1. I Hope I Die Here de No Cure: banda de hardcore/metalcore, claramente influenciado por grind y death, con temas cortos, furiosos y muy bien producidos, música extrema de alta fidelidad. Con un invitado por cada una de las 8 canciones. 4 de 5. Son de Birmingham, Alabama. En Spotify.
2. Detonación del congreso de Suciedad: más hardcore punk brutal, según Metallum son Crossover/Thrash Metal aunque domina el punk y la canción protesta sobre Latinoamérica. Son un dúo de Guatemala pero viven en Tampa, Florida. En Spotify.
3. Nocturnal Will de Dodsrit: aunque se presentan como una banda de black/crust punk, lo que perciben mis oídos y cerebro es un maravilloso black metal melódico, con riffs épicos de heavy metal e incluso de rock clásico, lo que provoca un claroscuro, porque es malvado y emocional, mientras es imposible balancearse de un lado a otro con sus sonidos de NWOBHM y sus ritmos mid-tempo de fantasía, lo que para mí los relaciona con Tribulation y Vampire. En Spotify. Un extraordinario disco que salió en marzo, una joya verdadera, 4,5 de 5.
Ocupa el puesto 13 del 2024 en Metalstorm.
3. The Great Misdirect de BTBAM. Dos años después de Colors, esta banda ya había dejado atrás el death metal progresivo para sumergirse en algo mucho más amplio, diverso y experimental, así como logrado, por lo que el jazz-rock, la vanguardia, el metal electrónico y las posibilidades de agregar metalcore y rock alternativo están completamente incorporados ahora. La música es súper enrevesada y potente, con riffs metaleros y ritmos matemáticos, aunque también hay rock progresivo setentoso, interludios atmosféricos y mucha locura progresiva, con algo de mathcore y metal progresivo a máxima potencia. Un discazo, 4,6 de 5. En Spotify.
4. Kick II de Arca: Si hay que reconocerle algo a Arca es ser tan condenadamente venezolana y caribeña, musicalmente osada y alternativa, activista LGBTIQ+ y adquirir reconocimiento mundial usando raptor house y máquina latina en este disco. Sí, una de las productoras de Björk, Kanye West y Frank Ocean, mete en su disco letras que hablan de los estados de Venezuela y expresiones autóctonas, en medio de glitch hop, reggeaton y flamenco, pero también recurre al bass music, pop alternativo y la electrónica alternativa, con mucho éxito y cuidadosíima producción. Muy bueno, 4,2 de 5. En Spotify.
5. HVSK de Beehive Revolt: Black metal progresivo industrial de Grecia, país que se está convirtiendo en una potencia del metal. En la Encyclopaedia Metallum se desciben como black metal avantgarde, aunque es un sonido bestial, que combina furia, velocidad y un sonido artesanalmente sucio, con altísimas referencias a lo industrial, especialmente en la distorsión y el sonido percusivo, también es caótico y en contratiempos, con una batería vikinga de sonido vintage, es primordialmente dominado por riffs afilados y disonantes, como sierras eléctricas en medio de la bruma, abriendo caminos inexplorados por tierras de nadie. Los blast beats acompañan los gritos tratados con filtros electrónicos, produciendo una incesante bombardeo de riffs en escalada, que van partiendo todo en pedazos. Las voces extrañas, cuasi operísticas o fantasmagóricas me hacen pensar en Dodheimsgard.
Creo que el disco es un poco excesivamente largo. 3,9 de 5. En Spotify.
6. Elokuutio de Stam1na: el metal finlandés me hace feliz, sobre todo estas bandas, como Mokoma y Diablo, que son tan reminiscentes del punk metal y al mismo tiempo el death melódico / rock electrónico, que ayudí a crear Amorphis, en que los temas son igualmente extremos, disonantes, melódicos y con voces influenciadas por el folk. En este caso, la banda de thrash progresivo con una voz gritada / shriek hace un disco que adoro de principio a fin, con guitarras cyber punk, algo de industrial a lo Rammsterin, baterías d-beat y momentos de mathcore, black y death. A esto se suman varios interludios de pop rock, voces operísticas y limpias, entre lo vikingo y lo comercial, que está basado en muchísimo thrash europeo, que no excluyen arreglos de piano, sonidos digitales y varios riffs arpegiados. Para mí, 4,4 de 5. En Spotify.
7. Empty de Bongripper, Bongripper, banda de slugde/doom de Chicago, Illinois. Son algo stoner, poco space y totalmente instrumental. Son cuatro canciones, dos de unos 20 y dos de unos 12 minutos en promedio, que se pasean por el drone y el doom menos metalero, más cerca de la psicodelia. Con algunos discos también pasa lo contrario, me gustó menos esta segunda vez que lo escuché. Le puse 4,5 en Sputnikmusic, pero ahora diría que es un 4,1. En Spotify.
8. Endtroducing..... (1998) de DJ Shadow, disco debut de lo que se considera uno de los pioneros del trip hop, el primer disco conformado completamente de samples de otros discos y rankeado como uno de los mejores de los 90. Este disco también es considerado hip hop instrumental, plunderphonics y sampledelia. Lo aprecio, pero no me conquistó como los discos del género que vinieron después. 4 de 5. En Spotify.
En materia de hip hop, The Fugees y Cypress Hill son mis referencias.
9. Relief Dimension de A Dying Soul: Arturo Palomo, la mitad del dúo punk guatemalteco Suciedad edita este EP de lo que llama Doom experimental, que suena más a una especie de black folk lo-fi con algunos sonidos de campo de fondo. Bastante regular, 2,5 de 5.
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