0. Creo que no apunté en estos días que Daniel Acosta está de visita y que hoy quizás sea el último día en que nos veamos antes que regrese a Texas.
En los primero 11 temas se explayan los semidioses del rapmetal, jazzcore, dub, nü-metal, rock experimental, mathcore, hip hop y me quedo corto: en que los shrieks de mathcore son permanentes, así sea sobre potentes riffs de guitarras, tribales percusiones africanas, suaves interludios de jazz y/o todo junto. Es hip hop con voz rasposa, es Mr Bungle haciendo East Coast Hip Hop, es Trepalium con un DJ y una guitarra menos.
Hasta que llegas al tema R-evolutione-r, el último de las primeras 11 y no incluido en el disco original, y entonces la banda se transforma por completo, como lo haría King Gizzard pero en otro disco, haciendo un largo tema de rock progresivo espacial y psicodélico.
En el segundo, escuchamos hip hop, nu jazz, space rock (con violines), IDM y hasta chillhouse/ambiente techno. Esto incluye las bandas/proyectos Chief (8), The Moons Project (con dos temas), Ghosts of the Canal y Kid Gambino. Joya total, 5 de 5. En Spotify.
2. My Apologies To The Chef (2025) de Winona Fighter. Hace poco escribía que el problema del pop punk es que después de Blink 182 y del Dookie de Green Day, todos sonaban repetidos, derivativos o simplemente plagiarios. Y el álbum debut de esta banda me desmiente, por fortuna, dándole más fuerza a las guitarras, incluyendo riffs disonantes y arpegiados, originalidad a las composiciones y diversidad al género, incluyendo muchísimas referencias a la escena indie y alternativa.
Es un power trío de Nashville, conformado por Coco Kinnon (guitarra, vocales), Dan Fuson (guitarra) y Austin Luther (bajo). No, no hay baterista como parte de la banda, sino uno en vivo.
3. Eerie (2024) de Fátima: hablando de originalidad, esta banda francesa de grunge/doom es realmente un copy-cat de las canciones más rabiosas del Nevermind de Nirvana. Bien ejecutadas, pero básicamente un rip-off. Diría que 3 de 5 por lo extraños momentos de diferenciación, que jamás se alcanzan en la voz, sino en interludios de bajo y batería, en que la emulación va por los lados, obvios, de The Melvins. En el tema Mosul Orb agregan algo de música árabe, que les da otro tono de diferenciación, aunque la voz es patéticamente imitadora de Kurt Cobain.
3. Eerie (2024) de Fátima: hablando de originalidad, esta banda francesa de grunge/doom es realmente un copy-cat de las canciones más rabiosas del Nevermind de Nirvana. Bien ejecutadas, pero básicamente un rip-off. Diría que 3 de 5 por lo extraños momentos de diferenciación, que jamás se alcanzan en la voz, sino en interludios de bajo y batería, en que la emulación va por los lados, obvios, de The Melvins. En el tema Mosul Orb agregan algo de música árabe, que les da otro tono de diferenciación, aunque la voz es patéticamente imitadora de Kurt Cobain.
4. Brat (2024) de Charli XCX: Otro disco de pop alternativo que es considero de lo mejor del año. Bastante bueno, especialmente en producción y vocales, aunque es difícil ubicarlo entre el top 10. Charlotte Emma Aitchison es de Cambridge y tiene una carrera que inició en 2014 con varios discos bien posicionados, hasta el Brat que resumió parte de la cultura en línea del año. Es un disco de Electropop, dance-pop y música electrónica bailable, aunque RYM dice que también tiene Bubblegum Bass, Electro House, Electroclash y Bloghouse. Diría que 4 de 5. En Spotify.
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