23 diciembre 2024

Mis discos favoritos de 2024: Absolute Everywhere de Blood Incantation (death progresivo * kautrock * ambient) - Si Pink Floyd hubiese hecho death metal o si una banda de death viajara en el tiempo

Hablar del mejor disco del año puede ser presuntuoso, sin hablar de discrecional y hasta caprichoso. Depende del gusto y del estilo, por supuesto, si consideramos lo mainstream o lo underground -que depende también de lo primero- o si nos vamos por la crítica, los premios o las ventas. Dicho esto, creo que este disco tiene fácil la capacidad de encumbrarse entre lo mejor del metal, lo mejor de la música no comercial y lo mejor del año, sin distinción. Sin embargo, aunque me encantan todos los géneros que incorpora -incluso sus momentos de space rock / ambient-, creo que no es superior al nuevo disco de Opeth, The Last Will and Testament. 



Creo que lo más sorprendente de este disco es lo inesperado que fue después de los EPs y el disco Timewave Zero, de música ambiental sin nada de metal ni growls, muy bien hechos pero bastante estériles, por lo que jamás podría haber imaginado entonces que publicarían un disco tan brutalmente lleno de death metal progresivo y técnico, inyectado de space rock y la llamada "escuela berlinesa" del ambient derivado del kautrock, creado a partir de varias capas de sintetizadores.

Según Paul Riedl, su cantante y guitarrista, “Absolute Elsewhere es nuestro viaje musical/extracto auditivo más potente hasta la fecha, es como la banda sonora de una epopeya de ciencia ficción al estilo de Herzog sobre la historia/batalla por la propia conciencia humana, a través de un álbum progresivo de los 70 interpretado por una banda de death metal de los 90 del futuro.”

La otra sorpresa, muy grata esta vez, es que desde el primer tema se escucha este enfoque al arrancar con un death metal progresivo y cavernoso, que nos regresa a sus producciones anteriores, que luego se transforma en momentos de rock progresivo sideral, un poco de ambiente bien trabajado y de regreso al death técnico y de máxima potencia, incluyendo trémolos de black, blast beats y growls monstruosos con mucho reverb. Para darle peso a la "komische musik", está de invitado en el segundo tema (o la segunda parte de la primera suite) Thorsten Quaeschning de Tangerine Dream, Nicklas Malmqvist de la banda sueca de rock progresivo Hällas en melotrón, órgano y sintetizadores, y Mors Dalos Ra, cantante/guitarrista y tecladista de la banda de death/doom Necros Christos. 

Blood Incantation profundiza en varios micro-géneros ampliamente explorados, en los que quizás Oranssi Pazuzu tienen un  gran delantera, permaneciendo mayoritariamente en el lado extremo. Por eso es como si Pink Floyd hubiese hecho un disco de death metal, y no sólo una banda de death agregando elementos retro. 

Sin embargo, los de Denver no se sumergen tanto en lo psicodélico ni en el doom, ni se quedan sólo en la fusión con rock progresivo, terreno que Opeth ha colonizado ampliamente, sino que cultivando un death metal muy pesado, con un doble bombo que suena durísimo, growls explosivos y riffs bastante malvados y oscuros, se trasladan a momentos inesperadamente calmados, instrumentales y de orquestaciones basadas en la electrónica, que implican no un viaje por el cosmos sino una conexión existencial entre lo micro y lo macro, lo terrícola y lo alienígena, como muestran en su portada, pirámides que muestran esa conexión entre el interior espiritual de la raza humana y el espacio exterior.

Mientras suena el death progresivo, con una potentísima batería que va desde la cadencia del jazz-rock setentoso hasta el black/death sinfónico y ritualista, la banda es la más diabólica del planeta, en que cada minuto de devastación parece ser el último del mundo, sin señales de transformarse en Pink Floyd o en Hawkind, así que cuando va llegando a la influencia de Gong o Yes, sigue la batería hiper-furiosa, aún hay disonancias de guitarras afiladas e incluso en momentos de space rock el blast beats no afloja.

Momento estelar, nunca mejor dicho, es The Message, en la que entran voces psicodélicas en limpio, después de esta descarga brutal descrita antes. En este tema también se siente la importancia de que el baterista y el tecladista sean el mismo, porque el sonido de los toms hace clara referencia a bandas psicodélicas de los 70. Acá hay Magma y Can en las venas.

No hay que subestimar la experiencia musical con otras bandas. Por ejemplo, en 2023 Isaac Faulk, baterista, tecladista y quien se encarga del melotón y gong en Absolute Everywhere, grabó los sintetizadores en Lost Relics de Stormkeep, que hace black metal y dungeon synth; fue baterista y tecladista en el American Gothic de Wayfarer. Por su parte, Riedl tiene varios discos de ambient, como solista y en proyectos con otros músicos, incluyendo a Morris Kolontyrsky, también guitarrista / tecladista de Blood Incantation.

Finalmente, este es un disco que pasa a la historia de la innovación, que combina elementos inverosímiles y que sorpresivamente combinan muy bien, que sin llegar al post-metal ni usando el black psicodélico, presenta una nueva faceta del death / rock progresivo, que si permanece del lado extremo, puede ser el futuro de la música metal en la década de los 20. Le pongo 4,8 de 5. En Spotify

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