03 enero 2025

Diario musical: Deathcore / sludge atmosférico, black experimental/chiptune, folk metal avantgarde, nü-metalcore suizo y progresivo holandés

1. Blessing of Despair de Devenial Verdict: otro pelón de Sputnikmusic, este disco de deathcore / death/doom / sludge atmosférico finlandés está definitivamente entre lo mejor del año, con su ferocidad melódica, sus riffs dinámicos y llenos de cadencia que invaden todo el universo conocidos. No estoy de acuerdo en llamarlo plenamente death disonante: sus acordes pueden mostrar algunos destellos de notas divergentes aunque lo que lo identifica es usar la fuerza atómica contenida que se expresa como una amenaza letal más que un disparo. Siempre está balanceándose, en una tensa calma de sludge atmosférico, que basta con su sombra para aterrorizar al planeta.

Sus solos reverberados que se pierden en la noche estrellada con muchísimo reverb en mid-tempos post-metaleros, son esenciales para su sonido compacto. Parece un doom industrial espacial, gracias al bajo denso aunque definido, los riffs arpegiados y una distorsión brillante en contratiempos de djent. Increíblemente, también puede ser demencialmente veloz, con blast beats de ametralladora sobre una delicada capa de guitarras y pianos de rock progresivo sin apuros, asincopando melodías y ritmos, como si el planeta se moviese lentamente en medio del vertiginoso trajinar cósmico.

La voz está compuesta de guturales de fuerza nuclear, a veces con milimétricos pig squeals brutales. 4,8 de 5. En Spotify


2. Obzkure Anekdotez For Maniakal Massez (2014) de Troldhaugen: esta banda de folk metal progresivo avantgarde australiana renovaron mi interés y amor por la música extrema con sus enfoques experimentales, humorísticos y retadores. Y no fue de entrada, porque tengo un amigo que en por allí entre el 2000 y 2001 me mostró Mr Bungle, Phish y King Crimson con pasión aunque me interesé no fue de inmediato, porque le respondí con Björk, que también le gustaba. Poco después me interesé en ElBicho, Diablo Swing Orchestra y muchísimo rock latino. Y así nació mi renovada pasión por la música extraña, sea o no metal, especialmente gracias a disqueras como The End Records y Code666.

En este caso, es dark cabaret, funk metal, dance-metal, death progresivo y mucho más, invocando en su Bandcamp a Frank Zappa y a la banda de Mike Patton. Es como Trollfest y Nekrogoblikon con algo de Alestorm (su bajista Peter Stefanovic escribió una canción para ellos para su disco de 2020), que ha invitado también a su guitarrista Simon Batley a tocar sintetizadores, y varios de Troldhaugen tocan en el proyecto Christopher Bowes and His Plate of Beans. En Spotify. Puntuación: 4,7 de 5.

3. Entranced by the Ice Storm de Gonemage: un par de singles muy buenos, a pesar del presunto chiptune / black experimental suenan potentes, melódicos y metaleros. Me gustó bastante, quiero muchísimo más. 4 de 5.

4. Cursed de Paleface Swiss: aunque por momentos suena demasiado derivativo, porque el cantante en demasiados momentos emula (o imita) a Jonathan Davis y Corey Taylor en sus fraseos de desesperación, también hay mejores momentos de rap metal, con música que varía entre nü-metal / deathcore y downtempo / hip hop. Diría que está bueno, a pesar de la imitación desalentadora, 3,9 de 5. 

Es como un nü-rap-metalcore, que tiene momentos propios como en el tema Don´t You Ever Stop, en que el pasado de slam/brutal death/deathcore aparece, incluso con un rap grunt bastante apreciable. El disco varía luego con temas más o menos logrados, derivativos y otros como de relleno, para terminar con una canción con voz gritada, medio post-grunge que no sé si es ahora imitando a Chat Pile o definitivamente asumiendo el costoso riesgo de una banda que presenta un disco totalmente divorciado de su historial. En Spotify.

5. In This Moment We Are Free - Cities de Vuur: un disco de metal progresivo con la voz de Anneke van Giersbergen de The Gathering dedicado a varias capitales del mundo, incluyendo Santiago de Chile, México DF y Río de Janeiro. Un metal progresivo bastante pesado es acompañado por una angelical, expansiva y muy operática voz que deslumbra, mientras la música hace un trabajo de dibujar grisáceos escenarios urbanos, con muchas guitarras djent y teclados góticos, con algunos coqueteos con el rock progresivo, el hard rock y hasta el thrash, mientras otros temas son power pop y rock sinfónico, con algunas melodías que quedan impregnadas en la mente, a veces pareciendo unas de esas tonadas que has escuchado siempre, conectándote de inmediato como con The Martyr and The Saint - Beirut y otras con inmersiones como Save Me - Istanbul.

Otro disco en el que le llevo la contraria a la opinión general, 4,5 de 5. En Spotify.

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