20 enero 2025

Llegó Trump (otra vez): Heavy metal clásico (Saxon), djent/ambient experimental, death técnico hiper-progresivo extraterrestre (Gigan), black satánico, brutal death técnico, heavy alemán y Homogenic de Björk

0. Se juramenta Donald Trump por segunda vez como presidente de EEUU, una nueva era de proto-fascismo tecnológico, noe-imperialismo y desinformación impulsada por supuestamente una corrección de lo que fue excesivamente "woke", políticamente correcto y una desviación hacia presuntas conspiraciones progresistas. Todo cambia a partir de hoy hacia un abismo desconocido de un nuevo orden mundial en que en lugar de Reagan tenemos a un amante de dictadores, hombres blancos multimillonarios y una combinación rara de nacionalismo y expansionismo.

1. Hell, Fire and Damnation (2024) de Saxon: 45 años después de su nacimiento esta banda inglesa por excelencia sigue entregando grandes temas, incluso agregando algo de power metal en este álbum. No hay nada nuevo y a veces suena a 1980 con un sonido moderno y un poco de viaje en el tiempo, con innovaciones aún inexistentes, también tienen unos riffs arpegiados y arreglos prog que lo hacen disfrutable, aunque no memorable. 3,7 de 5.

2. Ex_Phenomena (2025) de The Surrealist / DARK: Un largo y extraño disco de 25 canciones y una hora 39 minutos, de este dúo que cultiva un metal progresivo/djent lleno de sonidos minimalistas y experimentales, más cercanos al ambient y la música electrónica. Ya los tenía en Spotify, es decir que algún tema me habría gustado antes aunque acá siento que el disco es innecesariamente largo y muchos temas parecen inacabados, con demasiada experimentación sin conclusiones, salvo un par de temas en que hay sonidos más convencionales del djent/shred alternativo tipo Plini. Son un dúo ubicado en Boston y Nueva York, compuesto por un diseñador de sonido y un guitarrista. 2,5 de 5. 

3. Undulating Waves of Rainbiotic Iridescence (2017) de Gigan: death metal técnico y progresivo, denso y complicadísimo, como un sludge atmosférico con mucho math metal, delicioso de escuchar, como un jazz/death mega-enrevesado, que usa lo que parecen microtonalidades para producir canciones con decenas de rápidas notas en cada compás más una elaboradísima batería que acompaña estos riffs hiper-arpegiados y con armónicos disonantes, con blast beats y decenas de pequeños adornos en contrapunto. 

La banda usa una distorsión opresiva, con un bajo gruesísimo, y muy frecuentes cambios de tiempo, ritmos y tonos, que pasa del doom/death progresivo al death disonante, así como psicodelia y space rock dentro de una estructura de death progresivo que permanentemente muta, oscila y se transforma de manera sorprendente y genial. Es el tecnicismo llevo a momentos increíblemente laberínticos, combinando momentos de velocidad hiper-sónica de la batería con guitarras que van girando a la mitad de la velocidad en un ritmo totalmente distinto, produciendo polirritmos asincopados en una forma sistemática y tan masiva que es difícil llevar la cuenta de una calculadora infernal e infinitesimal.

Es como mezclar Artificial Brain con Ulcerate, Pyrhhon y lo que sea que haga Colin Marston, con una logradísima producción, hace que escuchemos cientos de sonidos, notas y arreglos en un muy arreglado sistema de coordenadas y galaxias de death metal progresivo, con una técnica tan pulida y puntillista que parece contar la cantidad de neuronas del cerebro.

El trío nacido en Tampa, Florida y establecido en Chicago, Illinois, se centra en el trabajo de Eric Hersemann, encargado de guitarras, bajo, theremín, sintetizado y xylófono, mientras que Jerry Kavouriaris se encarga de la voz y Nate Cotton de la extraordinaria batería. Es metal avantgarde que claramente influenció a Blood Incantation. En Spotify. 4,8 de 5. 

4. Charcoal Grace (2024) de Caligula´s Horse: un discazo de djent/rock/metal progresivo que lleva a esta banda a su versión más dura y creativa. Guitarras gruesas, que hacen muchos cambios con riffs que mutan de distorsión y forma, lo que me recuerda a Pain Of Salvation, aunque a veces sonando como Sleep Token y otras como Leprous, invocan los poderes del metal progresivo con tiempos imposibles y extraños, así como voces que pasan de la simple medio-narración a gritos potentes y también a épicas melodías a lo Haken, mientras la instrumentación rítmica hace de las suyas con contratiempos y volteretas. La combinación entre riffs y voces es incandescente, hipnotizando con el juego de armonías y pesadez. 

Caligula´s Horse, de Brisbane, Australia, es el presente contemporáneo del metal/rock progresivo, sonando tan accesible y divertido como Voyager, aunque también duro, experimental, osado e incluso potente y brutal por momentos, con influencias del jazz-rock, algo de electrónica y mucho de la vanguardia experimental. Hay un sonido deliciosamente entre sinfónico y expansivo, casi post-metal y al mismo tiempo de neo-progresivo contemporáneo, con las guitarras haciendo sonidos procesados que maravilla. Es muy bueno, soy fanático, 4,8 de 5. En Spotify.
5. Exultation Of Cruelty (2024) de Satanic Warmaster. Irónico, no está en Bandcamp ni en Deezer pero sí en Spotify. Este disco es bastante más lo-fi y crudo, aunque mantiene su esencia de ser melódico y sucio al mismo tiempo, directo y a la raíz del género, aunque menos furioso y al mismo tiempo menos innovador y emocionante como anteriores entregas sino más bien tibio, aunque sin quitarle reconocimiento a momentos y temas más logrados como As Blood Snarls a Macabre Silhoutte. El sonido de la batería es pobrísimo.

El finlandés Lauri Penttilä (a.k.a. Werwolf) está a la cabeza del proyecto nacido hace 30 años con un demo. Sus producciones, como las de Nokturnal Mortum, suelen estar censuradas o reducidas por su ideología nacional socialista, anterior o presente. Le doy un 3,3 de 5 aunque el último tema, mucho más sinfónico, pausado y melódico, rozando con el post-metal, el black melódico y el doom es muy bueno, quizás un poco disminuido por el sonido y lo repetitivo, pero es lo que esperamos y conocemos de esta banda.

6. Suffocation (1995) de Pierced From Within: uno de los discos más representativos de los orígenes del death técnico y el brutal death, que cumple 30 años. Intrincado, feroz y brutal, definió un sonido oscuro y con una pared de ruido con riffs complejos, que efectivamente ayudaría a definir el death metal progresivo, disonante y opresivo de la actualidad, sobre todo el uso del bajo profundo y jazzeado, así como el juego entre la línea de voz y la batería, que es monstruosamente potente. Le doy un 4,3 de 5. En Spotify

7. Suffer & Become (2024) de Vitriol, indudablemente uno de los mejores discos del año, exhibiendo una furiosa, indomable y fulgurante combinación de brutal death técnico, black sinfónico y deathcore, lo que agrega algo de melodía a la lluvia de azufre, con unos solos de guitarra que se pierden de vista, una batería capaz de hacer pedazos cualquier estructura y riffs tan angulares como pesados, con algunas disonancias y armónicos aunque mayoritariamente son ejecutados con velocidad y en trémolo, con fondos sinfónicos que hacen guiños a bandas de deathcore. Esto está acompañado de growls cavernosos, atmosféricos y penetrantes, que dejan poco espacio para lo instrumental, que termina dejando un paraje desolado de tierra arrasada por el grindcore.

Aún así, hay espacio para la experimentación y la vanguardia, con el tema Survival´s Carenning Inertia que usando un sonido similar a la de un instrumento de cuerda exótico luego evoluciona en una demandante e hiper-malvado despliegue de repiques y blast beats, capas de guitarras y efectos tan expansivos como corrosivos, cambios repentinos y repliegues, toda una exhibición de arsenal técnico y puntillista, explosivo y sinfónico, como un brutal deathcore orquestal. Cinemático y muy extremo, juntando velocidad y brutalidad.

Vitriol unió a Cannibal Corpse con Nile, Cattle Decapitation y Encenathrakh. Son de Portland, Oregon. 4,8 de 5. En Spotify.

8. Bone Collector (2025) de Grave Digger: tremendo estreno de este año, con una banda alemana de power/thrash legendaria. Muy buen thrash y mejor power metal, combinando speed, virtuosismo, atmósfera oscura y habilidad técnica para asombrar, una voz que suena como a Udo con algo de Kreator de los 90 para aderezar y mucha actitud de hard rock. Realmente entretenido, me recuerda a mi adolescencia escuchando Judas Priest, Megadeth y Testament.4 de 5. En Spotify.

9. Homogenic (1997) de Björk, que según RYM es Art Pop, Trip Hop, IDM, Glitch Pop y música de cámara, que además lo califica como mejor disco de este año después de la obra maestra OK Computer de Radiohead. Aunque adoro el Debut y el Post, definitivamente este es mi favorito de la primera triada, porque ser muchísimo más orquestal, con beats más duros, industriales y hard techno, que me recuerdan más a baterías metaleras orgánicas (como ella dijo que sucedió con Pluto, tocando punk y heavy metal ese día) y con líneas vocales encantadoras, mejores para cantar, incluyendo además tartamudeos y gritos scat.

Entre sus singles está "Jóga", "Bachelorette", "Hunter", "Alarm Call" y "All Is Full of Love". Este disco salió después de Telegram, compuesto de remixes. Lo grabó en Málaga pero un viaje por Navidad a Islandia trajo influencias de su país al disco, que incluso perdurarían hasta el Vespertine, combinando lo que siente que es Islandia, el contraste entre una naturaleza explosiva alrededor del que gira la vida 24 horas y una sociedad hi-tech. Así es este disco, unicolor, azul gélido, que combina ritmos industriales y crudos con muchísima orquestación, gracias a un octeto de cuerdas islandés. 5 de 5, claro, en Spotify.

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