Publicado
en enero de 2018 esta banda puede pasar por debajo del radar por la
obviedad. Una banda de stoner metal que hacer referencias a lo oculto y
que significa literalmente “El Mago Merlín”. El cuarto de la banda,
viene después de “Electric Children” de 2016. Sí, sí, la herencia de
Black Sabbath y los pioneros del género enteritos. Irónicamente, en su
música es donde concentran la originalidad, no sólo por agregar un
saxofón a la mezcla, sino porque los guitarristas, Carter Lewis y Stu
Kerstin, sueltan sus instrumentos para dejar que órganos, teclados y
vientos sean los protagonistas. Así como Gorod hace jazz con guitarras
distorsionadas y Thank You Scientist rock progresivo con instrumentos de jazz, estos tipos de Kansas City tocan stoner y psicodelia heavy que por momentos no tienen riffs de guitarra.
El resultado es sabroso. Ya no son solo largas elucubraciones sónica, pedales, con la densidad y lentitud del doom, sino que se agregan esos “viajes” desde otras sonoridades analógicas, un intercambio que le permite ganar mucho. No hay virtuosismo, eso sí, pero sí hay improvisación como la pieza que arranca el disco, Abyss; hay otros donde hay sólo guitarras y unas donde se apoderan los otros instrumentos como en Golem. Para terminar, una suite donde le meten todo lo que saben hacer por 11 minutos y medio. Hay que añadir que el cantante también toca el omnicordio y hay un trompetista invitado en el tema inicial.
El disco es profundo y ruidoso. No es música para un desayuno temprano. No es una tensa calma que explota o un alucinógeno viaje espacial, es poderosamente terrenal pero con aspiraciones espirituales, como debe ser en el género, con una mezcla que muestra una paleta de sonidos expansiva, engrandecida y aspirante.
Escúchalo en https://merlin666.bandcamp.com/album/the-wizard
Añado dos discos más que me han gustado muchísimo del año pasado.
Gorod – Aethra (2018)
Un discazo de death metal técnico complejo, malvado y sorprendente desde Francia. Un resumen de su carrera, sin sonar a antología, sino siendo viscerales pero progresivos, haciendo incluyendo las influencias progresivas y muchos riffs groovy para rematar en las dos últimas canciones con verdaderos atrevimientos, casi como un diversión, con un deathcore –incluidos unos pig squeals del cantante- que parece más una demostración de capacidad que una mala decisión como la de Cryptosy, y luego terminan con algo que, salvo por la voz gutural perversa, no es metal, sino swing o jazz tocando con instrumentos de música extrema.
Escúchalo en https://www.youtube.com/watch?v=t2rS2fO90FY
Profundis Tenebrarum (2018) Estos españoles, oriundos de la Comunidad Valenciana, región vecina de Cataluña, muestran con "Disciples of Venomous Death" un disco impresionante que sólo puede definirse como brutal black metal. Sin dejarte respirar ni un segundo, con un trabajo impresionante de parte del baterista Alfred Berengena (Soziedad Alkohólica), son ocho temas súper rápidos, densos, con profundo trabajo de guitarras, que te trasladan a los más oscuros lugares del pensamiento. Sus discos anteriores daban una pista de esa mezcla de tecnicidad alucinante con pura maldad, que me hizo recordar a Phyrron de Nueva York, aunque sin toques avantgarde.
https://egregor-records.bandcamp.com/album/disciples-of-venomous-death
El resultado es sabroso. Ya no son solo largas elucubraciones sónica, pedales, con la densidad y lentitud del doom, sino que se agregan esos “viajes” desde otras sonoridades analógicas, un intercambio que le permite ganar mucho. No hay virtuosismo, eso sí, pero sí hay improvisación como la pieza que arranca el disco, Abyss; hay otros donde hay sólo guitarras y unas donde se apoderan los otros instrumentos como en Golem. Para terminar, una suite donde le meten todo lo que saben hacer por 11 minutos y medio. Hay que añadir que el cantante también toca el omnicordio y hay un trompetista invitado en el tema inicial.
El disco es profundo y ruidoso. No es música para un desayuno temprano. No es una tensa calma que explota o un alucinógeno viaje espacial, es poderosamente terrenal pero con aspiraciones espirituales, como debe ser en el género, con una mezcla que muestra una paleta de sonidos expansiva, engrandecida y aspirante.
Escúchalo en https://merlin666.bandcamp.com/album/the-wizard
Añado dos discos más que me han gustado muchísimo del año pasado.
Gorod – Aethra (2018)
Un discazo de death metal técnico complejo, malvado y sorprendente desde Francia. Un resumen de su carrera, sin sonar a antología, sino siendo viscerales pero progresivos, haciendo incluyendo las influencias progresivas y muchos riffs groovy para rematar en las dos últimas canciones con verdaderos atrevimientos, casi como un diversión, con un deathcore –incluidos unos pig squeals del cantante- que parece más una demostración de capacidad que una mala decisión como la de Cryptosy, y luego terminan con algo que, salvo por la voz gutural perversa, no es metal, sino swing o jazz tocando con instrumentos de música extrema.
Escúchalo en https://www.youtube.com/watch?v=t2rS2fO90FY
Profundis Tenebrarum (2018) Estos españoles, oriundos de la Comunidad Valenciana, región vecina de Cataluña, muestran con "Disciples of Venomous Death" un disco impresionante que sólo puede definirse como brutal black metal. Sin dejarte respirar ni un segundo, con un trabajo impresionante de parte del baterista Alfred Berengena (Soziedad Alkohólica), son ocho temas súper rápidos, densos, con profundo trabajo de guitarras, que te trasladan a los más oscuros lugares del pensamiento. Sus discos anteriores daban una pista de esa mezcla de tecnicidad alucinante con pura maldad, que me hizo recordar a Phyrron de Nueva York, aunque sin toques avantgarde.
https://egregor-records.bandcamp.com/album/disciples-of-venomous-death
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