15 marzo 2025

Black industrial y orquestal suizo-portugués, progresivo/post-rock español, thrash/metalcore progresivo, dark folk holandés, post-metal melódico/blackgaze y lo nuevo de Epica (sinfónico), death industrial/sludge y hip hop industrial

0. No fui al kárate, me sentía cansado, engripado y más concentrado en terminar el trabajo de Probox.

1. Renaître de ses fanges (2025) de Borgne: black industrial, con voces y baterías procesadas pero furiosas, orquestaciones poderosas y riffs perversos, originarios, pero también melódicos dentro de un ambiente de podredumbre y velocidad, así como ambiente electro-orquestal. Me gustó lo suficiente, 3,8 de 5. La banda es suiza pero el dúo es un suizo (de origen portugués) y una portuguesa, y las letras son en francés. 

2. Synaesthetic Garbage (2025) de Ciconia: progresivo/post-rock instrumental de Valladolid, España. Ahora que lo escucho con más cuidado, me recuerdan demasiado a Night Verses, aunque con arreglos de batería menos logrados aunque los doble bombos son geniales. Buen ambiente post-rock y bastante djent en las guitarras. 

3. Gods of Pangaea (2025) de Tiktaalika: El proyecto de Charlie Griffiths (guitarrista de Haken) ahora tiene nuevo nombre, como el primer disco solista. Ahora, en vez de metal progresivo, es thrash/groove con menor dosis del progresivo aunque aún presente. A veces parece más un tributo de pasatiempo que una obra diferenciada y distinta.

El mejor tema es definitivamente Mesozoic Mantras, en que el power y el thrash dan espacio a algo más cercano al metalcore melódico de Avenged Sevenfold, Protest the Hero y BTBAM, con voces y guitarras de hard rock presentadas en forma operática y power metal como una base de metal alternativo, mientras que la suite de 9 minutos, Lost Continent, une esto con influencias de bandas clásicas como Kreator, Megadeth, Sepultura, Slayer y Testament.

A Griffiths lo acompaña su compañero en Haken, el bajista Conner Green, y por supuesto Tommy Giles Rogers de BTBAM y Rody Walker de Protest the Hero en varias canciones. La producción es realmente poderosa y muy bien hecha, aunque no precisamente original. Puntos: 4,3 de 5.

4. Harmr (2025) de Thurnin: Dark Folk/Neofolk acústico, delicado, altamente bien producido y muy atmosférico. Trabajo solitario del músico holandés Jurre Timmer.

5. Bioluminescence (2025) de Dawn of Ouroboros: Banda californiana que suena extrema y alternativa, con voces como skramz y guitarras blackgaze, aunque a veces más bien post-hardcore. Es realmente fascinante como hay bandas que están uniendo géneros de formas bizarras y atrevidas. En este caso blackgaze con mucho hardcore, black atmosférico orquestal con melodeath.

Con la encantadora y siniestra Chelsea Murphy en las voces limpias y guturales. Según Metallum es death/post-black progresivo aunque difiero, los veo más cerca del metal extremo progresivo sinfónico, aunque a veces las guitarras pasan del trémolo picking al wall-of-sound o disonancias más cercanas al noise o al mathcore. Entiendo que es por la relación de los músicos con Botanist.

En RYM lo tienen más claro: metal progresivo, post-metal, blackgaze y melodeath, que no es lo mismo que post-black porque acá ganan más momentos de dream pop y ambient. En la mayoría de los momentos hay blast beats, shrieks y guitarras metaleras potentes, aunque también polifonías atmosféricas con guitarras en trémolo, expansivas y ambientales, con teclados de fondo, aunque suena más a un Ne Obliviscaris menos orquestal. 

Aunque no podemos omitir influencias del metal alternativo y el black atmosférico para una combinación más rica y entretenida, no sólo estridente o corrosiva sino con momentos calmos, melódicos y hasta vaporosos, aunque también momentos altamente cercanos al hardcore punk y el d-beat, incluso al black/speed aunque siempre revestido de guitarras atmosféricas y arpegiadas. Como un Spiritbox en ácido noruego.

6. Singles de Aspiral (2025) de Epica: metal sinfónico holandés en su máxima expresión. Me encantan.

7. Purulences (2025) Fange: sludge/industrial francés. Todos los discos tiene un nombre que empieza por P. Es ambiental, denso y muy bien producido. Un sonido claro para escuchar justamente los ruidos, disonancias y armónicos llenos de estática y feedbacks, aunque con un sonido inmenso, sinfónico y expansivo sin ser ni espacial ni atmosférico. Es potente sin ser demasiado sintético. Muy bueno. 4,5 de 5.

8. Dead Channel Sky (2025) de clipping.: brutal disco de hip hop industrial y hardcore, noise, glitch, acid techno, brekbeat, glitch hop y big beat del trío de Los Angeles, California. Uniendo casi todo lo que verdaderamente me gusta de la música electrónica. Rapeo oscuro en una densa capa de samples rudos. Muy bueno, reinventando y reempaquetando géneros y estilos de formas creativas e identificables, sin trap, neo-soul ni nostalgia. Genial, 4,7 de 5.

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