden a distintos métodos de tortura o castigos históricos como Ling Chi, Strappado (Garrucha) o Poenia Cullei.

8. Revelation (2017) de Oceano. Deathcore con slam y downtempo, algo de djent. Aunque no fue la mejor época para el género, y tiene muchas canciones en que hay un excesivo protagonismo vocal, quizás con exageraciones innecesarias, hay buenos temas en que los riffs son creativos y tratan de escapar del tedio, logrando una buena combinación de melodía, cambios inesperados y brutalidad. Lo menos afortunado es la versión hiper-densificada de djent o cuando hay más atmósfera que música que disfrutar. No todo está perdido en este disco, pero son pocas estrellas en la noche horrible, aunque brillan. 3,3 de 5. 

9. March of the Unheard (2022) de The Halo Effect: segundo disco tras tres años de espera de esta banda sueca de melodeath de Mikael Stanne y varios ex-In Flames que se habían encontrado aquí y allá. Los guturales son los característicos del pelirrojo, que además tiene para sus cuatro bandas en que usar su tiempo, con voz limpia y gutural, en este caso sólo con mayoría no exclusiva de growls. 

En la segunda escuchada me gustaron mucho más las melodías y los ritmos cadenciosos, así como cierta postura como gótica y enfocada en pulir la producción para hacerla con un sonido más cohesionado. A pesar de sonar más accesible, hay detalles del sonido de Goteburgo que permanecen, como las doble armonías de guitarras a lo Maiden y la combinación con arreglos percusivos más complejos e incluso algunas polifonías. Le puse 3,7 y lo subo un poquito a 3,8 pero no llega a más porque es una especie de espinita que se sacan pero que no se presenta novedoso ni sorprendente, ni siquiera un trabajo de todos estrellas.

10. Era of Darkness (2025) de Echoes of the Extinct: banda finlandesa de melodeath progresivo / metalcore según Metallum. La voz es característica del metal extremo de este país, aunque el sonido es brumoso y denso, con guitarras gruesas más propias del groove/metalcore que del death melódico o del metal progresivo. Según su Instagram se definen como una banda de metal moderno, que corresponde más lo que oigo. Claro, hay influencias de todo lo demás nombrado y un filón más melódico y progresivo, aunque la producción es regular, hay muchísima calidad compositiva.

El tema Virus es el más exploratorio, con un shrieks profundos como de deathcore y música con mayor cantidad de variaciones, entre el black melódico y un death sinfónico que se entremezclan de forma extraña con riffs más progresivos. Quisiera escuchar más de ellos, pero con un mejor sonido, quizás remezclado, porque hay ideas complejas y brutales, aunque el sonido no ayuda nada. El tema final tiene unas manipulaciones digitales, cuasi-industriales y de metal electrónico melódico demasiado interesantes. Son sorprendentes, 4,3 de 5.

11. Changeling (2025) de Changeling: death progresivo, melódico y sinfónico, que también es furioso, veloz e intrincado, desde Berlín, Alemania, con muchas influencias del thrash técnico, con guturales profundas y unos gritos embrujados, como un coro de sirenas infernales, que me recordó a las voces agudas de Cattle Decapitation, Ne Obliviscaris, Cynic e In Vain, gracias a algunas buenas voces limpias barítonas y en coro. El tema "World? What World?" es el epítome del metal extremo progresivo, con arreglos orquestales, jazzistas y ambientales.

El bajista es Arran McSporran (Vipassi, Virvum), el gutiarrista Tom Geldschläger (ex-Obscura y muchas otras bandas de death progresivo, death técnico y deathcore técnico, fundador y principal compositor, que además usa una poco usual guitarra sin trastes, más común en jazz y música oriental por sus microtonos), el baterista Mike Heller (Malignancy y Black Hole Deity) y el vocalista Morean (Alkaloid, ex-Dark Fortress) que se sale de su zona de confort, haciendo guturales profundos y formas variadas de narradas con técnicas de garganta, modulaciones, shrieks y growls diversos, tocando distintos ángulos de la vocalización gutural, a veces en dúo con las locuras del bajo.

Es una compendio de formas progresivas extremas diversas. 4,7 de 5. El disco termina con dos temas muy extensos, uno de 9 y otros de 16 minutos, suites altamente exploratorias, donde hay desde rapidísimos riffs arpegiados que se complementan con acrobacias rítmicas y despliegues shreds hasta momentos más operáticos, jazz-metal cósmicos y variaciones melódicas progresivas cada vez más raras. 

En esta ópera jazz/death progresivo sobran los destacadísimos invitados como Jason Gobel (Cynic) y Andy LaRocque (Death, Mercyful Fate) y músicos académicos de todo el mundo que tocaron con Orphaned Land, Ne Obliviscaris, The Ocean y Alkaloid.

12. Tales from the Burnt (2025) de Mano de Piedra: segundo disco de esta banda gallega (Vigo, España) de stoner / sludge, que hace una maravillosa combinación de sludge, stoner y groove melódico con voces realmente buenas: limpias angelicales unas y medio gruñidas del desierto otras. Los solos psicodélicos se combinan perfectamente con las encantadoras melodías vocales. Con pianos, influencias del hardcore y hasta del crust, con buenos shrieks, hay mucho qué disfrutar en este disco realmente poderoso. 4,3 de 5. Su tema Soul Dancing me hace pensar en Zatrokev.

13. Imminent Sonic Destruction (2025) de Floodgate: desde Detroit, una extraordinaria combinación de rock alternativo y metal progresivo. Me suena como a Faith No More con stoner metal y rock progresivo. En el increíble tema The Game parece que suena Génesis, Black Sabbath y Radiohead al mismo tiempo. Es un disco muy bello, e interesante, que claramente también s inspira en clásicos como Yes y Dream Theater.

02 mayo 2025

Lo nuevo de Kardashev (blackgaze progresivo), Cadaver (death progresivo / black nostálgico de Noruega), Employed To Serve (metalcore / alt-metal / djent), Liv Kristine (Metal gótico electrónico), ROME (Neofolk europeo) y Panzerballett (jazz fusión / djent progresivo), electroclash/new rave, brutal death noventero, black / death de NY

1. LL revisited (Ep, 2025) de The Hellp: Cuatro temas extras del LL de 2024. Electropop, Electroclash, New Rave, Indietronica y Dance-Pop en un Dj con una cresta punk altísima con ganas de partir la pista de baile. Maravilloso, 4,3 de 5. Temas menos pop y techno. Son de Los Angeles, California.

2. Hatredangeranddisgust (1995) y Liturgy of Impurity (1991) de Pyrexia. Esta banda de brutal death / death progresivo lleva varios demos e EPS viejos republicados en lo que parece anunciar como un segundo disco de regrabaciones. Estos dos demuestran una habilidad técnica y compositiva en el slam/brutal mucho más alta y técnica que sus congéneres de la misma época. Geniales dementes de Nueva York. 

3. True Believers (Original Score) de Matthew K. Heafy. Banda sonora para un videojuego slasher pero es cualquier vaina fuera de esta plataforma.

4. Hymns of Misanthropy (2025) de Cadaver: mucho más estimulante y emocionante es este disco de death metal noruego, que a diferencia de anteriores entregas está alimentando de black y progresivo, en lugar de thrash o death melódico, así que su sonido crudo, humor negro, gore y viscosidad iniciales se presenta ahora con arreglos elevados por una batería técnica impresionante, que recuerdan un poco a los primeros Darkthrone.

Esto hace un disco perverso, como los conocemos, con actitud old-school pero presentado con intención de sorprender con sus habilidades instrumentales, sin perder un ápice de maldad y suciedad.

genial escuchar algo tan asqueroso y oscuro con arreglos en contratiempo y cambios inesperados, sin que sea lo principal, sino que lo cavernoso, lo originario, el black melódico y el death progresivo de finales de los 80 y principios de los 90, sean las fuentes de esta obra decadente. Para esto Neddo (Anders Odden), fundador, guitarrista y cantante, se juntó con su ex-baterista Ole Bjerkebakke (1988-1992) en lugar del baterista hiper-productivo Dirk Verbeuren, y el ex-bajista Eilert Solstad (1992).

Una joya llena de bilis. 4,7 de 5.

5. Fallen Star (2025) de Empoyed To Serve: Según RYM es metalcore alimentado con vitaminas de metal alternativo, djent y deathcore, aunque me parece que es un poco más pesado y creativo, llegando a tener momentos progresivos e incluso algunos buenos arreglos sinfónicos, pero también de groove metal tradicional, tipo Pantera. 

Me gustó mucho aunque la crítica parece destruirlo, quizás por las voces limpias, o que entienden mucho más la movida del metalcore, pero Justine Sian Jones abre la tierra en dos con sus shrieks. Desde Londres con terror, hay toneladas de riffs poderosos, gritos desgarrados y arreglos complejos para divertirse. Muy buena Familiar Pain, que parece unir post-punk, hardcore punk y metalcore melódico con brutalidad y melodía. 

Entre los invitados están los vocalistas de  Killswitch Engage, Svalbard y Lorna Shore pero para agregar sus voces limpias, lo que fue refrescante. Para mí, un sólido 4,2 de 5. Me pareció más metalero y entretenido que el de Machine Head. Me gustaron especialmente las influencias más pesadas y las que hicieron las canciones más intrincadas y raras. 

6. Amor Vincit Omnia (2025) de Liv Kristine. Me gustaron mucho los primeros singles, con metal gótico / doom y electrónica oscura, así que el disco inicia con los mismos, lo que me pareció distinto, un justo equilibrio entre la música sinfónica, los growls extremos (por su esposo Michael Espenæs) y la música electrónica más depresiva, combinando sin ser industrial ni pop. 4,2 de 5. Además, las voces operísticas de la cantante noruega son realmente buenas. Las guitarras son de Sascha Dannenberger, quien compuso junto a Liv y Michael, pero también grabó el disco en su estudio. El bajo fue de Tobias Glier, los teclados de Roland Bliesener y la batería de Björn Etzel.

7. Civitas Solis (2025) de ROME: Neofolk y música marcial europea presentada de forma gótica, bien producida y de alguna forma, en forma épica, por supuesto. Me gustó, es refrescante sin ser demasiada apesadrumbrada e incluso con un toque como de alt-country. 4 de 5. Básicamente el trabajo de Jérôme Reuter, de Luxemburgo.

8. Übercode Œuvre (2025) de Panzerballett: de una vez debo decir, mi tipo de música loca, jazz-fusión, metal extremo progresivo, con un toque vanguardista y experimental, que incluyen algunas guitarras enrevesadas. Desde Munich, Alemania es un discazo impresionante de jazz-metal, que incluye varios invitados como Marco Minnemann (The Aristocrats, Steven Wilson, ex-Ephel Duath) para una versión del Verano de Vivaldi. Ya había escuchado algunos temas como Alien Hip Hop, que combinan rock progresivo de los 70, con complicadísimas formas rítmicas y un sonido industralioso, así como parte del jazz-metal a lo Cynic, cósmico y espiritual. Otros temas como Pick Up The Pieces suena como a Thank You Scientist con death metal progresivo. 4,7 de 5. Una locura la versión de la Oda a la Alegría con Andromeda Anarchia (Folterkammer), combinando voces operísticas dramáticas y shrieks agudísimos. 

9. Wreathed in Dead Angels (2025, EP) de Profanatica: mítica banda de black / death de Nueva York, pero con un sonido underground y con más influencia del stenchcore y el death cavernícola que del black. A pesar del sonido horripilante, hay una intención de empujar los tropos de un género ya legendario. 3,2 de 5.

10. Alunea (2025) de Kardashev: Con este nuevo disco la banda de Tempe, Florida, se acercó mucho más al metal progresivo y al blackgaze, con el que había coqueteado apenas apenas cuando eran aún una banda de deathcore / post-metal que agregaba shoegaze y algo de progresivo. Ahora esas guitarras que son tan expansivas y nostálgicas, también hacer circulares riffs en contratiempos y prueban diversos tonos, pasando del fry al sonido potente del deathcore, combinándose con un bajo jazzeado y una batería habilísima, permitiendo pasar de la monstruosidad a la calma recitada. Es una combinación inusual, como Mental Cruelty con Alcest, quizás por eso ellos lo llaman deathgaze.

Por cierto, Alunea es un idioma inventado que suelen usar. Eso sí, los shrieks me suenan más a deathcore que black metal, pero en el tema Reunion tenemos algo que coquetea con el shoegaze, con voces épicas, baterías de sludge y coros angelicales colectivos muy del post-black francés. Sin embargo, es muy diferente porque acá no hay dream pop, sino una especie de voz épica entre vikinga, progresiva y shoegaze, siempre acompañada de growls monstruosos. 

Entonces se notan una cantidad de influencias que no se quedan en bandas alternativas y experimentales de los 90, sino mucho rock progresivo, sonidos oníricos pero al mismo tiempo folk, elaborados y siempre la dureza del metal extremo, en esa combinación exquisita de brutalidad y melodía, que siento tiene la sensibilidad del power metal con guitarras que jamás abandonan el campo de batalla. Es poesía onírica de sangre, fuego y azufre como en el tema Edge Of Forever, en que las líneas vocales épicas son cantadas como un dúo de shriek muy black vampírico y un growl mega brutal de deathcore. 4,9 de 9.