1. People Watching (2025) de Sam Fender: suena como a un folk rock, post-punk y pop barroco alegre. Es un artista de Reino Unido, que según RYM en este disco escuchamos Heartland Rock principalmente, lo que explique que escuche arreglos folk e incluso country, con Post-Britpop, Big Music (post-punk con ese sonido grandioso), Jangle Pop e Indie Rock. Definitivamente muy bellamente producido, orquestaciones claritas y notas brillantes, pero no es lo mío. 2,5 de 5.
2. Saddition (2025) de Hangman's Chair es una banda francesa definitivamente distinta, porque usando voces limpias que parecen divagar entre el post-punk y el doom épico presentan música stoner y expansiva, gótica, que es casi sludge metal por el bajo, acercándose a un espacio el shoegaze y el post-metal. Según Metallum eran una banda stoner/doom que ahora es doom gótico. En RYM, que son más específicos, los califican de Doomgaze y Gothic Metal con influencias del Coldwave. Creo que son bastante buenos, un poquito a lo Crippling Alcoholism sin llegar a esas alturas, y aunque la voz es siempre limpia, tiene suficiente vibra y calidad para inspirar. 3,7 de 5. Escucharé de nuevo luego.
3. Tides (2025) de Horizon Ignited: rara banda que en algunos temas es doom/black gótico con una producción muy pulida, un sonido contenido y guturales a medio tono muy agrios y bien hechos, casi magistrales, sobre música que varía entre delicadas guitarras y arreglos melódicos con orquestación, bajo y teclados casi post-punk y muy gothic doom, y otras es más como una mezcla en que se mezcla black/death sinfónico con fraseos vocales, riffs y ritmos de groove/thrash, metal alternativo e incluso nü-metal, que hacen un gran contraste con el goth metal de baja ganancia inicial, más parecido a Machine Head que a Katatonia. Lo mejor, son finlandeses que no suenan tanto a Amorphis, aunque tienen sus elementos de combinar guturales y voces limpias de forma similar.
La Encyclopaedia Metallum lo resume como melodeath/metalcore aunque hay estos tonos depresivos, melódicos, góticos y atmosféricos ajenos a la mayoría de las bandas de estos géneros, en que claramente hay influencias que mezclan doom, shoegaze, black metal y hasta post-punk. En RYM lo resumen pero está más claro, es una banda de melodeath y groove, e incluso algunos sugieren que es metal alternativo.
Es increíble, este es el año del doom metal, y creo que esta banda está mal calificada, porque aunque está más cerca de Insomnium y Katatonia que de Paradise Lost y lejísimos de Ahab, resume varias de sus elementos más orquestales, usando electrónica sabiamente y agregando inesperadas formas vocales y musicales que parecen vivir en otra galaxia, con bajos gordos de Mudavayne y guitarras en tiempos más cercanos a los de Gojira, aunque claramente a veces suenan como Tribulation.
Me encantó el tema "My Grave Shall Be The Sea (Leviathan pt. II)" tan orquestal y embellecido y ni hablar de Prison Of My Mind con los momentos más alternativos de In Flames y Dark Tranquillity, melodías cadenciosas de rock alternativo y mucha energía contemporánea, con un coro en limpio que conquista con sus melismas y te hace moverte, junto a un shriek y un gutural que pueden acabar con cualquier banda de metalcore. 4,7 de 5. En Spotify. Es brutal escuchar tantas bandas en una.
4. Roods from God (2025) de Dios: banda catalana de death cavernoso, old-school, con influencias doom y brutal, siempre salvaje y corrosivo a mid-tempo o menos, aunque también combina con grindcore y hardcore punk para acelerar en otros momentos. La voz es casi siempre en death growl, con combinaciones agudas propias del género y algún pig squeal coleado. Se nota también la influencia de Brujería. Me gustó bastante, 4,3 de 5. En Spotify. Judit Pons, cantante de la también española Cultum Mortis está invitada en el primer tema.
5. Journal d'un loup-garou de Lou-Adriane Cassidy: indie art chamber pop canadiense en francés, no es lo mío. 2,5 de 5.
6. Summer Ends. Some Are Long Gone. (2025) de Trauma Bond: primer larga duración de esta agrupación de Londres de lo que llamaría un deathgrind sucio, rápido y chirriante, con un sonido expansivo e infusionado con black metal y sludge atmosférico y power electronics/industrial/hardcore electrónico y una actitud absolutamente under. Es brutalmente pesado y alternativo, con algunas similitudes a The Body y Full Of Hell, e incluso en momentos a Atari Teenage Riot.
Metallum se queda corto al llamarlos grindcore, y no me equivocaba tanto, porque según RYM hablamos de Sludge Metal / Powerviolence, con toques de grindcore y metal industrial. Entonces sí, como Full Of Hell. Es el dúo conformado por el multiinstrumentista Tom Mitchell y la vocalista Eloise Chong-Gargette. En Spotify. Muy bueno este disco, un caos controlado y procesado adecuadamente, en que hay momentos de drone metal más que electrónicos.
7. Nightmare Fuel (2025) de Guts: death con infusiones sludge finlandés que parece lamentablemente inofensivo, a pesar del gutural profundo y un buena producción, especialmente para hacer sonar el bajo tan fangoso y las guitarras tan sucias pero distinguibles, en una distorsión quizás menos usual para el género, quizás con guiños al death n roll. Se quedan en el aparato aunque tienen momentos buenísimos, como la psicodelia en Ravenous Leech, pero mayoritariamente es aburrido y algo inocuo. 2,8 de 5.
8. Exceed In2 Chaos (2025) de Sarkom: black metal disonante y atmosférico, sumamente furioso y ritualista, que combina la herencia de las bandas originarias de los 90 (con lo sinfónico y lo melódico sin teclados), el black romántico/medieval francés (o que se acerca) y lo que creo que es extraordinario en el metal extremo contemporáneo, que es incorporar sonidos, estructuras y formatos que provienen de otros géneros, incluyendo principalmente el industrial y algo de groove metal, por decir lo menos. Es black pero son capaces de versionar Breathe de Prodigy y tomar ideas de ...And Oceans.
En este caso el shriek punzante y bélico a veces parece tener una cadencia casi groove mientras que los riffs y arreglos de batería también abandonan por momento las gélidas montañas para acercarse a algo más cercano al hardcore punk y quizás el black n roll, aunque lo mejor están en los salvajes momentos de blast beats, vociferaciones paganas y riffs inspirados en Mercyful Fate y otros clásicos, entre el heavy y el punk por un lado y entre el goth metal y el doom por otro, con sonidos tan medievales como post-punk, que incluso a veces tienen escalas y formatos que parecen surf rock o a-go-go.
La banda grabó como trío, invitando al baterista de Nordjevel, Nils Åke Fjellström, también ex-Dark Funeral y ex-The Wretched End, que le agrega una habilidad y detallismo en los pequeños arreglos que es casi un guiño al black/death más técnico. Genial, 4,5 de 5. En Spotify.
9. Existentialismus (2025) de Abduction: black metal disonante, veloz y malvadísimo, con mucha batería de hardcore punk e incensantes atmósferas misteriosas y opresivas, con shrieks que nos van llevando entre sombras y depresiones, claramente hacen honor al nombre del disco con lo que es una oscuridad envolvente, generada a través de ráfagas de trémolo denso, polifónico y sucio que al mismo tiempo es épico, folk y speed, con momentos muy rítmicos y thrashosos, con temas extensos, que mezclan estos mundos de lo furioso y lo polifónico.
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