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2 Deep Limbic System - Katharsi: banda de rock progresivo de Ciudad Juárez, México (y El Paso, Texas). Presentan su debut 10 años después de su primer EP. Algo parecido a Riverside en su aproximación vocal, aunque es menos pop y más como gótica y misteriosa. Las guitarras son increíblemente buenas, con efectos expansivos y atmosféricos, la batería es potente y alcanzando grandes arreglos al combinarse con el bajo y hay muchísima creatividad en los teclados, que es la base desde donde disparan su rock progresivo atmosférico, detallista y aterciopelado. Este disco tiene muchos pequeños detalles que parecen pasar desapercibidos por su aproximación clásica, pero es parte de su brillo. El tema The Chaotic Frenzy Of The Mind me recordó a las suites de Haken, mientras que en Descendants invocan su herencia latinoamericana para darle un sabor único.
Un disco muy completo, que termina con una elegante y amplia suite, con saxofón, que me hizo recordar a The Anchoret. 4,5 de 5. En Spotify.
3. It Didn’t Have To Be This Way de Bloom Dream: post-hardcore / emo según Sputnikmusic, que se queda corto, acá hay metal extremo progresivo en la receta. Y es que ahora el skramz tiene black metal y mathcore, aunque acá escuchamos algo más pesado e industrial, cerca a Frontierer incluso. Más salvaje y ruidoso que State Fault y un poco más metalero que Frail Body, me gusta mucho más porque su forma directa, mercurial y urgente. Son del sur de la Florida.
Las disonancias combinadas con potentes descargas de guitarras y batería, le dan un carácter brutal, muy heavy, lo que combinado con melodías secundarias con una segunda guitarra y raros efectos sonoros, eleva este disco a la frontera entre géneros de una manera magnífica. Este es mathcore/metalcore del más violento. Para mí es sin duda uno de los mejores discos del año, simple y avasallante: 4,7 de 5. En Spotify.
4. Metanoia (2022) de Perséfone: joya de death metal progresivo de Andorra. Los vi en Bogotá y fue la gloria de verdad. Complejísimo death metal progresivo, con claras influencias del rock y del metal progresivo, con growls poderosos, buena voz limpia e instrumentistas virtuosos por separado y en conjunto. Son buenos hijos de los primeros discos de Leprous y Haken.
Los guitarristas son realmente monstruos fenomenales, y a pesar de lo dicho en varias entrevistas, su baterista se eleva a estos niveles olímpicos para alcanzarlos. Un reto difícil impuesto por los también muy hábiles tecladista y bajista. Sus estructuras de death laberíntico y furioso, progresivo preciosista y técnicamente retador, también revela genética de Pain Of Salvation y Dream Theater, enrazado con Kingcrow. Eso significa muchos momentos hermosos, realmente cinemáticos y paisajistas, como si retrataran momentos de cavilación y observación del infinito. Es claramente un disco conceptualizado en la filosofía, siendo Metanoia un proceso de autocuración y conversión por medio del auto-conocimiento y la propia revisión de la psique. Esto lo reflejan en una narrativa del viaje del héroe, con Katabasis (descenso a los infiernos) y el ascenso en un vehículo sagrado (Merkabah) y finalmente el ascenso, con Anabasis.
El mejor tema, Merkabah, que tiene riffs vertiginosos y circulares, arreglos electrónicos enganchantes y ritmos inalcanzables, son rematados por los sheriks más rudos y el coro más pegajoso. Los arreglos que tienen más cambios, frecuentes y atravesados, en que todos los instrumentos chocan entre sí, están en este tema. Un álbum que busca la perfección, con temas/interludios de pura experimentación casi post-metal. 4,7 de 5. En Spotify.
5. The Good Man de Alex Carpani: mejor disco en The Prog Archives y eso que salió el 6 de diciembre. Rock progresivo y metal sinfónico combinados, que combina muy bien las influencias de Genesis y Pink Floyd, entre lo orquestal, lo espacial y lo ambiental con riffs pesados, baterías veloces y voces limpias mágicas, incluyendo una magnífica mezzo-soprano, Valentina Vanini, con arreglos electrónicos y algunas dosis metaleras. Son dos partes, de 28:42 cada una (y divididas en 9 secciones). La primera es Amnesiac y la segunda Good And Evil. Bastante bueno, no le daría la corona del año y menos de forma tan apresurada, menos con discazos como los de Slift, Blood Incantation y Opeth por allí. Eso sí, 4,3 de 5. En Spotify.
6. Tools Of Oppression / Rule By Deception de The Hope Conspiracy: buenísima banda de hardcore punk / metalcore de Boston, Massachusetts. Suena a Motorhead con riffs melódicos con un growl portentoso. Este cuarto disco llegó 18 años después del anterior. Aprendizajes del groove metal y del sludge son aplicados con mayores ganancias de volumen, esta es una fiesta de distorsión y martillazos para romper paredes, gracias a la alianza entre batería y guitarra. La sección rítmica tiene vida propia, desde intros interesantes hasta momentos de lucidez creativa y como puentes para llevar a nuevos horizontes la máquina contra el sistema. Muy bueno, 4,6 de 5. En Spotify.
7. At the Heart of Wintervale de Twilight Force: caurto disco de este extraordinario power metal sinfónico y neoclásico sueco, lo que incluye no sólo un interludio inesperadísimo de salsa en 8-bits (en Sunlight Knight), sino que el tecladista también se encargue de piano, violín y clavicordio sino que el guitarrista principal también toque el laúd. En el tema Skyknights Of Aldaria hay algo de thrash e incluso blast beats, los coros más épicos y los riffs más complicados, rayando en lo progresivo. Un disco con orquestaciones increíbles, grandilocuentes y bien producidas, aunque el concepto a veces no esstá claro si es irónico o demasiado exagerado. Un discazo, eso sí, 4,2 de 5. En Spotify.
8. Bastion de Caelestra: otra buena sorpresa de fin de año, con esta banda de post-black metal progresivo y sinfónico de Bristol de Reino Unido. Parece combinar el progresivo expansivo y cinemático de Devin Townsend con el post-black de Alcest, sin embargo, el artista también nombra a Zatokrev, Opeth y Astronoid como influencias.
Es la evolución natural y muy desarrollada de la carrera de Frank Harper, quien tocó antes black metal y luego post-black metal. Tiene temas épicos, furiosos y muy producidos, grandilocuentes y cinemáticos, verdaderas óperas. El trabajo vocal, que va desde shrieks hasta una voz limpia etérea, están embebidos en un concepto integral en el que se tamiza el death/black sinfónico con atmósferas envolventes de guitarras post-black con toneladas de orquestaciones, creando un wall-of-sound en que los arpegios son pinceladas de un todo más amplio, denso y cohesivo. Las suites suenan a un Emperor con Deathspell Omega y Septic Flesh, aunque sin ser meramente derivativo y sí muy bien interpretado, no lo sentí emocionante ni revelador, aunque le concedo el trabajo titánico y un concepto sorprendente. Para mí, 4,1 de 5. En Spotify.
9. Look How Long Lasting Everything Is Moving Forward de Hammok: debut, después de un par de EPs, de la banda noruega de post-hardcore, screamo y noise rock. El disco puede pasar del hardcore melódico pero con sonido muy industrial, a temas de guitarras electro-punk son acompañadas por gritos y sintetizadores. Es como un post-punk metalizado.
Aunque la segunda parte del disco se va más hacia influencias de Viagra Boys y Black Midi por el lado del mathcore/post-hardcore y Chat Pile por otro de post-punk/noise, siendo más pesados, disonantes y atrevidos, aunque igualmente punk y screamo, con muchos buenos ritmos de hardcore y hasta rock garage. Les doy 4,4 de 5. En Spotify. Banda de su época, tiene un tema llamado brainrotdesperation. Bravo por los interludios en que entran pasajes electrónicos e incluso algo de post-rock.
10. Orchid (1995) de Opeth: debut de la banda death metal progresivo sueco. Aunque se notan las influencias del death técnico estadounidense y el death progresivo europeo, e incluso del power heavy neoclásico, lo que abunda es maldad en forma de black metal y algo de doom. Eso se nota más en el clásico Under a Weeping Moon, aún parte del repertorio en vivo, parece salido del Blood Ritual de Samael.
Un disco en que el bajo fue grabado por Johan De Farfalla (despedido) y la batería por Anders Nordin (renunció), quienes estuvieron en la banda después con Morningrise y My Arms, Your Hearse. Así mismo, las guitarras rítmicas fueron de Peter Lindgren, quien también salió después de Ghost Reveries. Es decir, antes de los Martin.
Aunque Mikael Akerfeldt hizo sólo shrieks, y aún ni voz limpia ni growls, ya incluía unos riffs entintados con death melódico, algunos interludios acústicos increíbles y algo de experimentación musical, con momentos pseudo-jazzísticos. Un 4,4 de 5. En Spotify.
11. Second Thoughts de The Old Dead Tree: ¿cómo es posible que esto salió un lunes y no supe nada? Sus singles me gustaron mucho, me intrigaron totalmente, porque aunque son goth metal, tienen momentos pesados y otros más progresivos que me engancharon. Me dejaron gratamente sorprendido, a pesar de los bemoles.
El disco inicia con Unpredictable, en la que irónicamente suenan como a Soen y Katatonia con algo de rock alternativo / gótico tipo Paradise Lost, quizás un paso en falso como abridor, aunque buena señal como combinación de metal progresivo y rock gótico. Me pareció encantador escuchar shrieks, incluso acompasados con los riffs, en momentos de rock gótico / metal progresivo con un tinto oscuro a lo Tribulation. La capacidad de Manuel Muñoz para hacer growls e hipnóticas notas limpias, operísticas y emocionales, es quizás de los mayores activos de la agrupación gala.
Story Of My Life es de mis canciones preferidas, con una voz limpia más que épica, un pequeño shriek y riffs que van desde el doom/shoegaze y pop rock hasta momentáneos trémolos. Le sigue el single Soalstalgia (decepción por ver el mundo hundirse por el cambio climático), en que un violín acompaña la estrofa vocal principal. La sección rítmica se gana el Olimpo.
En general, el disco logra su cometido de presentar una novedosa cara del metal gótico, más cercano al rock alternativo, el neo-prog más accesible y algo de doom pop, alejado del black depresivo y del pesimismo doom, sin abandonar los momentos de retraída penumbra existencial. Después de 17 años, hay que entender que no tienen todo claro porque debieron recuperarse de tanto tiempo, entonces algunas cosas son meros experimentos y otros quizás caprichos, incluyendo muchos temas que quizás son intentos de recrear el goth metal en muchas posibles direcciones. Puntuación: 4,3 y en Spotify.
12. It´s Inside You / Flipping EP de Candy: Un año productivo para la banda de Richmond, Virginia. Con su metalcore / hardcore industrial / electrónica. Irónicamente a mí me gustó más este disco que su EP Flipping. El tema que le da título al disco tiene scratches y drum n bass, acercándose al hardcore digital casi como Atari Teenage Riot e incluso hardcore techno bailable con un growl hardcore permanente. Me gusta que haya tanto industrial siempre cruzado con gritos, guitarras nü-metal y groove, combinando siempre las dos ramas del árbol perverso, así como temas con riffs metaleros como Terror Management y otros muchos de hardcore punk tradicional. Al disco le pongo 4,2 de 5. En Spotify.
El EP empieza con riffs hiper pesados de groove/nü-metal, en que lo industrial / electrónico tiene menos peso, más cerca de Attila que de ATR e incluso de Slipknot que de Ministry: No sé porqué la voz la grabaron más limpia y con ese fondo reverberado. Al revés que la crítica, este EP me gustó un poco menos, quizás porque era más metalero pero menos audaz, así que bajo de 4 a 3,8. En Spotify.
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