11 enero 2025

Lo nuevo de The Halo Effect, epic doom tradicional, death/black sinfónico, death/doom melódico, post-hardcore originario (Glassjaw), aburrido metal progresivo francés, black vikingo progresivo, US power metal

0. El día de la toma de posesión, amanecemos con frontera cerrada, con el misterio de Bukele y "la cartera azul". Al mismo tiempo hoy es un viernes de estrenos musicales.

1. The Stygian Rose (2024) de Crypt Sermon: todo tiene su excepción, pasa con el post-punk (más es mejor) y ahora en este caso con el epic doom tradicional, con esta muy lograda, pesada y melódica propuesta, de temas larguísimos, una voz limpia apenas agresiva, buenos arreglos orgánicos y de construcción sistemática de canciones con detalles orquestales, góticos y sinfónicos leves, que contribuyen a una propuesta enfocada. Muy bueno, 4,3 de 5. En Spotify. Son de Philadelphia, Pennsylvania.

El tecladista es Tanner Anderson, mente detrás de Majesties y Obsequiae, su baterista tocó con Vektor y comparten bajista con Horrendous (death metal progresivo). 

2. Year of the Four Emperors EP (2025) de Ex Deo: es increíble que esta banda canadiense con quienes están conformada me sea tan indiferente, es como un death/black sinfónico al que no le veo la gracia. 3 de 5 porque son gente seria.

3. Shape of Grief (2025) de Veil of Conspiracy: banda italiana de death/doom melódico con un sonido maravillosamente producido y un bajo colosal, un shriek agudo más cercano al black que al doom aunque las ambientaciones góticas, los riffs melódicos y las atmosféricas armonías de guitarras, sostenidas con un bajo rítmico, casi dulce por momentos, que juega a dúo con los teclados, para que sea un claroscuro en que se contrasta la producción vocal con una voz fry y guitarras de distorsión luminosa pero dura, con una línea de voz limpia gótica y casi de balada, más una sección rítmica que hace el puente de plata entre ambas. 

En algunos temas es como un Katatonia muchísimo más duro, con esos levísimos toques progresivos o un Shores Of Null más animado y rápido, aunque tienen otros, con voces femeninas, interludios fúnebres con sintetizadores y un shriek/growl más denso aunque aún con fry potente, con un bajo totalmente doom y una atmósfera más gótica, en que son más pesados y lentos. En Spotify. Les doy 4,3. Comparten batería con Dawn of a Dark Age, a quien reseñé por su disco 2024, Transumanza, sobre el ancetral pastoreo de ovejas en Europa con black metal experimental.

4. Material Control (2017) de Glassjaw, tercer y último disco de esta banda estadounidense de metal alternativo, post-hardcore y noise rock. Es el disco menos querido de esta banda ya legendaria. Me pareció interesante, experimental y disruptiva, aunque no enloquecedora, le doy un 3,8 de 5.

Su baterista era Billy Rymer (toda la existencia de The Dillinger Escape Plan, ahora en END, thoughcrimes y Trade Secrets). Es una de las bandas prominentes del post-hardcore, me recordó a Stint. En Spotify.

5. Shaman (2024) de Hell:ON, séptimo disco de esta banda ucraniania de death/thrash, que parece beber del progresivo y groove desarrollado por Gojira para producir una versión más oscura, reposada y extrema, con excelentes momentos que parecen caer por el lado del post-metal por momentos, con sonidos ciertamente que parecer acudir a la filosofía del trabajo de Chaos AD y Roots para ser incorporados melódicamente con instrumentación y sonidos asiáticos, gracias al uso de citara, sintetizadores y percusión, persistiendo esa idea de fusión tribal. Brutal, 4,4 de 5. En Spotify.


6. Elevatio de Baptiste Brun: metal progresivo / shred de Francia, altamente calificado pero estéril. 3 de 5. 

7. E (2017) de Enslaved - decimocuarta producción de esta banda de black metal vikingo y progresivo noruego, aunque no se embebían completamente en los conceptos más avantgarde para jugar con ambient y space rock, en este disco ya hay electrónica, influencia del rock progresivo clásico y algo de post-rock, incluyendo saxofón en un tema, aunque aún comandan los riffs metaleros de guitarra, muchos son acompañados de un bajo más progresivo, hammonds y sintetizadores, así como una batería simplifcada, aunque también los growls perversos. Último disco de Cato Bekkevold (Sarke) quien estuvo con ellos 15 años, entre 2003 y 2008. Genial, 4,3 de 5. En Spotify.

8. Free Spirit Soar (2024) de Warlord, otra divertida excepción, heavy/power épico de Los Ángeles, California, que me gustó mucho a pesar de no ser my cup of tea usual, lo que me da la oportunidad de aprender que esta vertiente estadounidense nació como respuesta a Iron Maiden y Judas Priest, pero se basó más en el heavy que en el speed alemán y el blues de sus primos europeos, aunque manteniendo lo teatral, lo fantástico y lo exagerado como propuesta artística. Ahora veo que hay muchas bandas nuevas de este estilo que me gustan como Traveler, Demon Bitch, Triumpher, Eternal Champion y especialmente, Smoulder. Le doy un 4,3 de 5 pudiendo ser más luego. En Spotify. PD. Llegué a ellos porque su bajista es uno de las decenas de invitados del disco Soundscapes del baterista español Abel Sequera.

9. March of the Unheard (2022) de The Halo Effect: segundo disco tras tres años de espera de esta banda sueca de melodeath de Mikael Stanne y ex-In Flames que se habían encontrado aquí y allá. Sin embargo, a pesar del buen debut, del gutural muy logrado y buenísimos riffs, así como una producción impecable, creo que no alcanza ni la emoción de finales de los 90, ni los recientes discos respectivos, especialmente el Foregone de In Flames que me parece brutalísimo ni el regreso poderoso de Dark Tranquillity. Hay que escuchar más, por ahora, un 3,7 de 5. 

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