04 enero 2025

Diario musical: Black/death war metal, Patriarkh (el nuevo Batushka), groove/death, death progresivo (Pyrrhon), post-black metal jazz, death/doom progresivo, rap venezolano y progresivo/djent chileno

1. Die Urkatastrophe (2024) de Kanonenfieber: ¿Cuál será el secreto del éxito o más difícil, cuál será el secreto para obtener un 5.0 absoluto en Angry Metal Guy? Este disco lo logró, o más bien el multi-instrumentista detrás, Noise, aunque apenas tiene el puesto 147 en Sputnikmusic y 236 en Rate Your Music. Sin embargo, estos death/blackers de Alemania hacen canciones de war metal, melodeath y black (que puede ser vampírico, melódico y hasta alguito disonante) con unos coros increíbles, algo no demasiado usual, con grandes arreglos progresivos, sonidos gélidos pero animados en la guitarra y un bajo brillante, pero sobre todo momentos para cantar, celebrar y pelear, lo que conquista corazones oscuros. 

Este disco también puede ser melódico y furioso, tener momentos de canciones profundas, con un shriek y growl cantando al unísono a mid-tempo, asincopados con las guitarras y el blast beats, regalándonos más momentos de black melódico increíble, creativo y diverso. Por supuesto, el disco se dedicó a la I Guerra Mundial (o Gran Guerra) con los efectos horripilantes en el cuerpo y mente de un pueblo, las crudezas de la batalla y los pensamientos suicidas de un soldado. Así que después de la emoción de ir al frente, el disco se convierte en una durísima narrativa musical, que sin embargo sigue siendo atractiva, animada y melódica, gracias a la ambivalencia entre acordes luminosos y un bajo como un cañón, amén de un trabajo vocal amplísimo.

La reseña de Angry Metal Guy le confiere a la banda un sonido y sensibilidad única, porque aunque hereda de otras bandas que se han dedicado al war metal con mucho éxito, como Bolt Thrower y 1914, dos de mis favoritos, Kanonenfieber tiene su propio sonido, establecido en el black/thrash con algunos potentes sonidos industriales, guturales muy particulares (incluyendo subterráneos gritos de doom) y sobre todo, diversidad en los riffs, estructuras y formas para abordar su storytelling extremo. Esto incluye invitar al guitarrista Maik Weichert de Heaven Shall Burn a uno de sus temas, lo que además resalta que no hay una apología ultra-derechista sino lo contrario.

Y lamento no poder estar de acuerdo, pero lejos de un 100% absoluto, este disco, muy bueno, no me parece tan excitante ni maravilloso, aunque sí tiene temas que sí, sobre todo al principio del disco. Es destacable, pero le daría un 4,3 de 5. Creo que Haill Of Bullets y 1914 tienen mayores éxitos. En Spotify.

2. Prophet Ilja de Patriarkh. La publicación del Litourgiya de Batushka en 2015 lo cambió todo con respecto al black metal litúrgico, con túnicas de cristianismo ortodoxo y oscurantismo religioso. Después de allí vinieron las peleas, separaciones, varias bandas alternativas (una de las cuales vi en 2023 en el Rock Al Parque) e incluso una versión rusa que asegura ser de verdaderos sacerdotes ortodoxos con decenas de discos, así como continuaciones en Grecia, Rusia y Polonia.

Ahora, Patriarkh (Патриархь), al que le fue muy mal con su disco debut y que cambió el nombre después que en 2024 perdió el caso judicial por los derechos intelectuales de la banda, rehace su legado con una buena reedición de la fórmula de black metal, post-black, cánticos bizantinos y música litúrgica de la iglesia ortodoxa rusa, con unos vídeos realmente increíbles, de calidad de cine, con una simbología y semiótica alucinantes, terroríficas y evocadoras. Tres guitarristas lograr crear una atmósfera rica en sonidos, experimentos y atmósfera.

Los coros polifónicos con blast beats y la cantante femenina invitada, Eliza Sacharczuk (porque la banda tiene tres cantantes: un gutural, dos coristas masculinos) son un toque increíble, junto a los trémolos y shrieks que crean un sonido expansivo de doom, black atmosférico y hasta algo de música clásica contemporánea. Incluso en el tema Wierszalin VII hace unos experimentos vocales y sónicos distintivos, que lo separa brevemente del estilo del que fueron pioneros, sin separarse de los barítonos deslumbrantes sino haciendo algo avantgarde y alocado, más furioso y extremo, que refresca. 

El baterista es Paweł Jaroszewicz (Antigama, Blindead23, ex-Vader). 

Muy buen regreso. Le daré un 4,4 de 5. En Spotify.

3. Svart de Feared: un groove/thrash/death sueco, con la guitarra de Ola Englund (The Haunted), con un gutural que toma prestado del deathcore, el black y el groove, junto a algunos riffs disonantes y otros más potentes, es como un Pantera envenenado con Six Feet Under, lo que los hace básico y a la raíz. Regular, 3,7 de 5. Me recordó a una versión más barata de The Haunted y muy pobre del Soulless de Grave.

4. Exhaust (2024) de Pyrrhon: maravillooooooso death progresivo de Nueva York, opresivo, complejísimo, disonante y vanguardista. En la locura laberíntica que con un sonido diáfano y producción dedicada pone en un mismo cuarto a rabiosos armónicos y guitarras angulares con disonancias extrañas de mathcore, batería de jazz/death y gritos que varían beber de tragos distintos como el hardcore y el death, con algo de black metal. Otros temas parecen Chat Pile con Cannibal Corpse, combinando malvados riffs y voces de death/grind con baterías divergentes y asincopadas, a lo Mars Volta.

Hay un extraño humor negro que me recuerda a Fantomas, sobre todo en el tema Stange Pains, en que el funk, lo industrial y lo puramente experimental se unen en menos de tres minutos de mathmetal y provocación. Los temas más calmados, llenos de baterías haciendo mágicos trucos, narraciones de art rock y algo de noise/post-rock noventero, añaden más brillo a esta demencial genialidad.

Innegablemente, hay una relación con Imperial Triumphant: Erik Malave, bajista de Pyrrhon, estuvo en los primeros dos discos e EP Inceste. 4,7 de 5. En Spotify.

5. Tabernakulum de Dola: black metal atmosférico con jazz / post-black y progresivo polaco (con trompeta agregada por el bajista/guitarrista). Hay disonancias, extrañas figuras de black progresivo con herencia del death progresivo holandés y gringo de los 90, mucho avantgarde y cambios repentinos de tiempo, tono y atmósfera, con un shriek/grunt cambiante, que acompaña las transformaciones frecuentes. Es un power trío e invitaron a Patryk Rzeszutek de la loca banda de punk/black/experimental Gruzja a cantar en un tema. 

Con un bajo profundo, muy sludge, hay interludios de hábiles momentos progresivos, que se entremezclan con black y música de vanguardia, con un resultado delicioso y estimulante. Cuando es más raro, e incluso jazzista, recuerda a Ephel Duath y a Troldhausen, aunque llega a momentos de noise rock y art rock. Por momentos alcanza niveles de sinfonía con el uso de sasxofón, post-black expansivo y un progresivo espacial, cerrando además con algo de drum n bass, noise rock y shoegaze con jazz/death, e incluso solos de trompetas en escenas de post-metal que me dejaron boquiabierto. Es un discazo, que augura mucho más, 4,9 de 5. En Spotify

6. Where Gods Fear to Speak de Oceans of Slumber: death/doom progresivo de Texas, que combina una voz shriek/gritada y un growl doom masculina con una voz lírica femenina de rock alternativo y a veces bastante operística, irffs pesados y melódicos, buenos solos de guitarra y algunas estructuras y mezcla general de doom / metal alternativo / pop rock con arreglos progresivos, cercano a Katatonia auqnue menos doom y un poco más progresivo.

Los mejores temas están en el que da nombre al disco y Poems Of Ecstasy en que blast beats, doom metal, metal alternativo y rock progresivo se intersectan en una canción diversa, retadora y poderosa. Sin embargo, en algunos temas hay momentos de metal extremo un poco exagerados o fuera de lugar, sobre todo con los guturales y en otras suenan algo caprichosas, un poco rústicas y no demasiado acertadas, como queriendo evadir la mayoría de sonidos alternativos, incluso de indie rock.

Este disco fue grabado en Bogotá, Colombia para que el disco fuese "monumental y orgánico". Trabajaron junto a Joel Hamilton (The Book Of Knots) y quien produjo su disco anterior. Entre los invitados están los vocalistas Mikael Stanne (Dark Tranquillity) y Fernando Ribeiro (Moonspell). Les pongo un 3,9 de 5 aunque los mejores temas están más altos. Cierran con una versión de Wicked Game de Chris Isaak.

7. Como Nunca (2017) de Akapellah: g-funk / boom bap / trap / latin rap venezolano, segundo disco del pana de Paya, Turmero, estado Aragua. Disco regular, aunque tiene temazos como Mamá, Gordo Funky y Hablando Claro. Cierra así su primer trilogía de Como Antes y Como Siempre. Es el más débil de sus primeros trabajos. Quizás muy influenciado por el rap latino. 3,7 de 5. En Spotify.

8. At the Shadow of the Andes All Tomorrows: metal progresivo / djent / post-metal chileno con ganas de ser realmente pesado y complicado, como un Meshuggah con Tool extremo aunque el uso de voces limpias melódicas y un grunt medio gritado, que a veces se acompasa con la voz limpia, recuerda también a Gorodo y Gojira. Los cambios de tiempo, entre electrónicos y matemáticos, que parecen frenarse, girar en sí mismo y retroceder para detenerse otra vez, entre el djent y el jazz/death abre un nicho bastante particular para estos dementes sudamericanos. 

En Time Witness la producción vocal se dispara, con multi-tracks de distintas voces, guitarras post-metaleras algo psicodélicas y un doom progresivo como base para el despegue de un mísil nuclear distorsivo, como un Cult Of Luna tocando black metal. Es realmente muy bueno, 4,8 de 5. En Spotify.

9. Reclamation I y II de Amiensus: disco doble de black progresivo de la banda de Minnesota, con influencias del power metal, del black sinfónico y del death progresivo, aunque hay extractos en que se identifica post-metal y folk metal, que va desde las voces limpias y las voces de canto de garganta hasta los guturales de mucho ataque, el uso de guitarras acústicas, riffs de trémolo con sintetizadores, la batería punzante y opresiva y algunos momentos de aplastante sonido de black atmosférico.

Con la segunda parte ligeramente mejor, es una épica de arreglos originales, complejos y melódicos que oscilan entre el black progresivo y el metal progresivo, mediante orquestaciones o disonancias, interludios o explosiones con shrieks, folk metal en homenaje a los grandes o hermosos momentos vocales en que los instrumentos caen rendidos en sumisión al sonido humano ante un mundo lleno de dioses impávidos.

Momento de gloria es The Distance con Lars Nedland. 4,5 para la primera parte y 4,7 para la segunda. En Spotify, la Pt. 1 y la II.

10. The Grey Eminence (2016) de Warfather, segundo y último disco de esta banda de death metal gringo, que ronda con el doom y el brutal, con el ex-bajista de Morbid Angel. Recurre a todos los repiques, arreglos y riffs esperados del género, con un performance vigoroso y afilado, como si tomara las herramientas del padre para partirle la cabeza a los amigos con golpes letales de artes marciales prohibidas. Es brutal, furioso y con malas intenciones. Es un alumno de Deicide, Krisiun, Sinister e Immolation. 4,3 de 5. Por si fuera poco, entre los invitados están Jack Owan (ex-Cannibal Corpse y ex-Deicide) y Erik Rutan (Hate Eternal).

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