1. Asphodels (2025) de The Veils: banda neozelandesa residenciada en Londres, de rock, indie y folk independiente según Sputnikmusic aunque RYM los ubica más adecuadamente como Chamber Pop. Muy bien hecho pero muy poco emocionante, 2,5 de 5.
2. Toy (2025) de Dear Seattle: pop punk australiano, genérico y muy derivativo, aunque bastante bien hecho. 2,7 de 5.
3. Cleave (2025) de Beneath a Steel Sky: post-metal escocés con sonidos doom, space rock y ambient, que combina la dureza y expansividad de Cult Of Luna o Russian Circles con sonidos más suaves, elegantes y con voces limpias más post-rock. Y aunque tiene menos progresivo y jazz/rock que otros compañeros, el trabajo de guitarras, arreglos minimalistas y en capas le da su propia coloración, entre disonancias, arpegios y ardientes notas agudas casi exasperantes. A veces suenan a The Ocean Collective. Me pareció un discazo, 4,6 de 5. En Spotify.
4. I Lay Down My Life For You (Director's Cut - 2025) de JPEGMAFIA: el hip hop hardcore y experimental con guitarras de nu-metal presenta este compilado / reedición de su disco 2024 que de nuevo asombra, entretiene, hace sonreír, cabecear y bailar. Es oscuro, es innovador y brutal. 4,5 de 5. En Spotify.
5. Allegheny Rains (2025) de Theophonos. Mathcore / black disonante de Jimmy Hamzey (también Serpent Column) al estilo entre Hoplites e Imperial Triumphant, sin el encanto ni avanzada interpretación de ninguno de los dos, aunque tiene muy buenos momentos en que lo melódico y lo agresivo se juntan. Tiene muchísimo mejor sonido que su EP anterior de 2024, Banishment.
Sin embargo, y aunque al principio del disco asoma que usará ritmos básicos de rock and roll y garage punk que va desarrollando con más o menos fortuna al fusionarlos con ritmos frenéticos de black metal y grindcore, arreglos corales y sinfónicos muy avezados y complejidades matemáticas, en conjunto se queda en general en un disco más extraño que completado. 3,7 de 5 aunque tiene canciones y/o momentos de 4,2. En Spotify.
6. Chains (2025) de Taliesin: muy simpático metal progresivo de Canberra, Australia, que tiene lindezas del pop y los avanzados artilugios de lo progresivo, con una voz limpia y arreglos orquestales épicos que suenan casi juguetones. La atmósfera es oscura, algo post-punk aunque lo que domina es un bajo progresivo, denso y casi sludge que está rodeado de metal progresivo bastante guitarrero. 4 de 5. En Spotify.
7. Carboniferous (2009) de Zu: locura mathcore, noise rock, metal avant-garde, brutal prog, con techno y jazz punk / avant-garde. El sonido es denso, como de sludge e industrial, en la que el saxofón suena como tocado por Ministry. Así que la improvisación del jazz, las posibilidades de la música experimental y la suciedad del rock/metal se estrellan como luego harían Black Midi y The Mars Volta. Sin embargo, Zu es más metalero, más noise y más destructivo en sus búsquedas. 4,8 de 5. En Spotify.
8. Violation.Strife.Abominate (2025) de Revenge: un black/death canadiense sucio, lo-fi y brutal, pero de muy mala calidad y sonido. 2,3 de 5.
9. Singles de Squid, en la que brilla el tema Crispy Skin, un tema de seis minutos que tiene indietronica, post-punk y kautrock, entre otros. Son una banda de Londres que se las trae. Me recordaron a Plastic Beach. Singles de Cryptosis, thrash metal técnico y progresivo holandés, poderosos y creativos.
10. Face our fear (2025) de Ebonheart: fascinante banda de power metal progresivo noruego, que echa mano de decenas de géneros y estructuras, que incluyen música electrónica bailable, sintetizadores de rock progresivo setentosos, growls de death metal y sensibilidades del pop.
Su música es tan compleja como accesible, combinando habilidades técnicas, guitarras gruesas y una voz increíble con raros formatos de producción y grabación para crear una experiencia sónica aventurera, que incluye fusión world music, folk balcánico y hasta lo que parece música circense.
No es sólo la típica banda de power progresivo que demuestra que puede hacer malabares y sorprender con solos y arreglos, con canciones dramáticas, explosivas o fantasiosas sino que va más allá con magia de estudio. Es increíblemente intrigante, sobre todo porque es un dúo con muchos invitados: Jan Thore Grefstad (Saint Deamon, Kaasin) en la voz y Lasse Lazz Jensen (Oceans of Time) en la música. 4,8 de 5.
Entre algunos de los invitados están Dirk Verbeuren (Megadeth) en la batería, Mats Haugen (Circus Maximus) en solo de guitarra, Sid Ringsby (TNT) en bajo y Jon Eirik Bokn (Trollfest) en la batería, Yngve Bolt Christiansen (Ex-Blood Red Throne) en voces y Kjell Åge Hartveit Karlsen (Ex-Chrome Division) en solo de guitarra. En Spotify.
11. Bleed Out, Heal Out (2019) de Walkways: una joya del nü-metal / post-hardcore / metal alternativo, de Tel Aviv, Israel, con voces rasgadas y desesperadas, entre Deftones y Slipknot aunque menos agresivas, voces corales oníricas de distintos colores que transportan, junto a profundas guitarras de post-rock, djent y nü-metal, que van llevando a un viaje que es tan melódico como potente, que nos va paseando por una suerte de curvas llenas de emocionalidad entre la rabia y el dolor, sorpresas progresivas con contratiempos y dinamismo vocal que casi es divertido y alegre por momentos, con una versatilidad asombrosa.
Además de una balada entre violines, se notan influencias y sonidos del metalcore, melodeath e incluso del rock electrónico, en un disco extenso que se toma su tiempo para usar todas sus distintas capacidades, que termina siendo rico, diverso y propio. Algo derivativos, aunque bien acoplados los distintos sonidos. Muy muy buenos, 4,7 de 5. En Spotify. Van a girar este 2025.
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