22 enero 2025

Screamo de Arizona, indie/dream pop londinense, swancore laberíntico (lo nuevo de Eidola), black/viking metal progresivo (Borknagar), death progresivo desconocido, black atmosférico/ambiente sinfónico, música rara (Pryaspime: chiptune/jazz, progresivo/free funk y más), slacker rock/noise/pop,

1. Demo 2025 de My Friend, My Urn: una banda de screamo y post-rock de Phoenix, Arizona que da sus primeros pasos. Dos temas, uno largo de casi 8 minutos y uno de menos de 2. Buen trabajo aunque no demasiado original.

2. Middle Farm Sessiones (live - 2025) de DAUGHTER: banda londinense de indie, dream pop e indie folk, bastante simpática, dulce voz femenina, buena interpretación y hay mucha onda de los 90. Me gustan los arreglos folk y con pianos. 3,7 de 5.

3. Mend (2025) de Eidola: banda de swancore (esa mezcla post-hardcore,  rock/metal progresivo y math rock con voces limpias y arreglos de instrumentos orquestales) que, quizás de forma similar a Sleep Token, pasó de un sonido mucho más experimental a incorporar con mucha gracia y habilidad nuevas sensibilidades pop, siendo aún pesados, interesantes y creativos.

Le voy a llevar la contraria a la crítica rockera, porque además de tener aún buenos gritos, también enrevesados arreglos tipo Polyphia, guitarras djent y una sección rítmica laberíntica, además de breakdowns y potentes momentos de guitarras metaleras con shrieks de screamo, así que aunque sí puede asombrar momentos de guitarras de acid jazz. y por momentos parecen estar más cercano al easycore de Bilmuri, también tienen doble bombos y brutalidad hermosa. 

Ni hablar de la belleza del tema, A Pearl In The Dead Sun con sonidos techno y beats de drum n bass. Además, hay otros con RnB alternativo e incluso algo de funk que pasan a momentos tipo Voyager, divertidos, con sonidos ochenteros y en la misma canción, como en The Faustin Spirit, screamos, guitarras pesadísimas y mathcore alocadísimo con solos de guitarras en contrapunto con una batería complicadísima.

Les doy, fácil un 4,5 de 5. En Spotify


4. Fall (2024) de Borknagar: oh, poderoso monstruo noruego de death/black progresivo, me rindo a tus poderosos riffs de melodeath embebidos en psicodelia y space rock, en tus divinos arreglos de viking metal y tus voces operísticas, a tu colosal batería y tus arpegios expansivos y sinfónicos, a tu herencia armónica de décadas de experimentación. 

En Nordic Anthem hacen algo grandioso con una especie de ópera viking metal progresivo de capas de voces (cortesía de tener juntos a ICS Vortex y Lars A. Nedland) y en otros temas como Unraveling hay shrieks con muchísimo fry junto a las voces limpias épicas. Los arreglos en combinación de teclados y baterías, además de los momentos orquestales con cello y volún le dan un nuevo cariz a esta banda que ya había experimentado con el black metal y el rock progresivo de los 70, y ahora lo hace desde su lado más melódico y sinfónico.

Es inevitabel considerar que esta fórmula se vio influenciada por el dúo de discos/bandas Black Void / White Void así como por la entrada del guitarrista Bjorn Dugstad de Viper Solfia (sinfónico extremo) en sustitución del original Jens F. Ryland.

Es un discazo de ensueño, 4,8 de 5. En Spotify. Acá lo reseñé diciendo que habían alcanzado su punto más algo de progresividad.

5. Singles de Benthos: Fossil / Pure, una brutalidad de djent, mathcore y metal progresivo. 

6. Rococo Holocaust (2010) de Pryapisme: banda francesa que me toca el alma, música rara que tiene metal de vanguardia y rock experimental, al que le añadan chispitas de chiptune, rock y metal progresivo, jazz fusión, música de cámara, brutal prog e incluso folk hispano americano (salsa cabilla, papá), aunque Discogs agrega además, y con justicia, que este disco es también de rock alternativo, impresionismo, doo wop, drum n bass y free funk. ¿Dónde más escuchas blast beats sobre un acordión?

Es como tener 10 bandas en una haciendo música en conjunta y separada, según la canción, el momento de la misma y hasta el compás. Es Igorr y también es Diablo Swing Orchestra, es Corpo-Mente y también Trollfest, aunque también Between The Buried And Me y Öxxö. Para mí, sin dudas, es un 5 de 5, es el tipo de música irreverente y casi imposible que me enamoró.

Lo más increíble, es un cuarteto que hace estas combinaciones de música electrónica, jazz, metal y world music, que incluye también breakcore, ska y dark cabaret. En Spotify (que lo asemeja a Unexpect).

7. Seven Seraphs (2025) de Astral Fortress: cuando no esperas nada de una banda de black metal que recurre a iconografía de calabozo, corpse paint en fondo negro y crudeza, pero este disco de black metal atmosférico, ambient sinfónico (con temas exclusivamente compuestos de sintetizadores, un poco a lo Burzum) y muchos teclados, logrando un resultado realmente bueno. Es una one-man black banda de Inman, Carolina del Sur, Estados Unidos, bastante underground que en este disco presenta una bizarra e inusual combinación de elementos de raw black metal, black depresivo y black sinfónico. Así una batería atmosférica y con sonidos lo-fi sobre unos potentes sintetizadores y capas de guitarras, unas brillantes y luminosas y otras cavernosas y fry. Le doy un 4,3 de 5. En Spotify.

PD. Después de este disco publicó un tema titulado Legion Ov The Damned que sí es lo-fi, vocales en growls y salvajismo.

8. The Funeral Garden (2026) de Caecus: extraordinario disco de death metal progresivo y técnico, casi completamente desconocidos, de Champaign, Illinois. Tiene un disco de 2019 y nada más desde entonces. Me recuerda a Beyond Creation, en que el ataque vocal se coordina con la música, entonces hay shrieks y growl sobre riffs arpegiados veloces y una batería muy técnica que deriva en blast beats, repiques violentos y doble bombo nuclear, luego algo de trémolo picking y jazz/death atmósferico, en que lo vistoso de experimentar con un bajo profundo y virtuoso sobre guitarras shreds con sonidos galácticas se intercala con explosiones de thrash/death progresivo salvajes y en constantes contrapuntos. Se nota la herencia cruzada de Death y Obscura, aunque están cercanos a bandas como The Faceless. Muy bueno, 4,9 de 5. En Spotify.

9. Night Palace (2024) de Mount Eerie: lo escuché originalmente el 4 de noviembre, a pocos días de haber salido y escribí: "proyecto de lo-fi, experimental e indie folk del músico Phil Elverum, ex The Microphones, de Anacortes, Washington, que durante una hora y 20 minutos (es un disco doble) explora capas de sonidos acústicos grabados de forma analógica, con ruidos de cintas y viniles, feedbacks, fallas de origen y sierras musicales grabadas en vivo. Esto incluye además guitarras electro-acústicas, pads de batería y algunos sutiles arreglos electrónicos. Discogs dice que es slowcore.

Como curiosidad, uno de los muchos temas cortísimos, de menos de un minuto, es de black metal lo-fi. Esto me lleva a recordar lo que hace Lithurgy, que en su black metal hiper rápido, intrincado y lleno de instrumentos exóticos académicos, como el arpa, se incluyen los sonidos de la computadora cortando el sonido por la falta de memoria, porque en el tema Myth Come True se escucha como el movimiento de la aguja al moverse por el dial de un radio analógico que se corta e interrumpe, mientras la batería, bajo y voz suenan impecables. Súper interesante y con muchos buenos momentos, le doy un 4,2 de 5". En Spotify.

Según RYM que lo pone como el 5 mejor disco de 2024, y sexto de la historia del Slacker Rock, una versión del indie rock en que confluyen sonidos accesibles de pop noise con salvajes líneas de guitarras crudas y distorsionadas, tipo The Microphone, Car Seat Headrest y Pavement. 

10. 

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