10 febrero 2025

Indie folk islandés, metal gótico sinfónico bielorruso, power metal sinfónico español, hardcore melódico, power metal sinfónico y black vikingo sueco, post-punk de Chicago

1. House In The Woods (2025) de Low Roar: indie folk muy barroco y orquestal, según Sputnikmusic también son dream pop y post-rock aunque lo siento en mucho menor cantidad a pesar de algunos sonidos atmosféricos que parecen guitarras, lo que predomina son instrumentos académicos, aunque sí es claramente brumoso y onírico. Es el sexto disco de Ryan Joseph Karazija, quien en 2010 se mudó de Oakland, California a Islandia, cuando enfrentó la soledad y la migración por medio de una canción diaria, uniendo el uso de instrumentos acústicos y antiguos con loops y beats. Es elaborado y lindo, aunque no me conquistó. 

Ahora vive en Polonia. Según RYM es más bien Ambient Pop con folktrónica, que suena más claro. Sí, algunos beats suenan a canciones de Björk. 3 de 5. 

2. Pearl Hunting (2025) de Belle Morte: banda bielorrusa de metal gótico, sinfónico y folk/celtic metal. 

Es un híbrido entre las bandas de metal gótico más pop como Beyond The Black y las bandas de folk metal celta y/o orientalista como Myrath o Saratan. No hay voces guturales, sólo masculinas y femeninas limpias, operísticas y corales. Buenos riffs progresivos y power metal, con muchísima instrumentación exótica en el fondo que incluye músicos también invitados a los discos 2024 y 2025 de Thy Catafalque y SAOR.

Liderados por la vocalista Anastasia Schebrova (Belle Morte).
Interesante, 4,2 de 5. En Spotify.

3. Lovecraft (2025) de Legado de Una Tragedia: masgistral power metal sinfónico, muy operístico y melódico, obra del genial músico, compositor y cantante principal, Joaquín Padilla, desde Madrid, España. En la misma grandiosa propuesta de Aquelarre de Sombras (2023) y El secreto de los templarios (2019), este disco está mucho más rockero, con muchos más músicos y vocalistas metaleros involucrados, incluyendo a Diva Satánica (ex-Nervosa, Bloodhunter) y Cynthia Fernández García (Hynphernia de Death & Legacy), agregando growls, líneas de soprano y muchos coros orquestales a la propuesta, que gana en sonoridad, que en los últimos temas tienen una calidad cinemática y sinfónica que te dejan boquiabierto.

En Spotify. 4,7 de 5. El tema El Llamado de Cthulu es magnífico, un coro increíble.
4. Amphibians EP de Septicflesh: segundo EP después del Modern Primitive de 2022. El quinteto griego, con Kerim "Krimh" Lechner como baterista, sigue asomando lo que será su próximo disco. Buenísimas además las versiones orquestales. 4,5 de 5. En Spotify.

5. Things One Shouldn’t Have to Say (2025) de Rebuke: hardcore punk técnico y melódico, divertido y lleno de arpegios, bajo y batería punketos y voz melódica, casi pop punk, tiene una música increíble que distribuyen en cortísimas piezas: 18 canciones en 34 minutos. Es una especie de Minutemen con pop punk de los 2000, con sonido de hardcore melódico. Son suecos y me conquistaron. 4,2 de 5. En Spotify. Un regreso desde su último disco de 2010 aunque habían publicado varios EPs desde entonces.

6. Power Train (2025) de Majestica: power metal sinfónico sueco, muy bien producido, con una voz limpia semi-rasgada, muy orquestal y con un sonido grueso. Divertido. 4 de 5. En Spotify

7. Hälsingemörker (2025) Ereb Altor: viking/black metal melódico sueco con voces narradas al estilo gótico del epic doom, shrieks y growls que lideran a hordas de riffs gélidos y veloces de black junto a otros de thrash/speed con mucha cadencia, arreglos de tiempos complejos que se enredan junto a orquestaciones atmosféricas de folk metal, produciendo una negra neblina en la que se desarrolla un black/thrash melódico, que cambia de tiempos y tonos, siendo casi heavy progresivo, con resultados intoxicantes. 4,3 de 5. En Spotify.

Pd. Los mismos músicos son los de Anesidora de Isole, un discazo brillante de doom metal.

8. Wish Defense (2025) de FACS: post-punk / noise rock, fangoso, para bailar en la oscuridad, muy post-punk. El trío de Chicago, Illionois dice que hacer art rock moderno y abstracto, así como post-rock, post-rock alternativo, rock experimental y noise rock. 

Son Noah Leger en batería y percusión, Jonathan Van Herik en bajo, guitarra acústica y bajo de seis cuerdas y Brian Case en guitarra, teclados y voz. Me había gustado su disco de 2023, Still Life In Decay. Este disco es mucho mejor. 4,3 de 5. En Spotify.

9. Grand Morbid Funeral (2014) de Bloodbath: death metal con riffs melódicos, gran voz gutural (de Nick Holmes de Paradise Lost) y arreglos complejos, a mid-tempo, con detalles doom gracias a sintetizadores, así como ráfaga de death/black furioso con blast beats y sonido sucio casi a lo Asphyx. Sonido gigantesco, monstruoso, casi chirriante. El tema final lo tiene todo, arreglos de doom funerario, black punketo con voces a lo Napalm Death y claro, algo de d-beat.

Mucha fuerza vintage remozada con un sonido grueso, sucio, misterioso y pequeños arreglos progresivos gracias al baterista Martin Axenrot (ex-Opeth). En esta banda ha tocado un gentío del Olimpo del death metal sueco. Una de las guitarras fue grabada por Per Eriksson (ex-Katatonia) y la otra por Anders Nyström (Katatonia y ex-Diabolical Masquerade), además Jonas Renkse (voz de Katatonia) grabó el bajo y compuso varios temas.  Pd. Erick Cutler y Christ Reifert de Autopsy están invitados.

Un gran disco. 4,5 de 5. En Spotify

10. 30 aniversario (2025) de Avalanch: gigantesco power metal progresivo español, con un sonido envolvente, guitarras trabajadísimas y complicadas con speed, thrash y heavy metal, buenos arreglos progresivos y aunque la voz no me mata, está bien. El bajo siempre presente es un detallazo. La música es magnífica pero las letras y vocalizaciones me distraen y aburren. 3,5 de 5.

11. Crowned in Corpses (2025) de Pathogenic: rico y diverso death metal progresivo, con varios arreglos de flamenco, dentro de un sonido expansivo y aunque brutal, el cual permite escuchar cada nota de los muchos arpegios y capas, voz gutural creativa con muchas florituras extremas y una baterista de talento descomunal.

Tocan en un mid-tempo casi relajado que por momentos tiene coros con vocoder y breakdowns calmados, con mucho bajo de thrash técnico, que asoma colores entre Cynic, Sodom y Gorguts aunque con una aproximación casi de post-metal. Pueden acelerar para sumergirse en momentos de furor sónico, en que solos de guitarra, riffs agudos, bajo profundo y batería galopante chocan y coinciden.

Una gratísima sorpresa de la música más pesada, con riffs disonantes, contratiempos realmente que generan nuevas neuronas y un despliegue técnico que no se divorcia con la capacidad de intercambiar géneros, añadir texturas y meterle groove, metalcore y hasta algo de brutal death a la licuadora asesina.

Son de Boston, Massachusetts y Metallum dice que son djent/metal progresivo extremo, mientras que RYM los califica como deathcore, djent y death metal técnico, pero no puedo estar de acuerdo en que el género principal sea deathcore, pues es más técnico y progresivo, sobre todo en temas como el que da título al disco con un jugueteo percusivo y rítmico que está más cerca del death progresivo o avant-garde, e incluso de la música extrema experimental, a pesar de los sonidos groove y djent. Es un disco brillante, lleno de detallitos y sucesivos cambios en capas. 4,9 En Spotify.

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