23 enero 2025

Black/death sobre el anticristo islámico, death sinfónico brasileño/polaco, death progresivo/técnico de Francia, doom gótico finés, thrash teutón, hip hop español y doom psicodélico de Bélgica

1. Swords of Dajjal (2024) de Necrowretch: discazo, de los mejores del año. Death/black metal, con mayoría de influencias del speed metal y el black melódico, con trémolos muy fríos y distorsión gélida, con baterías ritualísticas y sumamente feroz, combinando fry profundo guitarras en alta velocidad, conceptualizado en la versión islámica del Anticristo que vendrá al final de los tiempos para engañar a los incautos como el verdadero Mesías antes de ser derrotado. Tienen temas más mid-tempo, con algunas guitarras envenenadas con algo de psicodelia, que le dan un toque sinfónico/melódico a la mezcla, que aunque tiene raíces death está mucho más en territorio nórdico. 4,5 de 5. Así que a veces suenan como Nile, otras como Naglfar y otras como Watain en un compendio con su propio toque. En Spotify.
2. The Absence (2023) por itSELF: banda braislera, reubicada en Polonia, de death metal sinfónico que se tomó dos años en componer y producir un disco dedicado a los siete pecados capitales, y un tema final sobre una verdadera carta de suicidio de su guitarrista, con música que va desde el black disonante al death técnico, lleno de influencias muy diversas de folk metal, world music, metal sinfónico y progresivo. 

El producto es realmente una combinación, poco ortodoxa, de Septicflesh con Mayhem, digamos, de Obscura con Nitghwish, y mucha percusión brutal de death metal brasileño a la Krisiun, más unas guitarras que se pasean también entre lo melódico, lo disonante y las curvilíneas formas del thrash/death progresivo y el jazz/death. Lo escuchas en Bandcamp porque el disco no está en plataformas de streaming.

Trabajo excepcional de death metal ópera. El dúo central está compuesto por Ricardo Falcon (ex-Sinister) en las guitarras y Estevan Furlan en las baterías, completados por Linus Klausenitzer (bajo) y Jason Peppiatt (voz, Psycroptic) mientras que las muchas orquestaciones son responsabilidad de Carsten Altena (The Monolith Deathcult), quien tocó en Sinister al mismo tiempo que Ricardo.

Entre los muchos invitados están la ucraniana Helle Bogdanova (Ignea), Terrance Hobbs (guitarrista de Suffocation) y Jarosław Niemiec (Santur en Saratan, folk metal polaco de sonidos de Medio Oriente) en un tema cada uno.  Le doy un 4,5 de 5.

3. Ascension (2017) de Exocrine: segundo disco de esta quizás menos apreciada banda de death progresivo y técnico de Burdeos, Francia, similar también a Beyond Creation y algo a Gigan. Está claramente inspirado en los grandes del género de varias décadas atrás, con su propia visión de solos con sonidos agudos y abundante, guitarras aserradas con un sonido casi crust punk, muchos guturales y arreglos en círculos concéntricos, aunque a veces monótonos, con muchas incrustaciones electrónicas que le dan un cariz particular, muy dinámico e innovador.

Es brutal y oscuro, a pesar del enfoque técnico y progresivo, que también es de altísimo nivel en la combinación de ritmos y cambios inesperados en formas raras, con mucho jazz de inspiración, Es bueno, aunque la tiene difícil en la competencia. 4,3 de 5. Destaco el tema Amber, con muchos riffs en contratiempos, además de un piano final en otro ritmo distinto, que elevó el nivel al de death/jazz progresivo. En Spotify.

4. The Wishing Tomb (2024) de Counting Hours: death/doom finlandés, con toques góticos y melódicos, que combina las vertientes extremas y accesibles del género, con shrieks y guturales de muchas formas que están muy bien ejecutados, algunas voces limpias regulares, que pueden ser pasables y en otras algo aburridas aunque el cantante es bastante bueno. Suena como a melodeath con metal gótico en sus mejores escenas, algo similar a Katatonia y algo como un doom algo diluido en las menores, un poco como Swallow The Sun. 

Las guitarras son siempre fenomenales, con riffs envolventes y algo sensuales, mientras que los momentos de doom sinfónico/épico con bastante evocadoras, conquistando con el claroscuro de tonalidades. Como con muchas bandas doom, los reconozco pero no los quiero, 3,5 (aunque quiero darles otra oportunidad porque hay temas con guitarras increíbles).

5. Birth Of Malice EP de Destruction: se las traen los thrasheros alemanes con un sonido que combina lo nuevo y lo viejo, brutal y divertido.

6. Mackaroni Beats (2025) de Cookin Soul: otro disco de estos españoles (valencianos) en torno al boom bap, hip hop y jazz rap. Está bueno aunque no matador, 3,6 de 5.

7. Zam​a​ru Ultu Qereb Ziqquratu Part 1 (2025) de Wyatt E.: misterioso post-metal belga con sonidos folk y ritualísticos de Medio Oriente, aunque también orquestales y electrónicos. Suenan como un Amenra o Dark Buddha Rising con el concepto de Nile. Son sólo 5 canciones, con 35 minutos de duración, con las de apertura y cierre de entre 10 a 12 minutos. 

Sputnikmusic los define como doom psicodélico y ambient, mientras que Metallum dice que son drone/doom y RYM está un poquito más de acuerdo conmigo, es todo lo dicho pero también post-metal. Está interesante, muy bien hecho, una producción impecable, gran disco que habrá que revisar mucho más. 4,3 de 5. En Spotify.

8. Fearless (2012) de Acrania: salsa y jazz latino con death/thrash progresivo, como si hibridaras a Atheist con Santana y luego a Puya con Obscura, y los volvieras a juntar, opero los crías en Ciudad de México. Así que tenemos todos los elementos percusivos, rítmicos y sónicos de la música caribeña con todos los de la música extrema, doble bombos, voces guturales y solos de guitarras explosivos, que tocan juntos. 

Es como un Thank You Scientist de la salsa, porque tocan al mismo tiempo y metiendo muchísima percusión afrocaribeña además de guitarras de rock progresivo y psicodélico más riffs súper pesados, resultando en melodeath con sambra-rock, brutal y sabrosísimo. 

Dejemos esto claro, esta es una banda de jazz fusión y salsa que mete metal, no al revés, aunque lo parezca. Considera que los guitarristas son los que tocan el saxofón y la trompeta, y que tienen un percusionista como integrante, no dependen de los invitados. Y aunque sea más Laberinto que Cynic, no dejan de incorporar thrash, hardcore, speed y death metal, sobretodo porque siempre hay growls pero también solo de trompeta. 5 de 5, sin duda mínima. En Spotify.


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