1. The Chilling Alpine Adventure de Falling Up: decimocuarta producción de esta banda de art rock, post-rock y rock alternativo de Albany, Oregon, que por momentos llega a espacios progresivos, a acercarse a la experimentación sónica de Radiohead y en otros parecen abocarse al space rock rivival similar a lo que ha hecho Air en 10 000 Hz Legend,. Me pareció con muy buenas ideas e instrumentación, con orquestaciones geniales y un vocalista realmente armonioso, que me recordó un poco a Sting y unas guitarras que hacían las cortinas necesarias para su concepto, amén de una producción muy cuidadosa aunque le faltó carne en el asador para ser más enganchadores. 3,8 de 5. Pero quiero escuchar más.
2. Currents (2018) de In Vain: me gusta muchísimo esta banda noruega de black/death progresivo y melódico, que construye canciones realmente memorables, épicas y dulces dentro de la inventiva y la potencia del género, con un especial enfoque en la producción vocal, con dos cantantes: Sindre Nedland (hermano menor de Lazare) que además protagoniza líneas y armonizaciones de celebración nórdica y Andreas Frigstad como encargado de los growls perforantes, que hacen intercambios y turnos alrededor de riffs de guitarras melodeath y atmósferas de sintetizadores y Hammonds.
En Blood We Shed el tema arranca con brutalidad, en voz y guitarras de death old-school con arreglos que armonizan los sonidos de los pioneros con un cambio imposible de tono y color hacia un arreglo de rock progresivo, en otra distinta escala y estructura, que lleva a otras de las líneas vocales de paraíso vikingo. Es como juntar Borknagar, Ulver viejo y Vintersorg con Dark Tranquillity, hermosura malvada.
Por si fuera poco, las majestuosas baterías que acompañan a un universo de riffs en trémolo, polirritmos a mid-tempo y algo de space rock / black metal es Baard Kolstad (Leprous, Rendezvous Point y exBornagar). El saxofón del tema final, primero en una sección con profundas voces barítonas y growls, con un interludio misterioso de guitarras acústicas y más tarde con un solo de guitarra de smooth jazz y una explosión de melodeath sinfónico, los pone en territorio separado de las bandas nombradas, acercándose más al jazz/death progresivo. 4,8 de 5. En Spotify.
3. Raw Blue de Whirr: continuando con la nueva tradición de escuchar los discos aunque no estén en Deezer, y con una muy buena puntuación en Sputnikmusic, me voy a Bandcamp para escuchar esta banda de indie/shoegaze de Oakland, California. Melodías dream pop con guitarras ruidosas y expansivas, voces oníricas que a veces son apenas un susurros tras una muralla de efectos y pedales, capas y ediciones de post-producción para evocar una experiencia casi museística y decadente. Un gran trabajo con sonidos del dream pop, shoegaze y el indie rock de los clásicos que te permite trasladarte de la calma a los explosivos momentos de melodía ensoñadora y ruidosa por lo que parece una nueva mirada al camino que tomas a diario para ir y venir de tu casa. Quiero escuchar más, porque reconozco la labor aunque no el gancho conmigo, 3,8 de 5.
4. Duality de Defacement: banda de Utrecht, Países bajos, que inicia con un intro electrónico de unos dos minutos para luego dispararse un black/death progresivo opresivo, disonante y estrafalario, nacido de hacer chocar black atmosférico y brutal death, porque hay una voz cavernosa y brutal permanente aunque la música va girando desde lo corrosivo y complejo como Ulcerate y Gorguts, lo oscuro y perverso como Deathspell Omega aunque por momentos, y debido a cierta claridad en los riffs de trémolo, la batería que es tan hábil como destructiva, aparecen tintes diversos del jazz/death y el metal progresivo..
En su Bandcamp usan decenas de etiquetas, como electronic, ambient, doomgaze, jazz, progressive, psychedelic y shoegaze, que explican un poco mejor como este death/black progresivo puede arrojarse pinceladas dramáticas fuera del metal, con algunos pigmentos de riffs expansivos, atmósferas con toneladas de producción, microsegundos de intromisiones no extremas y hasta momentos de un space/death con algunas similitudes a Blood Incantation. Para mayor confusión y profundidad, después de cada tema extremo, hay un interludio electrónico, lo que hace honor al nombre del disco.
El cuarteto alcanza su mayor plenitud en el opus final de 16 minutos, en que combinan riffs arpegiados y de trémolo, batería con toques hardcore y progresivos, la disonancia generada por una voz del submundo y guitarras agudas que cruzan cuevas laberínticas, llenas de armónicas y extravagancias sónicas. En Spotify.
5. Will o' Wisp (2016) de Nekrokraft: black/death/thrash sueco súper furioso, melódico y sinfónico, con unos riffs bien carnosos de thrash y un shriek que nos lleva a la guerra, arreglos de black sinfónico y algunos arpegios de melodeath para culminar la escena bélica.
Es un festival de riffs (con dos guitarristas y el cantante/bajista grabando otras adicionales) que están acompañadas de doble bombo y repiques, que se pasean por varios pasillos del metal extremo que además tiene una variedad similar en las voces: guturales que asombran por sus cambios, los coros de alaridos góticos y el permanente ataque. En este disco no hay tiempo que perder, son 7 temas en 23 minutos, aún así el arsenal permite temas más speed, algo de melodeath/black y otros más doom fúnebre / black sinfónico para demostrar sus alcances entre la nieve y los vientos invernales.
Es una banda liderada por Angus Norder (Witchery). En Spotify. 4,5 de 5.
6. Banishment de Theophonos: primer disco de 2025 que escucho, que según es una banda de black metal avantgarde / hardcore, que se presenta con un sonido sucio y lo-fi, algo crudo en la batería aunque con riffs disonantes decentes y buen shriek. Proyecto de one-man-black metal de Jimmy Hamzey de Detroit, Michigan, de muchísima menor calidad que su proyecto Serpent Column, que le puse 4,4 en Halloween. A este proyecto, le daré un 3,9 de 5, con lo mejor en su tema final, en que el hardcore / math rock entra en escena. Lástima por el sonido tan brumoso y con bajísima producción.
7. Apertures de An Axis of Perdition: black metal industrial, progresivo y disonante con riffs realmente brillantes, que combinan la incomodidad melódica, el avant-garde vocal y una batería que invoca demonios con su hit-hat a mid-tempo, permitiendo que los arpegios se deslicen por las cavernas del oído interno hasta impregnarse en las neuronas con su virulento math-core y progresivo de tiempos inescrupulosos y repentinos. Es como un hijo doom y paciente de Hoplites y Defacement con Dillinger Escape Plan.
Esta banda de North Yorkshire, Inglaterra, es definida como black metal industrial y dark ambient en la Encyclopeadia Metallum que creo que omite el slowcore metalero y el tecnicismo que va produciendo notas dislocadas sin premura y obscuridad neuronal.
Con tiempos realmente lentos, hay ambiente sí y también noise, más como un guiño a bandas de black atmosférico como Blut Aus Nord. Como Defacement, después de cada tema extremo hay otro solo de electrónica. El disco va creciendo en doom/ambiental así como en experimentación: uno podría hablar de post-black progresivo, de ambient metal (esto ya debería existir) y claro, de doom industrial. Las etiquetas acá como los astros, empujan pero no determinan.
Las guitarras se vuelven más pesadas y cortantes, acercándose al industrial y aunque la batería sigue siendo determinada, cede más espacio a ser un acompañante curioso. No siempre hay progresivo entonces, ni una exhibición de dedos artísticos sobre los trastes con acordes que duran milisegundos, lo que no implica que se reduzca la calidad compositiva de la obra, que va mostrando distintas sombras y ángulos. Es realmente bueno, 4,7 de 5. En Spotify.
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