22 diciembre 2024

Diario musical 22D: noise gótico, death de NY, death/thrash progresivo, post-metal/sludge, black metal progresivo, hip hop, death / jazz progresivo, post-hardcore progresivo, heavy metal, doom/death progresivo

1. With Love From a Padded Room de Crippling Alcoholism: otro muy buen disco de 2024 ignorado por la crítica. Y lo halago porque es de géneros que usualmente no me enganchan. En este caso metal gótico y post-punk, en este caso combinada con post-metal y noise. Sus ritmos cadenciosos y decadentes, sus voces aletargadas y sombrías, con teclados darkwave y las explosiones de ruido guitarrero y secciones de suave calma expansiva me conquistaron, porque combinan la angustia narrativa de Chat Pile con algo de tristeza reflexiva y bailable de The Cure. Si te gustan las etiquetas, como a mí, doomgaze. Son un quinteto de Boston, Massachusetts, que llega así a su segundo disco. En Spotify. Puntuación, 4,5 de 5.

Sus momentos cumbres están en los temas Ottesa y Rough Sleepers, donde lo fúnebre y lo hardcore se unen de forma única.

2. Abusement Park de Nitesoil: death metal de Brooklyn, Nueva Yorek. Este disco me gusta muchísimo, sobretodo el tema Odio con Jessica Pimentel (conocida tanto por su papel en Orange is the New Black como por su papel como vocalista de metal, especialmente en Brujería). En Spotify.

3. The Ever​-​Crushing Weight of Stagnance de Misanthropy: death/thrash progresivo con unos riffs súper complicados, circulares, llenos de ganchos, disonancias y armónicos, a veces incluso sonando a rock and roll, otros a thrash progresivo y la mayoría de las veces a mathcore. Son de Chicago, Illinois, Estados Unidos. En Spotify. Uno de estos discos que, con potentes guturales y sorpresivas formas en las guitarras, llena de efectos y tecnicismo inspirado, con un sonido sucio para darle rudeza y una sección rítmica más que eficiente, te llevan por un paseo en una nave espacial impulsada por Voivod más influencias recolectadas en planetas distintos. Lo progresivo permite fusión, exploración y transformación. Un 4,3 de 5.

4. Stereo Grief EP de Greyhaven: los mejores EPs te dejan con ganas de más, Greyhaven -Louisville, Kentucky- lo logra con su combinación de post-hardcore y progresivo, en que lo melódico y lo salvaje se combinan de forma emocionante, con algo de dolor y rabia, riffs arpegiados y mucha velocidad disonante, produciendo un metalcore bastante creativo y enganchador. Su cantante tiene ambas voces bien desarrolladas, con un grito más noise que emo. Porque el hombre metalero puede disfrutar el punk. 4,7 de 5. En Spotify.

5. Spirit of Ecstasy de Imperial Triumphant: obra maestra del jazz / black metal progresivo de estos nueyorkinos demenciales, caóticos, hiper-técnicos e iconoclastas urbanistas. Un trío de genios se encargaron del core de este disco, Zachary Ezrin en voces, guitarras y orquestaciones, Kenny Grohowski en la batería y Steve Blanco en bajo, teclados, pianos y voces. Otro gentío completó la ópera metal: por ejemplo, Colin Marston, mente maestra detrás de la producción, grabación y mezcla, se encargó de la batería electrónica. El famosísimo saxofonista Kenny G agregó saxofón en un tema y su hijo Max la guitarra en otro. Brilla en el disco que dejan atrás el sonido demasiado opresivo, agregando además unos ritmos cadenciosos que hacen más extraño y valioso el reto de mezclar jazz con death progresivo muy extremo.

Las guitarras líderes fueron encargadas a Alex Skolnick de Testament  y Trey Spruance (Mr Bungle, ex Kayo Dot y Secret Chiefs 3). Con las voces invitadas tampoco se cortaron: Denis Bélanger "Snake" de Voivod, la vieja conocida Andromeda Anarchia (Folterkammer / La Sorprendida) y Yoshiko Ohara (Bloody Panda). En Spotify. 4,7 de 5. El tema In the pleasure of her company es una brillante composición de jazz-metal. 

6. The Skeleton Key de Roc Marciano and The Alchemist: hip hop. Por momentos suena a DJ Muggs. Regularmente entretenido. 3,5 de 5. 

 7. Et hav av avstand de Taake: black metal progresivo misterioso, enfocadísimo en las guitarras, con riffs circulares y repetitivos, animados y casi festivos por momentos, conformando un tema que se repite muchísimas veces, propio de la influencia de la música clásica. Los temas son lentos, desarrollándose lentamente y a veces sin un climax, sino desenvolviéndose como evocando la eternidad que se acaba en un segundo.

Lo más raro, y atractivo, es que al usar acordes mayores en el primer tema, produce una paradoja interesante y confusa para el género, que gana con sus repetitivas disonancias e infinidad de variaciones sobre el mismo riff, así como la influencia de lo que parece stoner y death melódico, desde la óptica del metal progresivo.

Aunque esto es verdad para los primeros dos temas, luego hay uno de tan sólo 6 y otro de 13 que son más punks, gélidos y veloces, sin ser furiosos ni fugaces, sino que conservan las ideas del eterno retorno en los riffs, aunque son más punzantes y radicales. Sin embargo, esto es más claro en el menos extenso, mientras que el tema final es también aventurero y épico, combinando formas y tonos de forma innovadora y osada, por momentos sonando como un vals. Este último tema trasciende totalmente el género, siendo experimental, noise y hasta post-metal.

Todo es obra del noruego Ørjan Stedjeberg (Hoest). Un disco que me fascina, así que le doy un potente 4,8 de 5. En Spotify.

8. Voidkind de Dvne: tercera entrega de esta banda de post-metal, sludge y progresivo, salvaje, crudo y enrevesado, con vocales épicas y alargadas,ed con growls y mucho sonido directo, ruidoso y con teclados de fondo que parecen llevarnos a la locura y la máxima tensión, como una película de suspenso que finalmente muestra el rostro del horror. Es un Mastodon en esteroides de metal extremo, con un grandioso baterista y un vocalista que logra combinar influencias emo, orientalistas y post-metal en su voz. 

Los riffs arpegiados como tema principal, con voces de doom/pop rock y rock alternativo, en conjunto con los tonos atmosféricos hace que el álbum se convierta en una tormenta de arena, inesperada y avasallante, de sludge progresivo y rápido, con voces femeninas de por medio, brinda una experiencia acelerada y extensa. Los riffs stoner y de hardrock, acompañados por guturales explosivos, le dan una cadencia hipnótica y danzante, realmente se siente el concepto desértico.

Son un quinteto de Edinburgo, Escocia. Un discazo, de 4,8 de 5. En Spotify.


8. Master of the Games de Demon Bitch: banda de heavy metal, con influencias medievales y clásicas, de Detroit, Michigan. Tiene ciertos parecidos con Smoulder y Eternal Champion, aunque no lo suficiente, lo que me hizo dudar primero de su alta calificación en Sputnikmusic e incluso de terminar de escucharlo completo. Hay que admitirlo, me fueron ganando poco a poco, no sólo por su calidad interpretativa, tanto individual y especialmente colectiva, en que lo que parecía heavy tradicional era realmente un compendio de heavy neoclásico, alguito de NWOBHM, algo más de thrash/power e incluso algo de metal extremo de forma sutil.

Su bajista es excepcional, pero el resto de la banda es bastante buena: un baterista con muchos recursos y velocidad, guitarristas con solos épicos y riffs evocadores, que podían sonar ingleses, luego enrevesados, con cambios inesperados y progresivos, pero especialmente adosados a un género que parece ya no cultivarse en sus tropos más originales.

La voz no me desagrada a pesar de sus cercanías con el epic doom, pasando por algunos growls y agudísimos gritos. El todo es mucho más que las partes. Finalmente, 4,1 de 5. En Spotify.

9. Kuarahy (2020) de White Stones: claramente con las bandas que se parecen, emulan, imitan o están altamente influenciadas por Opeth hago una excepción con gusto, aunque claramente esta banda -y su disco 2024 lo corrobora- se defiende por vida propia con su versión alterna de death progresivo más enfocada en lo extremo y la vanguardia, así como casi totalmente ajeno al rock progresivo setentoso. 

Este es el debut de la banda fundada por el uruguayo Carlos Martín Méndez Esposito (Martín Méndez) de Opeth. Con riffs más experimentales, que parecen fusión jazz/death con sludge y doom, hay más enfoque en los guturales así como en crear escenas terroríficas de progresivo stoner, más denso y con más foco en la búsqueda de profundidades melódicas, con aires de misterio y oscuridad. 

Sin embargo, no están exentos de internarse en doom progresivo setentoso, como en Infected Soul, en la que aparecen momentos psicodélicos y casi tribales, de world music y partículas de Santana. Me encanta este debut, 4,5 de 5. En Spotify.

10. Muuntautuja de Oranssi Pazuzu: me traigo lo que dije el 13 de octubre cuando lo escuché por primera vez: black metal psicodélico, espacial y progresivo de Finlandia. Una de mis favoritas de la vida. Este disco nuevo está más sosegado, mucho mejor producido, con las capas de ruidos y efectos en concordancia con la música, sonando entre jazz y metal de vanguardia, atmosférico, conceptual y detallista. Sexto disco en 15 años, permite llegar a la madurez esperada de genialidad.

Oranssi Pazuzu podría estar haciendo su Kid A, si me permiten la extrapolación metalera, pues parecen explorar el ruido instrumental yuxtapuesto de Imperial Triumphant, de Heimdal de Enslaved y el Black Medium Current de Dodheimsgard, en que superan el metal para expandir el sonido hacia espacios siderales más cercanos a la música de vanguardia, la experimentación contemporánea y la música de cámara, capturando también viejas influencias del hardcore.

En este caso Niko Lehdontie suma teclados y efectos electrónicos a su trabajo de guitarra, mientras que Ville Leppilahti agrega gran piano y teclados (llegando a lo experimental y la música de cámara) mientras que el bajista Toni Hietamäki también teclados, Juho Vanhanen (voz y guitarras) y Jarkko Salo (batería). Este es un discazo de 4,8 de 5 que no en vano es titulado Transformación, con referencias a la alquimia y el cambio. Es otra banda, otro nivel, algo increíblemente superior y grandioso.

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